Política de la ITF sobre piratería y robo a mano armada contra buques

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Política de la ITF sobre piratería y robo a
mano armada contra buques
Introducción
1. Desde hace varios años se constata un aumento de los ataques de piratería y los robos a mano
armada contra los buques y sus tripulaciones, ataques que adquieren un carácter cada vez más
violento y temerario. Debido a la inestabilidad que impera en muchos países, parece poco probable
erradicar totalmente este fenómeno, pero sí se pueden adoptar medidas que minimicen el
problema, como patrullas policiales eficientes o medidas disuasorias eficaces. Los problemas
jurisdiccionales continúan planteando un obstáculo al enjuiciamiento de los piratas. La falta de
ratificaciones que posee el Convenio de 1998 de la Organización Marítima Internacional para la
represión de los actos ilícitos contra la seguridad de la navegación marítima, impide
frecuentemente llevar ante los tribunales a los delincuentes. La piratería y el robo armado en el
mar constituye un problema persistente que preocupa a la ITF y que condenan universalmente
todos los sindicatos marítimos.
2. El transporte marítimo constituye el motor de la economía globalizada y, por lo tanto, cualquier
incidente de piratería o robo a mano armada contra un buque puede perjudicar la paz y la
seguridad internacionales.
El problema para la gente de mar
3. Los marinos son personal civil e intenta navegar sus buques de forma segura a través de unas
aguas restringidas y congestionadas. La gente de mar tiene el derecho legal a disfrutar de un lugar
de trabajo y de vida seguro y no violento. Sin embargo, los ataques violentos les plantea una
amenaza cada vez mayor. Por su parte, las empresas navieras están inmersas en una incesante
política de reducción al mínimo de la tripulación que deja a los buques como presa fácil de los
delincuentes.
4. Los propietarios se muestran reticentes a instalar nuevas tecnologías, como circuitos cerrados de
televisión o alarmas con sensores, y a contratar a personal de vigilancia fiable en las áreas de
mayor riesgo.
5. Las directrices de la OMI y de la Federación Naviera Internacional (ISF) disponen la necesidad de
"guardias nocturnas reforzadas," de guardias visuales y de seguridad las 24 horas del día. Pero
pocas personas a bordo de los atareados buques de hoy en día están disponibles para realizar
dichas tareas. Los guardias de seguridad que se ofrecen en puerto o en fondeo, suelen ser poco
fiables e incluso estar confabulados con los delincuentes.
6. En los casos recientes en que la tripulación de los buques secuestrados ha sufrido robos, malos
tratos u abandono y que los piratas han sido capturados, las incertidumbres acerca del derecho
aplicable han impedido juzgar a las personas inculpadas y, por lo tanto, no ha servido como
disuasión de actos similares en el futuro. Otro problema alarmante es el secuestro de miembros de
la tripulación para conseguir un rescate.
Definiciones
7. La definición de piratería que encontramos en el artículo 101 de la Convención de las Naciones
Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), limita los actos ilícitos a aquellos perpetrados en:
“un lugar no sometido a la jurisdicción de ningún Estado”
8. La OMI define el robo a mano armada contra los buques como:
“Todo acto ilícito de violencia o de detención o todo acto de depredación o de amenaza de depredación, que no
sean actos de “piratería,” dirigidos contra un buque o contra personas o bienes a bordo de éste, dentro de la
jurisdicción de un Estado respecto de tales delitos;
9. ITF suscribe estas definiciones y cree que la gente de mar debería estar protegida de los ataques de
piratería y de los robos a mano armada, independientemente de donde se halle la embarcación.
Para la gente de mar no hay diferencia entre encontrarse en alta mar o en aguas territoriales,
fondeados o atracados. Mientras la tripulación habite y trabaje a bordo de un buque, tiene derecho
a disfrutar de un entorno de trabajo y de unas condiciones de vida decentes y seguras.
10. ITF participa de manera destacada en diversos foros internacionales y:
1.
2.
3.
4.
Reconoce y promueve con ahínco las directrices y convenciones aprobadas por la Asamblea
General de las Naciones Unidas y por la Organización Marítima Internacional;
Lamenta que algunas naciones no respondan a los llamamientos a la cooperación regional
lanzados por la OMI y la ONU que permitirían acometer medidas conjuntas para erradicar la
piratería y el robo a mano armada contra buques;
Cree que la gente de mar tiene derecho a disfrutar de un entorno de trabajo y de unas
condiciones de vida decentes y seguras; y
Condena que los Estados ribereños y del pabellón no reconozcan sus responsabilidades de
conformidad con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS).
11. ITF exige la erradicación de la piratería y del robo a mano armada, una auténtica plaga del
transporte marítimo de nuestros días, para ello se esforzará por:
1.
Respaldar en la mejor forma posible los instrumentos aplicables para el enjuiciamiento de los
actos de piratería y de robo a mano armada;
2. Participar de forma destacada en todos los foros que impulsen un mayor compromiso político
con la erradicación y la lucha contra la piratería y el robo a mano armada;
3. Incrementar las medidas coordinadas minuciosamente, tanto en el ámbito regional como
internacional, encaminadas a patrullar las aguas internacionales y nacionales;
4. Dada la importancia de la navegación mercante para la economía mundial, procurar que
intervengan todos los organismos pertinentes de las Naciones Unidas y, en concreto, la
Asamblea General y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas;
5. Cuando sea posible, promover un mayor uso de las medidas de seguridad no violentas a
bordo de los buques e investigar todos los avances tecnológicos en equipamientos de
seguridad para embarcaciones;
6. Insistir en que se aumente la tripulación de los buques que navegan por áreas de elevado
riesgo de sufrir ataques de piratas y robos armados, con objeto de facilitar las directrices
recomendadas a los propietarios tendientes a aumentar las tareas de vigilancia y de control;
7. Promover todas las medidas disuasorias apropiadas para evitar que la gente de mar sea
víctima de los ataques de piratería y de los robos a mano armada;
8. Apoyar la contratación a bordo de guardias de seguridad privados que posean la formación
adecuada y sean fiables. En zonas de riesgo elevado donde la tripulación es mínima, esta
custodia debería permanecer durante la travesía de la embarcación;
9. Ponerse en contacto con los sindicatos afiliados afectados con miras a identificar los puertos
problemáticos y, cuando las circunstancias lo requieran, formular una solución adecuada;
10. Previa consulta con los sindicatos portuarios afiliados a la ITF, y conjuntamente con los
propietarios, acometer todas las medidas a nuestro alcance para garantizar la protección de la
gente de mar cuando se identifique que un puerto o un área de fondeo inmediata plantea un
riesgo inaceptable para la gente de mar; y
11. Conjuntamente con el propietario, insistir en la necesidad de un mayor nivel de seguridad del
puerto o de la terminal privada.
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