sente de la mayoría de los espectros y un claro predominio de ( R A M I L & A I R A , 1990; Ericaceae R A M I L , 1992). El detrimento climático y la desaparición de la cubierta forestal favorecería la inestabilidad de la vertiente en que se encuentra localizado el yacimiento, provocando el truncamiento de la secuencia deposicional entre el inicio del ciclo edàfico III y el comienzo del II. D e este m o d o la secuencia polínica no registra el m o m e n t o de ocupación paleolítica, que debió desarrollarse sobre un horizonte A , perteneciente al ciclo III pero la cronología obtenida para las zonas polínicas PI-1 y PI-2 permite situar la ocupación d e n t r o del Dryas reciente, atribución que coincide con la cronología cultural dada para la ocupación en los niveles del Paleolítico Superior Final ( G O N Z Á LEZ, 1989; LLANA, 1990). Los procesos erosivos de ladera afectan igualmente al registro polínico de los periodos iniciales del H o l o c e n o , de este m o d o la zona polínica PI-3 p u e d e atribuirse a un m o m e n t o posterior al de la expansión de Quercus, d a t a d o en el T r e m o a l da P e n a Velia en C 9.590±120 B P . U G R A - 3 1 7 y anterior a la expansión de Corylus fechada en t o r n o al 8.500 BP. en los diagramas de Pena Velia y Chan do Lamoso (RAMIL, 1992). En las últimas zonas polínicas pertenecientes al segundo ciclo edàfico (PI-4), se aprecia un nuevo incremento del porcentaje de polen no a r b ó r e o , con claro predominio de Ericaceae, mientras que en el espectro a r b ó r e o , j u n t o a Quercus, Corylus, se registra la presencia de Castanea y T p . Pinas pinaster. El inicio de la ocupación Neolítica (PI-5), coincide con un porcentaje todavía importante de polen arbóreo ( 5 5 % ) , que sufrirá posteriormente (PI-6) una fuerte disminución. Esta p u e d e relacionarse con un detrimento del bosque en las proximidades del yacimiento por la acción deforestadora de sus pobladores, que p u e d e situarse e n t o r n o a la fecha C 4.140±120 BP. GrN-18192 (RAMIL, 1992). E n coincidencia con los espectros de Prado do Inferno, el resto de los diagramas obtenidos en el e x t r e m o Occidental del Cantábrico (LÓPEZ, 1984a,b; V A N M O U R I K , 1986; A I R A et ai, 1989; RAMIL, 1992), muestran para este periodo una i m p o r t a n t e , p e r o desigual, actividad deforestadora sobre el medio, m a n t e n i e n d o el paisaje globalmente su carácter forestal. La existencia de estos procesos deforestadores se registra análogamente en puntos del Cantábrico: Q u i n t a n a r de la Sierra, Saldropo C 5.630±70 BP. Gif-7662, Los T o r n o s C 4 . 6 2 0 ± 7 0 B P . Gif-7665, Belate C 5.900±80 BP. Gif-7235, (PEÑALBA, 1989). Los T o r n o s C 4.510±110 B P . (UGARTE et al., 1986; G A R C Í A et al., 1987), así como en el S.W. de Francia: Mouligna C 5.100±130 B P . , (OLDFIELD, 1960) y Portugal: Lagoa Comprida-II C 4 . 3 4 0 ± 9 0 B P . ( V A N DEN BRINK & JANSSEN, 1985); Lagoa Travessa (MATEUS, 1989); Lagoa Estacada C 5.170±80 B P , 3.280±60 B P . , ( Q U E I R O Z , 1989); Alpiarca-II C 5.060±110 B P , 4 . 5 8 0 ± 6 0 B P . ( V A N LEEUWAARDEN & J A N SSEN, 1985). Los episodios deforestadores preceden en la mayoría de los 1 4 1 4 1 4 1 4 1 4 1 4 1 4 1 4 1 4 1 4