Ellas son brillantes pero aún carecen de poder.Ocho de cada diez

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Ellas son brillantes pero aún carecen de poder.Ocho de cada diez estudiantes de
posgrado son mujeres, pero a la fecha no ha habido ninguna secretaria de
Gobernación o de Hacienda
CRÉDITOS NOTA DE PRENSA
Encabezado : Ellas son brillantes pero aún carecen de poder.Ocho de cada diez estudiantes de posgrado son mujeres, pero a la fecha no ha habido
ninguna secretaria de Gobernación o de Hacienda
Autor : Claudia Solera y Georgina Olson
Fecha : 06/03/2011 12:00:00 a.m.
Fuente : Ver vínculo
Vínculo : http://excelsior.com.mx/index.php?m=nota&id_nota=719926
Ciudad de México.- Tan reciente es la revolución que emprendieron las mexicanas, que hace apenas
75 años gobernó la primera alcaldesa, hace 57 ocupó una curul una diputada federal y al año
siguiente, en 1953, las mujeres comenzaron a votar.
Pero tuvieron que pasar 24 años para que hubiera una gobernadora (1979), doce para que una
accediera al gabinete presidencial (1976) y fue hasta 1982 que una mujer aspiró a la Presidencia.
Aunque estas cinco mujeres hicieron historia por sus logros políticos, la sociedad de su tiempo
vinculó su mérito con algún hombre.
Los padres de la primera alcaldesa, Aurora Meza Andraca, y de la gobernadora Griselda Álvarez
eran políticos. Y entre los méritos de Rosa Luz Alegría, la primera secretaria de Estado, se coló su
historia de amor con el entonces presidente, José López Portillo.
Las únicas que al parcer caminaron solas a un puesto de poder, al margen de parejas y familiares,
fueron la diputada federal Aurora Jiménez y la primera candidata presidencial Rosario Ibarra.
Todavía hoy, cuando la población femenina supera por más de dos millones y medio a los hombres,
las mujeres son las menos en los cargos públicos.
Ninguna ha ocupado alguna de las dos secretarías de Estado más codiciadas: Gobernación y
Hacienda. Sólo hay 129 alcaldesas en casi dos mil 500 municipios, una sola gobernadora en 32
entidades y 135 legisladoras contra 365 diputados en el Congreso de la Unión.
Ayer analfabetas, hoy doctoras
En México las mujeres suman 57 millones 464 mil 459: son mayoría y aun así hay seis entidades
que no tienen presidentas municipales.
Sólo en cuatro entidades domina la población masculina: Quintana Roo, Sonora, Baja California y
Baja California Sur.
Yucatán es el único estado que actualmente tiene una gobernadora, el récord de presidentas
municipales: 15, y donde las indígenas tienen mayor participación política.
Esta entidad del sureste del país ha sido reconocida por ser cuna de los movimientos feministas
nacionales y porque en 1910 las mujeres se atrevieron a escribir una tesis sobre el divorcio, según
Lilia Julieta López Hernández, de la Federación Mexicana de Universitarias.
Durante la Revolución casi ninguna sabía leer ni escribir y raras eran las inscritas en la primaria.
Matilde Montoya no sólo despertó el debate, sino la indignación de los hombres, el día que se
graduó de la Escuela Nacional de Medicina, en 1887.
Hoy la matrícula en las universidades es equitativa: hay casi un millón de alumnas por uno de
alumnos. Pero al llegar al posgrado ellas se colocan a la cabeza: ocho de cada diez estudiantes son
mujeres, de acuerdo con Pedro Borda, director de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos
Humanos (AMEDIRH). No obstante, a la hora de llegar a los puestos directivos, les pagan hasta 30
por ciento menos en comparación con los hombres.
Un atuendo a la medida
En los periódicos del Porfiriato se debatía si debían usar o no falda pantalón, mientras la Iglesia
comenzó una cruzada en contra del escote y prohibió la entrada a sus templos a aquellas fieles que
no vestían con “rigurosa honestidad”. Cien años más tarde, en la Ciudad de México no sólo están de
moda los jeans, los escotes, la minifalda, el short con zapatillas, ahora una mujer puede vestirse
como darketa, reggaetonera, emo, punketa o como mejor le acomode.
En los cincuenta la mayoría conocían el origen de la frase: “Se quedó para vestir santos”: ocho de
cada diez mujeres de esa época ya estaban casadas a los 29. Hoy sólo la mitad vive en matrimonio
o unión libre y el resto son solteras, separadas, viudas o divorciadas. El Distrito Federal se lleva el
récord: las mujeres de la capital del país se casan a los 28 años, edad que rebasa el promedio
nacional de 20 años, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
La libertad empastillada
El divorcio dejó de ser un tema de tesis y se convirtió en una realidad. Ellas casi siempre argumentan
en las causales infidelidad, falta de manutención o violencia.
No ha cambiado, eso sí, la labor de las mujeres en el hogar: invierten nueve horas a la semana para
limpiar la casa, mientras sus parejas sólo tres.
A principios de los setenta, cuando llegaron al mercado las pastillas anticonceptivas no todo fue
liberación sexual. Debieron pasar varios años para superar prejuicios y dejar atrás la expresión “los
hijos que Dios me dé”.
Al tiempo que comenzaba la distribución de las píldoras, nuestro país alcanzaba su máximo histórico
en el nacimiento de bebés. Las mexicanas tenían en promedio 7.3 hijos, a los 25 años ya habían
parido hasta tres niños y sólo tres de cada diez usaban anticonceptivos, registra el INEGI.
Ahora es extraño encontrar a alguien que no planifique. Aunque todavía tres de cada diez mexicanos
no usa algún anticonceptivo y de plano 43 por ciento de las mujeres optó por operarse después de
tener dos hijos.
Pero tuvieron que pasar casi 30 años de la primera distribución de las píldoras para que a México
llegara la vasectomía. Y ese atraso es evidente porque actualmente las mujeres se someten diez
veces más a la salpingoclasia, que sus parejas a la vasectomía, cuando la primera significa un riesgo
quirúrgico y la de ellos podría compararse con una intervención odontológica.
A 101 años de la Segunda Conferencia Internacional de la Mujer en Copenhague, capital de
Dinamarca, donde surge la idea de crear el Día Internacional de la Mujer, las mexicanas han dado
saltos importantes en la política; en lo laboral, 41 por ciento de ellas son económicamente activas;
tienen en promedio el mismo número de escolaridad de los hombres: 9.4 años; de tener siete hijos
pasaron a sólo dos y cada vez se casan menos jóvenes.
Pero también hay retrocesos. Ahora asesinan a dos mil mujeres más que hace 20 años, y en
Chihuahua y Baja California el número de homicidios aumentó cuatro veces de los 90 a la fecha.
Ojalá no tengan que pasar otros cien años para revertir la situación de las mujeres en el país.
De esclavas a luchadoras
Las mujeres empezaron a organizarse para luchar por el derecho al voto, la educación y la
planificación familiar desde el siglo XIX, pero hasta 1907 se organizaron en un encuentro
internacional: la Primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, que se llevó a cabo en
Stuttgart, Alemania.
Así lo narra Alejandra Mijalova Kolontai, en el libro Conferencias internacionales socialistas de
mujeres trabajadoras.
Kolontai fue una connotada feminista de principios del siglo pasado, creadora del primer ministerio
de la Mujer en la ex Unión Soviética. Escribió: “A pesar de los radicales discursos de los hombres
—líderes de sindicatos—, los dueños de las fábricas pensaron que podrían vencer su resistencia
reemplazándolos con mujeres sumisas. Pero ahora enfrentan una sorpresa: de todas partes del
mundo llegaron a Sttutgart las representantes de las trabajadoras. Antes eran esclavas silenciosas y
ahora son luchadoras valientes”.
En aquella primera conferencia que reunió a mujeres socialistas, el principal tema de debate fue el
derecho a voto. Por ello, en la resolución final las 52 mujeres participantes acordaron las estrategias
que aplicarían en cada uno de sus países para conquistar ese derecho.
Para entonces habían aprobado el sufragio femenino Nueva Zelanda (1893), Australia (1901) y
Finlandia (1906). Tras la reunión en Stuttgart se sumó Noruega (1913), Dinamarca (1915), Alemania,
Países Bajos y Polonia (1918), Estados Unidos (1920) y México hasta 1955.
En 1910 se llevó a cabo en Copenhague, Dinamarca, la Segunda Conferencia Internacional de las
Mujeres Socialistas; eran más de 100 y representaban a 17 naciones. Los temas centrales del
debate fueron de nuevo el derecho al voto, el acceso a la seguridad social y la protección de la
madre y sus hijos.
La resolución final de Copenhague incluyó la demanda de jornadas laborales de ocho horas para las
mujeres, permiso de 16 semanas para las mujeres embarazadas y en etapa de lactancia, así como
la introducción del seguro de maternidad obligatorio para las empresas.
En la resolución de Copenhague se decidió declarar el 8 de marzo como el Día Internacional de las
Mujeres Trabajadoras, que se conmemoró por primera vez en marzo de 1911, en Alemania, Austria,
Dinamarca y Suiza.
La tercera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas estaba prevista para relizarse en 1914,
pero fue cancelada por el inicio de la Primera Guerra Mundial.
2011-03-06 05:00:00
CITAR ESTA FUENTE ASI:
Comunidad: Unidad de Información y Documentación de los Pueblos Indígenas del Noroeste de México.
Colección: Hemerografía.
Repositorio Institucional de la Biblioteca Gerardo Cornejo Murrieta de El Colegio de Sonora
http://biblioteca.colson.edu.mx:8082/repositorio-digital/jspui/
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