Vol 4 No 2 Hurvitz M 107 Fistula recto vaginal An Update Autores: Hurvitz M, Gómez C, Pagani E. Servicio de Coloproctología. Hospital Regional Español. Bahía Blanca. Argentina. 107 108 Fistula recto vaginal Rev Asoc Coloproct del Sur 2009 Introducción Las fistulas rectales se pueden describir según su etiología (obstétricas, radiación, enfermedad inflamatoria intestinal), según su ubicación (bajas y altas), según su complejidad (simples y complejas)1 y según el órgano al cual está fistulizado el recto (vagina, uretra, próstata). Describiremos según su etiología porque el tratamiento depende mucho de los factores desencadenantes de la misma. Etiología Las causas de las fístulas rectovaginales incluyen en primer lugar al trauma obstétrico, la enfermedad inflamatoria intestinal, la diverticulitis, infecciones, los procesos malignos y las complicaciones de la radioterapia y la cirugía. Aunque el trauma obstétrico es la causa más común de las fístulas rectovaginales, el desarrollo de una fistula rectovaginal después de un parto es relativamente infrecuente. Venkatesh revisó 20500 partos y encontró que solo 25 pacientes (0.1%) desarrollaron fístula rectovaginal. Pero para la paciente que desarrolla una de ellas es un problema devastante. El mecanismo de la injuria es un desgarro de tercer o cuarto grado en el momento del parto, así es razonable de sospechar que el esfínter subyacente puede tener algún defecto. Se han reportado rupturas del esfínter que oscilan entre un 0.4 al 6.6% de los partos vaginales.2 3 4 5 6Asimismo la incontinencia fecal ocurre en un 4 al 44% después de 1 Khurrum Baig M et al. Simple rectovaginal fistulas. Int J Colorectal Dis 2000;15:323-327. Haadem K, Ohrlander S, Lingman G. Long-term ailments due to anal sphincter rupture caused by delivery: a hidden problem. Eur J Obstet Gynecol Reprod Biol 1988;27:27–32. 3 Sultan AH, Kamm MA, Hudson CN, Thomas JM, Bartram CI. Anal sphincter disruption during vaginal delivery. N Engl J Med 1993;329:1905–11. 4 Walsh CJ, Mooney EF, Upton GJ, Motson RW. Incidence of third degree perineal tears in labour and outcome after primary repair. Br J Surg 1996;83:218–21 5 Fornell EK, Berg G, Hallbook O, Matthiesen LS, Sjödahl R. Clinical consequences of anal sphincter rupture during vaginal delivery. J Am Coll Surg 1996;183:553–8 6 Pirhonen JP, Grenman SE, Haadem K, et al. Frequency of anal sphincter rupture at delivery in Sweden and Finland: result of difference in manual help to the baby’s head. Acta Obstet Gynecol Scand 1998;77:974–7. 2 Vol 4 No 2 Hurvitz M 109 partos vaginales.7 8 9 10Aún luego de cesáreas el deterioro de la continencia puede llegar hasta un 8%.11 12 13 14 Así se llega a una tasa del 20 al 33% de rupturas esfinterianas no diagnosticadas correctamente.15 Esta posibilidad conlleva muchas preocupaciones. Un defecto esfinteriano permanente puede influir en la técnica de reparo a realizar. En suma, aunque los síntomas de la fístula puedan parecer que dominan el cuadro de la paciente y dejen trastornos psicológicos, la incontinencia fecal verdadera puede estar presente también.16 De las mujeres que han sufrido un desgarro de tercer o cuarto grado durante el parto, y han sido reparadas en el mismo momento de producido el mismo, el 10% van a experimentar una falla en dicho reparo, resultando en una variedad de defectos que involucran el anorrecto, la vagina y el periné, todo lo cual requerirá una corrección quirúrgica en aproximadamente dos tercios de los casos. Estos defectos además causan a la mujer que los padece serios trastornos sociales, sexuales y emocionales.17 Forma de presentación 7 Crawford LA, Quint EH, Pearl ML, Delancey JO. Incontinence following rupture of the anal sphincter during delivery. Obstet Gynecol 1993;82:527–31 8 Kamm MA. Obstetric damage and fecal incontinence. Lancet 1994;344:730–3. 9 Varma A, Gunn J, Gardiner A, Lindow SW, Duthie GS. Obstetric anal sphincter injury: prospective evaluation of incidence. Dis Colon Rectum 1999;42:1537–43. 10 Pollack J, Nordenstam J, Brismar S, et al. Anal incontinence after vaginal delivery: a five-year prospective cohort study. Obstet Gynecol 2004;104:1397–402. 11 Zetterström J, Lopez A, Holmström B, et al. Obstetric sphincter tears and anal incontinence: an observational follow-up study. Acta Obstet Gynecol Scand 2003;82:921–8. 12 Lal M, Mann H, Callender R, Radley S. Does cesarean delivery prevent anal incontinence? Obstet Gynecol 2003; 101:305–12. 13 Harkin R, Fitzpatrick M, O’Connell PR, O’Herlihy C. Anal sphincter disruption at vaginal delivery: is recurrence predictable? Eur J Obstet Gynecol Reprod Biol 2003;109:149–52. 14 Pinta T, Kylänpää-Bäck M-L, Salmi T, Järvinen JH, Luukkonen P. Delayed sphincter repair for obstetric ruptures: analysis of failure. Colorectal Dis 2003;5:73–8. 15 Lepistö A et al. Overlap Technique Improves Results of Primary Surgery after Obstetric Anal Sphincter Tear. DCR (2008) Vol 51: 421–425. 16 Venkatesh KS, Ramanujam PS, Larson DM, Haywood MA. Anorectal complications of vaginal delivery. Dis Colon Rectum 1989;32:1039-41. 17 Venkatesh KS, Ramanujam PS, Larson DM, Haywood MA. Anorectal complications of vaginal delivery. Dis Colon Rectum 1989;32:1039-41. 109 110 Fistula recto vaginal Rev Asoc Coloproct del Sur 2009 Las pacientes con fístulas rectovaginales se presentan típicamente con el pasaje de gases o heces desde la vagina. Las infecciones urinarias recurrentes y la vaginitis con una secreción fétida pueden ser también formas de presentación. Más del 50% de las pacientes que sufren de una fístula rectovaginal secundaria a un trauma obstétrico experimentan una significativa incontinencia fecal. Muchas pacientes, no nos olvidemos, que están post radioterapia o las internadas en geriátricos, sufren de secreción fétida, vaginitis o infecciones urinarias a repetición que muchas veces representan también la forma de presentación de esta patología. Evaluación La mayoría de las fistulas rectovaginales son sintomáticas con el paciente sufriendo del pasaje de heces o gases por la vagina. Un interrogatorio completo así como un buen examen físico son necesarios para ayudar a identificar la etiología de la fístula, así como su localización, la presencia de enfermedad inflamatoria, y algún defecto esfinteriano si es posible identificar. Toda esta información es esencial antes del tratamiento quirúrgico. Si la fistula no se puede identificar en el examen físico, entontes el paciente requiere estudios adicionales. La ecografía endorrectal y la transvaginal han sido usadas ambas para este propósito. Si la fístula aún no ha podido ser identificada, uno puede realizarle a la paciente un enema con azul de metileno con un tampón vaginal para ver si se tiñe con el colorante. Los estudios contrastados pueden ser beneficiosos para las fístulas proximales, en el recto superior. Si hay sospecha de enfermedad inflamatoria intestinal, la colonoscopia es necesaria. Cualquier fístula o lesión sospechosa de cáncer, por supuesto, debe ser biopsiada. También puede utilizarse la RMN para evaluar trayectos secundarios o fístulas complejas. Clasificación - Bajas, medias y altas - Rectovaginales y anovulvares Vol 4 No 2 Hurvitz M - Simples (< 2,5 cm) y complejas - Por etiología 111 Incontinencia y fistula rectovaginal Si la fístula está en el área de los músculos esfinterianos, uno debería examinar lo más objetivamente posible si el paciente tiene incontinencia fecal. Basado en el interrogatorio es insuficiente dado que la paciente puede no ser capaz de discernir la incontinencia fecal de la descarga de la fístula. En aquellos pacientes con presiones anales disminuidas y un defecto esfinteriano anterior en la ecografía endoanal, se debería considerar la reparación esfinteriana al mismo tiempo de la reparación de la fistula. La probabilidad de un defecto esfinteriano subyaciendo a una fístula rectovaginal simple secundaria a trauma obstétrico, es alta. Algunos de estos afectados pacientes pueden no reportar sus síntomas de incontinencia. En otros, los síntomas de la fístula pueden enmascarar los síntomas subyacentes de incontinencia fecal.18 Tratamiento conservador No tiene éxito en casi todos los pacientes. Tratamiento quirúrgico El reparo quirúrgico de las fístulas rectovaginales bajas debe ser a medida del defecto anatómico. El flap endoanal frecuentemente provee un cierre de la fístula satisfactorio. De cualquier manera, si hay una injuria importante al cuerpo perineal, al esfínter anal o al tabique recto vaginal, una cirugía un poco más extensa se requerirá conjuntamente con una esfinteroplastía y un reparo del tabique recto-vaginal. 18 Tsang CBS, Madoff RD, Wong WD, Rothenberger DA, Finne CO, Singer D, Lowry AC. Anal sphincter integrity and function influences outcome in rectovaginal fistula repair. Dis Colon Rectum 1998;41:1141-1146. 111 112 Fistula recto vaginal Rev Asoc Coloproct del Sur 2009 Las fístulas recto vaginales pueden ser operadas por una variedad de técnicas. Las tasas de éxito de los diferentes tipos de técnicas varían considerablemente. Las flaps musculares pueden ser usados para lograr un buen reparo en las fístulas recurrentes o complicadas, separando las líneas de sutura de la vagina y el recto. Recientemente, muchas formas de mallas biológicas han sido desarrolladas que son resistentes a la infección y son rápidamente incorporadas a los tejidos del paciente. Recomendamos que todos los pacientes con fístulas rectovaginales debidas a trauma obstétrico, deban ser evaluados cuidadosamente por los defectos esfinterianos subyacentes, con una ecografía endoanal, manometría anal, o ambos procedimientos preoperatoriamente. Los pacientes con un defecto esfinteriano anatómico o clínico deben ser tratados con esfinteroplastia con plástica de los esfínteres y/o de los elevadores, porque bajo estas circunstancias los tejidos locales están frecuentemente afectados para soportar los reparos con flaps descendidos endorrectales. Un cuidadoso proceso de selección optimizará la cicatrización de la fístula, la continencia postoperatoria y la satisfacción de la paciente.19 Técnicas quirúrgicas Reparo local - Reparo con flap de mucosa La primera descripción de una fístula anal fue hecha tan temprano como en el 430 AC por Hipócrates.20 Su manejo quirúrgico de esta condición usando un sedal permanece como uno de los procedimientos más antiguos recordados. Luego de esta referencia, hace casi 600 años, la técnica de “lay open” para las fístulas perianales fue descripto por John Ardeme.21 19 Tsang CBS, Madoff RD, Wong WD, Rothenberger DA, Finne CO, Singer D, Lowry AC. Anal sphincter integrity and function influences outcome in rectovaginal fistula repair. Dis Colon Rectum 1998;41:1141-1146. 20 Hippocrates. On fistulae. In: Adams F. The genuine works of Hippocrates: translated from the Greek with a preliminary discourse and annotations. New York: William Wood 21 Arderne J. Treatises of fistula in ano, haemmorroids and clysters. Power D, ed. London, New York: Oxford University Vol 4 No 2 Hurvitz M 113 Este método, hasta ahora, es usado exitosamente en la práctica quirúrgica. Desgraciadamente, este procedimiento no en forma infrecuente deja una división de un músculo esfinteriano sano, resultando en grados variables de incontinencia fecal. Muchas técnicas han sido desarrolladas en el intento de tratar las fístulas rectovaginales y perianales. Uno de estos métodos es el flap endorrectal. Esta técnica fue descripta por primera vez como un flap deslizado en 1902 por Noble22 y luego modificado en 1948 por Laird.23 El objetivo de este procedimiento es obliterar el orificio interno de la fístula sin una significativa alteración de la función del esfínter anal. Esta técnica del colgajo deslizado ha sido usada para tratar fístulas de varias causas, incluyendo las de origen criptoglandular, por trauma obstétrico y por enfermedad inflamatoria. Fue usada exitosamente en el tratamiento tanto de las fístulas recto-vaginales como ano-rectales. Dos de los procedimientos quirúrgicos más usados para las fistulas recto-vaginales son el flap de mucosa con o sin plicatura esfinteriana. La mayoría de los pacientes con enfermedad de Crohn y una fistula recto vaginal eventualmente se les puede realizar una proctectomía. De cualquier manera, un pequeño sub-grupo de pacientes con Crohn y ulceraciones anales con fistulas rectovaginales y un recto relativamente respetado pueden ser candidatos para el colgajo deslizado de mucosa rectal. En este procedimiento una disección circunferencial de la mucosa y submucosa comienza al nivel de la línea pectínea y sigue en dirección cefálica hasta una distancia considerable dentro del recto para poder tener tejido suficiente para resecar el orificio de la fistula y poder suturarlo sin tensión al anodermo.24 25 - Fistulotomía Press, 1910. 22 Noble GH. A new operation for complete laceration of the perineum designed for the purpose of eliminating danger of infection from the rectum. Trans Am Gynecol Soc 1902;27:357–63 23 Laird DR. Procedures used in the treatment of complicated fistulas. Am J Surg 1948;76:701–8. 24 Hull TL, Fazio VW. Surgical approaches to low anovaginal fistula in Crohn’s disease. Am J Surg 1997;173:95–98 25 Marchesa P, Hull TL, Fazio VW. Advancement sleeve flaps for treatment of severe perianal Crohn’s disease. Br J Surg 1998;85:1695–1698 113 114 Fistula recto vaginal Rev Asoc Coloproct del Sur 2009 El uso de la fistulotomía para tratar fístulas recto-vaginales está asociada con una tasa prohibitiva de incontinencia fecal y es mencionada solo para prohibir su realización. - Perineoproctotomía con cierre por planos Cuando una injuria sustancial al cuerpo perineal, esfínter anal, o septum recto-vaginal existe, una reparación más extensa será requerida. En este procedimiento uno convierte una fistula recto vaginal en un desgarro de cuarto grado. Esto debería reservarse solo para las fístulas bajas ya que se necesitaría una buena vitalidad y fortaleza del intestino. En este procedimiento el trayecto de la fístula es abierto y dividido y la vagina, los músculos esfinterianos y la mucosa rectal son identificados, movilizados y reparados en varios planos. Abordaje Transvaginal Este es un buen abordaje en pacientes con enfermedad de Crohn, en los cuales la disección en un recto enfermo debe ser evitada. Transferencia de tejidos El objetivo de estos procedimientos de transferencia de tejidos en pacientes con fístulas recto vaginales, es proveer de tejidos sin tensión bien vascularizados y sanos al área de la reparación. Varios tejidos pueden ser usados, como el gracilis, bulbocavernoso y el epiplón.26 27 28 29 30 26 Zmora O, Tulchinsky H, Gur E, Goldman G, Klausner JM, Rabau M. Gracilis muscle transposition for fistulas between the rectum and urethra or vagina. Dis Colon Rectum 2006; 49:1316–1321. 27 Tran KT, Kuijpers HC, van Nieuwenhoven EJ, van Goor H, Spauwen PH. Transposition of the rectus abdominis muscle for complicated pouch and rectal fistulas. Dis Colon Rectum 1999;42:486–489 28 Horch RE, Gitsch G, Schultze-Seemann W. Bilateral pedicled myocutaneous vertical rectus abdominis muscle flaps to close vesicovaginal and pouch-vaginal fistulas with simultaneous vaginal and perineal reconstruction in irradiated pelvic wounds. Urology 2002;60:502–507. Vol 4 No 2 - Hurvitz M 115 Agentes biológicos: Cola de Fibrina (Fibrin glue) La cola de fibrina es una cola biológica hecha de fibrinógeno humano y sus múltiples componentes. Ayuda a la curación de las heridas porque soporta la homeostasis y la angiogénesis y por estimular los macrófagos, lo que causa que los factores necesarios para la proliferación y la producción de colágeno, vayan al área de la reparación de la herida. El uso de la fibrina como pegamento quirúrgico data desde 1940. El fibrinógeno y la trombina fueron combinados para usarlos como selladores para facilitar los procedimientos de implantes cutáneos en 1944 por Cronkite. El uso de fibrina cayó en desuso por los resultados impredecibles. La FDA todavía no lo aprueba para uso en fístulas perianales. Aitola no pudo demostrar el cierre de las fístulas con el uso de Tisseel ®(Baxter Health Care Corporation, Deerfield, IL) en 10 pacientes con fistula perianal.31 Dermis Transperineal-layered closure with an interposed graft of acellular cadaveric dermis (Alloderm).32 También se han usado materiales como submucosa intestinal porcina liofilizada, interpuesta en la reparación entre los dos órganos.33 29 White AJ, Buchsbaum HJ, Blythe JG, Lifshitz S. Use of the bulbocavernosus muscle (Martius procedure) for repair of radiation-induced rectovaginal fistulas. Obstet Gynecol 1982; 60:114–118. 30 Aartsen EJ, Sindram IS. Repair of the radiation induced rectovaginal fistulas without or with interposition of the bulbocavernosus muscle (Martius procedure). Eur J Surg Oncol 1988;14:171–177 31 Venkatesh KS, Ramanujam P. Fibrin glue application in the treatment of recurrent anorectal fistulas. Dis Colon Rectm'n 1999;42:1136-1139. 32 Andrew A. Shelton, M.D., Mark L. Welton, Transperineal Repair of Persistent Rectovaginal Fistulas Using an Acellular Cadaveric Dermal Graft (AlloDerm\)Dis Colon Rectum 2006; 49: 1454–1457 33 Ellis CN. Outcomes after repair of rectovaginal fistulas using bioprosthetics. DCR 2008;51:1084-88. 115 116 Fistula recto vaginal - Rev Asoc Coloproct del Sur 2009 Resección rectal transanal con stapler Reportados pocos casos, es muy temprano para sacar conclusiones válidas.34 - Abordaje con TEMS (Trans-anal Endoscopic MicroSurgery) También reportados muy pocos casos.35 - Procedimientos abdominales Las fistulas rectovaginales altas son usualmente resueltas por un abordaje abdominal. Hay muchos procedimientos y dependen de la localización de la fistula, los tejidos circundantes y la etiología de la misma. Si los tejidos circundantes al recto y a la vagina están mínimamente afectados, la disección del tabique rectovaginal con un cierre simple de cada orificio de la fistula en varios planos con interposición de tejido vital como epiplón, puede ser realizada sin inconvenientes. El procedimiento del colgajo coloanal, primero descripto por Parks, involucra la disección del recto por debajo de la fistula con movilización del colon descendente y sigmoides con una anastomosis coloanal con mucosectomía. La necesidad de mucosectomía no sería necesaria con el advenimiento de la técnica doble stapler. Nowacki36 reportó resultados funcionales buenos en 18 de 23 pacientes con fistulas inducidas por radiación. Otros autores han reportado buenos resultados con diferentes técnicas, algunas bastante innovadoras, pero son series de pocos pacientes. (Cooke and Wellsted Bricker, Johnson. Steichen and colleagues). El uso del abordaje laparoscópico ha sido reportado por algunos autores. (Schwenk and colleagues, Kumaran et al). 34 Destri GL, Sciletta B, Tomaselli TG, Zarbo G. Rectovaginal fistula: a new approach by stapled transanal rectal resection. J Gastrointest Surg 2008;12:601-3. 35 Darwood RJ, Borley NR. TEMS: an alternative method for the repair of benign recto-vaginal fistulae. Colorectal Disease 2008;10:619-20. 36 Nowacki MP. Ten years of experience with Parks’ coloanal sleeve anastomosis for the treatment of postirradiation rectovaginal fistula. Eur J Surg Oncol 1991;17:563–566. Vol 4 No 2 Hurvitz M 117 Elección de la técnica según etiología Fístula por trauma obstétrico Una vez que el tejido circundante está libre de inflamación e infección, la indicación de cuando realizar el reparo quirúrgico es elegido o puede ser elegido por la paciente. Generalmente no esperan hasta terminar el amamantamiento. Igualmente los próximos nacimientos deben ser realizados por cesárea. Repetimos que debe ser evaluada la continencia y los posibles defectos esfinterianos así como su funcionalidad antes de intentar repararlos. Para las mujeres con esfínteres intactos y una fístula recto vaginal el reparo local es suficiente. No hay series que comparen las diferentes técnicas, por esto se recomienda que el cirujano realice la que mejor resultados le ha dado. Igualmente este grupo de mujeres es escaso ya que la mayoría tiene defectos esfinterianos subyacentes. Entonces al resto que no pertenece a este primer grupo habría que realizarles esfinteroplastía. También una perineoproctotomía es una opción válida. Igualmente tampoco hay series que comparen ambas técnicas. Fistula por enfermedad criptoglandular Representan un pequeño porcentaje de las series. El tratamiento de primera instancia es drenar la infección local para realizar si fuera necesario posteriormente un reparo quirúrgico, para lograr este objetivo es posible colocar un sedal. Luego realizar ecografía endoanal para detectar defectos esfinterianos así como posibles recesos secundarios de infección. El flap deslizado endoanal ha sido usado frecuentemente con buenos resultados. Igualmente los resultados son aleatorios ya que no se reportan en forma separada la fístula recto vaginal de las perianales. Las alternativas pueden ser el uso de fibrina, un flap vaginal y un flap anocutáneo en las bajas. Fístula y Crohn 117 118 Fistula recto vaginal Rev Asoc Coloproct del Sur 2009 El manejo quirúrgico de las fístulas que complican a una enfermedad de Crohn ha sido asociado con altas tasas de fracaso.37 El manejo de las fístulas rectovaginales que complican a la enfermedad de Crohn es a menudo insatisfactorio. La literatura está repleta de una variedad de soluciones quirúrgicas, todas las cuales reportan pobres resultados. Muchos autores han enfatizado la inutilidad y el peligro del reparo local. Goligher sugiere que las resecciones abdominales o perineales serían el gold standard para estos pacientes. Pero, en la década pasada una tendencia a la preservación rectal y un tratamiento local más agresivo, se ha impuesto como la elección ante este tipo de pacientes. Más aún, muchos de los pacientes tienen un compromiso local muy acotado del anorrecto, como única manifestación de la enfermedad. Por este motivo sería demasiado agresivo la resección de cualquier segmento intestinal en este tipo de pacientes. Siempre es deseable tratar primero en forma médica la enfermedad y luego evaluar si existe enfermedad residual en el anorrecto. Muchas de las fístulas perianales y recto vaginales o ano vaginales curan con tratamiento médico. Igualmente se propugna un buen drenaje de los abscesos, trayectos secundarios y piel, con el uso de sedales o la buena higiene local en forma intensiva. Fístula por tumor El tratamiento lo dicta el tumor primario. Para el cáncer rectal la resección con o sin reconstrucción es la indicación. Si se administró radioterapia preoperatoria la ostomía para derivar sería la opción para aumentar el confort del paciente. Si la reconstrucción es posible la interposición de tejido sería una opción válida. Para el carcinoma escamoso con fístula previa al tratamiento o durante el tratamiento adyuvante, la ostomía es la elección para disminuir los síntomas. Si no hay persistencia del tumor luego de la adyuvancia la reparación de la fístula con interposición muscular como gracilis o bulbocavernoso estaría indicada. Si el tumor persiste la cirugía de Miles es la indicación por el tumor subyacente. 37 Sher ME, Bauer JJ, Gelernt I. Surgical repair of rectovaginal fistulas in patients with Crohn's disease: transvaginal approach. Dis Colon Rectum 1991; 34:641-648. Vol 4 No 2 Hurvitz M 119 Fístula por radiación La fistula recto vaginal originada en la radioterapia, es un desafío de tratamiento para el cirujano. Históricamente ha habido una sensación de frustración acerca del éxito de tratar esta patología y muchos pacientes se han manejado tanto con colostomía o urostomía permanentes, ante la falla de los tratamientos definitivos. Las fístulas inducidas por radiación (rectovaginal, vesicovaginal, vesicouretrovaginal u otras combinaciones posibles) es uno de los mayores problemas asociados a la radiación pelviana. Muchas fístulas resuelven aplicándole los principios y técnicas quirúrgicas que se aplican al resto de las fístulas vaginales, pero desgraciadamente otras tantas no curan con estos procedimientos y son difíciles de cerrar. Muchos factores influyen en esta situación de no cierre de la fístula, y no existen trabajos que determinen en forma definitiva cuales son los factores adversos para que esto ocurra. Sabemos que el tamaño, la ubicación o los órganos comprometidos en forma secundaria, así como trayectos complejos y el propio estado del paciente son elementos a tener en cuenta para que el tratamiento fracase. Fístula iatrogénica El tratamiento está basado en la causa que la desencadenó. Generalmente el mecanismo es por atrapar a la pared vaginal durante una anastomosis mecánica o desarrollada después de una filtración, formación de absceso y luego la apertura hacia la vagina. Se debería realizar una ostomía derivativa para solucionar la sepsis local y eventualmente la fistula cerrará. La solución definitiva sería para las fístulas altas resección anastomosis e interposición de epiplón. Para las fistulas bajas colgajo deslizado rectal o vaginal. Fistula previamente operada (recidivada) Solo para centros especializados. 119 120 Fistula recto vaginal Rev Asoc Coloproct del Sur 2009 Fístulas poco frecuentes Fistula recto-uretral La fistula rectourinaria adquirida es una entidad poco frecuente y un desafío terapéutico difícil. Principalmente este tipo de fístula ocurre luego de un tratamiento por cáncer de próstata38 así como también por otras enfermedades pelvianas como trauma39, enfermedad inflamatoria intestinal40 o cirugía oncológica pelviana. Los síntomas incluyen neumaturia, fecaluria y pasaje de orina a través del recto. La curación espontánea es casi una anécdota, aún con la derivación urinaria y/o fecal. 41 42 Por este motivo, numerosos procedimientos quirúrgicos han sido descriptos, de cualquier manera ninguna ha ganado amplia aceptación como gold standard. Las técnicas quirúrgicas se pueden dividir en dos estrategias: unas dirigidas al cierre del orificio de la pared anterior del recto,43 44 45 y otras que consistirían en la interposición de tejido vital ente el recto y la uretra. .46 47 48 Las tasas de éxito luego de las técnicas quirúrgicas mencionadas rondan el 80 al 90%. 49 De cualquier manera, la cicatrización y la inflamación producto de la radioterapia, hacen muy difícil la disección del recto y los intentos fallidos de reparación, es decir, las cirugías previas por la misma condición incrementan la dificultad. Por esto, un pequeño número de 38 Munoz M, Nelson H, Harrington J, Tsiotos G, Devine R, Engen D. Management of acquired rectourinary fistulas: outcome according to cause. Dis Colon Rectum 1998;41:1230–8. 39 al-Ali M, Kashmoula D, Saoud IJ. Experience with 30 posttraumatic rectourethral fistulas: presentation of posterior transsphincteric anterior rectal wall advancement. J Urol 1997;158:421–4. 40 Fazio VW, Jones IT, Jagelman DG, Weakley FL. Rectourethral fistulas in Crohn’s disease. Surg Gynecol Obstet 1987;164:148–50. 41 Renschler TD, Middleton RG. 30 years of experience with York-Mason repair of recto-urinary fistulas. J Urol 2003;170:1222–5. 42 Stephenson RA, Middleton RG. Repair of rectourinary fistulas using a posterior saggital transanal transrectal (modified York-Mason) approach: an update. J Urol 1996;155:1989–91. 43 Noldus J, Fernandez S, Huland H. Rectourinary fistula repair using the Latzko technique. J Urol 1999;161:1518–20. 44 Fengler SA, Abcarian H. The York Mason approach to repair of iatrogenic rectourinary fistulae. Am J Surg 1997;173:213–7. 45 Garofalo TE, Delaney CP, Jones SM, Remzi FH, Fazio VW. Rectal advancement flap repair of rectourethral fistula: a 20-year experience. Dis Colon Rectum 2003; 46:762–9. 46 Zmora O, Potenti FM, Wexner SD, et al. Gracilis muscle transposition for iatrogenic rectourethral fistula. Ann Surg 2003;237:483–7. 47 Tran KT, Kuijpers HC, van Nieuwenhoven EJ, van Goor H, Spauwen PH. Transposition of the rectus abdominis muscle for complicated pouch and rectal fistulas. Dis Colon Rectum 1999;42:486–9. 48 Youssef AH, Fath-Alla M, El-Kassaby AW. Perineal subcutaneous dartos pedicled flap as a new technique for repairing urethrorectal fistula. J Urol 1999;161:1498–500. 49 Culkin DJ, Ramsey CE. Urethrorectal fistula: transanal, transsphincteric approach with locally based pedicle interposition flaps. J Urol 2003;169:2181–3. Vol 4 No 2 Hurvitz M 121 pacientes con este tipo de fístulas recto uretrales requieren una derivación definitiva en forma de colostomía o urostoma. Para estos pacientes el procedimiento de Soave puede ser la única alternativa. Hasta ahora, una multiplicidad de técnicas quirúrgicas están descriptas para tratar las fístulas rectourinarias, pero pocos trabajos abordan el tema de las fístulas previamente tratadas en forma reiterada. Más aún, el tratamiento de fístulas grandes o de fístulas que ocurren en terreno previamente irradiado usando técnicas locales de cierre simple o tapando el trayecto con elementos de relleno, está probablemente condenado al fracaso. En estas situaciones, las técnicas que permiten una interposición de tejido vital entre el recto y la uretra pueden ser de utilidad. De cualquier manera, la disección de los planos entre el recto y la uretra seguirá siendo dificultosa en pacientes con una prostatectomía radical o cirugía del recto distal por cáncer. 4 a 25% 50 de los pacientes con fistulas recto uretrales necesitarán de una derivación fecal permanente. Conclusiones Fistulas bajas abordajes bajos, fistulas altas abordajes abdominales. Nunca hacer fistulotomías. Siempre evaluar al paciente por la incontinencia fecal subyacente. En fístulas post radiación no usar los mismos tejidos irradiados, interponer un tercero. Utilizar primero tratamiento médico solo en la enfermedad de Crohn. 50 Nyam DC, Pemberton JH. Management of iatrogenic rectourethral fistula. Dis Colon Rectum 1999;42:994–7. 121 122 Fistula recto vaginal Rev Asoc Coloproct del Sur 2009 Bibliografía complementaria 1 Venkatesh KS, Ramanujam PS, Larson DM, Haywood MA. Anorectal complications of vaginal delivery. Dis Colon Rectum 1989;32:1039-41. 2 Venkatesh KS, Ramanujam PS, Larson DM, Haywood MA. Anorectal complications of vaginal delivery. Dis Colon Rectum 1989;32:1039-41. 3 Tsang CBS, Madoff RD, Wong WD, Rothenberger DA, Finne CO, Singer D, Lowry AC. Anal sphincter integrity and function influences outcome in rectovaginal fistula repair. Dis Colon Rectum 1998;41:11411146. 4 Tsang CBS, Madoff RD, Wong WD, Rothenberger DA, Finne CO, Singer D, Lowry AC. Anal sphincter integrity and function influences outcome in rectovaginal fistula repair. Dis Colon Rectum 1998;41:11411146. 5 Hippocrates. On fistulae. In: Adams F. The genuine works of Hippocrates: translated from the Greek with a preliminary discourse and annotations. New York: William Wood 6 Arderne J. Treatises of fistula in ano, haemmorroids and clysters. Power D, ed. London, New York: Oxford University Press, 1910. 7 Noble GH. A new operation for complete laceration of the perineum designed for the purpose of eliminating danger of infection from the rectum. Trans Am Gynecol Soc 1902;27:357–63 8 Laird DR. Procedures used in the treatment of complicated fistulas. Am J Surg 1948;76:701–8. 9 Hull TL, Fazio VW. Surgical approaches to low anovaginal fistula in Crohn’s disease. Am J Surg 1997;173:95–98 10 Marchesa P, Hull TL, Fazio VW. Advancement sleeve flaps for treatment of severe perianal Crohn’s disease. Br J Surg 1998;85:1695–1698 11 Zmora O, Tulchinsky H, Gur E, Goldman G, Klausner JM, Rabau M. Gracilis muscle transposition for fistulas between the rectum and urethra or vagina. Dis Colon Rectum 2006; 49:1316–1321. 12 Tran KT, Kuijpers HC, van Nieuwenhoven EJ, van Goor H, Spauwen PH. Transposition of the rectus abdominis muscle for complicated pouch and rectal fistulas. Dis Colon Rectum 1999;42:486–489 13 Horch RE, Gitsch G, Schultze-Seemann W. Bilateral pedicled myocutaneous vertical rectus abdominis muscle flaps to close vesicovaginal and pouch-vaginal fistulas with simultaneous vaginal and perineal reconstruction in irradiated pelvic wounds. Urology 2002;60:502–507. 14 White AJ, Buchsbaum HJ, Blythe JG, Lifshitz S. Use of the bulbocavernosus muscle (Martius procedure) for repair of radiation-induced rectovaginal fistulas. Obstet Gynecol 1982; 60:114–118. 15 Aartsen EJ, Sindram IS. Repair of the radiation induced rectovaginal fistulas without or with interposition of the bulbocavernosus muscle (Martius procedure). Eur J Surg Oncol 1988;14:171–177 16 Venkatesh KS, Ramanujam P. Fibrin glue application in the treatment of recurrent anorectal fistulas. Dis Colon Rectm'n 1999;42:1136-1139. Vol 4 No 2 17 Hurvitz M 123 Andrew A. Shelton, M.D., Mark L. Welton, Transperineal Repair of Persistent Rectovaginal Fistulas Using an Acellular Cadaveric Dermal Graft (AlloDerm\)Dis Colon Rectum 2006; 49: 1454–1457 18 Nowacki MP. Ten years of experience with Parks’ coloanal sleeve anastomosis for the treatment of post- irradiation rectovaginal fistula. Eur J Surg Oncol 1991;17:563–566. 19 Sher ME, Bauer JJ, Gelernt I. Surgical repair of rectovaginal fistulas in patients with Crohn's disease: transvaginal approach. Dis Colon Rectum 1991; 34:641-648. 20 Munoz M, Nelson H, Harrington J, Tsiotos G, Devine R, Engen D. Management of acquired rectourinary fistulas: outcome according to cause. Dis Colon Rectum 1998;41:1230–8. 21 al-Ali M, Kashmoula D, Saoud IJ. Experience with 30 posttraumatic rectourethral fistulas: presentation of posterior transsphincteric anterior rectal wall advancement. J Urol 1997;158:421–4. 22 Fazio VW, Jones IT, Jagelman DG, Weakley FL. Rectourethral fistulas in Crohn’s disease. Surg Gynecol Obstet 1987;164:148–50. 23 Renschler TD, Middleton RG. 30 years of experience with York-Mason repair of recto-urinary fistulas. J Urol 2003;170:1222–5. 24 Stephenson RA, Middleton RG. Repair of rectourinary fistulas using a posterior saggital transanal transrectal (modified York-Mason) approach: an update. J Urol 1996;155:1989–91. 25 Noldus J, Fernandez S, Huland H. Rectourinary fistula repair using the Latzko technique. J Urol 1999;161:1518–20. 26 Fengler SA, Abcarian H. The York Mason approach to repair of iatrogenic rectourinary fistulae. Am J Surg 1997;173:213–7. 27 Garofalo TE, Delaney CP, Jones SM, Remzi FH, Fazio VW. Rectal advancement flap repair of rectourethral fistula: a 20-year experience. Dis Colon Rectum 2003; 46:762–9. 28 Zmora O, Potenti FM, Wexner SD, et al. Gracilis muscle transposition for iatrogenic rectourethral fistula. Ann Surg 2003;237:483–7. 29 Tran KT, Kuijpers HC, van Nieuwenhoven EJ, van Goor H, Spauwen PH. Transposition of the rectus abdominis muscle for complicated pouch and rectal fistulas. Dis Colon Rectum 1999;42:486–9. 30 Youssef AH, Fath-Alla M, El-Kassaby AW. Perineal subcutaneous dartos pedicled flap as a new technique for repairing urethrorectal fistula. J Urol 1999;161:1498–500. 31 Culkin DJ, Ramsey CE. Urethrorectal fistula: transanal, transsphincteric approach with locally based pedicle interposition flaps. J Urol 2003;169:2181–3. 32 Nyam DC, Pemberton JH. Management of iatrogenic rectourethral fistula. Dis Colon Rectum 1999;42:994– 7. 123