En primer lugar, habría que abordar la cuestión de si es necesario

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En primer lugar, habría que abordar la cuestión de si es necesario estudiar la seguridad vial
como una parte de la prevención de riesgos laborales y qué puede hacer el empresario si la
respuesta fuese afirmativa. La Guía para las actuaciones de la Inspección de Trabajo y
Seguridad Social en materia de seguridad vial en las empresas se hace la misma pregunta y la
respuesta es claramente positiva. Argumenta que hay principalmente dos razones: estadística
y jurídica. La estadística estaría fundamentada en el altísimo porcentaje que suponen los
accidentes de tráfico dentro de los accidentes laborales. Respecto a la jurídica se fundamenta
en el hecho de que la conducción de un vehículo es una condición de trabajo no distinta
cualquier otra actividad. Es más, se presenta como prueba el hecho de que dentro del
programa formativo para Técnicos Superiores en Prevención de Riesgos Laborales exista un
módulo específico para la Seguridad Vial. Si bien es cierto que la Guía de la Inspección tiene
una aplicación directa en empresas de transporte, terminan extrapolándose los conceptos a
cualquier otra actividad, incluyéndose incluso los posibles accidentes in itinere. Por tanto,
existe una obligación de valorar estos riesgos y proponer medidas preventivas en su caso.
Por otro lado, podríamos decir que con independencia de la obligación que se tenga, existe
una razón económica para actuar frente a los accidentes de tráfico laborales. Un accidente de
tráfico laboral repercute económicamente en la empresa con unos costes asociados: Días de
baja pagados por la empresa, días de trabajo perdidos por lesiones, pérdida de tiempo debido
a la reorganización de trabajo, reparaciones de vehículos, coste de vehículos inmovilizados,
sanciones económicas, suspensiones de permiso de conducir, etc.
Por último, cabe destacar que se está fomentando positivamente el que una empresa
disponga de Planes de Seguridad Vial. Por ejemplo, se valora a la hora de que una organización
pretenda solicitar el Bonus- Malus para la Reducción de Cuotas de Contingencias Profesionales
(Real Decreto 404/2010).
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Así pues, ¿en qué consiste un Plan de Seguridad Vial en una empresa? Hay que destacar que
un Plan de Seguridad Vial no es un modelo exacto que haya que seguir, ni se dispone de una
estructura obligatoria. Cada empresa según sus particularidades realizará su plan, que será
más o menos complejo en función de sus características (si es una empresa de transporte o no,
si se viaja frecuentemente, si se dispone de vehículos propios, si hay muchos trabajadores,
etc.). El Plan de Seguridad Vial lo que debe seguir es el principio de identificar los riesgos,
evitarlos si se pudiera, evaluar los que no se hayan podido evitar y proponer medidas
preventivas, todo ello con la participación de los trabajadores y su formación e información. Es
decir, no es más que la misma metodología preventiva que se aplica a cualquier actividad.
Como esquema general para establecer un Plan de Seguridad Vial se puede seguir la siguiente
estructura (insistimos, adaptable según las particularidades de la empresa).
•
Compromiso. La empresa deberá suscribirse a la Carta Europea de Seguridad Vial
donde se acredita el compromiso de reducir de manera fehaciente la siniestralidad
laboral asociada a los accidentes de tráfico.
•
Participación. Debe constituirse un grupo de trabajo responsable del desarrollo del
Plan,
estableciéndose
sus
funciones
y
responsabilidades,
metodología
de
implantación, reuniones, etc.
•
Información. En primer lugar, previamente a la elaboración del Plan propiamente
dicho es necesario realizar un diagnóstico de nuestra empresa respecto a la Seguridad
Vial de los trabajadores. Se analizarán datos respecto a los accidentes que se puedan
haber tenido, la movilidad de los trabajadores y sus desplazamientos, puntos negros,
gestión de las rutas, comunicaciones en carretera (uso de manos libres, móviles, etc.),
gestión de los vehículos (revisiones, kilometraje), desplazamientos en el interior del
centro de trabajo, etc.
•
Evaluación de Riesgos. Donde se tendrán en cuenta todos los factores recopilados
anteriormente: organización y gestión de los desplazamientos, rutas, comunicaciones,
factor humano (alcohol, uso de móvil, navegador, fatiga, etc.), los vehículos, etc.
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•
Medidas. Las medidas a implantar dependerá mucho del tipo de empresa y su
organización. Entre otras, fomentar el uso de vehículos compartidos, implementar un
transporte de empresa, implantar dispositivos de manos libres, procedimientos de
rutas alternativas, tiempos de transporte y siempre dando una importancia
fundamental a la formación e información de los trabajadores. Evidentemente en
empresas pequeñas habrá medidas que no son viables, pero la formación e
información de los trabajadores siempre serán necesarias.
•
Seguimiento. Para cerrar el ciclo será necesario realizar un control continuo del Plan,
verificando si se están cumpliendo los objetivos, si los trabajadores están
adecuadamente formados e informados, si se están poniendo en marcha las medidas
propuestas, etc.
Como puede observarse estos apartados siguen un procedimiento muy parecido al seguido por
cualquier condición de trabajo analizada según la prevención de riesgos laborales. En
empresas de transportes o comerciales donde los desplazamientos son las principales
condiciones de trabajo el Plan de Seguridad Vial será absolutamente obligatorio y de
elaboración un poco más compleja. En otros tipos de empresas su elaboración puede resultar
bastante más sencilla, basándose en estos casos en la mera identificación de estos riesgos en
la propia evaluación general de riesgos de la empresa sin necesidad de realizar un documento
aparte.
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