editorial

Anuncio
EDITORIAL
UNA VISIÓN ECONÓMICA DEL SECTOR SALUD
El tema de la privatización y del déficit fiscal está en boca de todos. Por esta razón es importante
formularse algunas interrogantes de carácter económico, sobre las diferentes opciones para organizar el
sector salud y qué problemas y ventajas traen estas desde el punto de vista de la correcta asignación de
los recursos.
El problema económico consiste en la existencia de recursos limitados para satisfacer una cantidad
ilimitada de necesidades; lo que lleva a la conclusión de que sólo algunas de las necesidades serán
satisfechas. Por tal razón, la sociedad debe responder a las siguientes preguntas: ¿Qué producir?,
¿Cómo producirlo? y ¿Para quién serán los beneficios? La respuesta a estas preguntas dependerá del
sistema económico en que se está inmerso. Este puede ser de varios tipos: 1) El Socialista, donde todas
las decisiones son tomadas por las autoridades; 2) El Sistema de Precios y Asignación de Recursos,
donde son los precios y la oferta y la demanda las que regulan la producción y 3) Los sistemas mixtos,
que incluyen aspectos de los dos anteriores.
¿Cómo visualizar esta problemática en el sector salud? Muy sencillo, el sector posee recursos limitados
(recursos presupuestarios, de infraestructura, de información, etc.) con los que no puede abarcar todas
las cosas que quisiera. Por lo tanto, el sector debe decidir qué necesidades van a satisfacer, cómo
utilizará sus recursos (por ejemplo, una cirugía menor puede ser realizada por un médico general o por
un especialista; los archivos pueden ser guardados en papel o en disco de un ordenador) y, por último,
quiénes serán los beneficiados con los servicios que otorgue el sector salud.
Cada sistema de toma de decisiones tiene sus peculiaridades. Cuando es el sector público el que
organiza al sector salud se pueden presentar varias situaciones: los demandantes, al pagar
contribuciones fijas, utilicen los servicios de salud o no y sean estos caros o no, no reflejan
adecuadamente la demanda. ¿Cuál es la importancia de esto? Simple: para poder decidir cuáles
necesidades deben ser satisfechas, se debe conocer a cuáles necesidades se les da más importancia;
en el sistema de precios, los demandantes muestran por medio de su demanda, cuáles necesidades son
más importantes para ellos y esto depende del precio que estén dispuestos a pagar por ellas. En el
sector salud por el problema antes descrito aparecen, por ejemplo, los policonsultantes y el uso de
servicios muy especializados para tratamientos simples. Si los usuarios valorizaran los servicios
modificarían su comportamiento; por ejemplo, no acudirían a hospitales especializados para tratarse
problemas simples que podrían ser tratados en las clínicas. Otros problemas incluyen los recursos que
se van a utilizar, ya que el sector público no sólo debe utilizar recursos para el sector salud, sino que
debe financiar otros sectores como la educación y la seguridad. También cabe destacar que el sector
público debe ser cuidadoso con el monto que cobre por concepto de planillas, ya que esto se
puede interpretar como un encarecimiento artificial del factor trabajo, lo que puede llevar a la evasión ya
largo plazo al desempleo, cosa que terminaría por dañar la atención de la salud.
Si el sector salud fuera manejado en forma privada, los problemas arriba mencionados serían eliminados
o por lo menos minimizados, pero dadas sus peculiaridades se darían otros problemas. El sector salud
produce amplias externalidades positivas, palabra que significa beneficios a terceras personas,
obtenidos de alguna transacción; por ejemplo, al realizar una campaña de vacunación en alguna región,
no sólo se beneficiarían los habitantes de dicha región sino tos de las regiones aledañas. Sin embargo,
suponiendo que el problema fuera conducido por alguna empresa privada el monto pagado,
demandando y ofrecido por dichas vacunas únicamente sería pagado por las personas que fueron
vacunadas, subestimando así el valor de las necesidades satisfechas. Por el contrario, servicios más
Sofisticados presentan pocas externalidades positivas y otorgan en términos generales una menor
satisfacción social, aunque suelen ser más lucrativos. Es por esta razón que la sociedad y en particular
las empresas oferentes de los servicios médicos tenderán a inclinarse hacia actividades que presenten
pocas externalidades y en términos generales produzcan una menor satisfacción social. Además de este
problema, se debe evitar la formación de monopolios a nivel privado de servicios de salud, ya que no se
puede permitir la manipulación de servicios tan importantes. Por último, dada la poca información que
poseen los oferentes y los demandantes acerca del servicio que se requiere, el paciente no sabe qué
clase de servicio necesita, carencia que comparte con el médico hasta que este lo examine.
Deben considerarse dos aspectos más: primero, tomar en cuenta factores normativos como la equidad y
la justicia; segundo, considerar otros intereses que hacen que los métodos de producción no sean
muchas veces los más eficientes, léase aquí contratos salariales, presiones sindicales y muchos otros
factores que restan flexibilidad a los métodos de producción.
La solución es una cuestión delicada y probablemente yace en un punto intermedio, quizá con una
mayor participación del gobierno en aquellas actividades que traen grandes externalidades y una mayor
participación del sector privado en aquellas actividades que producen pocas externalidades y
representan un gran gasto. Sin embargo, no se deben permitir los incentivos para trasladar demanda
pública a demanda privada que se dan mediante mecanismos poco éticos, por ejemplo los llamados
biombos, cuando coexisten el sector público y privado con recurso humano común.
Descargar