Gravedad cuántica Ignacio Cortese Mombeli Se conoce la existencia de cuatro interacciones fundamentales que son la gravitacional, la electromagnética, la fuerte y la débil. La primera es relevante para fenómenos físicos a escalas grandes y muy grandes, desde el movimiento de un grano de sal en la superficie de la Tierra hasta la dinámica de los cúmulos de galaxias (cada una con miles de millones de estrellas similares al Sol). Las otras tres interacciones son significativas para la descripción de sistemas cuánticos a escalas pequeñas y muy pequeñas, desde las moléculas o átomos hasta la estructura interna de los nucleones (protones y neutrones). También estas tres últimas interacciones son significativas en los procesos de radiación. En la teoría de la relatividad general de Einstein se describe la acción de la gravedad como la responsable de la forma geométrica del espaciotiempo, y por lo tanto afecta a todo (objeto material o radiación) dentro de él. El llamado modelo estándar es la teoría que describe las otras tres interacciones vistas como campos en un esquema unificado en términos de partículas elementales e interacciones entre ellas. Las cuatro interacciones se entienden muy bien en sus respectivas escalas. Sin embargo, se cree que a distancias mucho muy pequeñas, del orden de la escala de Planck, 1.6 x 10-33 cm, la gravedad vuelve a ser relevante para la descripción de sistemas físicos cuánticos. Por tanto, existe en la actualidad un marcado interés por la formulación de una teoría cuántica de la gravedad. Hay dos propuestas fuertes para la formulación de una teoría cuántica de la gravedad: una, la gravedad cuántica de lazos, es una línea de ideas cercana a las fundamentales de la relatividad general; la otra proviene de la teoría de cuerdas y ha sido propuesta por grupos de investigación ligados al desarrollo de la teoría de partículas en el modelo estándar, y en particular por herederos de la tradición en investigación que dio origen a la bomba atómica. En la primera propuesta la concepción de la gravedad cuántica sigue asociada a una estructura del espacio-tiempo, una en la que los objetos físicos no habitarían un espacio con una geometría continua, sino un espacio de puntos discretos donde las herramientas geométricas usuales no funcionan. Por otro lado, la propuesta de la teoría de cuerdas está formulada en términos de campos como el modelo estándar, pero sobre un espacio de dimensión muy grande. Ambas propuestas tienen sus aciertos y sus fallas, y donde una acierta la otra falla, pero aún se desconoce la manera formal en que se podrían complementar. Existe la idea de que la integración de la relatividad general con la mecánica cuántica implicaría la existencia de una distancia mínima inexplorable para la física, independientemente de los dispositivos y experimentos que puedan diseñarse. En contraste con la mecánica clásica, en la mecánica cuántica se considera que las partículas no tienen trayectorias. Esto está conectado con el hecho de que las posiciones y las velocidades no pueden estar determinadas con absoluta precisión según el teorema de incertidumbres de Heisenberg. De ser correcta la idea acerca de una longitud mínima, entonces se tendría una relación de incertidumbre similar a la anterior pero en referencia a la posición de una partícula: sería teóricamente imposible determinar con absoluta certeza las coordenadas de una partícula en un plano, por ejemplo. Se agradece al doctor José Antonio Zapata, del Instituto de Matemáticas de la UNAM, Morelia,Mich., la revisión de la nota.