Congreso Iberoamericano de las Lenguas en la Educación y en la Cultura / IV Congreso Leer.es Salamanca, España, 5 al 7 de septiembre de 2012 Aprender a leer y escribir más allá del abc María de Lourdes Aravedo Reséndiz Sección: Alfabetización inicial, algo más que las primeras letras 1 : Instituto Nacional para la Educación de los Adultos. laravedo@prodigy.net.mx 1 Resumen La alfabetización es ante todo un derecho, es la apropiación continua y permanente de los códigos necesarios para comunicarse, desarrollarse humanamente y ejercer la ciudadanía (UNESCO, 1997). Leer y escribir implica usar una tecnología particular, aplicar conocimientos específicos, en situaciones particulares con propósitos determinados (Anderson y Teale, 1982). Para cambiar la visión que define a la alfabetizacióncomo el aprendizaje del alfabeto, se realizó una investigación (Aravedo, 2007), que permitió crear situaciones que retoman como punto de partida del aprendizaje las necesidades, conocimientos, intereses y expectativas de la persona; el andamiaje metodológico de las situaciones de aprendizaje construidas se sustentó fundamentalmente en Vygotsky (1988) y Erickson (1982), éstaspromueven la comprensión del significado de palabras dentro de un texto y la participación critica de la persona en situaciones en las que el lenguaje escrito tiene usos reales. Cuando nos referimos a usos reales queremos decir que la persona aprende a leer y escribir al participar en actividadesen las que escucha leer cuentos, poemas, periódicos, relatos históricos, canta canciones y corridos, escribe con hilo y aguja en una servilleta, al tiempo que comparte fragmentos de su vida a compañeras, de escucha atenta; primero, dicta y observa cómo se escribe una lista, un recado, luego, escribe una carta a un familiar, ubica en un mapa el lugar al que llegará su carta y, posteriormente, comparte y contesta la respuesta que recibe; dicta y luego escribe un documento para realizar un trámite o demandar a sus autoridades un servicio, entre muchas otras. El aprendizaje de la lectura y escritura es, al mismo tiempo, un acto de conocimiento y creación que nos permite, entre otras cosas construir una expresión escrita para lo que podemos decir oralmente, es decir, un evento que entrelaza necesariamente la oralidad y la escritura (Dyson,1989). Palabras clave: alfabetización, escrita, lectura, escritura, oralidad, actividad, situaciones de aprendizaje, carta. Introducción Esta ponencia tiene el propósito de compartir aportaciones derivadas de una investigación realizada en un grupo de estudio con personas de baja y nula escolaridad del Programa de Alfabetización del INEA, las preguntas que orientaron el estudio buscaban aportar algunas alternativas pedagógicas que, a la luz de herramientas teóricas y metodológicas recientes, desplacen el centro de atención de un método para aprender a leer y escribir el código escrito hacia la construcción de procedimientos flexibles que permitan retomar e incorporar a la práctica educativa las necesidades, conocimientos, intereses y expectativas de la persona que aprende; que promuevan la comprensión, interpretación y producción de la lengua escrita en diferentes contextos; asimismo, el intercambio y la apropiación de diversas prácticas vinculadas al uso del lenguaje escrito (Aravedo, 2007). 1 El marco teórico que sustenta la investigación reconoce que la alfabetización es un fenómeno multideterminado, es el resultado de un proceso de construcción social, es decir, es producto de una serie de intercambios culturales entre miembros de una sociedad y éstos suceden en la vida cotidiana o bien, en procesos formativos intencionales. Los procesos intencionales de alfabetizacióndebieran promover más allá de la decodificación o codificación, debieran ocuparseprimordialmente, de promover la apropiación de prácticas de lectura y escritura, lo que requiere necesariamente la puesta en juego de saberes, experiencias e informaciones previos, por parte del aprendiz y la comunicación de saberes y conocimientos múltiples, propios de una cultura, tiempo y lugares específicos, por parte de la persona que acompaña y orienta el proceso de aprendizaje (Cook-Gumperez, 1988; Erickson, 1988; Graff, 1988; Dyson, 1989; Hull, 1993). La alfabetización es un proceso en el que el aprendizaje de la lectura y escritura es al mismo tiempo un acto de conocimiento y creación que nos permite, entre otras cosas, construir una expresión escrita para lo que podemos decir oralmente, es decir, un evento que entrelaza necesariamente la oralidad y la escritura (Dyson,1989). Desde la perspectiva de CONFINTEA V y VI, la alfabetización se concibe como un proceso continuo y permanente, como una base sustantiva e parte integral de la educación básica que posibilita la apropiación y socialización de conocimientos, que atiende a necesidades de la persona que aprende e impulsa la participación de ésta en distintos ámbitos de la vida, para dar respuesta a retos presentes y futuros (UNESCO, 1997, 2009). La alfabetización más allá del a, b, c: reto vigente Reconocer a la alfabetización como proceso de apropiación continua y permanente implica, necesariamente asumir un enfoque sociocultural que ha de considerar como eje central de análisis las relaciones y prácticas cotidianas e institucionales, mediante las cuales una persona accede y hace suya la lengua escrita fundamentalmente mediante la participación en actividades que involucren a la totalidad de la persona, actividades en y con el mundo, actividades en las que la lengua escrita cobra sentido en la medida en que aparece vinculada a procesos sociales en los que la persona, la actividad y el mundo se constituyen mutuamente (Lave y Wenger, 1991). En este mismo sentido, las contribuciones de Anderson y Teale (1982: 275) a la definición del concepto de alfabetización precisan que: “La lectura y la escritura son tareas que implican el uso de una tecnología particular y la aplicación de sistemas particulares de conocimientos en situaciones determinadas para la obtención de metas específicas”. Esto es, si el sentido de leer y de escribir apunta hacia el logro de propósitos determinados mediante el uso de herramientas y conocimientos específicos 2 propios de la lengua escrita, entonces la redefinición de la práctica pedagógica habrá de considerar y retomar los motivos o propósitos que la persona que aprende tiene y, al mismo tiempo, promover la apropiación de pautas y conocimientos, técnicos y sociales, que contribuyan al logro de tales finalidades. Por ello, en la construcción de situaciones de aprendizaje que orienten la enseñanza y el aprendizaje del lenguaje escrito, las letras se trabajan formando parte de un texto porque: “saber leer y escribir significa entablar un diálogo con los múltiples lenguajes, discursos y textos de otros que hablan a partir de historias, lugares y experiencias distintas” (Giroux, 1992: 13). Es a partir de este juego dinámico de relaciones entre la persona que aprende y su realidad que el proceso de alfabetización cobra significado, porque el aprendizaje de la lectura y de la escritura es, al mismo tiempo, un acto de conocimiento y creación. Este acto se constituye en un proceso continuo de construcción en el que el habla de la vida cotidiana está permanentemente entrelazada (Dyson, 1989). En consecuencia, el diseño de alternativas educativas ha de privilegiar el aprendizaje de usos auténticos de la lengua escrita, porque el propósito de la persona que aprende “no es reconocer palabras sino extender su conocimiento del mundo y sus habilidades para actuar eficazmente en su vida diaria y en situaciones de trabajo” (Soifer, 1990: 2). Es decir, aprender a leer y escribir implica usar la lengua escrita para lograr propósitos personales que posibiliten una mejor comprensión y participación en situaciones cotidianas, reales y vinculadas con los ámbitos personal, familiar, laboral y comunitario de la persona que aprende. Sólo en la medida en que los actos de lectura y escritura establezcan permanente conexión con las experiencias, intereses y necesidades de quien aprende, el aprendizaje será un proceso verdaderamente significativo. Es por ello, que el contenido fundamental de las actividades de aprendizaje debe ser “lenguaje auténtico, lenguaje con funciones relevantes en la vida cotidiana” (Soifer, 1990: 11). En la construcción de alternativas se ha de propiciar que quien aprende participe, desde las primeras sesiones, en múltiples situaciones de lectura y de escritura durante las cuales interactúe con otras personas usuarias de la lengua escrita para apropiarse y construir un repertorio amplio de prácticas comunicativas, que le permitan participar socialmente en actividades en las que ésta se utiliza, porque para aprender a leer y a escribir es necesario “desplazar al texto escrito per se del centro de nuestra atención y enfocar más claramente la escritura como un evento comunicativo en el cual se involucran actores con fines particulares y en una situación concreta” (Kalman, 1993b: 93). 3 Para lograr lo anterior, es necesario desde el inicio del proceso se propicie el reconocimiento, lectura, producción y uso de diversos textos: cartas, recados, listas, actas de asamblea, historietas, entre otros, porque el lenguaje “se aprende con mayor facilidad en un contexto de uso” (Goodman y Goodman, 1986: 265). Es indispensable encontrar nuevos puntos de articulación entre las demandas de la persona que aprende, derivadas de un contexto en constante transformación, y las aportaciones del discurso del grupo para construir situaciones que respondan a situaciones locales que puedan generar aprendizajes susceptibles de ser transferidos a múltiples situaciones. Algunas de las preguntas claves para construir las situaciones de aprendizaje son: ¿qué sé?, ¿qué quiero saber?, ¿cómo participo? ¿con quién participo?, ¿cuándo participo? ¿para qué? Cuando nos referimos a usos reales queremos decir que: las personas que participaron en esta investigación escribieron y leyeron, con apoyo de su asesora, cartas, recados, canciones, leyendas, cuentos, refranes, tarjetas de Navidad entre otros textos. Las situaciones de aprendizaje se construyeron a partir del reconocimiento de las necesidades, conocimientos, intereses, dudas y expectativas de la persona que aprende; los propósitos de las sesiones se determinaron a partir de los requerimientos expresados por cada una de las personas que conformaban el grupo. El andamiaje metodológico tuvo como sustentos fundamentales a Vygotsky (1988) y Erickson (1982) su construcción se caracterizó por un constante ir y venir de la teoría a la práctica y de ésta a primera, propone a la actividad como motor del aprendizaje y permitió la construcción de 10 situaciones de aprendizaje en las que el núcleo central es la actividad de las señoras, sus pensamientos, sentimientos, experiencias, saberes y valores. Erickson precisa que los ambientes inmediatos e aprendizaje están inmersos en ambientes de interacción más amplios, el aprendizaje hace referencia simultáneamente al tiempo, espacio, “El aprendizaje de una persona ocurre en lugares particulares y tiempos particulares, frecuentemente, (pero no necesariamente) en contacto con otras personas específicas”. En la figura 1, adaptada de este autor (1982,159), se ilustran los ambientes de interacción que constituyen las situaciones de aprendizaje resultado del proyecto referido. 4 Figura 1. Ambientes de interacción en una situación de aprendizaje ial oc s te o ien émic b Am Acad tarea y e la d Meta indiv s e intenc io id grup uales y nes ales Actividad de las señoras y asesora TE AN R DU S TE N A S UÉ P S DE Impacto en Pensamientos Influencias Sentimientos sociales y culturales Procesos y d l En la adaptación y reinterpretación del modelo de Erickson se ilustra una sucesión de cambios de la interacción de la persona y su ambiente a través del tiempo. La línea diagonal que atraviesa el diagrama indica la relación temporal de la experiencia educativa, muestra tres momentos de cambios específicos en el tiempo, esto es: antes del aprendizaje, a través o durante el aprendizaje y, por último, de manera posterior al aprendizaje. Al igual que el modelo de Erickson el diagrama presenta una interrelación de categorías ubicadas en torno a dos círculos concéntricos punteados que representan tres niveles de organización y funcionamiento. El más pequeño, ubicado en el centro representa a la actividad de las señoras y la asesora; A los sentimientos y pensamientos de los actores reconocidos por este autor, en el diagrama se agregan intereses, experiencias, saberes y valores por considerarlos componentes esenciales de toda actividad. De acuerdo con el enfoque de esta investigación estos componentes son el punto de inicio del proceso de aprendizaje. Acorde con el planteamiento de Erickson, el siguiente círculo representa el ambiente social y académico inmediato en donde se realiza la actividad, para fines de esta investigación es el círculo de estudio, es decir, el espacio en el que ocurren las interacciones entre las participantes y entre éstas y los materiales educativos. En este 5 nivel de organización, el modelo de Erickson ubica las intenciones del maestro, en el desarrollo de la investigación corresponden a la alfabetizadora. A éstas se agregan en el diagrama las intenciones de las señoras; así como, las metas establecidas por las participantes, individuales y grupales. También, se agregan como parte de este nivel la representación de los procesos y productos propios de la actividad realizada. Las líneas punteadas de ambos círculos representan la profusa interrelación que existe entre los dos niveles de organización esquematizados: el personal y el del ambiente inmediato y, entre éstos dos y el ambiente más amplio del contexto social y cultural en el que se encuentra el círculo de estudio. A diferencia del modelo de Erickson, en el diagrama se destaca la importancia del impacto de las actividades realizadas en el segundo nivel de organización. Desde la postura hasta aquí sostenida, el diseño de situaciones de aprendizaje producto de esta investigación busca trascender el debate vigente acerca de lo que significa alfabetizar que, las más de las veces, sólo tiende a reciclar supuestos que llevan a exaltar las bondades de costo-beneficio de un enfoque meramente técnico que resulta insostenible ante los retos y demandas del siglo XXI, siglo en el cual la lectura y escritura del texto sólo cobran sentido si parten de la lectura de la realidad y apuntan hacia su transformación. Se reconoce que las influencias en el aprendizaje hacen referencias por igual a las dimensiones del tiempo y el espacio y que hay un constante interjuego en el antes, durante y después de la actividad del que aprende. Es por ello, que las situaciones producto de esta investigación, a diferencia de otras propuestas tienen un principio, pero no un fin preestablecido, se entrelazan y crecen en una espiral ascendente, es decir, en una misma sesión se puede combinar sin problema alguno el nombre propio, explorar mapas de las líneas del metro, escribir una carta, trabajar con un calendario para ubicar las fechas de los cumpleaños de las participantes, porque el aprendizaje de la lectura y la escritura está precedido del conocimiento, análisis y crítica de las situaciones, experiencias, objetos, personas, creencias, sentimientos, valores e historias que forman parte de la realidad en la que una persona se desenvuelve. La voz de María cobra fuerza cuando al participar dice al grupo lo que sabe acerca de cómo viajar en el metro: Paz: …yo sé transbordar (en) cualquier estación (del metro), maestra, porque yo me guió (…) por las figuritas (logotipos que identifican cada estación). O sea, por decir si yo voy a Insurgentes agarro (el) Metro que está ahí en la calle 31 de la avenida Zaragoza (ésta) es la estación Gómez Farías. (…) 6 Lourdes: ¿De qué línea es esa parada? Paz: De la línea 1, maestra. Lourdes: ¿Cuántas líneas del metro hay? Paz: Hay…8, 9 (líneas del Metro) Maestra. (…) Lourdes:…La línea 1 ¿de dónde a dónde va? Paz: La línea 1, de: aquí…de este…Pantitlán hasta Observatorio… La alfabetización es el resultado de una construcción social, producto de intercambios culturales entre los miembros de una sociedad, éstos ocurren tanto en la vida cotidiana como en procesos intencionales y posibilitan la apropiación paulatina de diversas prácticasde la lectura y escritura; así mismo, la apropiación de conocimientos múltiples propios de una cultura, tiempo y lugares específicos. La alfabetización es el resultado de una construcción social, producto de intercambios culturales entre los miembros de una sociedad, éstos ocurren tanto en la vida cotidiana como en procesos intencionales y posibilitan la apropiación paulatina de conocimientos múltiples propios de una cultura, tiempo y lugares específicos. A manera de reflexión final Ser una persona alfabetizada no se reduce a conocer y manejar un código de comunicación escrito, significa aprender a leer y escribir en y del mundo, para, entre otras cosas: transformarlo. Existe más de un tipo de lectura y escritura, por tanto, existen distintas formas de ser una persona alfabeta. Existen múltiples variaciones en las formas en que la lengua escrita entra en la vida social de una comunidad y en la vida personal, familiar, laboral y comunitaria de sus integrantes (Cazden,1982), uno de los retos importantes para avanzar en la visión amplia de la alfabetización es documentar las características de esas variaciones. Las prácticas pedagógicas resultado de esta investigación transforman las prácticas basadas en una visión que denomino lineal del aprendizaje de la lectura y la escritura, de las cuales sólo menciono una de manera breve: la incorporación de la persona, desde la primera sesión, en actividades cuya intención es integrar un grupo, en el que se le reconoce como aprendiz capaz de aportar para apropiarse con apoyo de su asesor y compañeros de prácticas diversas vinculados a la cultura escrita. Desde la primer día se leen y producen textos con significados múltiples, se entreteje la oralidad del grupo, los sueños, las aspiraciones, las historias y necesidades personales y 7 colectivas para producir los textos que el grupo y sus participantes requieren o quieren escribir. Bibliografía: Anderson, A. y W. Teale (1982). “La lectoescritura como práctica cultural”. En: Nuevas perspectivas sobre los procesos de lectura y escritura. Buenos Aires: Siglo XXI. Aravedo, L. (2007). Hacia una nueva práctica educativa con personas jóvenes y adultas.México: CREFAL. Dyson,A. (1989). “Collaboration through writing and reading: exploring possibilities”. En: Urbana, Illinois: National Council of Teachers of English. Erickson (1982). Taugh cognitive learning in its immediate environments: a neglected topic in the anthropology of education. Michigan: Institute for Research of Teaching, Michigan State University. Kalman, J. (2004). Saber lo que es la letra. Una experiencia de lectoescritura con mujeres deMixquic. México:SEP-Siglo XXI-UNESCO. The New London Group (1996). “A pedagogy of multiliteracies: designing social futures”. En: Harvard Educational Review, 66 (1). UNESCO (2000). “Educación para todos: Una visión renovada para un plan de acción decenal”. En: Educación de Adultos y Desarrollo, núm. 55.Bonn, Alemania: Instituto de Cooperación Internacional de la Asociación Alemana para la Educación de Adultos. Vygotsky, L. (1988). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. México: rijalbo 8