CRISTASOL La especificidad de los detergentes a la hora de limpiar es clave para que sean eficaces: es necesario que estén diseñados para la suciedad a la que se van a enfrentar. Esto ha originado una gran diversificación de los productos de limpieza y uno de los “tipos” más populares son los limpiacristales. Este mercado es bastante tradicional, con marcas que llevan muchos años en los hogares y que innovan “relativamente” poco. Pero esto no significa que sean inocuas. CRISTASOL es el detergente de este mes, un “peso pesado” comercializado por Colgate-Palmolive en su división de detergentes de hogar. Contiene: Etanol (NºCAS: 200-578-6): es un químico común en nuestros hogares, presente desde el botiquín de primeros auxilios hasta en bebidas. Es conocida su peligrosidad por su inflamabilidad y todos conocemos su toxicidad: su ingestión en grandes cantidades provoca “embriaguez”, con irritación gastrointestinal, náuseas, vómitos, depresión del sistema nervioso central e incluso puede provocar coma y la muerte por paro respiratorio, tal y como hemos visto más de una vez por el telenoticias algunas veces. Incluso provoca malformaciones en los fetos. Por inhalación tiene efectos parecidos (en altas dosis ambientales, claro) y en contacto con la piel la irrita por deshidratación y en caso de que se repitan muchas veces puede llegar a causar su sensibilización. Es un habitual en los limpiacristales porqué es un disolvente que se evapora rápidamente y solubiliza la suciedad. Alcohol isopropílico (NºCAS: 67-63-0): el alcohol isopropílico es un alcohol con tres carbonos y que presenta propiedades irritantes, a parte de las ya esperadas de inflamabilidad. Altamente volátil, es apreciado por la facilidad con que se evapora. En esta formulación actuará como disolvente. Provoca unos efectos muy parecidos a los del alcohol etlílico o etanol, aunque destaca como irritante ocular. Es como un etanol más peligroso. Sodium C4-12 Olefin/Maleic acid copolymer (NºCAS: ¿?): este producto no tiene un número CAS asignado. Es un polímero de olefinas y ácido maléico cuyos efectos en los seres humanos no están publicados, aunque es posible que su efecto sea el de irritar la piel a concentraciones importantes. Se usa como aglutinante y estabilizador de emulsiones, controlador de viscosidad, formar películas... Parfum: lleva perfume pero no declaran cual es. Por la legislación actual sobre alérgenos, si hubiese componentes como el linalool o el citral o el geraniol (que ya hemos visto en otras ocasiones) lo habrían declarado. Citrato sódico (Nº CAS: 68-04-2): en su forma anhidra. Es un secuestrante orgánico, es decir, capta iones metálicos de manera que ayuda disolver sales evitando su deposición. Evitaría deposiciones salinas de los cristales: la lluvia no es “agua pura”: también puede contener sales o incluso tierra!: cuando sopla viento del sur deja a los cristales y los coches terrosos... Es muy apreciado por su inocuidad: es un aditivo alimentario, aunque en estado puro es un irritante leve de piel, ojos y tracto respiratorio. Denatonium Benzoate (NºCAS: 3734-33-6): es un producto llamado desnaturalizante, es decir, que altera las propiedades de “algo”. Este producto es para evitar que se pueda producir una intoxicación por ingestión del producto, ya que provocaría que tuviese muy mal sabor. Es un producto inocuo en las cantidades que se utiliza en el Cristasol, pero puro se debe de mantener una grandes medidas de higiene dado que en cantidades exíguas es capaz de dejar muy mal sabor de boca... De esta manera, con este químico no hay peligro que alguien lo utilice para beber alcohol. Colorante: no declaran qué colorante usan, pero es muy probable que sea inocuo e incluso de “grado alimentario” para no contribuir en la peligrosidad del producto. Como podemos comprobar, el principal peligro es que se ingiera el producto: es realmente complicado que los alcoholes evaporados provoquen una intoxicación. Tampoco es recomendable tocarlo con la piel: recordemos que los alcoholes deshidratan la piel y el contacto continuado provocaría sequedad. Lo que si es muy importante es que no vaya a los ojos: no olvidemos que contiene propanol y que es un irritante de los mismos. En conclusión: vamos a usar guantes para proteger nuestras manos y sobretodo, gafas antisalpicadura para evitarnos dolorosos “sustos”. Hay otro factor muy importanta al usar este tipo de productos y que generan más accidentes que intoxicaciones: las caídas. NUNCA sobresalir de las ventanas ni subirse a objetos que no estén preparados para aguantar a personas al limpiar partes altas. Las caídas, por desgracia, son habituales y cada año mueren demasiadas personas porqué han caído al limpiar los cristales del comedor o un ventanal alto, y tomar medidas al respecto no es lo habitual que debería. Fdo. Joan Rius Bartra Licenciado en Químicas, Técnico Superior en Prevención de Riesgos (3 especialidades).