Tribunal: Cámara de Apelaciones en Familia y Sucesiones de Tucumán, sala II Autos: Rojas, Franco Nicolas S/guarda judicial amplia Fecha: 13/12/2011 Sumario: Debido a que el instituto de la guarda tiene como fin esencial la protección del menor, no puede tener acogida lo alegado por el Instituto Previsional y Seguridad Social de Tucumán en cuanto a que no se acreditaron los recaudos exigidos para la incorporación de afiliados, pues, éste no puede con sus disposiciones administrativas tornarse fuente de derecho contraventor de normas jerárquicas superiores e irrenunciables en su aplicación por ser supranacionales, por lo que se ordena al mencionado ente a incorporar al menor a la obra social de sus abuelos (cuya guarda les fue otorgada) Vocablos: AFILIACION A OBRA SOCIAL - DERECHOS CONSTITUCIONALES DERECHOS DEL MENOR - EMPLEADO PUBLICO - GUARDA DE MENOR - INTERES DEL MENOR - MENOR - OBLIGACIONES DE LAS OBRAS SOCIALES - OBRAS SOCIALES PROTECCION DEL MENOR San Miguel de Tucumán, diciembre 13 de 2011. Considerando: Que vienen estos autos para tratar y resolver el recurso interpuesto por el Instituto de Previsión y Seguridad Social de Tucumán a través de su apoderado. Que a fs. 72/76, J. B. R. en representación del I.P.S.S.T. expresa en sus agravios que el recurso planteado es admisible en cuanto se trata de una resolución dictada previa sustanciación que causa gravamen irreparable a su mandante. Expresa que la sentencia dictada el 01/06/10, dispone en su parte resolutiva otorgar la guarda legal en forma amplia en lo que hace a la obra social a la Sra. María C. Ibarreche de Barros y al Sr. Martin W. H. Barros, "concediéndose a los mismos la protección, cuidado, alimentación y educación al menor F. R.". Sostiene que se ha tramitado un juicio voluntario —no contencioso— en el cual el Instituto de Previsión y Seguridad Social de Tucumán no ha sido parte, no ha intervenido ni ha controlado los actos procesales cumplidos en el curso del juicio, se trata de una sentencia que condena a su mandante a incluir al menor en la obra social sin verificar si se acreditaron los recaudos exigidos por la normativa vigente que rige para incorporar a los afiliados y beneficiarios a dicha institución (decreto 4143/21 MAS). Finalmente, realiza un razonamiento que lo lleva a afirmar que el sentenciante se toma atribuciones que exceden el marco de lo planteado en el proceso, dispone imperativamente que se incluya al menor a la obra social. Deja planteado "...el perjuicio que produce a mi mandante el carácter asertivo otorgado a la sentencia, que ha excedido el objeto del presente juicio...". Peticiona que se revoque la sentencia y que se dicte una sustitutiva que autorice a los guardadores a gestionar los trámites pertinentes para incluir al menor en la misma. Solicita se tenga presente que el I.P.S.S.T. reviste el carácter de persona jurídica pública de derecho público estatal, ente autárquico provincial por ley 6446/6781 begin_of_the_skype_highlighting 6446/6781 end_of_the_skype_highlighting, creado de conformidad y a los fines previstos en los Arts. 14 bis, 125 y concordantes de la Constitución Nacional y como tal actúa como administrador legal de la Obra social Provincial Subsidio de Salud. Pone de resalto que el I.P.S.S.T., no es el garante de la población tucumana toda en materia de salud, sino que dicha obligación le corresponde a la provincia de Tucumán, a través del Ministerio de Salud y del sistema Provincial de Salud. Y, si bien la decisión que en definitiva se adopte, a través del dictado del pertinente acto administrativo, admite revisión judicial, y que la misma debe tener lugar por la vía y en la forma que corresponda, "...Y si bien la decisión que en definitiva se adopte, a través del dictado del pertinente Acto Administrativo, admite revisión judicial; la misma debe tener lugar por la vía y en la forma que corresponda, es decir, mediando proceso que permita a mi mandante -Persona Jurídica Pública Estatal de Derecho Público- ejercitar debidamente su derecho de defensa, para lo cual debe ser oída por la Excma. Cámara en lo contencioso Administrativo; Organo Jurisdiccional materialmente competente para entender sobre el contenido de los actos que el Instituto de Previsión y Seguridad Social de Tucumán dicta en ejercicio de las facultades que le son propias, dentro de la zona de reserva de la Administración...", o sea ejercer debidamente su derecho de defensa. Que no puede una sentencia dictada en un procedimiento voluntario, no contencioso, en el cual no fueron parte, ni han intervenido, ni controlado el proceso en modo alguno disponer que el menor gozará de los beneficios que otorga dicha institución con la sola presentación y/o notificación de la sentencia y que, de esta forma se violentaron las garantías constitucionales comprendidas en los arts. 17, 18, y 19 de la Constitución Nacional, y las normas que regulan el proceso voluntario - Arts. 570 a 575 del C.P.C. y C.T. También interpone recurso de nulidad. Para fundarlo sostiene que el juzgado carece de facultad para sustituir a su mandante que es un ente autárquico. Asimismo afirma que la sentencia viola el principio constitucional de división de poderes. Luego refiere el trámite administrativo que, a su juicio, debió seguirse para la incorporación del niño -invoca artículos de la Carta Magna- transcribe un párrafo de una sentencia de nuestra Corte Suprema que, según la cual, en atención a que el Instituto de Previsión y Seguridad Social no era parte, no cabria aplicarle al mismo los plazos procesales. Que a fs. 79, contesta los agravios María Celmira Ibarreche de Barros y Martín H. Barros, y plantean falta de legitimación considerando que corresponde en primer lugar el rechazo in limine de los agravios vertidos debido a que el Instituto de Previsión no tiene legitimación para actuar en este juicio, ni siquiera integra la litis, porque se trata de un proceso voluntario, en realidad es un tercero ajeno al proceso instaurado por los actores. Estiman que los argumentos esgrimidos por el apelante se apartan lisa y llanamente de las fundamentales funciones del Instituto y pretende anteponer la validez de una sentencia a burocráticos y engorrosos procedimientos administrativos, arguyendo que la decisión jurisdiccional no es apta para proyectarse sobre la esfera de actuación. Expresa que en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre en su Art. XI que : "...Toda persona tiene derecho a que su salud sea preservada por medidas sanitarias y sociales relativas a la alimentación, el vestido, la vivienda, y la asistencia médica, a su vez en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, sociales y culturales, Art. 10 se estableció: "...Se deben adoptar medidas especiales de protección y asistencia a favor de todos los niños adolescentes, sin discriminación alguna por razón den filiación o cualquier otra condición...". Denota que de todo lo expuesto se desprende que ni los argumentos sobre el procedimiento administrativo, ni sobre la naturaleza jurídica del I.P.S.S.T., ni las argumentaciones sobre el carácter voluntario del proceso de guarda son suficientes para enervar el fallo recurrido. A fs. 99 dictamina el Defensor de Menores Silvio Arnaldo Maza Villalba en el sentido de que se deben rechazar los agravios del recurrente y que el recurso de apelación no puede prosperar. A fs. 111/112, dictamina la Sra. Fiscal de Cámara por el rechazo del recurso de nulidad deducido a fs, 72/76. A fin de resolver este recurso de apelación en el que el apelante sostiene que el juez ha ido más allá de lo solicitado, debemos examinar cuál es la pretensión de los actores. Que entrando a resolver la cuestión venida en apelación, resulta pertinente detallar la cronología de los hechos cumplidos en la causa. Dictada sentencia con fecha 01 de junio de 2010, de guarda amplia a favor del menor F. N. R., en la persona de sus abuelos, es notificado el organismo autárquico que administra la obra social Subsidio de Salud, I.P.S.S.T., mediante oficio de fecha 14 de setiembre 2010, para que incluya al menor en la misma. En reciente resolutorio de esta Cámara precisamente sobre la temática se ha sostenido que, sabido es que el fallo judicial sólo declara una situación de hecho que ya ocurre con anterioridad. Así se afirmó, "...En la gran mayoría de los casos no hay una suerte de "especulación", esperando el dictado de la sentencia que otorgue la guarda para que los abuelos recién acepten hacerse cargo de las necesidades de sus nietos. Es decir, ese cuidado de los nietos precede a la presentación judicial..." (Perdigón Juana Inés s/Guarda Judicial"- Sent. N° 250/11- Cam de Flia. Sala 2°). Es decir dictada la resolución judicial, donde en el proceso cumplido conforme la normativa formal que hoy rige (Art. 570 inc. 3° y s.s. del C.P.C.C.T.) inciso que se refiere a "Las designaciones de Tutores y Curadores", pero que es claro que se aplica también a la designación de guardador, se dispone otorgar la guarda de menores de edad al actor en la causa, a los demás miembros de la colectividad, sean personas físicas o ideales, públicas o privadas, sólo les cabe reconocer dicho pronunciamiento en cuanto les corresponda. Así por ejemplo, los organismos educacionales no podrán poner en duda la figura del tutor en sede escolar, los órganos administrativos estatales cumplimentar lo que por ley corresponda (por ej. liquidación de asignaciones familiares en caso de ANSES), y eventualmente, como en el caso de autos, las empresas que brindan servicios de salud, o incluso las obras sociales estatales no pueden desconocer el alcance del pronunciamiento o las obligaciones que de él se desprendan. Como la apelante sostiene que la Sra. Jueza se ha excedido de lo solicitado por los actores, examinemos qué es lo que estos pretendían. Si bien este instituto, la guarda legal amplia, no tiene regulación legal, la construcción del funcionamiento del instituto se fue dando a partir de la doctrina y fallos jurisprudenciales, amparados en la normativa de fondo constitucional que resulta aplicable (desde la reforma de 1994), procurando satisfacer las necesidades de los niños y adolescentes. La guarda es un elemento esencial del ejercicio de autoridad parental, con las características de la autoridad y cuidado de los padres y el derecho-deber de convivir con los hijos, pero no se puede negar la realidad de que ese nivel de protección y cuidado no siempre es brindado por parte de los progenitores y son, otras personas, "terceros" quienes ejercen la custodia de los menores. en tal sentido, en doctrina, Caferatta distingue los tipos de guarda: a) la legal, reconocida por la ley a los titulares de la patria potestad; b) la judicial, conferida por un juez en ejercicio del patronato del estado y con carácter tuitivo; c) las de hecho, cuando una persona sin atribución de la ley o delegación de un juez, en los hechos toma a su cargo un menor. Hoy en la dinámica de la sociedad, con respecto a las guardas de hecho la figura del "tercero", entendida como tal, la de aquellos que no son los progenitores del menor, ha tomado una especial preponderancia y, en especial, la de los familiares directos, en aquellos casos donde hay adolescentes o niños cuya protección no está asegurada. En efecto, las dificultades que tienen los jóvenes para su inserción laboral, impiden que como progenitores puedan cumplir con la satisfacción de las necesidades inmediatas de su prole, sea adquirir o alquilar una vivienda, hacer frente a los gastos de educación y salud, brindar o contar con beneficio o coberturas sociales adecuadas. En esta idea, referimos que el rol de los abuelos en las relaciones familiares, tiene una especial relevancia para una importante franja de la población, no sólo concurriendo como obligados legales subsidiarios de prestaciones alimentarias sino, verdaderamente, actuando como complemento en la satisfacción de las necesidades no cubiertas de muchos niños y adolescentes, en tantos otros casos. La guarda debe ser discernida judicialmente luego de valorar la conveniencia y el Superior Interés de los niños, que es el principio rector de toda decisión que involucra a los mismos. El procedimiento para discernir la guarda no es otro que el informativo, previsto dentro de los procesos voluntarios, como apuntamos antes. Ahora bien, aquel principio debe ser apreciado en el caso concreto por el magistrado dando el justo alcance que dicho axioma debe tener. Ahora bien, nos preguntamos: ¿no es una consecuencia la incorporación del niño F. N. R. a la obra social que se deriva de la solicitud de Guarda Legal con Fines Asistenciales? (fs. 17 vta.). Si no fuera así, si la guarda no llevara como contenido los beneficios de la seguridad social, aquella no tendría contenido. Para asistir a un nieto en las demás necesidades, que de hecho lo hacen, no necesitan los actores una decisión judicial. Es, precisamente, el Juez quien debe merituar en qué consiste aquel, para el caso que tiene a fallo, y pueda darse que, para niños distintos en casos análogos, el superior interés de los mismos, tenga soluciones distintas. Tal postulado legal de rango constitucional (Art. 75 inc. 22 C.N.) deviene de la Convención de los Derechos del Niño. Puntualmente el art. 3° de la misma establece que "...1) En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial ya que atenderán el Interés Superior del Niño- 2) Los Estados partes se comprometen a asegurar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar, teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres, tutores u otras personas responsables de él ante la ley, y con ese fin, tomarán todas las medidas legislativas y administrativas adecuadas..." Abordando la temática, Ana María Bestar al comentar la normativa aplicable en el derecho de la seguridad social y su aplicación por ECSJN, y analizando en igual trabajo el giro jurisprudencial a favor de los derechos de la seguridad social a partir de distintos casos, reflexiona y transcribe: "...Los tratados internacionales vigentes, lejos de limitar o condicionar dichos principios, obligan a adoptar todas las medidas necesarias para asegurar el progreso y plena efectividad de los derechos humanos, compromiso que debe ser inscripto, además, dentro de las amplias facultades legislativas otorgadas por el art. 75 inc. 23 de la ley fundamental, reformada en 1994, con el fin de promover mediante acciones positivas el ejercicio y goce de los derechos fundamentales reconocidos, en particular, a los ancianos ..." (considerando 3) "...En igual sentido podría tranquilamente incluirse a los niños en tal situación..." (LA LEY, 2010-E, 1115). En igual trabajo, manteniendo dicha postura, luego agrega : "...se suma a lo expuesto el compromiso de la CSJN de velar por la vigencia real y efectiva de los principios constitucionales, en especial el de "afianzar la justicia " evitando que se violen derechos fundamentales y que se arribe a soluciones injustas. " Ha dicho esta Corte que la admisión de soluciones notoriamente disvaliosas no resultan compatibles con el fin común tanto de la tarea legislativa como de la judicial (doctrina de fallos 249:37; 302:1284). Con similar enfoque cita la causa "Itzcovichm Mabel C. ANSES s/reajuste varios del 29 de marzo de 2005". Dicho esto resulta claramente procedente resaltar la idea que la valía y supremacía de las normas de fondo y las fuerzas que ellas impregnan hacen caer toda prescripción legal local y mucho más de aquellas pertenecientes al ámbito administrativo, en tanto y en cuanto contradigan los fines perseguidos por los principios rectores de los postulados jerárquicos, como es el Superior Interés del Menor. Es que el poder judicial no puede estar alejado a la realidad que se vive y el momento y circunstancia social que determina la vida los ciudadanos. Respecto a la actuación que le cabe al Poder Judicial en casos como el presente, precisamente analizando la nueva ley 26.061, Gil Domínguez, Fama y Herrera en pág. 130 sostienen: "...el Estado a través de su poder ejecutivo o administrador es el encargado de llevar adelante acciones positivas como garante último de la defensa y protección de los derechos de las personas, en contraposición con la hasta ahora vigente política estatal intervencionista implementado por su poder coactivo, el judicial, ante conflictos de tinte social más que jurídico. De este modo, la intervención judicial se ha vuelto subsidiaria, pero este rol secundario se desvanece cuando el principal obligado incumple los deberes a su cargo, indicándose a la justicia como el órgano pertinente para tender a su rápido y efectivo cumplimiento. Esto es lo que se conoce como la exigibilidad judicial, es decir, el cumplimiento efectivo de las políticas públicas por orden el Poder Judicial como una herramienta de última ratio pero necesaria en un Estado Constitucional de Derecho, siendo los jueces los encargados en definitiva de dar efectivo cumplimiento a la manda constitucional...". Como reflexión, en este punto, cabe referir que los agentes estatales, como el Sr. Barros no tienen derecho a optar por una obra social diferente. Entonces, de modo imperativo, son beneficiarios del Subsidio de Salud. El letrado apoderado del Instituto de Previsión y Seguridad Social de la Provincia invoca el Decreto Nº 4143/21 MAS. Pues bien, en este punto cabe destacar que el propio decreto en su Art. 29, apartado b), inciso 4º menciona a ..."Menores a cargo del titular y que les hayan sido entregados en guarda legal acordada por anterioridad competente...". En el caso, la guarda legal amplia les fue otorgada a los abuelos respecto del pequeño. Esto, además de puntualizar que el decreto aludido es de antigua data, que durante su vigencia se admitió la incorporación de adherentes, como el caso que nos ocupa. Entonces ¿qué es lo que lo lleva al apelante a cambiar su postura? Entendemos que no puede el IPSST con sus disposiciones administrativas tornarse fuente de derecho contraventor de normas jerárquicas superiores e irrenunciables en su aplicación por ser supranacionales. El instituto de guarda tiene un fin esencial cual es la protección del menor, y pretender que en el desenvolvimiento de la vida en sociedad no pueda tener particularidades o aristas que las resoluciones internas del IPSST no contemplan, implican virtualmente colocar a dichas disposiciones administrativas en un rango que la ley y el ordenamiento jurídico no le reconocen. En cuanto al recurso de nulidad, no se violaron las normas que lleven a la declarar la nulidad. Antes bien, el procedimiento, se llevó conforme la ley adjetiva, como apuntamos anteriormente. En fundado dictamen el Sr. Defensor de Menores de la IIª Nominación Dr. Silvio Maza Villalba realiza una conceptualización acerca de quienes son considerados partes en un proceso, a lo que refiere, que los únicos legitimados para poder plantear recursos son las partes, es decir, el actor y el demandado y también los terceros cuando han sido admitidos como tales en el juicio y la sentencia les puede afectar un interés propio. Y en relación al caso en análisis opina que el apelante pretende introducirse al proceso en calidad de tercero interesado, pero tal calidad aún no le fue reconocida. Por lo que estima que no es necesario ser parte para cumplir con la obligación que marca la resolución. Por lo que estima se debe rechazar el recurso interpuesto. Por su parte la Sra. Fiscal de Cámara Civil en su dictamen opina que los argumentos expuestos por el recurrente respecto a su planteo de nulidad, no son idóneos para sustentar la nulidad procesal que pretende, ya que resulta inadmisible por no asentarse en el presupuesto previsto por el Art. 165 Procesal, esto es la existencia de vicios o irregularidades que ameriten la sanción. Destaca que el impugnante no pretende impugnar al fallo un vicio "in procedendo" o de actividad, sino un pretendido error de razonamiento, es decir un error "in iudicando", lo que torna improcedente la petición de nulidad, pues mediante este recurso no se pueden corregir errores de juzgamiento, aún cuando pudieran estar referidos a materia de orden procesal, ya que la nulidad sólo ataca vicios de actividad y no de juzgamiento. Por lo que se inclina por el rechazo del recurso de nulidad. En este punto cabe una reflexión sobre el activismo judicial. Como expresa la Dra. Aída Kemelmajer de Carlucci "...cabe recordar que las facultades judiciales se agrandan cuando están en juego los derechos fundamentales de los niños...". "...En esta línea de pensamiento, la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires ha dicho que "Encontrándose en juego la suerte de un niño, toda consideración formal pasa a segundo plano; en los procesos en los que se ventilan conflictos familiares que involucran a un niño, se amplía la gama de poderes del juez, atribuyéndosele el gobierno de las formas, a fin de adaptar razonable y funcionalmente el orden de sus desarrollos a la finalidad prioritaria de que la protección se materialice; en estos litigios, aislar lo procesal de la cuestión sustancial, limitarlo a lo meramente técnico instrumental, es sustraer una de las partes más significativas de la realidad inescindible...". (Derecho de Familia, Revista interdisciplinaria de Doctrina y Jurisprudencia, Nº 51, página 308, "Principio Dispositivo. El Activismo del Juez de Familia; sus Límites"). Párrafo aparte merece la invocación de la sentencia de la Excma. Corte Suprema de Justicia por el apelante, ya que resulta improcedente. En aquel caso, se dispuso que el Instituto de Previsión y Seguridad Social no era parte, para sostener que no cabría aplicársele los plazos procesales. No es el caso, pues en el presente el Sr. juez, sí le concedió la apelación. Por todo lo expuesto y compartiendo lo dictaminado por el Sr. Defensor de Menores y la Sra. Fiscal de Cámara Civil, entendemos debe confirmarse la sentencia de primera instancia. En lo que refiere a la imposición de costas, no existiendo motivos suficientes para apartarse del principio objetivo de la derrota, éstas serán soportadas por el recurrente vencido. Por ello se resuelve: I) No hacer lugar a los recursos de nulidad y apelación deducidos por el letrado J. B. R. como apoderado de la obra social Subsidio de Salud contra la sentencia de fecha 01/06/10 (fs. 44), la que en consecuencia se CONFIRMA, según se considera. II) Costas de esta instancia al recurrente (Art. 108 C.P.C.C.T.), como se consideran. III) Honorarios oportunamente.— Graciela Valls de R. Norri.— Ester J. Valderrabno de Casas.