Como llevar el equipaje

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¿CÓMO LLEVAR EL EQUIPAJE?
Por los Dres. Kepa Lizarraga y Javier Serra
En muchas ocasiones, tanto mientras hacemos algo de ejercicio como si
toca ir a la tienda de compras o a clase, debemos llevar con nosotros cierta
cantidad de cosas que pueden sernos precisas durante esa actividad o que
debemos trasladar de un lugar a otro.
No vamos a tratar ahora sobre los problemas del pesado transporte de
libros a clase, que en determinados casos se convierte en un problema de salud, ni
tampoco de la voluminosa bolsa de la compra, sino que nos centraremos en las
diferentes formas en que podemos llevar cierta carga con nosotros durante diversas
actividades deportivas.
Dando una vuelta por las "rutas del colesterol" que numerosos pueblos
tienen instauradas de forma espontánea, podemos encontrarnos con personas que
llevan su ropa de abrigo, su bocadillo o el paraguas de muy diversas formas.
Una de las más frecuentes es la utilización de las clásicas bolsas de plástico
provenientes de las compras.
Su ventaja es el escaso peso, bulto y precio. Por el contrario, la
incomodidad de las asas estrechas y de tener ocupada una mano, limitando sus
movimientos y haciendo que el cuerpo deba soportar la carga de forma asimétrica,
desde los hombros, hacen que este método no sea el más adecuado.
Los clásicos bolsos, macutos o zurrones, con esa larga tira que permite
llevarlos cruzados sobre el pecho, son otra de las alternativas. La ventaja es que
nos dejan libres las manos, permitiendo el braceo acompasado durante la marcha o
el trote, pero el peso se apoya tan solo en un hombro, cosa que tampoco es idónea.
Una alternativa especialmente interesante, sobre todo para aquellas
personas que tienen la columna vertebral algo delicada o quieren conservarla en
buen estado, es la de utilizar las denominadas riñoneras.
Con tamaños muy variados, que permiten en algún caso acoger incluso el
material preciso para una salida montañera normal, las riñoneras tienen varios
aspectos positivos que vamos a resaltar.
Al contrario que ocurre con las bolsas, macutos e incluso mochilas mal
diseñadas, en las que el peso que llevamos a cuestas cuelga de los hombros y debe
ser soportado por la columna vertebral, en el caso de las riñoneras, ese peso se
adapta a la cintura y, ciñéndose sobre las caderas, es soportado directamente por
las piernas, sin sobrecargar para nada las vértebras o los discos intervertebrales.
Evidentemente, eso es una gran ventaja, sobre todo a ciertas edades o
para ciertas personas.
Además, podemos hacer que la carga se sitúe de forma equilibrada,
tenemos libres ambas manos e incluso podemos trotar sin excesivo desplazamiento
de lo que llevamos.
El límite de las riñoneras es su capacidad. De hecho, los modelos más
voluminosos pueden empezar a perder parte de sus cualidades positivas.
Es por eso que, si precisamos más volumen de carga, tendremos que
pensar en las mochilas, que nos ofrecerán equilibro en la distribución del peso,
libertad de manejo para las manos, una gran capacidad, la posibilidad de descargar
buena parte de su peso en las caderas y otras ventajas,…¡a condición de que las
carguemos y llevemos en buenas condiciones!
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