OFICIO 220-084515 DEL 28 DE MAYO DE 2014 ASUNTO: CESION DE UNA SOCIEDAD Me refiero a su escrito radicado en esta Entidad con el número 2014-01-180251, remitido por la Jefe de la Oficina Asesoría Jurídica del Ministerio de Educación Nacional, mediante el cual formula una consulta relacionada con la posibilidad de que una sociedad anónima pueda ser cedida a una fundación sin ánimo de lucro. Al respecto, este Despacho se permite hacer las siguientes precisiones de orden jurídico, a la luz del Código de Comercio: i) De conformidad con lo dispuesto en el artículo 98 del Código de Comercio dispone que "Por el contrato de sociedad dos o más personas se obligan a hacer un aporte en dinero, en trabajo o en otros bienes apreciables en dinero, con el fin de repartirse entre sí las utilidades obtenidas en la empresa o actividad social. La sociedad, una vez constituida legalmente, forma una persona jurídica distinta de los socios individualmente considerados”. (El llamado es nuestro). ii) Del estudio de la norma antes transcrita, se desprende, de una parte, que la misma define a la sociedad como un contrato por el cual por el que dos o más personas estipulan poner un capital u otros efectos en común, con el objeto de repartirse entre sí las ganancias o pérdidas que resulten de la especulación, y de otra, que un vez constituida aquella forma una persona jurídica distinta de los socios que la conforman. iii) Si bien la sociedad resulta de la figura jurídica llamada contrato, no es menos cierto que dicho contrato no puede ser objeto de cesión alguna, toda vez que la ley no previó dicha posibilidad, como no podría hacerlo, ya que los socios no tienen una posición contractual o prestaciones correlativas como la de los contratos bilaterales, pues en el contrato como tal no participan dos partes, máxime si se tiene en cuenta que la sociedad es una persona jurídica distinta de los socios individualmente considerados, y en tal virtud no es un bien de los accionistas sino un sujeto de derechos y obligaciones, distinto de quienes acudieron a crearla. iv) Ahora bien, la personalidad jurídica consiste en la atribución para la colectividad de socios de un determinado régimen jurídico, el cual se caracteriza: a) por dotar a la sociedad de una individualidad que permite calificarla (y no a las personas que la constituyen) de empresario mercantil colectivo, al cual se le atribuye un nombre comercial, una nacionalidad y un domicilio; b) por otorgar a la sociedad de capacidad y autonomía jurídica para actuar y contratar en su propio nombre con terceros e incluso con sus propios socios; c) por tener la sociedad un patrimonio autónomo constituido por las aportaciones de los socios, cuya titularidad corresponde a aquella y no a éstos, de modo que los socios o accionistas no responden de las deudas sociales (sociedad anónima y sociedad de responsabilidad limitada), o responden tan solo cuando se ha agotado el patrimonio social (sociedad colectiva y comanditaria respecto de los socios colectivos; y 4) por imponer, por así decirlo, al etc., colectivo resultante las obligaciones y los derechos que integran el estatus profesional propio de los empresarios mercantiles, como si se tratara de personas físicas. iv) De otra parte, no debe perderse de vista que la la cesión es un modo, por medio del cual se transfiere la posición que una persona ocupa en un contrato, con sus derechos y obligaciones. Esta cesión se produce con fundamento en un título, es decir, en un contrato entre cedente y cesionario que da origen a la cesión, contrato que puede ser de compraventa, permuta, aporte a sociedades, etc. v) Ahora bien, frente a la sociedad como tal, esta puede transformarse en otro tipo societario, fusionarse con otra sociedad comercial, escindirse o liquidarse, según el caso, en tanto que respecto de los socios o accionistas, estos pueden negociar las cuotas o acciones que posean en la sociedad con terceros, siempre y cuando en los estatutos no se haya pactado el derecho de preferencia en favor de los restantes socios o accionistas o de la sociedad, en cuyo caso se debe agotar el procedimiento allí previsto o en la ley. vi) En resumen, se tiene que no es viable que una sociedad anónima pueda ser objeto de cesión a una fundación si ánimo de lucro, por las razones anteriormente expuestas. En los anteriores términos, se da respuesta a su consulta, no sin antes advertir que la misma tiene el alcance previsto en el artículo 28 del Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo.