sedimentos - Propiedad Pública

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SEDIMENTOS
del río Magdalena, reflejo de la crisis
ambiental
Juan Darío Restrepo Ángel. Biólogo Marino. Doctor en Oceanografía.
Profesor Titular Departamento de Geología, Coordinador Maestría
en Ciencias de la Tierra. Universidad Eafit. Grupo de investigación en
Geología Ambiental.
jdrestre@eafit.edu.co
En años recientes se ha constatado un apreciable aumento en la
frecuencia y magnitud de los procesos peligrosos relacionados
con los efectos de las lluvias en la cuenca del río Magdalena,
y especialmente en los daños humanos y materiales, directos e
indirectos, debidos a los mismos. El invierno de 2010-2011 fue
particularmente acusado de lo que parece ser una tendencia
de fondo general. Esto constituye una importante causa de
contrariedades para la población y también tiene consecuencias
fuertemente negativas para la economía y el desarrollo del país.
Los sedimentos del río Magdalena, reflejo de la crisis ambiental
Aunque con frecuencia se atribuye el aumento de este tipo de
desastres al cambio climático, existen serias evidencias en todo el
planeta de que su causa principal son las alteraciones producidas
sobre la superficie terrestre por actividades como deforestación,
agricultura, minería, expansión urbana y construcción de
infraestructuras (ciudades, carreteras, puentes o embalses). Si
dichas actividades no se planifican y realizan de manera adecuada,
se produce una considerable reducción de la resistencia de los
sistemas naturales ante distintos agentes desestabilizadores
(como lluvias intensas y diversas acciones humanas), así como una
intensificación de los procesos geológicos superficiales (erosión,
derrumbes o deslizamientos, sedimentación e inundaciones)
causantes de los desastres.
Todo esto genera graves consecuencias para la formulación de
estrategias de mitigación de los desastres, ya que el foco de las
medidas a implantar no se debería dirigir exclusivamente hacia el
cambio climático sino también, simultáneamente, hacia el cambio
geomorfológico y de los suelos. El primero depende sobre todo
de políticas internacionales, mientras que el segundo es mucho
más fácil de abordar y gestionar en los territorios nacional y local.
Una de las pocas instituciones en Colombia dedicadas a estimar la
magnitud de la erosión y sus causas ha sido la Universidad Eafit,
con dos de sus proyectos: uno sobre las tendencias de la erosión
en la cuenca del Magdalena para el periodo 1975-2000, con el
auspicio de Colciencias, el apoyo del Ideam y Cormagdalena, y otro
sobre la simulación numérica de la producción de sedimentos en
la cuenca del Magdalena, con la participación de la Universidad de
Colorado (Estados Unidos) y con fondos de la NASA para estimar
la erosión continental. Estos estudios han tratado de resolver las
siguientes preguntas:
¿Cuál es la magnitud de la erosión en el río Magdalena?
¿Qué porcentaje de esta se debe a las actividades humanas?
¿Cuáles son sus implicaciones en las inundaciones durante la
ola invernal?
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Los sedimentos del río Magdalena, reflejo de la crisis ambiental
La emergencia invernal en Colombia, que se inició en el 2011 con
el Fenómeno de la Niña (anomalía climática por el enfriamiento
del océano Pacífico y la intensificación de los vientos del sur,
que hace que la banda de nubes de la región tropical se localice
sobre Colombia e intensifique las lluvias), ha sido la peor tragedia
climática y ambiental reportada en el país en los últimos cincuenta
años, época en la que existen reportes hidrológicos y climáticos de
algunos ríos andinos. De acuerdo con cifras de la Dirección Nacional
de Planeación (DNP), 2.400.000 personas resultaron afectadas. Las
pérdidas económicas, que incluyen vías e infraestructura, centros
educativos, hectáreas de cultivos y cabezas de ganado, muestran
la magnitud del desastre.
Del total de personas afectadas en el país, cerca del 40%
corresponde a las áreas de inundación del Bajo Magdalena, las
llamadas Mojana y Depresión Momposina, donde confluyen
al Magdalena los ríos Cauca, San Jorge y Cesar. Las poblaciones
que resultaron más afectadas fueron las de los departamentos de
Bolívar, Magdalena y Atlántico (ver figura 1), con 409.000, 282.000
y 229.000 personas, respectivamente. Como se muestra más
adelante, no es coincidencia que la mayor parte del desastre haya
ocurrido en esas zonas, que son las receptoras de los aportes de
agua, sedimentos y contaminantes de todos los sistemas fluviales
andinos que llegan a esta cuenca de drenaje.
Han surgido diversas opiniones en torno a las causas de esta
emergencia invernal. De un lado, algunos columnistas de
diferentes periódicos y varios representantes de entidades del
Gobierno sostienen que este desastre ha sido ocasionado por
causas naturales, mientras que otros expertos afirman que el
cambio climático es el principal detonante de la tragedia.
Pero, contrario a estas dos tendencias de opinión, hay razones
científicas para sostener que la acción del hombre en la región
Andina es el factor más determinante para que este desastre
haya superado en diversos aspectos la intensidad de los eventos
invernales que se observan cada año en el país. El hombre es
quien ocasiona la transformación del paisaje con actividades
como deforestación, minería, ganadería y agricultura.
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Los sedimentos del río Magdalena, reflejo de la crisis ambiental
Las lluvias que se presentaron durante esta ola invernal fueron
causadas por la anomalía climática del Fenómeno de la Niña y
la localización de la banda nubosa de la Zona de Convergencia
Intertropical. Todavía existe gran controversia científica sobre si
los cambios en la frecuencia y la magnitud de los eventos del
Niño y la Niña en las últimas cinco décadas son resultado del
cambio climático.
En lo que no cabe duda alguna es sobre la capacidad de los suelos
y los bosques para regular la cantidad de agua que poseen.
En zonas andinas con relieve muy pronunciado, los bosques
y sus suelos son la esponja hídrica que almacena el exceso de
precipitación (lluvias) y amortigua de forma natural la escorrentía
que fluye hacia los ríos.
En estos sistemas montañosos de altas pendientes, la remoción
de la cobertura forestal (es decir, de los bosques) deja expuestos
los suelos a la acción de las lluvias y a la erosión superficial. En
otras palabras, al eliminar la vegetación, los excesos hídricos en
las cuencas fluviales no son filtrados y el caudal se presenta de
forma errática o en pulsos, aumentando su capacidad erosiva, el
transporte de sedimentos y las inundaciones aguas abajo.
Como se mencionó anteriormente, científicos de la Universidad
Eafit, adscritos al Departamento de Geología, han investigado
durante cerca de diez años las causas de la erosión en el río
Magdalena. La importancia de este estudio radica en que conocer
cuánta parte de la erosión se debe al hombre le muestra al país, y a
las entidades encargadas de la regulación y vigilancia ambiental,
cómo se está alterando el paisaje y se están afectando de modo
acelerado —y muy riesgoso para la supervivencia humana— los
servicios ecosistémicos de los bosques y los suelos, los cuales
prestan a los seres humanos varios servicios ambientales, como el
sostenimiento de la calidad del aire (por medio de la fotosíntesis,
los bosques toman bióxido de carbono del aire y le devuelven
a la atmósfera oxígeno), la regulación del clima y el control de
inundaciones; por otra parte, los suelos cumplen una función
vital en el ciclo hidrológico al almacenar agua en temporadas
de lluvias y liberarla en periodos de verano o lluvias mínimas,
manteniendo el caudal de los ríos; también son el sistema
principal para la agricultura. Sin suelos fértiles no se pueden
producir alimentos para el consumo humano. Entonces, cuando
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Los sedimentos del río Magdalena, reflejo de la crisis ambiental
la acción humana altera los servicios que prestan los suelos, se
presentan eventos y cambios ambientales como derrumbes o
deslizamientos, inundaciones, sequías, desertificación, pérdida de
la biodiversidad y aumento del calentamiento global.
En conclusión, para establecer las medidas del control de
la erosión y la pérdida de los servicios ambientales en el río
Magdalena, se debe analizar cuáles son los principales agentes o
factores que están causando esta erosión, con el fin de generar
políticas nacionales en beneficio de un desarrollo sostenible de
nuestros ríos. Las preguntas que surgen, y que generan discusión
en Colombia, son: ¿cuál es la magnitud de la erosión en el río
Magdalena?, ¿qué porcentaje de esta se debe a las actividades
humanas?, ¿cuáles son las implicaciones de esta erosión en las
inundaciones durante el desastre invernal? A continuación se
presentan algunas respuestas.
LA MAGNITUD DE LA EROSIÓN EN EL RÍO
MAGDALENA
Una de las formas de estimar la erosión en las cuencas hidrográficas
de forma espacial y regional es medir los sedimentos transportados
en suspensión por los ríos. Esta cantidad se expresa en toneladas
de sedimentos por año (ton/año).
Para estimar cuántos sedimentos están siendo transportados
por un río, la medida se realiza en secciones de aforo hidrológico
aguas abajo o cerca de la desembocadura del río a otro sistema
fluvial o al mar. Si este número del transporte total se divide por el
área (kilómetros cuadrados) de la cuenca hidrográfica aguas arriba
de la estación de aforo, se obtiene la cantidad de sedimentos ,
en toneladas, que aporta cada kilómetro cuadrado de la cuenca
hidrográfica por año (ton/km2/ año).
Una de las principales inquietudes para resolver en esta
investigación de Eafit era por qué las tasas de erosión del río
Magdalena (690 ton/km2/año1) son las más altas del continente
suramericano en comparación con los grandes ríos de la región,
como el Amazonas (167 ton/km2/año1), el Orinoco (158 ton/km2/
año1), el Paraná (43 ton/km2/año1) y el São Francisco (10 ton/
km2/año1).
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Los sedimentos del río Magdalena, reflejo de la crisis ambiental
En teoría, varios factores naturales en el Magdalena explicarían
estos altos valores: el relieve, expresado en cuencas montañosas
con altas pendientes; la gran actividad tectónica; las diferencias
espaciales en la composición de los suelos; un clima con altas
variaciones de temperatura y rangos de precipitación (entre
500 y 6.000 milímetros al año), y la capacidad de transporte de
sedimentos de los ríos por los moderados y altos caudales.
El análisis espacial de la erosión en la cuenca del Magdalena, en
32 sistemas afluentes principales y más de 50 estaciones de aforo
con series de datos sobre transporte de sedimentos entre 10
y 30 años, indica que el promedio de erosión en toda la cuenca
es de 690 toneladas por kilómetro cuadrado al año, con valores
máximos hasta de 2.200 toneladas por kilómetro cuadrado al año
en la cuenca del río Carare, una de las tasas de erosión más altas
en el mundo.
Los sitios críticos o hot spots, es decir, donde se presentan los
problemas más agudos de erosión, corresponden a sistemas de
la cuenca oriental, como Carare, Opón (1.975 ton/ km2/año1) y
Lebrija (1.260 ton/km2/año1); y ríos como Negro (1.730 ton/km2/
año1), La Miel (1.250 ton/km2/año1), Saldaña (1.270 ton/km2/
año1), Coello (1.035 ton/km2/año1) y Cauca (830 ton/km2/año1).
Con base en un estudio reciente entre la Universidad Eafit y
la Universidad de Colorado, con fondos de la NASA para el
programa de erosión en cuencas continentales, publicado en
2010 en la revista internacional Journal of Geology de la editorial
de la Universidad de Chicago, el área de la cuenca del Magdalena
con valores críticos de erosión es del 78%. En síntesis, tres
cuartas partes de la cuenca andina más grande del continente se
encuentran en estado de erosión (incluso algunos investigadores
lo llaman estado de desertificación). En otras palabras, la mayor
parte de la región andina central de Colombia ha perdido sus
suelos y la capacidad productiva de los mismos. Ni qué hablar de la
vulnerabilidad de todos los pueblos y las ciudades localizados en
esta región, que están más propensos que antes a inundaciones
y derrumbes. ¿Se podría entonces decir que el cambio climático
global es el responsable de lo que ha ocurrido en el país por el
desastre invernal de 2010-2012? ¿No será más bien que la falta
de control ambiental y actividades económicas como la minería
y la deforestación, principalmente, son las causas de la crisis
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Los sedimentos del río Magdalena, reflejo de la crisis ambiental
ambiental en el Magdalena? A continuación se analizan los efectos
de la deforestación y algunas causas naturales en la erosión de la
cuenca del Magdalena.
LA DEFORESTACIÓN COMO CAUSA CENTRAL DE
LA EROSIÓN
El análisis del cambio en la cobertura forestal de la cuenca
del Magdalena entre finales de las décadas de los setenta y los
noventa indica que se taló aproximadamente el 43% del área
de bosques. Gran parte de estos suelos fueron transformados
en áreas de agricultura y ganadería. De hecho, las áreas de
bosques transformadas en este periodo se duplicaron. La tasa de
deforestación anual fue del 2.1%, el valor más alto registrado entre
las cuencas tropicales en el mundo.
De acuerdo con el estudio global de cuencas fluviales del Instituto
Mundial de los Recursos (WRI por sus siglas en inglés), la cobertura
de bosques en la cuenca del Magdalena era del 90% antes de los
asentamientos humanos. Hoy los bosques no superan el 10% en
cobertura.
Los indicadores de deforestación en Colombia son alarmantes.
El estudio de deforestación en Colombia entre los años 2000 y
2005, realizado para obtener indicadores de adaptación al cambio
climático, indican tasas de deforestación total del orden de 600.000
hectáreas en cinco años. La última evaluación de deforestación
realizada por el Ideam entre los años 2000 y 2008 muestra una tasa
de deforestación de 340.000 hectáreas por año —área de pérdida
forestal similar a la que ocupa el Departamento del Atlántico—
Es decir, la deforestación promedio anual entre los años 2000 y
2008 es tres veces más que la observada entre los años 2000 y
2005. Claramente, la descomposición ambiental de los suelos y los
ríos en Colombia está creciendo de manera exponencial.
Al comparar este valor con los datos de deforestación global
publicados en el “Estudio de evaluación mundial de los bosques”,
de la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las
Naciones Unidas (FAO por sus siglas en inglés), se observa que
Colombia, al ocupar solo el 0.1% del área continental del mundo,
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Los sedimentos del río Magdalena, reflejo de la crisis ambiental
representa el 5% de la deforestación global; es decir, el país está
en los primeros diez lugares de deforestación en el mundo.
No cabe duda de que eso contribuye a la degradación de los
suelos del territorio nacional, influye en la erosión e incrementa
el transporte de sedimentos de los ríos colombianos, incluido su
máximo exponente, el Magdalena.
LA EROSIÓN EN EL MAGDALENA ¿NATURAL O
DE ORIGEN HUMANO?
Los modelos numéricos del estudio mencionado entre las
universidades Eafit y de Colorado indican que el 50% de la erosión
en la cuenca del Magdalena es de origen natural, explicado por
variables hidrológicas, del relieve, climáticas y geológicas (tipos
de suelos) (Kettner, Restrepo y Syvitski, 2010).
La variable humana, expresada en los índices de erosión a partir
de las tasas de deforestación, calculados para los 32 afluentes
principales del Magdalena, explica el 32% de la erosión en el
Magdalena. Esto es, una tercera parte de los sedimentos que
transporta el río Magdalena hacia las partes bajas, como la Mojana
y la Depresión Momposina (unos 53 millones de toneladas por
año), son atribuibles a la deforestación.
Otras actividades, como la construcción y la minería, también
generan mucho sedimento, por lo que la contribución humana
probablemente se acerca al 50%. Esta cifra se ha calculado con
datos al año 2002 y no refleja la nueva situación de deforestación
calculada por el Ideam al año 2008.
IMPLICACIONES DE LA EROSIÓN DEL
MAGDALENA EN LAS INUNDACIONES DE LA
DEPRESIÓN MOMPOSINA
La planicie aluvial de la Depresión Momposina, sobre la que
confluyen las descargas fluviales de los ríos y tributarios del Cauca,
Magdalena y San Jorge, es una de las grandes zonas inundables
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Los sedimentos del río Magdalena, reflejo de la crisis ambiental
del mundo. Se trata de una especie de “delta interior” con una
extensión de 24.650 kilómetros cuadrados. Esta depresión
tectónica, compuesta por sistemas de ciénagas, quebradas, caños
y humedales, desempeña el papel de regulador o “amortiguador
hídrico” de toda la región del Bajo Magdalena.
Las zonas inundadas de estas llanuras se expanden al absorber
el exceso de agua durante las temporadas de lluvias intensas y
se contraen a medida que liberan agua lentamente durante la
estación más seca, ayudando a mantener el flujo de los ríos. En
otras palabras, estas llanuras de la zona Momposina actúan como
esponjas para evitar que los pueblos y ciudades aguas abajo
del Magdalena, como El Plato, Magangué, Mompox, Calamar, El
Dique, Barranquilla y Cartagena, entre muchas más, se inunden
frecuentemente.
La gran destrucción de los humedales y planos de inundación
del río Magdalena, producto de actividades humanas como la
alteración hidráulica, el desvío de cauces para irrigación de zonas
de agricultura, la construcción de obras civiles o el aumento del
relleno por sedimentos, ha llevado al deterioro de un mecanismo
natural para el control y la regulación de flujos extremos e
inundaciones, como resultado de los procesos erosivos en la parte
media y alta de la cuenca del Magdalena, y la minería del oro en
el Bajo Cauca.
Gran parte de los eventos extremos de inundación en regiones
como Mompox, Magangué, Calamar y Barranquilla son filtrados
por esta “esponja fluvial”, cuya eficiencia, por lo antedicho, es cada
vez menor.
El problema de las inundaciones y su recurrencia en la Depresión
Momposina se debe en gran medida a la cantidad de sedimentos
que se almacenan en esta región, como producto de la erosión
en el río Magdalena. Una cifra preliminar del estudio mencionado
indica que entre el 20 y el 45% (entre 30 y 70 millones de toneladas
por año) de los sedimentos del sistema Magdalena-Cauca-Cesar
quedan retenidos en dicha depresión.
No cabe duda de que el impacto ambiental de la erosión disminuye
la capacidad de carga hidrológica de las lagunas de la Depresión
Momposina y la Mojana, y por eso genera eventos de inundación
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Los sedimentos del río Magdalena, reflejo de la crisis ambiental
más pronunciados y recurrentes. Además, las actividades humanas
descritas contribuyen a aumentar la escorrentía, y por tanto la
proporción de las lluvias que van a parar a los ríos.
LOS COSTOS DEL DESASTRE INVERNAL Y LAS
NECESIDADES DE INVESTIGACIÓN AMBIENTAL
El informe ambiental “Colombia para la reducción de la pobreza”,
del Banco Mundial, publicado en 2008, afirma que los costos de
la erosión en Colombia pueden ser del orden de dos billones
de pesos al año. Los autores aclaran que esta cifra tiene un gran
sesgo y que incluso este valor debería ser mayor. El mismo
informe concluye que en Colombia hay ausencia de normas, leyes
y políticas ambientales para controlar y mitigar la erosión.
Durante el Foro Nacional Ambiental, que se celebró en Bogotá
el 15 de febrero de 2012 y cuyo tema fue el desastre invernal, la
Dirección Nacional de Planeación (DNP) presentó los costos de la
emergencia invernal. Del total de 26 billones de pesos, 19 billones
serán destinados para prevención y mitigación. Este rubro incluye
la reconstrucción de viviendas en zonas de riesgo no mitigable,
traslado de escuelas, financiación económica a agricultores con
capital fresco, construcción de vías primarias en donde se repiten
los problemas en cada emergencia invernal, entre otros gastos. La
parte ambiental de este monto estaría representada por proyectos
de manejo en la cuenca Magdalena-Cauca, construcción de diques
y remoción de sedimentos.
El factor sorpresa con el que se presentó la emergencia invernal
mostró las debilidades del modelo ambiental colombiano,
representado en el Sistema Nacional Ambiental (Sina). Según
la DNP, algunas de estas deficiencias incluyen el enfoque de
tipo emergencia de las políticas de gestión de desastres, la
escasa investigación, el atraso en desarrollo tecnológico, la
poca participación de la academia colombiana y la limitada
coordinación entre entidades como las Corporaciones Autónomas
Regionales (CAR), el Ideam, Minambiente, los entes territoriales
o las gobernaciones. Por citar un ejemplo de la falta de políticas
claras en el manejo de los ríos en Colombia, la pregunta es: ¿quién
es el responsable del manejo hídrico en Colombia?
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Los sedimentos del río Magdalena, reflejo de la crisis ambiental
En esta emergencia invernal el Gobierno no identificó las líneas
de investigación fundamentales que sirvieran de base para
hacer más eficientes las inversiones de capital en mitigación de
inundaciones o en infraestructura fluvial, incluyendo diques,
puentes y defensas hidráulicas. Si algo es cierto es que el país pide
inversión ya mismo, pero para que esta no se malgaste se requieren
proyectos de investigación ambiental que permitan poner en
práctica soluciones de largo plazo, que aborden las causas de las
inundaciones de los ríos colombianos, y no que simplemente los
síntomas.
En conclusión, la degradación ambiental de gran parte del país es
arrastrada aguas abajo y transferida a la Depresión Momposina y
la Mojana, en términos de crecientes aportes de agua, sedimentos
y contaminantes.
La cuenca Magdalena-Cauca requiere el planteamiento de un
sistema integrado de análisis y control ambiental, incluyendo
componentes como deforestación, erosión de suelos, actividades
mineras, diseño y ejecución de infraestructuras, construcción, y
estrategias de control de la escorrentía y el aporte de sedimentos,
así como de mitigación de inundaciones.
Este modelo integrado, tomando la cuenca hidrográfica como
un sistema continuo desde la cabecera hasta la desembocadura,
daría las pautas para comprender mejor el proceso de inundación
y su proyección en el tiempo, información prioritaria para planes
de ordenamiento, y gestión regional y ambiental.
¿Cómo controlar las inundaciones? ¿Por qué se han vuelto tan
extremas? ¿Por qué la Depresión Momposina y la Mojana se
inundan con más frecuencia hoy que antes? ¿Hasta cuándo
seguirá este comportamiento? ¿Se intensificarán las inundaciones
en el futuro? ¿Cuánto tiempo le queda a la Depresión Momposina
para llenarse de sedimentos? ¿Cuáles serían las implicaciones
futuras de esta situación? Las respuestas a estas preguntas, que
por supuesto no se conocen, son la base para fijar los planes
nacionales de ordenamiento ambiental y mitigación de desastres.
En Colombia, el cambio climático y la degradación ambiental no
dan espera. Hay que empezar ya a generar las bases científicas
antes de hacer obras hidráulicas y de otro tipo que sigan enterrando
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Los sedimentos del río Magdalena, reflejo de la crisis ambiental
miles de millones de pesos en la Depresión Momposina y la Mojana,
a la misma tasa o mayor que la acumulación de los sedimentos
provenientes de la erosión del río Magdalena.
ALGUNAS CONCLUSIONES RELEVANTES
Una tercera parte de la erosión en el río Magdalena durante las
últimas tres décadas se debe al impacto del hombre sobre los
suelos y los bosques de la región andina.
Los servicios ambientales de los bosques y los suelos en las
cuencas hidrográficas del país están totalmente alterados y
disminuidos. No hay políticas de desarrollo sostenible.
Gran parte de los derrumbes e inundaciones que se observan
en Colombia actualmente se debe al mal manejo de los suelos
y de la erosión.
En Colombia no hay políticas contra la erosión y el manejo
ambiental de los suelos.
El impacto del hombre en la región andina, como producto
de la transformación del paisaje por deforestación, minería,
ganadería y agricultura, es el factor más determinante para
que el desastre invernal 2010-2012 haya superado en varios
órdenes de magnitud la intensidad de los eventos invernales
que se observan cada año en el país.
Tres cuartas partes de la cuenca andina más grande del
continente están en severo estado de erosión, e incluso algunos
investigadores lo llaman estado de desertificación.
Colombia, que ocupa solo el 0.1% del área continental del
mundo, representa el 5% de la deforestación global; es decir,
el país está en los primeros diez lugares de deforestación en el
mundo.
Las inundaciones en la región del Bajo Magdalena se deben
en gran parte a la alteración por el hombre de las ciénagas
y humedales, y a la alta sedimentación en estas lagunas,
producto de la erosión aguas arriba del Magdalena.
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Los sedimentos del río Magdalena, reflejo de la crisis ambiental
Si algo es cierto es que el país pide inversión ya mismo, pero para
que esta no se malgaste se requieren proyectos de investigación
ambiental que permitan poner en práctica soluciones de largo
plazo, que aborden las causas de las inundaciones de los ríos
colombianos, no simplemente los síntomas.
www.propiedadpublica.com.co
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Galería de fotos
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Cifras de emergencia invernal 2011.
Imagen del Investigador.
Los sedimentos del río Magdalena, reflejo de la crisis ambiental
REFERENCIAS
Restrepo, J. D. (2006). Los sedimentos del Magdalena: reflejo de la crisis ambiental. Medellín: Fondo
Editorial Universidad Eafit.
Kettner, A.; Restrepo, J. y Syvitski, J.P.M. (2010). “Simulating spatial variability of sediment fluxes in
an Andean drainage basin, the Magdalena River”. Journal of Geology 118, pp. 363-379.
FUENTES EN INTERNET
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http://www.siac.gov.co/documentos/DOC_Portal/DOC_Bosques/20110712_Cartilla%20
Deforestaci%C3%B3n.pdf
Estudio de Evaluación Mundial de los Bosques:
http://www.fao.org/forestry/fra/fra2010/es/
Informe Ambiental de Colombia para la reducción de la pobreza del Banco Mundial, publicado
en 2008:
http://publications.worldbank.org/index.php?main_page=product_info&cPath=0&products_
id=22552
Instituto Mundial de los Recursos (Análisis piloto del estado de los ecosistemas de agua dulce):
http://www.wri.org/publication/pilot-analysis-global-ecosystems-freshwater-systems
Los sedimentos del río Magdalena: Reflejo de la crisis ambiental
http://www.eafit.edu.co/cultura/fondo-editorial/colecciones/coediciones/Paginas/
LossedimentosdelrioMagdalenareflejodelacrisisambiental.aspx
http://books.google.com.co/books/about/Los_Sedimentos_Del_R%C3%ADo_Magdalena.
html?id=bxosLWUC8twC&redir_esc=y
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PÁGINAS
WEB
RECOMENDADAS
INSTITUCIONALES
Colombia Humanitaria:
http://www.colombiahumanitaria.gov.co/FNC/Paginas/FNC.aspx
Departamento de Geología, Universidad Eafit:
http://www.eafit.edu.co/programas-academicos/pregrados/geologia/Paginas/inicio.aspx
FAO - Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura:
http://www.fao.org/index_es.htm
Fondo Nacional de Adaptación:
http://www.fondoadaptacion.gov.co/
Ingeominas - Instituto Colombiano de Geología y Minería:
http://www.fondoadaptacion.gov.co/
15
Los sedimentos del río Magdalena, reflejo de la crisis ambiental
Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, Ideam:
http://institucional.ideam.gov.co/jsp/index.jsf
Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt:
http://www.humboldt.org.co/iavh/
Instituto Mundial de los Recursos:
http://www.wri.org/
La ola invernal en Colombia:
http://www.elespectador.com/tags/ola-invernal-en-colombia
Red de Desarrollo Sostenible en Colombia y la erosión:
http://www.rds.org.co/publicacion.htm?x=5432
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