Cultura El lenguaje del arte E Cómo explicar a los hijos la fe a través de las imágenes (II) l arte es un lenguaje visual. Por ese motivo resulta comprensible. Requisito previo es, naturalmente, que se conozca el lenguaje artístico. Si no, hay que aprenderlo, al menos en sus trazos fundamentales. Si se conoce el lenguaje del arte, se puede también aprovechar pedagógicamente las imágenes. Formas básicas. El arte cristiano es una forma de comunicación de la fe, de carácter estético y simbólico. Un cuadro como el “Enterramiento de Cristo” de Caravaggio (1602-1604) remite a algo que se encuentra fuera de él mismo. El carácter de “signo” que tiene la pintura está lleno de significado. El artista narra una acción. De este modo trae a la memoria un suceso histórico. Nosotros, los que lo contemplamos, no estamos realmente presentes, puesto que el entierro del Señor ocurrió hace dos mil años. Pero el cuadro hace visualmente presente a Jesús depositado en el sepulcro, al contar la escena. A veces el cuadro representa una persona, más que una acción: por ejemplo, Jesucristo, los ángeles o los santos. Una imagen que representa una persona, sin narrar una escena, es el “Cristo Pantocrátor”, un icono bizantino del siglo VI que se encuentra en el monasterio de Santa Catalina, en el Sinaí. Por otro lado, el arte cristiano narra la historia de la salvación, inspirándose en la Sagrada Escritura, en la vida de los santos o en la historia de la Iglesia. La historia de la salvación es un proceso que se desarrolla en el tiempo: la creación, la redención y la santificación de los hombres. El arte cristiano representa esa historia, por ejemplo, en el cuadro “Jesús y los apóstoles en el lago de Genesaret”, de Eugène Delacroix (1854). Estos ejemplos manifiestan dos estructuras básicas del arte cristiano: 1) la representación de personas, sin 76 | Palabra, Marzo 2013 Enterramiento de Cristo, 1602-1604, Caravaggio (Museos Vaticanos, Pinacoteca Vaticana) narrar una acción; y 2) la narración de la historia de la salvación (“narratio”). La “Transfiguración de Cristo” de Rafael (hacia 1518-1520) es un cuadro de historia, una narración de la historia bíblica de la salvación. En Cristo Pantocrátor, siglo VI (Sinaí, monasterio de Santa Catalina). Jesús y los apóstoles en el lago de Genesaret, 1854, Eugène Delacroix (Baltimore/MD, The Walters Art Museum) cambio, la “Virgen con el rosario” de Murillo (1650-1655) es un cuadro que representa dos personas sin narrar una acción. Contexto teológico. Las estructuras de las imágenes del arte cristiano son, sin embargo, todavía más profundas. Cuando el arte cristiano representa personas o sucesos relacionados con la historia salvífica, los cuadros comunican de manera específica. En la “Anunciación” de Fra Angelico (14301432, Madrid, Prado) surge la pregunta: ¿quiénes son las dos personas que atraviesan el jardín, en el fondo a la izquierda? Hay que recordar que el arte cristiano de imágenes no es una instantánea fotográfico. Los artistas no representan tan sólo el aspecto exterior de la persona o de la acción. Sus cuadros contienen además referencias teológicas, que hacen pensar. Fra Angelico pintó varias versiones de la “Anunciación”. También la versión de 1433-1434 (Cortona, Museo Diocesano) muestra en primer plano el momento de la Encarnación. En el fondo, a la izquierda, dos figuras caminan por el jardín. Son Adán y Eva, cuya desobediencia se contrapone antitéticamente a la obediencia La transfiguración, hacia 1518-1520, Rafael (Museos Vaticanos, Pinacoteca Vaticana) Palabra, Marzo 2013 | 77 Cultura de María (“fiat”). Ambos cuadros de Fra Angelico, por consiguiente, establecen una relación entre la anunciación y el primer pecado. Los sucesos bíblicos se sitúan en el contexto de la historia de la salvación. Estos ejemplos permiten entender que las imágenes inspiradas por la fe cristiana son una forma simbólica de expresión de la fe. Tienen un significado teológico, pues se fundamentan en un contenido espiritual. En cuanto forma creativa de comunicación, la iconografía cristiana tiene una intención enunciativa; por ejemplo, la “Anunciación” de Roger van der Weyden, en el ala izquierda del tríptico del altar de Santa Columba (hacia 1455) transmite los contextos y significados teológicos de los sucesos histórico-salvíficos: en el reclinatorio de María está grabada en relieve la escena del pecado original. La pintura de la “Virgen con el Niño” de Hans Memling (1487) muestra a Santa María como “la nueva Eva”. Ella ofrece una manzana a su Hijo, que la recibe con afecto. Este gesto significa algo más que la simple atención maternal por el hijo. El realismo de los detalles contiene referencias teológicas. Cristo es “el nuevo Adán” (cfr. 1 Cor 15, 21-22.45), que con su obediencia repara 78 | Palabra, Marzo 2013 Anunciación, 1430-1432, Fra Angelico (Madrid, Museo del Prado) Anunciación, 1433-1434, Fra Angelico (Cortona, Museo diocesano) Virgen con el Rosario, 1650-1655, Murillo (Madrid, Museo del Prado) Palabra, Marzo 2013 | 79 Cultura la desobediencia de Adán, y libera a los hombres del pecado. Comunicar la fe. El arte cristiano es comunicación de la fe. Así lo expresa, de nuevo, el tríptico de Santa Columba, de Roger van der Weyden (hacia 1455). La tabla central representa la “Adoración de los Reyes”. Encima del Niño recién nacido, en la pared trasera del establo, cuelga un crucifijo. Si lo comparamos con el texto fuente (Mt 2, 1-12), que no la menciona, en realidad el motivo es anacrónico. Pero en el contexto del conjunto de la historia bíblica, la pequeña cruz en el Belén remite a la misión de Cristo: su sacrificio redentor en la cruz por amor a los hombres. Junto con el relieve del pecado original en la “Anunciación” del ala izquierda, el crucifijo remite a la redención del pecado. También recoge un motivo anacrónico la tabla central del retablo de Isenheim, de Matthias Grünewald (15121516). En él aparece Juan el Bautista junto a la cruz de Jesús, aunque para entonces el Bautista ya había muerto. La gráfica representación de la cruz de Cristo pretende estimular espiritualmente al espectador y moverlo a la reflexión. Originalmente, el retablo estaba en el hospital del monasterio de los antonianos en Isenheim, dedicados al cuidado de enfermos que sufrían el llamado “fuego de san Antonio” (ergotismo). El gesto manifiesto de la mano derecha del Bautista, señalando, y la leyenda “illum oportet crescere, me autem minui” (“él ha de crecer, y yo disminuir”, Ju 3, 30) apuntan a la crucifixión para llamar a los enfermos a la identificación con Cristo. El sufrimiento de los enfermos, unido al de Jesús, puede resultar sobrenaturalmente redentor. En un caso como este, la contemplación del cuadro contribuye a la experiencia religiosa. n Ralf van Bühren Profesor de Historia del Arte (Roma) 80 | Palabra, Marzo 2013 Anunciación, ala izquierda del altar de Santa Columba, hacia 1455, Roger van der Weyden (Munich, Pinacoteca Antigua) Crucifixión, tabla central del retablo de Isenheim, 1512-1516, Matthias Grünewald (Colmar, Museo Unterlinden) Virgen con el Niño, tabla izquierda del díptico de Maarten van Nieuwenhove, 1487, Hans Memling (Brujas, Sint-Janshospitaal) Adoración de los Magos, tabla central del altar de Santa Columba, hacia1455, Roger van der Weyden (Munich, Pinacoteca Antigua) Palabra, Marzo 2013 | 81 recommended citation style: Ralf van Bühren, El lenguaje del arte. Cómo explicar a los hijos la fe a través de las imágenes (II), in: Palabra (Madrid), no. 597, March 2013, pp. 76-81