Japón: Castigos crueles y humillantes a los presos

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ÍNDICE AI: ASA 22/08/98/s
FECHA DE EMBARGO: 15:00 HORAS (HORA DE TOKIO) DEL 26 DE JUNIO DE 1998
Japón: Castigos crueles y humillantes a los presos
Hoy, cuando las Naciones Unidas y las organizaciones no gubernamentales han pedido a los
gobiernos de todo el mundo la erradicación de la tortura, Amnistía Internacional presenta un nuevo
informe sobre castigos crueles y humillantes en las prisiones japonesas.
«Los reclusos son reducidos con esposas de cuero y de metal, sufren ataques violentos de los
guardias y se les obliga a comer perros en castigo por infracciones menores de unas normas penitenciarias
secretas», ha declarado Mark Allison, del Equipo de Asia Oriental de Amnistía Internacional, en una
conferencia de prensa celebrada hoy en Tokio.
«Como una de las principales potencias políticas y económicas de la región, Japón debe tomar la
iniciativa en la promoción de los derechos humanos. Pero al no reformar el rígido régimen disciplinario
de sus prisiones, el gobierno japonés sigue infringiendo las normas internacionales de derechos humanos»,
afirmó.
En su informe, la organización de derechos humanos documenta varios casos recientes en los que
los guardias de prisiones han infligido severos castigos físicos y mentales a presos que habían violado las
normas penitenciarias. Algunos reclusos han sido atados con cinturones de cuero y esposados para
después ser encerrados en las denominadas «celdas de protección» durante días, a menudo por poco más
que «responder» a los guardias. No les quitan las esposas ni siquiera a la hora de comer, ni cuando tienen
que ir al aseo. Los reclusos reciben un trato más propio de animales que de seres humanos.
Algunos presos han muerto mientras estaban sometidos a estas condiciones. El nuevo informe de
Amnistía documenta el caso reciente de un hombre que falleció de un ataque al corazón después de
permanecer varias horas con el cuerpo sujeto con un cinturón y esposado, en una «celda de protección»
mal ventilada en pleno verano.
Igualmente son preocupantes los informes, cada vez más numerosos, de actos de violencia de los
guardias de prisiones. Un recluso de la prisión de Fuchu ha demandado judicialmente al gobierno porque
los guardias le pisaron la espalda y le ataron el cinturón con tanta fuerza que casi no podía respirar, lo que
le causó una hemorragia interna e insensibilidad en los dedos de los pies. A otro interno de la prisión de
Niigata, los guardias le propinaron patadas en todo el cuerpo y la cara. Después le tuvieron ocho días en
una «celda de protección», esposado y con el cuerpo atado con un cinturón.
También se castiga a los presos psicológicamente. «Hemos recibido muchos informes que hablan
de presos a quienes han castigado en régimen de aislamiento durante periodos de hasta dos meses. En ese
tiempo, deben permanecer arrodillados en la misma postura todo el día mirando a un punto fijo de la
pared. No hacen ejercicio físico ni reciben ningún estímulo mental. Esto es inhumano y hay que acabar
con ello», declaró Allison.
Las normas penitenciarias japonesas son sumamente complejas y detalladas. Regulan todos los
aspectos de la vida de los reclusos, hasta la forma de caminar, cuándo pueden hablar y la postura que han
de adoptar para sentarse cuando están en su celda. Incluso está prohibido que mantengan contacto visual
entre sí y con los guardias. «La aplicación de esta estricta telaraña de normas secretas constituye un trato
inhumano y degradante. Hay que modificar y publicar íntegramente todas las normas», añadió Allison.
El informe termina con una lista de medidas que debería adoptar el gobierno japonés para
reducir el riesgo de violación de los derechos humanos en las prisiones. Entre ellas figura la firma de la
Convención contra la Tortura, de las Naciones Unidas, la concesión a las organizaciones no
gubernamentales de un acceso sin restricciones a las prisiones, y la no utilización de las «celdas de
protección» como forma de castigo.
«Hoy las Naciones Unidas y un gran número de organizaciones no gubernamentales han pedido a
todos los gobiernos que ratifiquen la Convención contra la Tortura -manifestó Allison-. Es el momento
ideal para que el gobierno japonés ratifique la convención y demuestre así su compromiso con los
derechos humanos».
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El informe se dará a conocer en una conferencia de prensa:
el 26 de junio, a las 03:00 pm, en la sede de la Federación de Colegios de Abogados de Japón, Tokio
Tras la conferencia de prensa, se celebrará un seminario de la Federación de Colegios de Abogados de
Japón sobre las condiciones penitenciarias en Japón y la captación de apoyos del Comité de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas.
El 27 de junio, a las 2:00 pm, se celebrará una reunión pública organizada por el Centro por los
Derechos de los Presos, Sala de Reuniones núm. 1, cuarta planta, Edificio Shin Kenkyu, Universidad
de Meiji, Tokio.
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