Homeostasis hombre

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Nota de clase
Homeostasis hombre-naturaleza.
Homeostasis mankind-nature.
Stephano Betancourt1,a, Helberg Asencio2,a
1.Estudiante de medicina.
2.Biólogo, Doctor en Ciencias Biomédicas,
Profesor Departamento de Ciencias Básicas
de la Salud.
a. Facultad de Ciencias de la Salud, Pontificia
Universidad Javeriana Cali (Colombia).
CORRESPONDENCIA
Helberg Asencio
http://orcid.org/0000-0002-4135-7618
Departamento de Ciencias Básicas de la Salud
Facultad de Ciencias de la Salud
Pontificia Universidad Javeriana Cali
E-mail: hasantofimio@javerianacali.edu.co
CONFLICTO DE INTERESES
Los autores del artículo hacen constar que no
existe, de manera directa o indirecta, ningún
tipo de conflicto de intereses que pueda poner en
peligro la validez de lo comunicado.
RESUMEN
La tendencia al equilibrio en la naturaleza y el flujo energético entre los organismos y su
ambiente; resulta de vital importancia para la supervivencia de estos últimos. Cuando se
da una mirada antropocéntrica a esta interacción, se genera un enfoque reduccionista de los
factores que influyen para mantener la tendencia al equilibrio. Por consiguiente, el sostener
lo inteligible de las interacciones de los elementos que conforman nuestra existencia es un
punto clave de la compleja relación, entre el ser humano y su entorno, para poder permitir
una homeostasis entre ellos.
Palabras clave: Tendencia al equilibrio, interacciones, ser humano, medio ambiente.
ABSTRACT
The trend toward balance in nature and the energy flow between organisms and the environment is vital to the survival of them. When this interaction is seen through an anthropocentric view, there is a reductionist approach to the factors influencing the tendency
to maintain equilibrium. Accordingly, keeping the intelligible interaction of the elements
of our existence is a key point of the complex relationship between humankind and their
environment, to allow homeostasis between them.
Key words: Homeostasis, interactions, human being, environment.
RECIBIDO: 31 de marzo del 2016.
ACEPTADO: 30 de mayo de 2016.
Betancourt S, Asencio H. Homeostasis hombre-naturaleza. Salutem Scientia Spiritus 2016; 2(1):51-53.
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Salutem Scientia Spiritus
Betancourt S, Asencio H.
“Hemos creado fenómenos que no podemos controlar, desde los orígenes el agua, el aire, la materia, lo orgánico, han
estado intimamente unidos, pero desde hace poco nosotros
estamos rompiendo esa unión. Hemos modelado la tierra a
nuestra imagen, nos queda poco tiempo para cambiar ¿Cómo
podrá esta tierra soportar el peso de nueve mil millones de
seres humanos?”
Home, 20091.
¿Cómo afecta el hombre la tendencia al equilibrio en la naturaleza? Desde que surgió la vida en todas sus formas, se ha obsevado
una tendencia al equilibrio; mantener un flujo energético entre los
organismos y el ambiente que garantice la supervivencia de sus
miembros. Esta tendencia también se presenta a escala micro y es
visible en la composición de los individuos de diferentes especies,
es decir, a través de sus reacciones químicas y biológicas intentan
mantener la homeostasis mediante mecanismos fisiológicos que
comprenden interacciones complejas y dinámicas que permitan la
existencia de los mismos. Así pues, cada especie juega un papel
importante en los procesos ecosistémicos promoviendo un adecuado contexto para un óptimo desarrollo, es decir, cada acción
que ejecuta un individuo está interfiriendo sobre el entorno y el
desarrollo de un todo. Si bien, el ser humano existe relativamente
hace poco en comparación con otras especies, ha “colonizado su
territorio”, afectando, el hábitat donde coexiste, transformando y
moldeando a su gusto en un tiempo corto, sin darle cabida a las
adaptaciones a partir de los cambios1, esto se evidencia en que
los ecosistemas y la biodiversidad son vulnerables y sensibles
al cambio climático, provocando como resultado consecuencias
adversas que también afectan al ser humano2.
Es por esto que, las acciones del ser humano son la principal
fuerza que repercute sobre el entorno y, en esta medida él mismo
es el principal ente regulador, y no porque sea el más importante
dentro de las especies, sino porque afecta, según la Real Academia
Española (R.A.E), significa producir alteración, promoviendo un
cambio favorable o no. En pocas palabras, el hombre crea su hogar
en cada entorno, de tal forma que el espacio físico está sujeto
a modificaciones cuando el hombre interviene3. Sin embargo,
cuando el que cambia y se afecta es el humano, hay mayor control y entran en disputas organismos internacionales de control,
es decir, cuando hay una mirada antropocéntrica se presta más
atención a lo que le ocurre al ser humano y no al entorno donde
se desarrolla, generando una mirada reduccionista.
Así pues, la vida como un sistema ecológico y su estudio desde el
individuo4, nos deja ver que somos seres sociables, pero a la vez
independientes y únicos. De acuerdo a lo anterior, el ser humano
cumple con una serie de actividades en un ambiente específico5.
Por lo tanto, influye en la expansión o extinción de otras especies
al irrumpir en su hábitat6. No obstante, la falta de conciencia
ecológica ha llevado a una mente globalizada que desarmoniza
la comunión entre las especies y el entorno, esto se evidencia
actualmente con la ocurrencia de fenómenos a escala global, tales
como aumento en la temperatura en el mundo, eventos climáticos
extremos, derretimiento de los polos, pérdida de biodiversidad7.
Así pues, debemos crear una conciencia equilibrada sin perder
el desarrollo económico y científico8.
“Lo biológico y lo social no son separables, ni antitéticos, ni
alternativos, sino complementarios. Todas las causas del comportamiento de los organismos son […] simultáneamente sociales y
biológicas”9. Teniendo en cuenta lo anterior, la naturaleza, específicamente el ser humano como parte de esta, tiene un componente
psicosocial y ético que da cuenta de sus acciones y por tanto un
valor cultural, donde se desarrolla e impacta su entorno. No obstante, estos cambios en el ambiente afectan al ser humano, porque
este se beneficia de los recursos que provee la naturaleza para
su supervivencia. Así pues, es necesario mantener inteligible las
interacciones de los elementos que conforman nuestra existencia,
además de nuestro comportamiento10, para lograr un adecuado
cuidado y conservación de las especies, por lo que estos sistemas
están entrelazados especialmente. Así pues, las interacciones de
cada elemento son importantes para mantener un equilibrio10.
Es importante señalar un adecuado manejo de los recursos naturales y de las especies, y así, asegurar el equilibrio entre estas,
pues brindan servicios de aprovisionamiento y de regulación
ambiental, entre otros11. Cualquier alteración en este equilibrio no
solo genera impactos no favorables al ecosistema sino también a
las culturas y a la salud de las personas a un nivel global12, principalmente producto de las “formas irracionales de apropiación
de los recursos naturales”13.
“La diversidad biológica es quizás uno de los activos intangibles
de mayor valor para cualquier nación, aunque mantener la viabilidad ecológica de las poblaciones y la estabilidad de los ecosistemas o complejos ecológicos que la definen, es quizás el mayor
reto para la sociedad”14. En este orden de ideas, el ser humano
debe ser consciente de esta realidad intrínseca que observa y que
vive, al tomar partido de sus acciones para promover un adecuado
flujo de relaciones ecosistémicas. Cabe resaltar que, la educación
ambiental es quizá una de las alternativas para superar la crisis
ecológica que ha alcanzado magnitud a gran escala. Esta última
surge como una forma de educar con un sentido profundamente
crítico de lo que ocurre en el ambiente, incluyendo la participación
ciudadana. Para ello, hay que partir de las relaciones que establece el hombre con la naturaleza y del espacio donde concurre lo
social y lo natural; que es el ambiente. De tal manera, articular
estas dos relaciones para generar procedimientos que conlleven
a una consciencia ecológica así cómo un adecuado uso de las
normas y gestión ambiental encargadas por personas idóneas e
Salutem Scientia Spiritus | Volumen 2 | Número 1 | Enero-Junio | 2016 | ISSN: 2463-1426 (En Línea)
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Homeostasis hombre-naturaleza
instituciones, para asegurar un asertivo y seguro manejo de los
recursos destinados a la regulación ambiental15.
A partir de lo anterior, se debe generar un nuevo enfoque dentro del
marco del desarrollo sustentable que “garantice las necesidades
del presente sin comprometer las posibilidades de las generaciones
futuras para satisfacer sus propias necesidades”16. Incluyendo un
punto estratégico que es la sustentabilidad y que tenga en cuenta
las prácticas culturales para permitir conceptualizar el comportamiento sustentable en la sociedad17. Integrar y aplicar perspectivas
y conocimientos dentro del marco de la educación ambiental18,
sin dejar de lado el desarrollo tecnológico; es un punto de vista
eficaz para fomentar la educación19. Así pues, se hace necesario
estrategias viables que busquen recuperar la responsabilidad
ambiental, y que haga un llamado a la ecopedagogía20, que cree
soluciones innovadoras y transforme la forma de entender y
relacionarnos con el ambiente21.
En conclusión, gran parte de los problemas ambientales son debidos a la compleja relación entre la naturaleza y el ser humano
como parte de esta; entender estas dinámicas es el punto específico para desarrollar estrategias adecuadas para alcanzar una
“homeostasis” e interacción sostenible entre estos dos sistemas.
Así mismo, el hombre puede producir un cambio (afecta) favorable en las dinámicas ecosistémicas, que conduzca a un cambio
paulatino, además, reconociendo el imaginario de las culturas y
desde una acertada educación ambiental, que brinde la capacidad
de conservar la biodiversidad a través de una consciencia responsable por sus acciones.
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