Ambitos de intervención social María Senra Varela (UNED) 3.- Ámbitos y contextos de intervención social Con el fin de acercarnos a la precisión conceptual, veamos las definiciones terminológicas de la Real Academia Española para los dos primeros vocablos: Ámbito: Espacio comprendido dentro de límites determinados. Espacio ideal configurado por las cuestiones y los problemas de una o varias actividades o disciplinas relacionadas entre sí. Contexto: Entorno físico o de situación, ya sea político, histórico, cultural o de de cualquier otra índole, en el cual se considera un hecho Como ya queda expuesto, la Educación Social es una profesión de carácter pedagógico por lo que las intervenciones han de ser de índole socioeducativa: Intervención socioeducativa: Conjunto de actuaciones, de carácter motivacional, pedagógico, metodológico, de evaluación, etc.… que se desarrollan por parte de los agentes de intervención, bien sean institucionales o personales, para llevar a cabo un programa previamente programado, y cuyo objetivo es intentar que las personas o grupos con los que se interviene alcancen, en cada caso, los objetivos propuestos en dicho programa Castillo y Cabrerizo (2003): Conviene señalar que existe un cierto desconcierto en cuanto a la utilización de términos referidos a la intervención socioeducativa. Algunos profesionales hablan de “áreas de intervención”, otros utilizan “ámbitos de intervención” y generalmente se utilizan ambas expresiones indistintamente y con la misma connotación. Sin pretender ser dogmática, en este sentido, creo que puede ser esclarecedora la opción de considerarlos según el grado de concreción: Área Ambito Contexto Si lo aplicamos a un ejemplo tendríamos: Intervención socioeducativa en el área de adultos, Más específicamente en el ámbito de adultos inmigrantes y la mayor concreción vendría definida por el contexto de un centro de alfabetización de adultos. La estructuración de las áreas de intervención social es muy diversa y puede variar según el territorio geográfico o político, pero en general, pueden entenderse como áreas o ámbitos de intervención socioeducativos adecuados aquellos en los que se desarrollen las funciones propias del educador social. El abanico de ámbitos que son competencia de la Educación Social es muy amplio, por lo que la intervención no se desarrolla en un marco determinado y el educador social se puede encontrar ejerciendo funciones tan dispares como desarrollar un taller de habilidades sociales básicas con jóvenes inmigrantes para contribuir a su integración satisfactoria en nuestra sociedad, o desarrollando talleres lúdicos con hijos de mujeres reclusas dentro del propio centro penitenciario, o realizando actividades de ocio y tiempo libre con personas mayores para mantener y estimular sus capacidades cognitivas (Senra, 2006). Recogemos la selección/clasificación que el Equipo Docente del Practicum (2008) de la Diplomatura de Educación Social de la UNED recoge en la guía didáctica de la asignatura: Área socioeducativa: • Educación para la salud. • Educación ambiental, para la conservación y el desarrollo sostenible. • Promoción social y desarrollo comunitario. • Cooperación para el desarrollo y voluntariado. • Organismos nacionales e internacionales para la promoción de los derechos humanos. • Programas de integración en instituciones no formativas. • Empresas socioeducativas. Área sociocultural: • Animación sociocultural infantil, juvenil y de adultos. • Gestión cultural y deportiva. • Ludotecas, bibliotecas, museos, etc. • Orientación a la interculturalidad. • Medios de Comunicación Social. Área social: • Prevención de la exclusión social, la violencia y las toxicomanías. • Rehabilitación de toxicomanías. • Instituciones penitenciarias. • Instituciones de bienestar social. • Atención a la familia. • Centros de acogida a mujeres maltratadas. • Asociaciones de usuarios y consumidores. • Programas de atención y orientación a inmigrantes. Área sociolaboral: • Programas desarrollados desde asociaciones, empresas o administraciones. • Formación y orientación ocupacional. • Proyectos de desarrollo integral de poblaciones, comarcas y regiones. • Programas de Formación y Empleo. Área de atención a personas con discapacidad: • Residencias específicas para personas con discapacidad. • Asociaciones de ayuda a personas con discapacidad. • Centros ocupacionales. • Centros Especiales de Empleo. Área de educación de personas adultas: • Centros de día. • Centros de educación de personas adultas. • Residencias para personas adultas. • Hogares de jubilados. • Programas para la inserción laboral de la mujer. Área del menor: • Centros de reforma de menores conflictivos. • Hogares protegidos para menores. • Residencias para menores. Área de apoyo a la Educación Formal: • Apoyo a la integración socioeducativa de estudiantes con necesidades educativas especiales. • Desarrollo de programas de actividades extraescolares. • Programas de apoyo a la familias que lo requieran con programas específicos o como parte de la intervención de los equipos de orientación o similares. • Apoyo al desarrollo de las asociaciones de madres y padres. Ciberespacio • Páginas y portales educativos. • Proyectos formativos en Internet • Espacios de desarrollo profesional de la Educación Social Atendiendo a otros criterios, hay diversas clasificaciones, por ejemplo las que utilizan como criterio a los destinatarios, estadios cronológicos, procedencia, aspectos sanitarios, etc. Sería prolijo hablar de todas las posibles áreas pero basándonos en la problemática de las personas sujetos de la intervención, podemos diferenciar áreas que se sitúan en torno a estos tres tipos de población: • Población en riesgo social, situaciones de abandono, negligencia y maltrato; colectivos de población que, por sus características o circunstancias, se encuentran con especiales dificultades para su inserción social, laboral, etc. • Población en situación de desadaptación social, situaciones de delincuencia, marginación, exclusión, que pueden ir asociadas a problemáticas de dependencia, discapacidad, salud mental, etc. • Población general, que atiende la atención a adultos, tercera edad, desarrollo local, animación sociocultural, etc. 3.1. Area socioeducativa La intervención socioeducativa se puede definir como “la acción intencional y sistemática que tiene como finalidad incidir en una situación o proceso concreto, a fin de promover determinados efectos de mejora en sus participantes, así como en su entorno o comunidad (Sarrate, 2009). Uno de sus rasgos destacados radica en que al tratarse de una acción intencional y sistemática, requiere una planificación previa como punto de partida del proceso, para lograr determinados objetivos propuestos y en este proceso intervienen varios elementos: los agentes, modelos de intervención, estrategias, y técnicas. Pero sin olvidar que la finalidad de la intervención socioeducativa es conseguir que las personas consigan una mejor calidad de vida a través de la socialización, optimizando la condición personal y social de los sujetos. La intervención socioeducativa tiene un carácter fundamentalmente comunitario y se desarrolla prioritariamente en dos ámbitos: el social y el educativo. Los objetivos de cada uno de ellos no son excluyentes, sino que en muchos casos son complementarios. a) Social. Prioriza la intervención en aspectos tales como el desarrollo social y comunitario, la igualdad social, una vida de calidad para toda la ciudadanía, la concienciación y la transformación social, etc. Tiene como eje vertebrador de los proyectos a un colectivo determinado o a la comunidad. El ámbito social se orienta hacía dos vertientes: • El desarrollo comunitario, desde el que se intenta desarrollar las relaciones humanas favoreciendo la participación y el asociacionismo. • La asistencia social, en este caso el objetivo es paliar los problemas o conflictos de un determinado colectivo, intentando que el colectivo en cuestión sea capaz de reconocer sus problemas y de encontrar soluciones de una forma autónoma y autogestionada. Su marco de actuación suelen ser asociaciones, movimientos ciudadanos, centros cívicos… b) Educativo: Engloba aquellas intervenciones que hacen hincapié en la formación integral de la persona: potenciar su autonomía, favorecer la formación de un espíritu crítico, desarrollar su capacidad para expresarse y participar en la vida social; en definitiva, aquéllas que intentan dinamizar los recursos personales de cada individuo. Los espacios propios de este tipo de intervención son las escuelas de adultos, los centros de enseñanza, los centros de formación ocupacional, etc. 3.2. Area sociocultural La intervención en el área sociocultural se difundió a partir de los años sesenta como un tipo de intervención educativa que trataba de dar respuesta, a través de la cultura, a las necesidades de participación de los ciudadanos en la vida social, política y económica de la comunidad. Desde su aparición ha habido una gran dificultad para delimitar el concepto, esto es debido a su heterogeneidad, pues abarca prácticas, instituciones, ámbitos, medios y funciones muy diversos (Wikipedia). Para ANDER-EGG (2000): “hay animación sociocultural cuando se promueven y movilizan recursos humanos, mediante un proceso participativo que desenvuelve potencialidades latentes en los individuos, grupos y comunidades”. La UNESCO define la animación sociocultural como el conjunto de prácticas sociales que tienen como finalidad estimular la iniciativa y la participación de las comunidades en el proceso de su propio desarrollo y en la dinámica global de la vida sociopolítica en la que está integrada. • No nace como una teoría o un concepto, mas bien como vivenciada en los grupos sociales y culturales y ocupándose de la educación de adultos y de la educación popular. En España entre finales del siglo XIX y del XX se dan una serie de iniciativas como las Colonias de Vacaciones, las Casas de Pueblo, los Ateneos, los métodos de la Escuela Nueva y la Escuela Moderna de Ferrer y Guardia, las Universidades Populares y la inspiración e iniciativas de la Institución Libre de Enseñanza (I.L.E.) • Los objetivos que persigue la animación sociocultural atendiendo a la clasificación que podemos encontrar en el libro “Qué es la Animación Sociocultural. Epistemología y Valores”(Pérez Serrano, 2006) distingue dos ámbitos: • Objetivos de la intervención en el área sociocultural: 1.- Ámbito personal • Facilitar la adhesión a objetivos, conforme las necesidades, las aspiraciones y los problemas de cada miembro y grupo social. • Generar las condiciones propicias que inciten al mayor número de personas a revalorizar sus potencialidades, así como los recursos que pueden encontrar en su relación con otros. • Favorecer que las personas se descubran a sí mismas. • Tomar conciencia de su situación en el mundo y el papel que están llamados a desempeñar. 2.- Ámbito social • Participar en la vida del grupo y de la sociedad para la mejora permanente de la calidad de vida. • Vivir en relación con los otros, en la aceptación y el respeto a cada uno, sus valores, creencias y las de su medio. • Dar a cada uno la oportunidad de intercambiar ideas y expresarse libremente, de acuerdo con su marco de referencia. • Atenuar, para finalmente eliminar, el handicap sociocultural y propiciar igualdad de oportunidades para todos. • Intentar suprimir las diferencias entre los diferentes estratos sociales. La animación sociocultural entendida en su sentido pleno tiene como objetivo prioritario lograr que los ciudadanos participen en la sociedad creando su propia cultura, orientada a su transformación y mejora, lo que se conoce con el término de democracia cultural. Según Ander-Egg (2000) no existe una única metodología, sino que hay multitud de posibilidades y todas ellas válidas. El sentido epistemológico de la palabra metodología, es “un camino hacia algo”. Pero en intervención social el camino se hace haciéndolo, por lo que se puede afirmar que la metodología de la intervención sociocultural es una metodología emergente, es decir, que va surgiendo y concretándose a medida que se va llevando a cabo. Existe gran variedad de técnicas de aplicación, pero existe unanimidad en que debe ser una metodología participativa y dialogante, capaz de generar procesos en los que se implique a los mismos sujetos. Ha de ser flexible y adaptativa, ofreciendo caminos alternativos según los aportes de los sujetos, de sus intereses, preocupaciones, limitaciones, capacidades etc. De igual forma, atiende a los cambios acaecidos en la realidad donde se aplica el programa. Se puede afirmar que la metodología que promulga Ander-Egg, es concebida, como una “práctica militante”. Ella supone una forma de conocer, diagnosticar, programar, actuar y evaluar con los mismos sujetos implicados en los programas, proyectos y actividades. 3.3. Area social Una intervención social es una acción programada y justificada desde un marco legal y teórico, que se realiza sobre un colectivo o individuo, trabajando los perfiles psicoevolutivos y los sectores sociales con un doble fin de mejorar su situación generando un cambio social y eliminando situaciones que generen desigualdad. (wikipedia). Carballeda dice que la Intervención es “un proceso complejo que la sociedad construye con sus creencias y costumbres y cambia al paso del tiempo” y que “se lleva acabo despaciosa y calladamente a través de descripciones, informes, observaciones y la relación que establece el interventor con el medio" Realizar este tipo de intervención es difícil para los especialistas en diferentes áreas ya que no podemos ver la situación desde afuera porque cada persona forma parte de un grupo, una comunidad, un ente social con el cual nos identificamos y estamos en constante movimiento con el medio que nos rodea. La intervención en el área social se puede considerar como el conjunto de actuaciones de carácter educativo dirigidas a población en situación de desadaptación social, debida a diversos factores como pueden ser: delincuencia, salud mental, marginación, exclusión, drogadicción, etc. que les aparta de las normas del grupo social dominante. Mas y Ponce (1995) consideran tres tipos de receptores de intervención social en función de las necesidades sociales: a) Los que tienen necesidad social y presentan: - déficits: afectivo, económico, etc. - perturbaciones: malos tratos, enfermedad familiar, etc. - explotación: prostitución, mendicidad, etc. b) Los que presentan dificultades sociales: estableciéndose una relación de rechazo entre el sujeto y la comunidad. c) Los que están en conflicto social: En la relación entre el sujeto y la sociedad hay una tercera figura que interviene en la relación: policía, Juzgado de Menores, educadores especializados, etc. Para superar los déficits que se producen en los individuos inadaptados, la intervención tiene que dirigirse a la estimulación educativa de los individuos para superar esos déficits, facilitándoles su mejora personal a fin conseguir su adaptación e integración en la sociedad. Los ámbitos y contextos en los que se puede concretar una intervención social son muy diversos: • Prevención de la exclusión social, la violencia y las toxicomanías. • Rehabilitación de toxicomanías. • Instituciones penitenciarias. • Instituciones de bienestar social. • Atención a la familia. • Centros de acogida a mujeres maltratadas. • Asociaciones de usuarios y consumidores. • Programas de atención y orientación a inmigrantes. Teniendo en cuenta esta diversidad y el hecho de que algunas intervenciones son de carácter preventivo, mientras otras tienen un carácter más asistencial o terapéutico, se justifica que la metodología de estas intervenciones sea también diversa y, desde un enfoque humanista, adaptada a cada situación e incluso a cada indivíduo. 3.4. Area sociolaboral La intervención en el área sociolaboral aúna intervenciones sociales y laborales coordinadas de modo armónico, conjugando recursos y dispositivos. La intervención sociolaboral se constituye como un conjunto de acciones dirigidas a mejorar la adaptación social de las personas afectadas, incrementar su empleabilidad y finalmente, lograr su inserción en el mercado laboral. A través de programas y servicios de carácter integral se persigue mejorar las condiciones de vida de aquellas personas y colectivos que se encuentran en situación y/o riesgo de exclusión, facilitando y acompañando los procesos de integración social y laboral potenciando el mayor grado de autonomía personal, social, económica y de vivienda alcanzable en cada caso. Inserción social Programas y proyectos de intervención dirigidos a la inserción social y laboral de personas en situación o riesgo de exclusión social, tales como casas de acogida; programas de integración social, de formación, de ocio y tiempo libre, de emancipación, de acompañamiento y promoción social, de incorporación y acompañamiento sociolaboral; talleres ocupacionales; etc. Servicios: Centros de acogida y alojamientos de inserción: Los centros de acogida son dispositivos de acogimiento temporal para personas que no disponen de alojamiento ni medios económicos para lograrlo, cubriendo, temporalmente, sus necesidades básicas a la vez que se desarrollan actuaciones individuales que contemplen el apoyo, acompañamiento y seguimiento individualizado de cada persona participante de cara a conseguir una mayor estabilidad y autonomía. Los alojamientos de inserción son recursos y/ o dispositivos, de larga estancia, que contemplan la cobertura de necesidades básicas a la vez que refuerzan, a través de itinerarios individuales de inserción, las carencias sociales, psicológicas, emocionales, formativas y laborales capacitando y orientando hacia su inserción social y/ o laboral. Servicios de acompañamiento e intervención bio-psico-social: Engloba servicios y proyectos desde un modelo de intervención bio-psico-social en el que se entiende a la persona compuesta por elementos físicos, psicológicos y sociales, todos ellos interrelacionados formando un todo. Por lo tanto, los procesos de inserción son enfocados a través de programas integrales que contemplan globalmente los diferentes aspectos que conforman a la persona con la finalidad de realizar una intervención efectiva y definitiva. Inserción laboral El área de Inserción Laboral tiene como objetivo mejorar el nivel de empleabilidad de las personas en situación y/o riesgo de exclusión social, a través del diseño y puesta en marcha de itinerarios personalizados de inserción. La inserción laboral consiste en ofrecer (a través de diferentes programas, dispositivos, etc.) un proceso de acompañamiento personalizado e integral a personas que están en situación de exclusión laboral y social, para que, más allá de la adquisición de conocimientos estrictamente laborales, la persona recupere unos hábitos laborales, sociales, de relación, etc. con el objetivo de incorporarse en el mercado laboral. Emaús Fundación Social, dentro del Área de Inserción Laboral, tiene establecidas cuatro líneas de actuación, encaminadas a facilitar al acceso de los colectivos desfavorecidos al mercado de trabajo: • Formación. • Orientación hacia el empleo. • Acompañamiento en el puesto de trabajo. • Prospección e intermediación laboral. Servicios: Servicios de formación y orientación laboral: Actuaciones orientadas a fomentar la recuperación, adquisición y/o refuerzo de las competencias socio-personales (actitudes, destrezas, hábitos y habilidades sociales) que contribuirán a la mejora de la empleabilidad de las personas participantes. • Programas desarrollados desde asociaciones, empresas o administraciones. • Formación y orientación ocupacional. • Proyectos de desarrollo integral de poblaciones, comarcas y regiones. • Programas de Formación y Empleo. 3.5. Área de educación de adultos La educación de adultos se fundamenta en un criterio aplicable a otros terrenos educativos: el de la formación permanente y continuada, a través de la cual cualquier persona se inserta en un proceso de aprendizaje y reciclaje de los conocimientos a lo largo de su vida. A nivel internacional el fomento de la educación de adultos se promovió tras el fin de Segunda Guerra Mundial con el impulso dado por la Unesco y desde finales de la década de los años 1970 se incorporó a las premisas del Estado de Bienestar. En el caso concreto de las Escuelas de Adultos institucionales, el objetivo principal es superar las desigualdades sociales y favorecer la inclusión integral de las personas sin títulos académicos o sin formación en campos recientes (como las nuevas tecnologías), por tal que estas carencias no impidan su desarrollo laboral y de relaciones sociales. El uso de ordenador, teléfono móvil, la rápida evolución de estas tecnologías solo pueden aplicarse en adultos recibiendo una formación continua. Las escuelas de adultos están siendo muy útiles para las personas mayores porque les ha abierto muchas puertas a la enseñanza de la informática y las nuevas tecnologías. En el área de educación de adultos ha surgido un ámbito que se está abriendo abriendo camino y respondiendo a una necesidad cada paso más evidente: la adaptación al status de jubilación. Después de una vida de trabajo más o menos larga, la persona se ve enfrentada a una nueva forma de vida que se caracteriza por: • Exceso de tiempo libre y/o desocupado • Ausencia de obligaciones • Liberación de horarios más o menos rígidos • Limitación económica • Falta de la relación social que antes tenía en el trabajo • Excesiva dedicación voluntaria o impuesta a la atención y cuidado familiar • Sentimientos de frustración de “ya no sirvo” Los centros de educación de adultos pueden desempeñar una labor muy importante en este sentido para readaptar a la persona jubilada a su nuevo estatus social y familiar, mediante programas de estimulación del nuevo autoconcepto, desarrollo de nuevos roles sociales y familiares, etc. 3.6. Area del menor El área de atención al menor se puede considerar la más amplia por la cantidad de ámbitos y contextos en los que se puede desarrollar la intervención de carácter socioeducativo. La intervención socioeducativa es el conjunto de actuaciones, de carácter motivacional, pedagógico, metodológico, de evaluación, etc. que se desarrollan por parte de los agentes de intervención, bien sean institucionales o personales, para llevar a cabo un proyecto previamente programado, y cuyo objetivo es intentar que las personas o grupo con los que se interviene alcance los objetivos propuestos en dicho programa (Castillo y Cabrerizo, 2003, en Senra y Vallés, 2010) Entendemos, pues, la intervención con menores dotada de carácter de promoción, prevención, atención en el propio contexto, reinserción, globalidad, etc. lo que implica un planteamiento del trabajo con las familias y los menores cuyo objetivo principal es mejorar las condiciones de vida del menor y de su familia en su propio contexto. Es, en definitiva, una intervención de carácter compensatorio. La justificación de esta intervención socioeducativa con menores la encontramos, entre otros antecedentes, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y ratificada por España en 1976, que reconocía el derecho universal a la educación. Este documento legislativo supuso un hito en el reconocimiento de la igualdad de oportunidades para poner fin a las discriminaciones raciales o por razón de sexo, creencias, status social o económico, responsabilizando a los estados miembros de su implantación y desarrollo en sus territorios y generando los recursos necesarios para ello. La Constitución Española de 1978 consagra este derecho universal en su artículo 27: 1. “Todos tienen derecho a la educación. Se reconoce la libertad de la enseñanza. 2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales”. Ambos documentos legislativos, con el reconocimiento tácito del derecho universal a la educación, constituyen el punto de partida del muy fecundo cuerpo legislativo que se desarrolla posteriormente en torno a la intervención con menores. La Convención sobre los Derechos del Niño promulgada por la Asamblea General de Naciones Unidas y aprobada por unanimidad en la resolución 44/25 de 1989, es el primer instrumento internacional que reconoce a los niños y niñas como agentes sociales y como titulares activos de sus propios derechos. . Su aplicación es obligación de los gobiernos, pero también define las obligaciones y responsabilidades de otros agentes como los padres, profesores, profesionales de la salud, investigadores y los propios niños y niñas. Es el tratado internacional con la más amplia ratificación de la historia, 189 países. La Convención tiene dos protocolos que la complementan. El protocolo relativo a la venta de niños y la prostitución infantil y el protocolo relativo a la participación de los niños en conflictos armados. La razón de ser de la Convención de los Derechos del Niño es fundamentalmente garantizar la protección y el desarrollo de los niños. La Convención reconoce claramente el derecho de todos los niños y niñas (menores de 18 años) a un nivel de vida adecuado. Y es un tratado jurídicamente vinculante, es decir, de obligado cumplimiento. Estos principios legislativos internacional han inspirado diversos documentos legislativos en materia de protección del menor de carácter estatal, p.e. La Ley Orgánica 1/1996 de Protección Jurídica del Menor, es el marco legal básico en materia de protección del menor. Contempla la “situación de riesgo”, la cual implica la incidencia y toma de medidas que debe llevar a cabo la Administración competente para el buen desarrollo personal o social del menor. Ley Orgánica 5/2000 reguladora de la responsabilidad penal de los menores. Su aprobación supuso un cambio profundo en la cultura jurídica y judicial, por cuanto implanta que la respuesta jurídica dirigida al menor infractor tenga naturaleza educativa. Esta Ley se aplicará para exigir la responsabilidad de las personas mayores de catorce años y menores de dieciocho por la comisión de hechos tipificados como delitos o faltas en el Código Penal o las leyes penales especiales. Las personas a las que se aplique esta Ley gozarán de todos los derechos reconocidos en la Constitución y en el ordenamiento jurídico, particularmente en la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, así como en la Convención sobre los Derechos del Niño de 20 de noviembre de 1989 y en todas aquellas normas sobre protección de menores contenidas en los Tratados válidamente celebrados por España. El Real Decreto 1600/2004 del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, que otorga diferentes funciones a la Dirección General de la Familia y la Infancia. Estos principios legislativos de ámbito estatal se han visto plasmados en la legislación autonómica de aquellos territorios que han ido asumiendo competencias en esta materia. Los programas de intervención con menores en situación de riesgo e intervención familiar van dirigido a: • Familias y usuarios en situación de riesgo, o en riesgo de padecerlo, derivadas por los diferentes centros educativos (colegios, institutos, Centro Municipal de Servicios Sociales…). • Menores en situación de conflicto social. • Menores con dificultades de adaptación en el ámbito educativo y social, ocasionados por déficits originados en el país de procedencia de los menores. Los contextos de intervención de menores constituyen un abanico muy amplio y pretender ni siquiera acercarse a todos ellos, sería una tarea de titanes. 3.7. Área de apoyo a la Educación Formal: El área de apoyo a la educación formal es un campo bastante novedoso en cuanto a las oportunidades que ofrece de trabajo en centros educativos, de hecho en algunas comunidades autónomas ya se contempla la figura del educador social en el centro escolar trabajando con los equipos docentes, los orientadores, las asociaciones de padres, etc. pero hay otras en las que todavía no está prevista esa figura en los centros escolares. Las tareas más importantes que pueden desarrollar en un centro escolar son: • Apoyo a la integración socioeducativa de estudiantes con necesidades educativas especiales. • Desarrollo de programas de actividades extraescolares. • Programas de apoyo a la familias que lo requieran con programas específicos o como parte de la intervención de los equipos de orientación o similares. • Apoyo al desarrollo de las asociaciones de madres y padres. Como vemos, en un contexto educativo la diversidad de tareas es muy variada en cuanto a actividades y a destinatarios.