Robert CAMPIN (Maestro de Flémal), "San Juan Bautista y el

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Robert CAMPIN (Maestro de Flémal), "San Juan Bautista y el maestro franciscano Enrique de Werl"
(1438)
Sala 58
Campin (ca. 1378-1444), maestro de Van der Weyden, es un importante exponente de
la pintura flamenca del siglo XV. La presente obra es una de las tablas laterales del
llamado "tríptico Werl". El tema recoge al donante, Enrique de Werl, protegido por el
Santo, y se desarrolla en un interior, que traza las líneas de la perspectiva. Una
ventana abre el cuadro y continúa la perspectiva con un paisaje, siguiendo la
costumbre flamenca, y en particular de Van Eyck.
En muy interesante la utilización del espejo. Sirve para reflejar el otro lado de la
habitación. Con ello se persigue una plasmación más completa del espacio y una
complicidad con el espectador, que ve como “el espacio que utiliza se introduce en la
pintura”.
La luz es natural e integra a las figuras, dándoles volumen. Los personajes son muy
monumentales (simulan esculturas y son de gran tamaño con respecto a la sala en la que se
encuentran) y visten ropas con pliegues muy marcados, como en Van der Weyden.
Por último, señalar otra característica propia de lo flamenco: su afán detallista. El pintor
capta con minuciosidad todos los detalles de la escena y los refleja con gran precisión, sin diferenciar
entre lo anecdótico (accesorio) y lo principal. Se trata de hacer patente y evidente que ahora, en el
renacimiento, se pintan las cosas de forma “realista”, como los ojos las perciben. En el estilo
flamenco, esta evidencia de plasma acumulando elementos de la realidad: además del espacio
tridimensional se añaden personajes, animales y objetos pintados con detalle.
ALBERTO DURERO, "Adán" y "Eva”
Sala 54
Durero (1471-1528) fue un personaje típico del Renacimiento. Culto, relacionado con importantes
intelectuales de su época, representante de los ideales humanistas, y uno de los más importantes
artistas de su época. Pintó, realizó grabados y dibujos y, al igual que
Leonardo, realizó importantes estudios teóricos sobre las bellas artes,
la proporción y la anatomía humana.
Educado en el gótico, de fuerte tradición en tierras alemanas, un
temprano viaje a Italia le familiariza con el Renacimiento. Así, aúna
dos elementos formales:
•
•
Del Renacimiento: la búsqueda de la belleza ideal, a través
de un sistema de proporciones y de la armonía en los
gestos y el movimiento, y la aplicación del nuevo concepto
del espacio (perspectiva y volumen).
De la tradición gótica alemana: el cromatismo y la precisión
del detalle.
Estas obras forman parte de un conjunto que Durero pintó sobre el mismo tema: utilizando a los
personajes de Adán y Eva, desnudos en el Paraíso, trabaja sobre el cuerpo humano, buscando el
“sistema de proporciones”, el canon, ideal, perfecto, bello, como ya habían hecho los griegos. Los
gestos de los personajes le sirven para evitar transmitir una sensación de artificiosidad.
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