Aquello que llamamos azar Sr. Director: Los ateos dicen que Dios no hace falta para explicar la Naturaleza porque ésta es fruto del azar. Esto es una falacia. El azar no existe. Es nuestra ignorancia. La cara que queda hacia arriba al tirar un dado no es fruto del azar sino de la combinación de fuerzas de inercia y gravedad. Si pudiéramos conocer estas fuerzas podríamos saber la cara que quedaría hacia arriba. Dicen que al cabo del tiempo la combinación de leyes da lo que tenemos. Otra falacia. Hay cosas que no se consiguen a fuerza de tiempo: una silla nunca llegará a razonar el sitio que le corresponde en el salón. Y la técnica no es fruto del azar. Un teléfono móvil no aparece por azar en la playa. Alguien lo perdió. Donde hay orden y organización hay detrás una inteligencia. Mi libro 'Para salvarte' tiene un millón de letras. Tirando al suelo un millón de letras de un cubo, no sale el libro. Hace falta una inteligencia que ordene las letras. Y mucho menos saldrían sesenta libros tirando el cubo sesenta veces. Donde hay orden y técnica sin duda hay una inteligencia. A mí me encanta el ejemplo de la cabaña y del ojo humano. Si en una isla desierta me encuentro una cabaña sé que antes que yo allí hubo alguien, pues aquello no ha salido al caerse los palos de un árbol. Los palos caídos forman un montón de leña, no una cabaña. Ésta es fruto de una inteligencia. O cuando usábamos las antiguas cámaras teníamos que consultar el fotómetro para adecuar la luminosidad del ambiente a la sensibilidad de la película, calcular la distancia a ojo y poner la velocidad del objetivo. Y, si algún dato no era correcto, la foto salía mal. Con las cámaras digitales basta apuntar y disparar. Todo lo demás es automático. Y al momento de sacar la foto la podemos ver. Este avance tecnológico supone una gran inteligencia. Pues hace más de un millón de años todos los hombres nacen con dos cámaras fotográficas mejores que las actuales, pues además de ser todo automático, saca diez fotos por segundo. En eso se basa el cinematógrafo. Pasando rápidamente distintas fotos, da sensación de movimiento. Pues si los técnicos que han logrado las cámaras digitales tienen una gran inteligencia, ¿el que inventó el ojo humano era tonto? Y lo mismo podemos decir del oído, del vuelo de la mosca o del faro de luz que tienen los peces que nadan por las zonas abisales de los grandes océanos. La Naturaleza está llena de grandes maravillas que nos hablan de la inteligencia de Dios-Creador. Jorge Loring, S.J. Comunidad jesuita. El Puerto de Santa María (Cádiz). EL MUNDO. MARTES 22 DE OCTUBRE DE 2013