JUZGADO DE PRIMERA INSTANCIA Nº 11 DE GRANADA Avda. del Sur nº 3, Complejo Judicial "La Caleta", edificio central, 3ª planta Fax: 958028858. Tel.: 958028854-55-56-57 N.I.G.: 1808742C20120018097 Procedimiento: Pieza Oposición a Ejec. 953.01/2012. Negociado: 8 Sobre: De: Procurador/a: Letrado: Sr/a. Contra: Procurador/a: Letrado: Sr/a. A U T O Nº 114/13 D. FRANCISCO SANCHEZ GALVEZ En Granada, a uno de abril de dos mil trece HECHOS PRIMERO.- Por Cajas Rurales Unidas, Sociedad Coop. de Crédito se interpuso demanda de Ejecución Hipotecaria contra D.…………………, dictándose con fecha 11 de octubre de 2012 auto despachando ejecución, acordándose el requerimiento de pago a los mismos y la notificación del auto con entrega de copia de la demanda interpuesta. SEGUNDO.- Por la procuradora Sra. Rodriguez Orduña, en la representación que tiene acreditada de D.…………..se formuló oposición a la ejecución despachada, acordandose abrir la presente pieza para su sustanciación y señalándose la comparecencia prevista en el artículo 695.2 de la LEC el pasado día once de marzo a las diez cincuenta horas, la que tuvo lugar con el resultado que consta grabado por medios audiovisuales. RAZONAMIENTOS JURIDICOS PRIMERO.- En nombre de D.……….se formula oposición a la ejecución hipotecaria alegando pluspetición por considerar abusiva la cláusula en la que se establece que el interés moratorio exigible es del 18’75% anual, enfrentándose a la impugnación de la entidad ejecutante, hoy Caja……………………………….que aduce, en primer término, que este motivo de oposición no se contempla en el artículo 695 de la LEC y que se formula por parte de los fiadores; si bien esto último contrasta con el carácter de deudores no hipotecantes por asunción de deuda que se reconoce a aquéllos en virtud de la novación modificativa que la causante de esta entidad concertó con ellos y Dª…………………, tal y como ya se advirtió al requerir la subsanación de la demandada de ejecución hipotecaria. SEGUNDO.- La sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 14 de marzo de 2013, parte del mismo fundamento que se invocaba en la de 14 de junio de 2006, emanado de la Directiva 93/13/CEE del Consejo, de 5 de abril de 1993, sobre las cláusulas abusivas en los contratos celebrados con consumidores, como es el de que el sistema de protección que establece la Directiva se basa en la idea de que el consumidor se halla en situación de inferioridad respecto al profesional en lo referido tanto a la capacidad de negociación como al nivel de información, por lo que, habiendo subrayado ya en varias ocasiones que el juez nacional deberá apreciar de oficio el carácter abusivo de una cláusula contractual incluida en el ámbito de aplicación de la Directiva para subsanar, de este modo, el desequilibrio que existe entre el consumidor y el profesional, tan pronto como disponga de los elementos de hecho y de Derecho necesarios para ello, ha venido a declarar que la conjunción de un procedimiento de ejecución hipotecaria que no da cabida a que el consumidor pueda oponerse, con efectos suspensivos, por abusividad de las cláusulas del contrato, y la remisión a un procedimiento ordinario en el que no se contempla la suspensión cautelar del procedimiento de ejecución para garantizar la efectividad de la resolución final, cuando se plantee esa misma cuestión, menoscaba la protección que pretende garantizar la Directiva, de modo que teniendo en cuenta, por un lado, que la cuestión prejudicial planteada conlleva un contenido de impugnación por incumplimiento, habida cuenta que presupone un defecto del sistema procesal para brindar las garantías exigibles por el consumidor, y, por otro, que ostenta un valor de prejudicial innato sobre una cuestión procesal que no tiene el carácter particular del caso concreto, sino general y de orden público, que obligaría al propio Tribunal a pronunciarse en idéntico sentido si se siguiese el mismo trámite, en tanto el legislador da cumplimiento a la obligación de adecuar el sistema procesal al mandato de la Directiva deben ofrecerse al consumidor ambas posibilidades que el Tribunal plantea como alternativas, a saber: Plantear oposición por el trámite previsto en el artículo 695 y dentro del plazo de oposición a la ejecución aplicable con arreglo a los artículos 681 y 557 por considerar que una cláusula, en este caso la relativa al interés de demora, es abusiva en los términos previstos en la propia Directiva o en la legislación nacional (Ley General de Defensa de los Consumidores y Usuarios, vigente en la fecha en que perfeccionó el contrato). Incluso, de haber precluido este plazo, habría de admitirse la oposición siempre que no hubiese concluido la ejecución, en la medida en que no se le haya apercibido expresamente al deudor que podía hacerlo, al no estar previsto expresamente en el citado artículo 695. En caso de que, con arreglo al artículo 698, se hubiese formulado demanda de juicio declarativo instando la inefectividad de la cláusula abusiva, promover la suspensión cautelar de la ejecución hipotecaria para garantizar la eficacia de la resolución definitiva. En consecuencia ha de considerarse admisible la oposición formulada en el plazo para oponerse a la ejecución despachada, dado que los deudores han de considerarse consumidores, al ser personas físicas que contratan servicios financieros con una entidad dedicada a la prestación de los mismos; siendo evidente que se trata, además, de un contrato con cláusulas no negociadas individualmente, y entre ellas se encuentra la relativa al interés moratorio. TERCERO.- Esta misma sentencia señala concretamente, en cuanto a la cláusula relativa a la fijación de los intereses de demora, que procede recordar que, a la luz del número 1, letra e), del anexo de la Directiva, en relación con lo dispuesto en los artículos 3, apartado 1, y 4, apartado 1, de la misma, el juez deberá comprobar en particular, por un lado, las normas nacionales aplicables entre las partes en el supuesto de que no se hubiera estipulado ningún acuerdo en el contrato controvertido o en diferentes contratos de ese tipo celebrados con los consumidores y, por otro lado, el tipo de interés de demora fijado con respecto al tipo de interés legal, con el fin de verificar que es adecuado para garantizar la realización de los objetivos que éste persigue en el Estado miembro de que se trate y que no va más allá de lo necesario para alcanzarlos. Esta resolución proporciona, por ende, un criterio finalista, puesto que se ha de verificar si la operativa y el tipo de interés de demora son adecuados en este caso, por un lado, para proporcionar al acreedor cierta garantía de resarcimiento por los perjuicios inherentes a la demora en la recuperación del capital invertido en el préstamo y sus intereses remuneratorios, y, por otro, para actuar como disuasión frente actitudes negligentes o deliberadas del deudor respecto al cumplimiento de sus obligaciones esenciales; pero que no va más allá de esas finalidades. A estos efectos proporciona también un criterio comparativo, puesto que se habrán de considerar las normas nacionales aplicables entre las partes para el supuesto de que no se hubiera estipulado ningún acuerdo en el contrato controvertido o en diferentes contratos de ese tipo celebrados con los consumidores y, por otro lado, el tipo de interés de demora fijado con respecto al tipo de interés legal. Por tanto la referencia más inmediata es la que proporciona la Ley 16/2011, cuyo artículo 20.4 establece que “En ningún caso podrá aplicarse a los créditos que se concedan en forma de descubiertos a los que se refiere este artículo un tipo de interés que dé lugar a una tasa anual equivalente superior a 2,5 veces el interés legal del dinero” (contenido que es similar al del artículo 19.4 de la derogada Ley 7/1995, vigente en el momento en que se concertó el préstamo hipotecario) puesto que precisamente se trata de legislación dirigida a la protección del consumidor, siendo obvio que un interés del 18’75 % anual rebasa con creces esa referencia, considerando que el interés legal estaba fijado en el 4% anual en 2012 y no ha rebasado el 5’50% en el período comprendido entre 2006 y 2012, lo que representa una diferencia entre 8 y 4’75 puntos porcentuales, que aumenta considerablemente si se compara con el tipo de interés remuneratorio pactado ( euribor a un año, que nunca ha superado el 4’846 % en el período, con medias mucho más bajas, más 1’50 puntos), que constituye otra referencia valorativa para determinar la adecuación o el exceso en las finalidades, según alguna resolución ( es el supuesto resuelto por auto de la sec.1ª Audiencia Provincial de Madrid de 6 de julio de 2.012,Audiencia Provincial de las Palmas sec. 4ª del 21 de Noviembre del 2011 ). Con cualquiera de esos referentes ha de concluirse que el diferencial que presenta el interés moratorio pactado va más allá de las legítimas finalidades que puede esgrimir la acreedora y, por ende, conforme a la Directiva citada y a nuestra propia Ley General para la Defensa de Consumidores y Usuarios ( art. 10 bis), ha de considerarse, a efectos de este procedimiento, como cláusula abusiva, teniendo en cuenta, además, la previsión implícita de capitalización de demoras anteriores y, eventualmente, de cualquier otro gasto contabilizado en cuenta, todo lo cual entraña una penalización desproporcionada, porque no guarda relación concebible con los perjuicios que haya de soportar la entidad acreedora, máxime si se tiene en cuenta que se da el mismo tratamiento a las demoras aplicadas sobre el importe a que asciende cada aplazamiento que a las que se aplican sobre el capital vencido anticipadamente, tratándose de supuestos distintos que merecerían distinto tratamiento, habida cuenta de la importantísima trascendencia económica que entraña aplicar un tipo de interés tan elevado sobre todo el capital pendiente y que la eventual satisfacción del crédito del ejecutante aplicando dicho interés moratorio sobre el capital vencido anticipadamente con antelación a la finalización del plazo de duración del préstamo pactado (30 de junio de 2038) podría suponer un beneficio injustificado, puesto que la expectativa en caso de cumplimiento del contrato es la de reembolso del capital prestado con el interés remuneratorio a lo largo de ese período, según la tabla de amortizaciones pactadas. Ello supone que la cantidad reclamada en concepto de demoras no se considera exigible en este procedimiento, por lo que la ejecución ha de seguir adelante excluyendo los 12’77 € que el ejecutante reclama como intereses moratorios vencidos; y que, declarada judicialmente la inaplicación de la cláusula específica sobre interés moratorio, debe entrar en juego lo dispuesto en el artículo 1.108 del Código Civil, de suerte que las demoras se han de liquidar, una vez adjudicada la finca o aprobado el remate, conforme al artículo 670.2 de la LEC, al tipo previsto para el interés remuneratorio, puesto que, conforme a la sentencia del mismo Tribunal de 14 de junio de 2012 el artículo 6, apartado 1, de la Directiva 93/13 debe interpretarse en el sentido de que se opone a una normativa de un Estado miembro, como el artículo 83 del Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias, que atribuye al juez nacional, cuando éste declara la nulidad de una cláusula abusiva contenida en un contrato celebrado entre un profesional y un consumidor, la facultad de integrar dicho contrato modificando el contenido de la cláusula abusiva. PARTE DISPOSITIVA En atención a lo expuesto, Estimando abusiva a los efectos de este procedimiento la estipulación relativa al interés moratorio, se excluyen de la ejecución despachada 12’77 € que el ejecutante reclama como intereses moratorios vencidos, y se liquidarán las demoras devengadas y las que se devenguen durante la ejecución adicionando 0’50 puntos porcentuales al euribor a un año en cada período de liquidación o, en su defecto, al “tipo medio de los préstamos hipotecarios a más de tres años, de bancos”. Contra esta resolución cabe recurso de REPOSICIÓN ante este Juzgado, no obstante lo cual, se llevará a efecto lo acordado. El recurso deberá interponerse por escrito en el plazo de CINCO DÍAS hábiles contados desde el siguiente de la notificación, con expresión de la infracción cometida a juicio del recurrente, sin cuyos requisitos no se admitirá el recurso (artículos 451 y 452 de la LEC). Para la admisión del recurso deberá efectuarse previamente constitución de depósito en cuantía de 25 euros, debiendo ingresarlo en la cuenta de este Juzgado nº 176100000595312, indicando en las Observaciones del documento de ingreso que se trata de un recurso seguido del código 00 y tipo concreto del recurso, de conformidad con lo establecido en la L.O 1/2009 de 3 de noviembre, salvo concurrencia de los supuestos de exclusión previstos en el apartado 5º de la Disposición adicional decimoquinta de dicha norma o beneficiarios de asistencia jurídica gratuita. Lo acuerda y firma el/la MAGISTRADO-JUEZ, doy fe. EL/LA MAGISTRADO-JUEZ EL/LA SECRETARIO/A “En relación a los datos de carácter personal, sobre su confidencialidad y prohibición de transmisión o comunicación por cualquier medio o procedimiento, deberán ser tratados exclusivamente para los fines propios de la Administración de Justicia (ex Ley Orgánica 15/99, de 13 de diciembre, de protección de datos de carácter personal)”.