INJERTO HERBCEO EN SANDA (Citrullus lanatus Thumb) COMO

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INJERTO HERBÁCEO EN SANDÍA (Citrullus lanatus Thumb) COMO
ALTERNATIVA A LA DESINFECCIÓN QUÍMICA DEL SUELO
Ana C. PÉREZ1, Rolando RUEDA2, Rogelio VÁZQUEZ2, Marco A. MARIN2,
Jenaro M. REYES2, César A. MURGUÍA3
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Posgrado en Ciencias Ambientales, BUAP, 14 sur 6301. Col. San Manuel, C. P.
72570. Puebla, Méx. Correo electrónico: gonper13@hotmail.com. 2Departamento
de Investigación en Ciencias Agrícolas, BUAP. 3Universidad Nacional de Piura,
Perú.
Palabras clave: Injerto herbáceo, Sandía, Bromuro de metilo.
RESUMEN
La técnica del injerto herbáceo en cultivo de la sandía, es un método de lucha
ecológica que permite evitar el empleo de desinfectantes químicos del suelo. En
otras ocasiones, el injerto se utiliza para incrementar la producción, debido al vigor
que confiere el patrón a la planta injertada.
En el presente trabajo se muestran los resultados preliminares de un ensayo
llevado a cabo en el Departamento de Investigación en Ciencias Agrícolas de la
BUAP. Para ello se utilizó un invernadero con cubierta de plástico. La siembra del
cultivar (HBX1273F1) y portainjerto (Shintoza) tuvo lugar el 9 y 13 de mayo de
2005 respectivamente, realizando el injerto el 29 de mayo, y el transplante el 18 de
julio del mismo año. La inoculación con Fusarium oxysporum f. sp. niveum Sn et
Hn se realizó el 11 de agosto mediante la técnica de Smits y Noguera (1983). Se
utilizó un diseño factorial completo de 2 x 2, plantas inoculadas y sin inocular y
plantas injertadas y sin injertar, y con 3 repeticiones de 5 plantas cada una,
distribuidos en bloques al azar.
Los resultados obtenidos constatan que plantas no injertadas presentaron una alta
mortalidad por fusariosis, respecto a las plantas injertadas sobre el patrón
Shintoza. En plantas injertadas se encontró un menor peso medio de los frutos
respecto a los frutos procedentes de plantas sin injertar. Las plantas injertadas
presentaron una mayor precocidad respecto a las plantas no injertadas. Respecto
al contenido de sólidos solubles no se encontraron diferencias significativas entre
tratamientos.
INTRODUCCIÓN
La horticultura intensiva se plantea grandes retos para encontrar alternativas a la
aplicación de pesticidas y en especial al bromuro de metilo (BM), este ultimo,
según el Protocolo de Montreal es una de las sustancias agotadoras de la capa de
ozono, planteando la retirada del producto del mercado en los países
desarrollados para el año de 2005, y para países en vías de desarrollo para el
2007.
1
La prohibición de uso del bromuro de metilo, la dificultad para introducir genes de
resistencia a enfermedades y plagas del suelo y la necesidad de proporcionar a
los consumidores productos más ecológicos hacen que el uso de cultivares y
patrones resistentes sea uno de los métodos más efectivos, seguros, y
compatibles con el medio ambiente para el control de los patógenos de las plantas
cultivadas, sin la necesidad de cambiar el sistema de cultivo (Acosta, 2005).
Por lo tanto, el cultivo de plantas injertadas, permite reducir el uso de pesticidas y
de este modo se podrá satisfacer la demanda por parte de los consumidores de
alimentos más seguros, así como reducir el impacto medioambiental de las
actividades agrícolas.
El injerto de sandía tiene como finalidad prevenir el ataque de nematodos y
enfermedades del suelo; como el Fusarium oxysporum f. sp. niveum Sn et Hn;
hongo vascular causante de la principal enfermedad de la sandía (Brayford,1992).
Este método de lucha ecológica permite evitar el empleo de desinfectantes
químicos del suelo (Miguel et al. 1996). En ocasiones, el injerto se utiliza también
con la finalidad de conseguir mayor producción, debido al vigor que confiere el
patrón a la planta injertada, hecho constatado no sólo en sandía (Miguel et al.,
2002) sino en plantas afines como el melón (Ruiz y Romero, 1999; Cohen et al.
2002).
Algunos inconvenientes del injerto es la producción de frutos de gran tamaño
difícilmente comerciables, de tal forma que, en algunas épocas, constituyen
destrío. El aumento de la densidad de plantación, además de aumentar
notablemente los gastos de implantación, tiene escaso efecto sobre el peso
medio, ya que lo que disminuye clara y significativamente es el número de frutos
cuajados por planta. El empleo de patrones menos vigorosos también se ha
ensayado en repetidas ocasiones, obteniendo pesos medios menores pero
también una menor producción, lo cual hace que el cambio sea poco interesante
(Miguel et al. 1996).
En lo que se refiere a la influencia del portainjertos en la calidad de los frutos, en
melón, algunos autores no han encontrado diferencias entre plantas injertadas y
no injertadas en lo que se refiere al contenido en sólidos solubles (Cohen et al.
2002). Si bien, (Miguel et al. 2002) indica además que el contenido en sólidos
solubles (ºBrix) es más bajo en plantas injertadas, manifestando además que en
cualquier caso, los frutos de plantas injertadas son perfectamente comerciales y
las deficiencias, si se producen, se deben principalmente a una recolección
anticipada o exceso de riego y abonado. Sin embargo, no hay estudios que
analicen la evolución del contenido de los distintos azúcares, color, etc., en plantas
injertadas y no injertadas.
El presente trabajo pretende incorporar el injerto herbáceo como una nueva
técnica en el cultivo de la sandía para disminuir la aplicación de fumigantes
químicos del suelo.
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MATERIALES Y MÉTODOS
El experimento se llevó a cabo en las instalaciones del Departamento de
Investigación en Ciencias Agrícolas de la Benemérita Universidad Autónoma de
Puebla. Se estableció un cultivo de primavera-verano utilizando el cultivar
HBX1273F1 y como patrón el híbrido Shintoza (Cucurbita maxima x Cucurbita
moschata).
Los semilleros se realizaron en bandejas con alveolos de 29 cc rellenas de peet
moss, el día 9 de mayo de 2005 para el cultivar diploide y para el patrón el 13 de
mayo del mismo año en un invernadero de vidrio.
El injerto se realizó con la aparición de la primera hoja verdadera sobre el patrón
que tenía la presencia de las hojas cotiledonares. Posteriormente la planta
injertada se pasó a una charola con alveolos de 70 cc de capacidad por un tiempo
de 10 días.
La plantación se llevó a cabo en un invernadero con cubierta plástica el 18 de julio
de 2005, se utilizaron contenedores tipo salchicha rellenos de fibra de coco con un
volumen aproximado de 2.5 kg.
Antes del transplante, el sustrato se acondicionó con la solución nutritiva a un pH
entre 5.5 - 6 y con una conductividad eléctrica de 2.2 mS/cm. En la fase de
transplante se realizó un riego para favorecer el enraizamiento de la planta.
Después de 10 días se inició el control del riego basado en mediciones diarias del
drenaje. A partir de este momento y pasados unos 10 días se inició el control del
riego y la nutrición de la planta, manteniendo un volumen de drenaje promedio
durante el cultivo entre el 30 y 40%. La solución nutritiva estuvo compuesta por
15.00 NO3-, 1.00 H2PO4-, 2.00 SO4=, 0.5 HCO3-, 5.9K+, 4.9 Ca+2, y 1.98 Mg+2, en
mMol/l.
Las plantas se distribuyeron según un diseño factorial completo de 2 x 2, plantas
inoculadas y sin inocular y plantas injertadas y sin injertar, y con 3 repeticiones de
5 plantas cada una, distribuidos en bloques al azar.
El marco de plantación utilizado fue de 1.5 m entre líneas y 1.625 m entre plantas,
resultando una densidad de 0.41 plantas/m2. En todo el ensayo las plantas se
mantuvieron independientes unas de otras, lo cual se consiguió separando las
ramas continuamente durante todo el ciclo del cultivo.
También, se registraron las condiciones climáticas de temperatura (ºC) y humedad
relativa (%), a lo largo de todo el ciclo de cultivo.
Con la finalidad de frenar las plantas para que se produzcan nuevas brotaciones,
se realizó una poda el 26 de julio de 2005 cuando la planta había desarrollado 5 o
6 hojas, obteniendo dos ramificaciones, las cuales el 13 de agosto de 2005 se
despuntaron igualmente por encima de dos hojas, dando lugar a otras dos
ramificaciones por cada una de las dos anteriores.
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La inoculación con Fusarium se realizó en forma líquida a los 10 días después del
transplante, directamente sobre el sustrato donde se encontraban las plantas de
sandía, tanto de plantas injertadas como de plantas sin injertar, conforme a la
metodología de Smits y Noguera (1983).
Los frutos cosechados se lavaron y pesaron en una balanza, expresando su peso
en gramos, se midió la longitud y diámetro de los frutos, expresado en cm y de la
parte central del fruto se tomo una muestra de pulpa para medir los °Brix, y se
contaron los días de cosecha de cada uno de los frutos en dependencia del corte.
Los resultados se sometieron a un análisis de la varianza, realizando la separación
de medias mediante el test de Tukey.
RESULTADOS
En el cuadro se presentan los resultados del análisis de varianza para los distintos
parámetros productivos y sus correspondientes factores de estudio.
En plantas injertadas se encontró un mayor peso medio de fruto con respecto a
plantas sin injertar con diferencias estadísticas
(p≤0.01), el mismo
comportamiento se presentó para longitud de fruto. Respecto al diámetro del fruto
no se encontraron diferencias estadísticas.
Las plantas sin injertar presentaron mayor precocidad respecto a las plantas
injertadas (p≤0.01). Respecto a los sólidos solubles no se encontraron diferencias
estadísticas.
En plantas sin la presencia de fusarium presentaron un mayor peso medio del
fruto con respecto a las plantas inoculadas con diferencias estadísticas (p≤0.01)
el mismo comportamiento se presentó para longitud de fruto y días a cosecha.
Para el diámetro de fruto y la presencia de sólidos solubles no se encontraron
diferencias estadísticas.
Cuadro. Efecto del injerto e inoculación por fusariosis en cultivo de sandía.
Peso
Longitud
Diámetro
Días a
°Brix
(kg)
(cm)
(cm)
cosecha
Injertadas
3.94 B
22.83 B
17.73
60 B
8.2
Sin injertar
4.91 A
28.36 A
17.37
65 A
8.5
Inoculadas
3.82 B
23.87 B
17.75
59 B
7.8
Sin inocular
5.03 A
27.3 A
17.35
66 A
8.8
-Letras distintas (mayúsculas) en una misma columna indican diferencias estadísticamente
significativas al 99% según el test de Tukey.
-U. R.: Unidad de repetición (5 plantas).
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DISCUSIÓN
A lo largo de este ensayo se obtuvieron frutos de mayor peso en plantas sin
injertar respecto a las injertadas, valores que no concuerdan con Miguel et al.
(1997), posiblemente debido a un efecto varietal.
Respecto al contenido de sólidos solubles (ºBrix) no se encontraron diferencias
estadísticas entre tratamientos, debido quizás, a una recolección anticipada,
exceso de riego o bien desequilibrio nutricional. No obstante, Miguel (2002)
menciona que no existen estudios que analicen la evolución del contenido en los
distintos azúcares, color, etc., en plantas injertadas y sin injertar.
REFERENCIAS
Acosta A. (2005). La técnica del injerto en plantas hortícolas. Viveros extra.
Horticultura Internacional. Barcelona, España pp. 62-65.
Brayford D. (1992). Fusarium oxysporum f. sp. Niveum. Mycopathologia 118: (5960).
Cohen R., Hershenhorn J., Katan J. y Edelstein M. (2002). Horticultural and
pathological aspects of Fusarium wilt management using grafted melons.
HortScience 37(7):1069-1073.
Miguel A. y Maroto V. (1996). El injerto herbáceo en la sandía (Citrullus lanatus)
como alternativa a la desinfección química del suelo. Investigación Agraria.
Producción y Protección Vegetal 11 (2): 239-253.
Miguel A. (1997). Injerto de hortalizas. Serie de divulgación técnica. CAPA.
Generalitat Valenciana.
Miguel A., Maroto V. y Pomares F. (2002). El cultivo de la sandía. Ed. MundiPrensa y Fundación Caja Rural Valencia.
Protocolo de Montreal. 16 de septiembre de 1987. Comisión Nacional del Medio
Ambiente.
Ruíz M. y Romero L. (1999). Nitrogen efficiency and metabolism in grafted melon
plants. Scientia Horticulturae 81:113-123.
Smits G. y Noguera B. (1983). Efecto de Meloidogyne incognita en la
patogenicidad de diversos aislamientos de Fusarium oxysporum en berenjena
(Solanum melongena L). Universidad Central de Venezuela. Facultad de Ciencias
de la Escuela Biología.
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