Los beneficios de tocar un instrumento musical El cerebro tiene dos hemisferios definidos, ambos complementarios y a la vez entrelazados. La parte abstracta y la parte racional se necesitan una a la otra. Dentro de la parte abstracta se encuentra el arte y si se desarrolla éste, todo el cerebro incrementará su potencial. Un instrumento musical, realmente es una herramienta muy útil para lograr el desarrollo integral de toda persona y potenciarla tanto en creatividad como en la salud mental y hasta orgánica. Practicar de forma habitual mejora las habilidades del lenguaje, la memoria, la conducta o la inteligencia espacial (capacidad para percibir de forma detallada el mundo y formar imágenes mentales de los objetos). Además de los beneficios fisiológicos citados, la práctica de tocar mejora el estado anímico de los niños y su relación con los demás. En el terreno individual, tocar un instrumento convierte a quien lo hace en una persona metódica que cuida los detalles, planifica bien las tareas y tiene mucha capacidad de atención. Esta conducta puede trasladarse a la labor propia del estudiante, a quien se exige calidad y resultados. La música es un medio de expresión, y una consecuencia de ello es una buena autoestima. Enseña a los jóvenes a vencer el miedo y asumir riesgos, aporta seguridad y autoconfianza. Si se forma parte de una orquesta o grupo, la práctica mejora el trabajo en equipo y la disciplina: para que una orquesta suene bien, el conjunto debe trabajar en armonía. Favorece el compromiso para aprender, asistir a los ensayos y practicar en casa. Otros beneficios asociados a la práctica musical son: Mayor coordinación: En el aspecto físico, la correcta ejecución de un instrumento musical logra desarrollar la coordinación corporal. Por ejemplo al tocar la batería, algunos ejercicios requieren que las cuatro extremidades realicen movimientos a diferentes tiempos. Incrementa la confianza: en uno mismo porque a través de la música la persona puede expresarse y mostrar a los demás lo que le gusta y es capaz de hacer. A lograr sus metas hará que el alumno vaya confiando cada vez más en sí mismo y más aún al compartir su talento con otras personas donde será aceptado y reconocido. Ayuda a vencer algunos miedos: Un niño o adolescente que tenga pánico a hablar en público o pararse frente a un escenario, al tocar un instrumento le ayudará a eliminarlo porque conforme se vaya involucrando en ese aprendizaje, ira creando confianza que lo llevará a tomar la decisión de presentarse ante otras personas y sentir menos miedo en cada presentación. Genera relaciones sociales más profundas: Una persona que toca algún instrumento enseguida llama la atención, nos acercamos a ella simplemente porque a la mayoría nos gusta la música. Así que el ser alguien a quien le guste mucho la música y sepa tocar atraerá a otros iguales a él mismo, llegando quizás a formar lazos de amistad muy fuertes. El aprendiz se vuelve más creativo en la solución de problemas cotidianos. Incrementa la productividad y concentración, por lo que se vuelve más una persona más asertiva. Ejercita la memoria: Al tocar el piano por ejemplo, el uso constante de los dos hemisferios cerebrales al utilizar ambas manos y diez dedos simultáneamente, ejercita la memoria teniendo mayor agilidad mental. Basándose en lo anterior, se dice que las personas que han practicado piano desde muy niños son menos propensas a padecer en su vejez enfermedades neurodegenerativas. Mejora sin duda las habilidades del lenguaje, la conducta o la inteligencia espacial, ésta última fundamental para resolver ágil y acertadamente problemas relacionados con su enseñanza así como los cotidianos. Reduce el stress y la depresión: La música es un tranquilizante natural, en un momento tenso quien escucha música que le gusta lo relaja y le dará ánimos para salir delante, ahora imagínate lo que esa música hará si eres tu quien la está reproduciendo. Disminuye la presión sanguínea. Sé es más feliz. Fomenta la constancia y la disciplina, ya que aprender a tocar un instrumento es un reto que requiere de práctica constante y paciencia; estos elementos se vuelven también parte de la vida cotidiana de la persona. La persona se vuelve más consciente porque se da cuenta de que si quiere llegar a dominar tal instrumento debe dejar para después algunas cosas que también le agradan. Se adquiere mayor sensibilidad auditiva y táctil, llegando a tener un control mayor sobre el cuerpo. En definitiva, aprender a tocar cualquier instrumento mejora la vida en general. Prof. Nelson Muñoz M. Music Teacher, Primary Branch American British School, 2013