Josue 11 a 12

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VICTORIA EN CANAÁN
JOSUÉ 11-12
Era un viaje largo de la esclavitud en Egipto a la herencia en Canaán. Ese viaje es típico de la liberación del creyente de la esclavitud del pecado y su entrada en la vida espiritual y victoriosa. Espiritualmente, como cristianos, vivimos donde moraban los israelitas:
1. Cuando estamos enfocados en el mundo, estamos viviendo en Egipto.
2. Cuando estamos enfocados en nosotros mismos, estamos viviendo en el desierto.
3. Cuando estamos enfocados en Cristo, estamos viviendo en Canaán.
Josué 11 trata tres cosas básicas:
I. Josué Se Enfrentó a Un Enemigo Poderoso (11:1-5).
Datos Vitales:
1. Jabin, el rey poderoso de Azor, oyó la noticia del aplastamiento de los cananeos
por el ejército de Josué y de su dominio de la parte sureña de Canaán. El organizó una confederación para frenar a Josué. Azor era el centro del poder, era el
más grande de todas las ciudades alistadas, con una población de unas 40,000
personas. Hablando humanamente, la alianza reunida por Jabin habría sido suficiente para frenar a Josué. Dios tuvo otros planes. En vez de una derrota para
Josué, permitió a Israel una conquista de todos los reinos-ciudades de un solo
en vez de lograrlo por ataques separados.
2. El tamaño del ejército combinado era impresionante (v. 4-5). Lo describe como,
“mucha gente, como la arena que está a la orilla del mar en multitud, con muchísimos caballos y carros de guerra”. Es lo que llaman un “hipérbole”, una
exageración extravagante intencional para demostrar la grandeza del ejército.
El historiador Josefo, estimó que este ejército incluía 300,000 soldados a pie,
10,000 tropas de caballería, y 30,000 carros.
Nota: Los cristianos enfrentan a un enemigo aún peor, Satanás y su ejército,
pero como Israel nuestra victoria es en Dios (I P. 5:8-11). Tenemos que reconocer que estamos en guerra con la carne, el diablo, y el mundo (Gá. 6:16-24; I
Jn. 2:15-17; Stg. 4:1-2).
II. Josué Tuvo Una Gran Victoria (11:6-15).
Datos Vitales:
1. Era una victoria que Dios dio (v. 6; 10:14). La promesa directa de Dios eliminó
el temor y disipó cualquier duda acerca del resultado de la batalla. Dios añadió
su presencia y poder a la responsabilidad humana. El resultado era doble: victoria para Israel y gloria para Dios.
2. Josué cumplió su parte (v. 7). Utilizando todos sus recursos, cayó sobre el
enemigo “de repente”. Josué era un guerrero poderoso y un estratégico militar
sabio. Nuestro Josué es Jesús, que nunca pierda una batalla ni se compromete
con el enemigo. El liderazgo genio de Josué se ve en que nunca peleaba una
guerra defensiva. Siempre estaba a la ofensiva. La armadura espiritual (Ef.
6:11-17) indica que el cristiano sólo puede ir en una dirección: ADELANTE.
3. La obediencia completa de Josué se ven en tres cosas que hizo:
 “Desjarretó sus caballos” (v. 9). O sea, él incapacitó a los caballos de guerra
corando los tendones de la corva. Así inhabilitó a Israel de levantar una gran
fuerza de carros (Dt. 17:16; Sal. 20:7; Is. 31:1). Habrían de tener su confianza en Dios, y no en la fuerza militar.
 “Sus carros quemó a fuego” (v. 9). Los israelitas no habrían de ser comerciantes ambulantes ni soldados andando para conquistar más territorios.
Habrían de establecerse en Canaán como residentes permanentes para establecer una nación para Dios. No necesitarían caballos ni carros, sino más
bien arados y desplantadores.
 Destruyó al enemigo, “mataron a espada todo cuanto en ella tenía vida… sin
quedar nada que respirase” (v. 11). Azor, como la cabeza de las demás ciudades oponentes, habría de ser quemado como un ejemplo duradero del
odio que Dios tiene del pecado y del juicio que castigará al pecador. Desistieron de destruir a las otras ciudades conquistadas (v. 13-14) para cumplir
la promesa que hizo Dios de que Israel ocuparía ciudades que no habían
edificado (Dt. 6:10-12). Dios cumple sus promesas y amenazas.
III. Josué Ganó Territorio Nuevo (11:16-23).
Datos Vitales:
1. La conquista de Canaán bajo Josué tardaba mucho tiempo, de hecho, siete
años (v. 18). Dios había dado la fórmula “poco a poco” (Dt. 7:22-24) para evitar
el aumento rápido de los animales salvajes si hubieran sacado a todos los cananeos de una sola vez. Dios cuida de su gente, aún en los detalles más pequeños. El está interesado en la seguridad de ambos alma y cuerpo.
2. Dios promete victoria para cada creyente, pero no es una victoria automática ni
instantánea. Es una pelea, lucha, carrera, aún una guerra de mucho tiempo. El
proceso de “poco a poco” habla del crecimiento en gracia… la conquista del
yo… el dominio de la carne… el vencimiento del mundo… la derrota del diablo… el aprendizaje de la obediencia… hasta llegar a ser semejantes a Cristo.
3. ¿Por qué endureció Dios el corazón de los cananeos (v. 19-20)? Era porque de
la gente era la más vil, empapada de la idolatría y maldad. Históricamente había pecado contra la revelación de Dios en la naturaleza, en la conciencia humana, y en todas las obras milagrosas que Dios hizo para Israel en el mar Rojo,
en el río Jordán, y en Jericó. Era una gente dura con una mente cauterizada y
terca, e impenitente. Dios mismo ordenó su exterminación. Israel era únicamente el instrumento en las manos de Dios. Los cananeos eran un tumor canceroso
que tenía que ser extirpado. Levítico 18:1-30 describe su estilo de vida. Su destrucción prevenía que aún más niños nacieran para enfrentar el juicio de Dios.
También era para prevenir la corrupción de Israel por sus prácticas malvadas.
Nota: Un juicio aún peor que la exterminación de los cananeos está guardado
para este mundo rechazador de Cristo (Ap. 20:11-15). No obstante, Dios “es
paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos
procedan al arrepentimiento” (II P. 3:9).
Conclusión: “Tomó, pues, Josué toda la tierra” (v. 23). Estaban incluidos los anaceos
que produjeron tanto temor en los corazones de los espías de Cades (Nm. 13:26-33).
Fácilmente los destruyeron y el ejército de Israel avanzaba confiando en Dios.
La Lección: No hay ningún enemigo demasiado grande para Dios. “Somos más que
vencedores por medio de aquel que nos amó” (Ro. 8:37).
Sumario de Josué 12
Este capítulo y el archivo de los reyes conquistados. Los israelitas conquistaron a seis
grupos de cananeos (v. 8). Eran los enemigos de Dios y de su gente, y representan los
pecados en la vida del creyente que tienen que ser destruidos (Pr. 6:19-20; Ro. 6:1118). Están nombrados treinta y un reyes que las fuerzas de Josué destruyeron (v. 924). No lograron estas victorias por la sabiduría humana, ni por el genio militar, los instrumentos de guerra, la fuerza física, no el poder humano, sino por el Dios poderoso
que pelaba por su gente. ¡Estamos en el servicio del Dios todo poderoso!
PENSAMIENTO FINAL
Cuando seguimos las direcciones de Dios
Podemos vencer cada enemigo
Y ganar territorio espiritual nuevo.
¡Sigamos adelante!
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