A AGUSTÍN, QUE PREGUNTA EL SIGNIFICADO DE LOS “PÁRROCOS IN SOLIDUM” Estimado Agustín: Algunos dicen que la Iglesia no se moderniza. Aquí tienes un ejemplo. Sencillamente, la nueva modalidad que llamamos“párrocos in solidum” significa que el Obispo puede encomendar a varios sacerdotes, de modo solidario, la atención pastoral a una o varias parroquias, señalando a uno de ellos como moderador. Nos resulta extraña esta práctica pastoral pues hasta ahora nuestra experiencia era ver a un solo párroco al frente de una o varias parroquias. Esto nos parecía lo más natural. Como ahora nos sigue pareciendo que lo propio es que un obispo, no varios, esté al frente de una diócesis, o un alcalde, y no varios, presidan un ayuntamiento. Pero la vida da muchas vueltas y hoy podemos encontrar parroquias con varios párrocos. 1 – El Código de Derecho Canónico de 1917 Según Jorge Miras, Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Navarra, una tradición canónica clásica decía que una iglesia no podía estar dividida en dos sacerdotes. La exigencia de unidad en el ministerio parroquial se había venido traduciendo en la práctica por la fórmula de unicidad del párroco. Parecía que el modo más adecuado y directo para lograr la unidad de la comunidad cristiana era precisamente que fuera uno y único el párroco que tuviera la responsabilidad parroquial. Así lo asumió la mayoría de la doctrina eclesial, que interpretaba la disciplina parroquial establecida en el Concilio de Trento como específicamente prohibitiva de cualquier fórmula diversa de la de párroco único Es verdad, que en ciertos lugares, había ejemplos de párrocos que ejercían solidariamente su cura pastoral, pero eran casos considerados generalmente como “monstruosidades indeseables”, y que, en consecuencia, debían de ser extirpadas. El Código de 1917, acogiéndose a esta interpretación negativa, eliminó por completo del derecho de la Iglesia la posibilidad “in solidum”. Concretamente este mandato firme se encuentra en el canon 460: “En una misma parroquia un solo párroco debe ejercer la cura actual de almas, reprobada la costumbre contraria y revocado cualquier privilegio contrario”. Las razones que estaban en el fondo de esta ley se situaban en el terreno meramente práctico. Era una norma de conveniencia: la necesidad de evitar envidias y discordias entre los sacerdotes del equipo que pudieran provocar incertidumbres en la comunidad, o la importancia de procurar que no se produjeran negligencias en los deberes de los sacerdotes, o por la posible falta de determinación de algún sacerdote a su cumplimiento… 2 – El Código de Derecho Canónico de 1983 2-1 - La norma general Una mirada atenta al sistema parroquial delineado en el nuevo Código permite afirmar sin lugar a dudas que la única posibilidad ordinaria de previsión de párrocos es la del 1 párroco único y estable, con los vicarios que se necesiten y sea oportuno nombrar en su caso. Así lo confirman tres de sus cánones. El canon 515 afirma claramente que a cada parroquia el Obispo le debe encomendar un párroco como pastor propio: “La parroquia es una determinada comunidad de fieles constituida de modo estable en la Iglesia particular, cuya cura pastoral, bajo la autoridad del Obispo diocesano, se encomienda a un párroco, como su pastor propio”. El canon 519 explicita cual ha de ser la misión del párroco en la parroquia. “El párroco es el pastor propio de la parroquia que se le confía, y ejerce la cura pastoral de la comunidad que le está encomendada bajo la autoridad del Obispo diocesano en cuyo ministerio de Cristo ha sido llamado a participar, para que en esa misma comunidad cumpla las funciones de enseñar, santificar y regir, con la cooperación también de otros presbíteros o diáconos, y con la ayuda de fieles laicos, conforme a la norma del derecho”. El canon 545 indica la posibilidad de que otros sacerdotes puedan colaborar con el párroco en su tarea pastoral. “§ 1. Cuando sea necesario u oportuno para el buen desempeño de la cura pastoral de una parroquia, además del párroco, puede haber uno o varios vicarios parroquiales que, como cooperadores del párroco y partícipes de su solicitud, unidos al párroco por una misma voluntad y empeño, trabajen bajo su autoridad en el ministerio pastoral. § 2. Se puede constituir un vicario parroquial bien para que ayude en el desempeño de todo el ministerio pastoral en una parroquia o en una determinada parte de ella o a un grupo concreto, bien para destinarlo a un ministerio específico que haya de realizarse a la vez en varias parroquias. 2-2 – La norma excepcional La novedad del nuevo Código comienza en el canon 517. “Cuando así lo exijan las circunstancias, la cura pastoral de una o más parroquias a la vez puede encomendarse solidariamente a varios sacerdotes, con tal que uno de ellos sea el director de la cura pastoral, que dirija la actividad conjunta y responda de ella ante el Obispo. El canon 542 está dedicado a los sacerdotes que componen el equipo “in solidum”. “Los sacerdotes a los que, de acuerdo con el ⇒ c. 517 § 1, se encomienda solidariamente la cura pastoral de una o varias parroquias: 1 han de estar dotados de las cualidades indicadas en el ⇒ c. 521; 2 se nombrarán o instituirán de acuerdo con lo que prescriben los cc. ⇒ 522 y ⇒ 524; 3 se hacen cargo de la cura pastoral sólo a partir del momento en que toman posesión; a su moderador se otorga la toma de posesión según las prescripciones del ⇒ c. 527 § 2 y, para los demás sacerdotes, la profesión de fe legítimamente emitida hace las veces de la toma de posesión”. El canon 543 determina la misión que se les encomienda. § 1. Si se encomienda solidariamente a los sacerdotes el cuidado pastoral de alguna parroquia o de varias parroquias a la vez, cada uno de ellos, según la distribución establecida por ellos mismos, tiene obligación de desempeñar los encargos y funciones del párroco de que se trata en los cc. ⇒ 528, ⇒ 529 y ⇒ 2 530; la facultad de asistir a los matrimonios, así como todas las facultades de dispensar concedidas de propio derecho al párroco, competen a todos ellos, pero deben ejercerse bajo la dirección del moderador. § 2. Todos los sacerdotes que pertenecen al grupo: 1 están obligados a cumplir la ley de residencia; 2 determinarán de común acuerdo el orden según el cual uno de ellos habrá de celebrar la Misa por el pueblo, a tenor del ⇒ c. 534; 3 en los negocios jurídicos, únicamente el moderador representa a la parroquia o parroquias encomendadas al grupo. El canon 544 se adelanta a la ausencia de alguno de ellos. “Al cesar en el oficio uno de los sacerdotes del grupo del que se trata en el ⇒ c. 517 § 1, o el moderador del mismo, o al quedar incapacitado uno de ellos para el ejercicio de la función pastoral, no por eso quedan vacantes la parroquia o parroquias encomendadas al cuidado del grupo; pero corresponde al Obispo diocesano nombrar otro moderador y, en tanto éste no sea constituido por el Obispo, desempeñará dicha función el sacerdote del grupo más antiguo por su nombramiento”. La norma y su excepción, al cabo de estos años, han sido asumidas con espíritu de obediencia por la Iglesia y hoy es una práctica, más o menos, generalizada. En el año 2001, la Congregación para el Clero, en su documento titulado El presbítero, pastor y guía de la comunidad parroquial, nº 19, daba las razones que habían tenido los legisladores para introducir este cambio pastoral tan sustancial: “La necesidad de adaptar la asistencia pastoral en la parroquia a las circunstancias del tiempo actual, caracterizado en algunos lugares por la escasez de sacerdotes, y también por la existencia de parroquias urbanas superpobladas y parroquias rurales dispersas, o bien por el reducido número de parroquianos, ha hecho aconsejable introducir en el derecho universal de la Iglesia algunas innovaciones, no ciertamente en cuestiones de principio, relativas al titular de la cura pastoral de la parroquia. Una de éstas consiste en la posibilidad de confiar in solidum a varios sacerdotes la cura pastoral de una o varias parroquias, con la condición terminante de que uno solo de ellos sea el moderador, el que dirija la actividad común y responda de ella personalmente ante el Obispo. Se confía por tanto el único oficio pastoral, la única cura pastoral de la parroquia a un titular múltiple, constituido por varios sacerdotes, que reciben una idéntica participación en el oficio confiado, bajo la dirección personal de un hermano moderador. Confiar la cura pastoral in solidum resulta útil para resolver algunas situaciones en diócesis donde los sacerdotes, siendo pocos, tienen que organizar su tiempo en la asistencia de actividades ministeriales diversas, y constituye un medio oportuno para promover la corresponsabilidad pastoral de los presbíteros y, de manera especial, para facilitar la costumbre de la vida en común de los sacerdotes, que se ha de recomendar vivamente”. 2-3 – Problemas que pueden hacer peligrar la nueva ley canónica Con la pequeña experiencia que ya vamos teniendo de la puesta en marcha de esta nueva ley, podemos constatar experiencias positivas y negativas. Puede ser algo natural en tan pocos años. Pero parece justo prever ante el futuro los posibles conflictos que pueden hacer peligrar este intento que parece razonable aunque no exento de riesgo. 3 Se han detectado ya cuatro posibles problemas. Primero: el abuso de la ley. Esta norma excepcional no puede considerarse simplemente como una posibilidad alternativa, en pie de igualdad, con la norma general. La excepción no puede convertirse en regla porque entonces la regla perdería su valor. Segundo: la interpretación de la ley. El problema surge en el inicio mismo del canon 517: “Cuando así lo exijan las circunstancias” La interpretación de esta frase está abierta a la interpretación del Obispo para cada caso concreto. Es fácil prever que de aquí nacerán, ya han nacido, diferencias de aplicación de la ley en las diferentes diócesis. Mientras unas fomentan los nombramientos “in solidum”, otras los restringen. Tercero: la práctica torpe del equipo sacerdotal Puesto que el ser humano, aunque se trate de sacerdotes, es débil, las razones que estaban en la base del Código del 17, siguen estando presentes: posibles puntos de vista distintos y aún contradictorios, imposiciones personales… dan pie a discusiones y separaciones afectivas y efectivas con el consiguiente escándalo para los feligreses. La figura del coordinador puede ser cuestionada, más con hechos que con deseos, con lo que la pretensión de los legisladores queda muy en el aire. Cuarto: la confusión de los parroquianos La Congregación para el Clero, en el documento antes señalado, reconoce y alerta sobre este peligro que puede llegar a ser grave e incluso contraproducente: “No se puede prudentemente ignorar, sin embargo, algunas dificultades que puede comportar la cura pastoral in solidum —siempre y en cualquier caso compuesta sólo por sacerdotes—, ya que es connatural a los fieles la identificación con el propio pastor, y puede ser desorientadora, y no bien comprendida, la presencia cambiante de varios presbíteros, aunque estén coordinados entre sí. Es evidente la riqueza de la paternidad espiritual del párroco, como un “pater familias” sacramental de la parroquia, con los consiguientes vínculos que generan gran fecundidad pastoral”. Querido Agustín: El Código del 17 prohibió la experiencia de los párrocos “in solidum”. El Código del 87 ha aceptado esta práctica pastoral, no se olvide, como excepción “cuando así lo exijan las circunstancias”. ¿Qué determinará el Código próximo? Dejémonos llevar por el Espíritu. Tenemos una ley que debemos cumplir. Pongamos todo el empeño en hacerlo bien. Dios se encargará de hacer el resto. Florentino Gutiérrez. Sacerdote www.semillacristiana.com Salamanca, 29 de agosto de 2013 4