¿Qué significa realmente salir de la crisis? Cuando un ciudadano cualquiera le pregunta a un economista cuándo salimos de la crisis, el economista no sabe qué contestar. En efecto, ¿qué significa concretamente salir de la crisis?. A mí se me ocurren algunas respuestas: 1) cuando el IBEX 35 recupere los 16.000 puntos, 2) cuando volvamos a tasas de inflación del tres por ciento anual, 3) cuando volvamos a tener superávit en las cuentas públicas, 4) cuando la economía crezca al cuatro por ciento cada año, 5) cuando la tasa de paro vuelva a ser inferior al ocho por ciento. Podemos seguir así indefinidamente. Todas estas cosas sucederán en el futuro pero lo conseguiremos en distintos momentos del tiempo. El IBEX llegará a los 16.000 bastante antes que la tasa de paro se reduzca por debajo de los ocho puntos y, esto último, bastante antes de que recuperemos el superávit en las cuentas públicas. Salir de la crisis tiene una definición clara y contundente: recuperar los niveles perdidos en la producción nacional. El concepto de crisis se refiere a una situación en el tiempo en la cual la producción total de una economía disminuye o se estanca. Esta disminución del PIB aparece acompañada de una disminución también en el empleo total, de una relajación en el crecimiento de los precios, de un incremento en los inventarios de las empresas, en un aumento de los impagados y de la morosidad bancaria, etc. En fin, de un cuadro recesivo. Algunas crisis suelen presentarse tras un largo e intenso periodo de crecimiento. Este ha sido el caso de las dos últimas crisis de la economía española: la de 1992 y la de 2009. La crisis de 1992 fue precedida de 43 trimestres de un crecimiento muy intenso y la de 2009 de 59 trimestres que han transformado profundamente nuestra sociedad. En este sentido nada nuevo: crisis y crecimiento son los pasos sucesivos (e inevitables) del desarrollo capitalista. Las crisis tienen todas forma de V. Llegado un momento el PIB comienza a disminuir hasta alcanzar un mínimo (el vértice de la V) y, a partir de ahí se vuelve a recuperar hasta alcanzar el nivel original previo a la crisis. El tiempo de bajada se denomina recesión y el de subida recuperación. A veces la V adopta formas curiosas: puede parecer una W, una U e, incluso, una L (a la japonesa). Pero siempre es igual: caída hasta el vértice mínimo y recuperación hasta alcanzar el nivel anterior a la crisis. Y esto es válido tanto para el producto como para el empleo. (Y para el IBEX, la venta de automóviles, la construcción de viviendas, etc.) El producto En la crisis de 1993 el PIB español estuvo cayendo durante cinco trimestres consecutivos, llegando a perder solamente un 2,5 por ciento del PIB inicial. Este porcentaje se recupera en los 4 trimestres siguientes de tal modo que, en total, la crisis duró 9 trimestres de tal modo que, a finales de 1993, el PIB español era prácticamente el mismo que a principios de 1992: en total dos años perdidos. En la crisis actual las cosas vienen peor dadas. El nivel máximo de PIB se obtiene en el segundo trimestre de 2008 y en el segundo trimestre de 2009 ya se había perdido el 4,2 por ciento del PIB inicial. Las previsiones para lo que falta de 2009 y 2010 apunta a que el vértice de la V podría localizarse a finales de 2010 con una pérdida total circa el siete por ciento sobre el nivel inicial. Casi tres veces más que en la crisis de 1993. Sobre la fase de recuperación no tenemos ninguna idea excepto que, haber, la habrá. El empleo Aquí tenemos un elemento con un comportamiento claramente singular y específico de la economía española: las crisis en el empleo empiezan antes y duran bastante más que las crisis en términos de PIB. En 1992 el empleo cae durante diez trimestres consecutivos, de tal forma que se pierden el ocho por ciento de los empleos iniciales (casi 1.000.000 de empleos). Alcanzado el vértice de la V, la fase de recuperación dura doce trimestres adicionales, de tal manera que los 13.100.000 empleos del tercer trimestre de 1991 se recuperan 22 trimestres más tarde, a principios de 1997. En la crisis actual se repite el fenómeno pero mucho más intensamente. El nivel máximo de empleo (20,5 millones de trabajadores) se alcanza en el tercer trimestre de 2007. A partir de ahí el empleo disminuye todos los trimestres, llegando al segundo de 2009 con 1,5 millones de empleos menos, esto es perdiendo el ocho por ciento del empleo inicial. Las previsiones para lo que falta de 2009 y 2010 es que el empleo siga disminuyendo encontrando el vértice en algún momento iniciada la próxima década. La crisis de 1992 nos enseña como la recuperación en términos de PIB es sustancialmente más corta que en términos de empleo: mientras el primero recupera los niveles iniciales en 9 trimestres, el empleo necesita 22 trimestres. Recordemos que 22 trimestres son cinco años y medio. Este aspecto viene al caso dado que la crisis actual es, básicamente, una crisis de restricción de crédito. En otros términos, los quince años de crecimiento intenso que hemos dejado atrás estuvieron basados, entre otros factores, en unas facilidades de crédito desconocidas en la economía española, donde los tipos de interés nominales han sido habitualmente inferiores a la inflación, y una etapa en la cual el acceso al crédito de las empresas y las familias ha sido de una exuberancia irracional. La crisis actual comienza, como es lógico, cuando aparecen los primeros impagados (las subprime en Estados Unidos) afectando a las cuentas de resultados de los bancos y, en algunos casos, afectando también a su propia solvencia. Ahora bien, en la crisis actual una destrucción de empleo que se acerque a los tres millones de trabajadores generaría unas subprimes made in Spain que el sistema financiero español tardaría en digerir. Fundamentalmente por dos razones: tres millones de empleos perdidos son muchos (representan el 15 por ciento de los iniciales y una tasa de paro por encima del 20 por ciento) y estaría la mayor parte bajo el epígrafe de parados de larga duración. Para redondear la jugada, aunque los economistas estamos seguros de muy pocas cosas, si sabemos de la relación directa entre la tasa de desempleo y la morosidad bancaria. 110,0 La crisis de 1992: Producción y Empleos en términos absolutos (Máx. = 100) 108,0 106,0 13.120.200 Empleos a T391 104,0 22 Trimestres 102,0 9 Trimestres 100,0 98,0 96,0 94,0 92,0 12.088.500 Empleos a T194 90,0 T0191 T0391 T0192 T0392 T0193 T0393 T0194 T0394 T0195 T0395 T0196 T0396 T0197 T0397 110,0 La crisis de 2009: Producción y empleos en términos absolutos (Máx.=100) 108,0 106,0 20.510.600 Empleos en T307 104,0 PIB Máximo en T208 102,0 100,0 98,0 96,0 94,0 92,0 90,0 T0107 T0307 T0108 T0308 T0109 T0309 T0110 T0310 T0111 T0311 T0112 T0312 T0113 T0313