Al fin será la paz y la corona los vítores, las palmas sacudidas, y un aleluya inmenso como el cielo para cantar la gloria del Mesías. La Ascensión del Señor Hch 1, 1-11 l Lo vieron levantarse. Sal 46 l Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas. Ef 4, 1-13 l A la medida de Cristo en su plenitud. Mc 16, 15-20 l Subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Será el estrecho abrazo de los hombres, sin muerte, sin pecado, sin envidia; será el amor perfecto del encuentro, será como quién llora de alegría. Porque hoy remonta el vuelo el sepultado y va por el sendero de la vida a saciarse de gozo junto al Padre y a preparar la mesa de familia. Se fue, pero volvía, se mostraba, lo abrazaban, hablaba, compartía; y escondido la Iglesia lo contempla, lo adora más presente todavía. Hundimos en sus ojos la mirada, y ya es nuestra la historia que principia, nuestros son los laureles de su frente aunque un día le dimos las espinas. Que el tiempo y el espacio ilimitados sumisos al Espíritu se rindan, y dejen paso a Cristo omnipotente, a quién gozoso el mundo glorifica. (Himno de la Liturgia de las Horas) Monasterio de Nuestra Señora de la Piedad Dominicas Contemplativas Palencia dominicaspalencia@dominicos.org 20 Mayo AL FIN SERÁ LA PAZ Y LA CORONA www.diocesispalencia.org medios@diocesispalencia.org Subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios Y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos». Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a predicar por todas partes y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban. Marcos 16, 15-20 les dará la fuerza para ser sus testigos hasta los confines del mundo. Y en presencia de ellos comenzó a elevarse hacia el cielo. S an Marcos en el Evangelio apunta algo más: “Ascendió al cielo y se sentó a la derecha de Dios”. S. Pablo, en la carta a los de Éfeso los repite: “El Padre de la gloria desplegó en Cristo la eficacia de su fuerza poderosa, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo…”. ¡Qué grande es la gloria, el poder del Señor Jesús! ¿Quién dijo “miedo”? El está con nosotros hasta el final. Con razón decía San Pablo: “Todo lo puedo en Aquel que me sostiene y conforta”. O ro dato interesante nos aporta S. Marcos: “Jesús se apareció a los once y les dijo: “Id al mundo entero y predicad el Evangelio a toda la creación”. Los apóstoles cumplieron el encargo; y Dios confirmaba su palabra con signos. La Iglesia sigue empeñada en la Nueva Evangelización. Hoy nos toca a nosotros llevarla a cabo. D entro del período litúrgico del Tiempo Pascual, nuestra Madre la Iglesia celebra este domingo el misterio de la Exaltación de Cristo Resucitado a la gloria del Padre. Es como el culmen, el punto final de su vida terrena, como uno de tantos. Se despojó de su rango como Dios que era, para asumir la condición de esclavo, y así redimir a toda la Humanidad, que desde los orígenes había pretendido “ser como Dios”. T erminada su misión, el Padre, en respuesta a su obediencia hasta la muerte en cruz, le concede el Nombre sobre todo nombre; le constituye Señor del Universo y de la historia; Cabeza de la Iglesia, que es el cuerpo de la nueva humanidad nacida del agua y del Espíritu. E n apoyo de nuestra fe en el misterio de la Ascensión, el libro de los Hechos de los Apóstoles nos narra la última aparición de Cristo Resucitado y los suyos, recomendándoles que esperen en Jerusalén a recibir el Espíritu Santo que l ¿Me siento invitado por la Iglesia en esa tarea evangelizadora? l ¿Intento hacer presente hoy, entre mis familiares, amigos, compañeros de trabajo… a Jesucristo, que sigue vivo entre nosotros? ¿Mi vida responde a su mandamiento de amar a los hermanos, que son El otra vez, desde el servicio y la ayuda? l