CIUDAD RENACENTISTA: RAIZ DE LA CIUDAD ACTUAL Javier Huenchullán M. Hoy en día, vivir en la ciudad forma parte de lo cotidiano. A diario la vemos, la recorremos, la usamos, la habitamos. Y nos parece algo sumamente normal. La ciudad nos brinda todo lo que necesitamos, todo queda relativamente cerca, ofrece los servicios básicos, es la casa mayor. Posee un cierto orden, y, aunque en distintos niveles, pareciera que funciona relativamente bien. ¿Pero fue esto siempre así? ¿Siempre tuvo este orden, este nivel de accesibilidad? La intuición nos dice que no. Y entonces ¿desde cuándo? La respuesta la hallamos retrocediendo 6 siglos en el pasado, y está inscrita en un contexto mucho mayor, al que se hace necesario referenciar. Pues hace mucho tiempo, los pensadores y artistas se afanaron en cambiar la idea de ciudad que se tenía, para asegurar el correcto habitar del hombre. Como se dijo, para tener ciertos antecedentes, debemos situarnos en el pasado, en el llamado “Renacimiento”. Éste fue un vasto movimiento cultural que se dio en Europa, entre los siglos XV y XVI. Generó una renovación en las artes y un avance en las ciencias, debido a una concepción del mundo centrada en el ser humano, dejando de lado el teocentrismo medieval. Su origen se puede encontrar en Florencia, ciudad italiana a la que los cánones góticos no habían llegado tan fuertemente, y en la que los estudiosos comenzaron a remirar las obras del período greco-romano en pos de definir un nuevo concepto de belleza aplicable a sus propias obras. Para Fernando Chueca Goitía (p. 128), lo que prima en el pensamiento del hombre renacentista es que “lo antiguo debe superar a lo viejo”, entendiendo como antiguo lo que no tiene edad, es trascendente y absoluto; en otras palabras, lo clásico. Y es así como lentamente esta corriente nueva comienza a expandirse, primero por las ciudades de la península itálica, y luego hasta el resto de Europa, renovando y principalmente re-creando el arte con las ideas de la antigüedad clásica. Y como era de esperar, este movimiento llegó también a la arquitectura, el arte de proyectar el espacio, y por consiguiente trajo un cambio en el modo de concebir la ciudad, que se ve reflejado en el modo en que habitamos la ciudad actualmente. Fig 1. El hombre de Vitruvio, de Leonardo Da Vinci, evidencia la búsqueda de la perfección estética de las proporciones del cuerpo. Hacia el siglo XV, en la transición del Medioevo a la edad Moderna, comienza a consolidarse el comercio. Para ello fue necesario abrir nuevas rutas de tráfico, hacia lugares cada vez más remotos para conseguir materias primas y productos; es la era de los grandes descubrimientos geográficos, de las grandes empresas marítimas, de la idea de un mundo esférico y no plano, del encuentro con una nueva tierra, que posteriormente fue llamada América. Y en estas rutas, las ciudades comenzaron a tener un rol clave, puesto que se convirtieron en muchos casos en puntos de confluencia y de paso, en el que convergían todas las ideas de los diversos lugares del mundo. Así el hombre comenzó a migrar a las ciudades, en busca de oportunidades que le permitieran surgir más allá del trabajo rural, y la vida se tornó pública, de mucho contacto. Apareció la figura del burgués, el ciudadano que logra prosperar en su oficio de mercader o artesano, y que poco a poco adquiere el carácter de noble. Un conocido caso de familia burguesa son los florentinos Médicis, famosos por ser banqueros que se enriquecieron y lograron hacerse del gobierno de su ciudad. Y sin embargo, su logro más grande es precisamente en el arte y la arquitectura, pues esta acaudalada familia por años se dedicó a patrocinar a los grandes maestros del renacimiento que hoy conocemos, encargándoles famosas obras: a Filippo Brunelleschi, a quien se le encargó la reconstrucción de la Iglesia de San Lorenzo y la cúpula de Santa María del Fiore, o a Miguel Ángel, quien produjo diversas obras para la familia, en escultura, pintura y arquitectura (se encargó de la sacristía nueva de la basílica de San Lorenzo y de la Biblioteca Laurenciana). Fig 2. Catedral de Santa María del Fiore, en Florencia. Su cúpula es considerada una de las primeras obras del renacimiento. Bajo el amparo de estas familias, los artistas estudiaron las obras de los antiguos, y redescubrieron sus tratados y sus cánones de belleza. El arte se alimentaba de la matemática y de la geometría; apareció el uso de la proporción áurea para el trazado de las formas de los edificios, el estudio del cuerpo humano y sus medidas perfectas, y una de las mas grades heredades de esta época: la invención de la perspectiva, que permitió a los maestros plasmar con mayor realidad el mundo en sus obras y jugar con los efectos ópticos, con el fin de lograr majestuosidad. Fig 3. La plaza del Campidoglio, de Miguel Ángel, juega con las perspectivas para enaltecer los edificios de alrededor. Así las ciudades comenzaron a renovarse y expandirse, con nuevos edificios para distintos fines cada vez más específicos, sobre todo porque cada vez aparecían más servicios asociados a oficios. Se hizo necesario hacer espacios públicos, dado el creciente número de habitantes que comenzaron a poseer las ciudades y el constante flujo de gente. Y si bien la arquitectura se llenaba de ejemplos de obras, el campo del urbanismo parecía estancado, con una imperiosa necesidad de estudiarse; hay que recordar que en el Medioevo, las ciudades se daban de forma más bien espontánea, alrededor de los castillos y templos, y se iba expandiendo por acumulación, sin una planificación previa. Y esto posteriormente generó carencias, pues no estaban pensadas para el que habitaba en ellas. Por esto los artistas estudiaron los tratados vitruvianos de cómo hacer ciudad, y aunque las imágenes se habían perdido, lograron descifrar los textos y con ellos poder realizar obras a escala de ciudad que permitiera el bienestar de los habitantes, priorizando principalmente el resguardo frente a los factores climáticos y la defensa militar. Las calles comenzaron a ajustarse a la medida del peatón y de las carretas, las plazas se pensaban como espacios cerrados a los que se accedía a pié. Sin embargo, las ciudades europeas ya estaban prácticamente hechas desde hacía muchos años y era casi imposible cambiarlas totalmente; los mayores cambios eran de ordenamiento (calles y plazas nuevas en las que se concentraban edificios importantes; por ejemplo, la plaza del Campidoglio en Roma, obra de Miguel Ángel). Son pocos los casos de ciudades europeas planificadas, la mayoría solo quedó en el campo de las ideas y la utopía, la ciudad perfecta renacentista era más bien teórica. Unos pocos casos de ciudades poligonales, amuralladas, bien orientadas y trazadas según los códices de Vitruvio llegaron a construiste, y un buen ejemplo es la veneciana Palmanova. Una ciudad de tipo estrella, concebida como un trofeo de guerra por la victoria de Venecia sobre los turcos otomanos, era la ciudad con la defensa perfecta, con líneas que armonizaban en todo el conjunto, con los últimos avances de la tecnología militar. Cómo esta existen otros ejemplos menos importantes en Europa, en Francia y Holanda. Fig 4. La ciudad de Palmanova, concebida como una máquina de guerra. Posee una traza radial. Sin embargo, la nueva tierra hallada por Colón, América, el nuevo mundo, llegó como un lienzo en blanco para las obras de urbanismo renacentistas. Para concretar las conquistas era necesario erigir ciudades, y era esta la oportunidad para partir desde cero, de hacer realidad la utopía. Los españoles trazan con rigor y concepto geométrico las ciudades de Santo Domingo, La Habana, Campeche y Panamá. Consisten en trazados tipo cuadrícula, prácticos y sencillos, muy funcionales y que se adaptan a la topografía de los distintos lugares. Un paso importante en el urbanismo fue el que dio Felipe II al promulgar las conocidas Leyes de Indias, en las que se conjugan las ideas renacentistas, los conceptos vitruvianos y la experiencia práctica, y se consolida la cuadrícula como trazado urbano (Chueca Goitía, p. 149). En ellas se establecen medidas para las manzanas, las calles, la ubicación de los edificios importantes, y la orientación. Así la gran mayoría de las ciudades Hispanoamericanas obedecen esta lógica y hasta hoy en día conservan ese trazado (al menos en su centro histórico). C) A) Fig. Primeros planos de fundación de A) Caracas, Venezuela; B) Lima, Perú; C) Santiago, Chile. En ellos se puede ver claramente el trazado tipo cuadrícula que se adapta al lugar. B) Y estas nuevas ciudades americanas también fueron construidas en un principio siguiendo las formas de la arquitectura renacentista, sin embargo con el intercambio cultural constante y dadas las condiciones ambientales y de material, se fueron mezclando con lo existente en cada lugar. Posteriormente con la llegada de colonias de distintas regiones de Europa las ciudades fueron haciéndose cada vez más eclécticas. Pero sin duda la huella del Renacimiento en la forma de la ciudad es imborrable. Resulta interesante pensar que algo que se inició en Florencia haya llegado a determinar la forma en que se fundó la ciudad más austral de América, a miles de kilómetros de distancia, y cientos de años después. Y es un hecho que desde esta época, cambió totalmente el modo en que se habita en una ciudad, pues se comenzó a favorecer el contacto. Y con contacto hay acceso, el hombre puede relacionarse con el resto de la sociedad, puede aprender con el simple hecho de ir al mercado, de reunirse en una plaza, de caminar por las calles. Después de todo, ¿qué es una ciudad sin habitantes? La ciudad se transformó en sinónimo de oportunidades, de prosperidad; las condiciones estaban, sólo había que buscarlas. El campesino podía dejar de ser pobre, podía ascender, ser alguien más. La ciudad se transformó en algo que contenía todo lo necesario para vivir, en un hogar. Decía en un principio que vivir en la ciudad es algo que se hace muy cotidiano. A veces casi se nos olvida. Y en el fondo esto es bueno, pues, tal como la ropa que casi no se siente debido a la comodidad, es lo mismo que pasa con la ciudad; Nos movemos en ella, nos detenemos en ella, socializamos en ella, sin estar recordándola constantemente. Ser habitante de ciudad se hizo natural, cómodo. Quiere decir que Vitrubio y los renacentistas lograron su objetivo. REFERENCIAS: CHUECA GOITÍA, F. “Breve historia del urbanismo” MORRIS, A.E.J. “Historia de la forma urbana”