Reseña critica del libro: Womack, John Jr. “Zapata y la revolución mexicana” Editorial Siglo Veintiuno, México, 1969. Si hay una idea que guía el trabajo de John Womack es la frase con la que abre su obra: “Este es un libro acerca de unos campesinos que no querían cambiar y que, por eso mismo, hicieron una revolución” Su trabajo parte de un análisis local pero se enmarca en el contexto general de la estructura agraria mexicana hacia la primera década del siglo XX. A través del relato de la lucha campesina en el estado de Morelos, de las transformaciones, alianzas y rupturas del movimiento zapatista, el autor plantea su hipótesis central de que la revolución mexicana fue una revolución popular agraria. La explicación central que utiliza en su análisis es el conflicto que se produce entre campesinos y “hombres de empresa” en el marco de las expropiaciones cada vez mayores de tierra hacia fines de la era porfiriana. Cuando el descontento popular campesino se sumó a la revuelta de las clases alta y media que habían quedado fuera del régimen y se oponen a la sucesión presidencial., estalló la revolución. Pero para el autor la revolución fue obra del sector agrario, de las masas campesinas que una vez que comprobaron la inercia de cada uno de los sectores que llega al poder, volvieron a revelarse una y otra vez en defensa de sus tierras. Womack parte del estado de Morelos para explicar lo que sucede en general en el México porfiriano. La influencia de los hacendados mexicanos y empresas extranjeras sobre el gobierno les permitía todo tipo de irregularidades a fin de expropiar tierras a los pueblos. En este contexto surgió, a través de un largo proceso, Emiliano Zapata como líder de los campesinos. Este trascendió los límites de un simple líder carismático. Los campesinos siguieron y respetaron a Zapata tanto como él los respetó a ellos y fueron los mismos campesinos quienes le otorgaron la significación que llegó a tener su nombre. Womack analiza la repercusión de las políticas nacionales a nivel estatal y ese es el punto de partida desde el cual explica el surgimiento de la rebelión en Morelos. El avance de la hacienda en perjuicio de los pueblos fue cada vez mayor a lo largo de las últimas décadas del siglo XIX y los primeros años del siglo XX. Los campesinos se convirtieron en aparceros y luego en mano de obra dependiente para la hacienda. La política de los hacendados era de un ataque constante a los pueblos. Esta intromisión cada vez más impune de los intereses de los hacendados a través de las políticas centrales del gobierno provocó la reacción de los campesinos de aldeas y pueblos de Morelos. Para el autor la arbitrariedad de las autoridades estatales y el ataque a la autonomía municipal en Morelos provocó el apoyo popular a la campaña de Francisco Madero. De esta forma comienzan a constituirse “grupos independientes de importancia nacional”. Una explicación central del autor acerca de la especificidad de Morelos se basa en el carácter de la rebelión. Los zapatistas tenían como objetivo la reforma agraria y no sólo la autonomía estatal o el acceso al poder. El Plan de Ayala fue la base de la intransigencia zapatista. En él quedaba claro que ya no se trataba de un movimiento local regional sino de un movimiento de alance nacional que garantizaría la reforma agraria. Womack describe a las fuerzas villistas, en contraposición al movimiento de Morelos, de la siguiente manera: “más fuerza de la naturaleza que de la política, los villistas eran la conmoción rampante.”. Sin objetivos políticos el movimiento villista cayó fácilmente en la desorganización. Esto no sucedió con el zapatismo que aún teniendo que ocultarse durante tiempo, sin provisión de armamentos ni la frontera de Estado Unidos cerca para negociar, perseguidos y aniquilados sus pueblos, vuelven a organizase una y otra vez con más fuerza. Es el objetivo político de defensa de los pueblos lo que explica que el movimiento zapatista haya sobrevivido la muerte de su líder. La figura de Emiliano Zapata recorre todo el trabajo. A través de el relato de la revolución mexicana a nivel nacional, John Womack analiza su actitud frente a las alianzas políticas entre sus fuerzas y el maderismo, el cardenismo, el villismo y el obregonismo. La negativa a establecer este tipo de alianzas y el hecho de replegarse sobre su estado no era una muestra de egoísmo localista. Para el autor podía significar la pérdida de oportunidades políticas, “...pero, al no entrar en tratos deshonrosos había salvado plenamente su honor revolucionario.” Esta actitud de Zapata era la garantía de que no se traicionarían los objetivos del campesinado, de que la revolución del Ejercito Revolucionario del Centro y del Sur seguía su camino independiente, pero a la vez recortó su influencia. “En este provincialismo insistente se encontraban la fuerza y las debilidades del movimiento.”(**) Womack destaca que “...el Ejercito Libertador del Centro y el Sur era un “ejército popular” y este es uno de los Hechos que lo diferencian de La División del Norte a quienes el autor describe como una “corporación militar autónoma”. En Morelos la mediación de los jefes de los pueblos ayudó a trazar lazos de solidaridad entre los campesinos que tenían contacto directo con ellos. Conocían sus necesidades más directamente que los jefes del ejército y esto ayudó a implementar la reforma agraria en Morelos aún antes de que se diera por una política del gobierno central. Para respaldar las ideas centrales del trabajo, John Womack estudia por un lado las especificidades del movimiento zapatista en Morelos y desde esa mirada va analizar la revolución mexicana en general. Para esto utiliza fuentes primarias como el Archivo de Zapata y otros jefes revolucionarios, documento públicos del estado de Morelos, periódicos y revistas de la época; fuentes secundarias, material fotográfico. Todo el material utilizado por el autor para la obra esta claramente detallado al final del libro como “Nota bibliográfica”. “Zapata y la revolución mexicana” de John Womack Jr. se integra en el conocimiento del estado de la cuestión en el marco de la historiografía tradicional que analiza la revolución como un movimiento popular y agrario producto del avance de la hacienda, la opresión al campesinado, y la centralización del gobierno porfiriano. La revolución es popular por que los campesinos luchan por sus propias reivindicaciones y no son sólo instrumentos de las clases medias. El aporte de John Womack es muy importante ya que destaca el carácter popular de la revolución que dejó un legado al pueblo mexicano. El objetivo de defensa de los pueblos y reforma agraria es un elemento central de la rebelión morelense que no estaba presente en el movimiento del norte. Allí quienes hubieran podido reclamar por tierras usurpadas, los indios yaquis, habían sido aniquilados o deportados. Es este objetivo lo que le da el carácter popular y agrario a la revolución. Los cambios en el México posrevolucionario no pueden esconderse detrás de argumentos de continuidad. Si bien continuó la acumulación capitalista y se consolidó la centralización estatal, la revolución dejó reformas innegables y su huella se encuentra en cada rincón del México actual. ¿Qué me dejo leer este libro? Conocer más sobre la revolución mexicana y la rebelión del pueblo de Morelos y su líder Emiliano Zapata. Los zapatistas tenían como objetivo la reforma agraria y no sólo la autonomía estatal o el acceso al poder. El Plan de Ayala fue la base de la intransigencia zapatista. En él quedaba claro que ya no se trataba de un movimiento local regional sino de un movimiento de alance nacional que garantizaría la reforma agraria. La actitud de Zapata era la garantía de que no se traicionarían los objetivos del campesinado, pues, al no entrar en tratos deshonrosos había salvado plenamente su honor revolucionario. Creo que el movimiento zapatista tuvo tal impacto, por que tenían un buen líder el cual siempre velo por los intereses del pueblo de Morelos asta su muerte y al final se consiguió la reforma agraria.