Lavando los trapos mientras otros roban

Lavando los trapos mientras otros roban
Diario Concepción (http://www.diarioconcepcion.cl)
Lavando los trapos mientras otros roban [1]
La era de la S.A.D.P., factoring y desafiliaciones. Empresarios que llegan, venden y se
marchan. Los que quedan, los de verdad, son otros.
Un viejo hincha del Conce, que alguna vez incluso tuvo un carguito, me contaba cómo robaban en los
’90. "Sacaban la plata a dos manos". Apellidos históricos, triquiñuelas tan curiosas como tener un
talonario falso para hinchas y hacerlos pagar sin que la plata entrara al club. De toda la vida. Y en esos
tiempos, Don Nino ya estaba en el camarín. Muchas veces impago.
Me decía "algunos dirigentes de antes justo se asoman ahora y hablan que necesitamos limpiar al club.
Son muy care palo". Cuántos apellidos de falsos mecenas, aunque al menos los antiguos querían los
colores de la institución. La embarraban desde su parada de hinchas, porque soñaban un Conce más
grande de lo que en realidad podían, pedían préstamos y, bueno, también se les abría el apetito cuando
la cosa andaba bien.
Don Nino vio todo eso. Con un hervidor que es eterno y lo único que tiene para calentar las mañanas.
Entre fotos de gloriosos equipos donde Villamil, Haroldo y el Pelé Araya parecen mirarlo y obligarlo a no
claudicar. Como cuando estaban a su lado y lo saludaban cada mañana. La última vez que cobró su
sueldo completo fue antes de Año Nuevo. ¿Seguiría usted en su pega si no le pagan hace cuatro meses?
No, ¿verdad? Yo tampoco. Pesco mis cosas y busco lo que sea.
Pero él continúa y ni siquiera sabe por qué. Podría abrir la boca y contar tanta cosa, mandar a la punta
del cerro a Tallarico, Polnoroff y el que esté allá arriba, pero entiende la fidelidad de otra forma. Sabe
que si Don Nino tira la toalla, está todo perdido. Porque esa es la gente que realmente hace club. El
utilero, la gente de cadetes, los hinchas que viajan y tampoco saben por qué. Solo saben que deben
seguir.
Como cuando el "Fuma" frotaba dos piedras y hacía fuego como un cavernícola para secar la ropa del
Vial porque no habían pagado el gas. Se fue y la toalla quedó en el piso o anda a saber dónde. Porque
todos esos apellidos en los altos cargos venderán sus acciones y se pasarán la tiña tocando al que corre
más lento, pero Don Nino no se concesiona.
El otro día lo saludé en la mañana, le pregunté cómo estaba y me respondió "bien". Sin sueldo, a punto
de ser desafiliado y empezar todo en Tercera. Un viejo loco, qué más da. Para él eso interesa poco.
Porque si es en Tercera, estará ahí lavando a mano y secando la ropa numerada en un tendero. Con una
sonrisa porque está en la única parte donde siente que debe estar. Donde es feliz. Donde mucha gente
es feliz ganando o perdiendo el fin de semana, porque lo único que no podrían soportar es que todo esto
ya no exista. Su señoría, ellos son inocentes.
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