HACIA UNA EVALUACIÓN INTEGRAL La palabra integral nos ubica ante la totalidad del fenómeno educativo. Hay una realidad educativa que está compuesta de partes en su proceso y funcionamiento. Evaluarla integralmente significa observarla y analizarla en su conjunto, en su unidad y en los diversos momentos del fenómeno pedagógico considerado como un todo. ¿Qué elementos son necesarios tornar en cuenta para evaluar integralmente? 1. El estudiante como sujeto integral e integrado. 2. La relación o interacción dada entre los sujetos que intervienen en la práctica educativa (alumnos-maestros-padres). 3. Los diversos momentos de la acción pedagógica (planeación, realización, finalización). 4. El proceso metodológico. 1. EL ESTUDIANTE COMO SUJETO INTEGRAL E INTEGRADO Se acentúa cada vez con mayor énfasis la idea del estudiante como sujeto, centro del proceso educativo. Se superan las visiones que lo consideran un objeto, un receptor inactivo. Así lo expresa claramente la ley 115 en su artículo 91: El alumno o educando es el centro del proceso educativo y debe participar activamente en su propia formación integral. ¿Qué aspectos articular al tomarlo como sujeto integral? Básicamente son tres: el cognoscitiva, el psicoafectivo y el motriz. El elemento cognoscitivo, al cual históricamente se le ha dado gran importancia, especialmente en la escuela tradicional. Pero se ha dirigido al conocimiento, preferentemente, de contenidos establecidos en los libros y textos de las diversas ciencias, los cuales son almacenados en la memoria, recordados y repetidos. Importa el conocimiento instructivo pero no el dirigido al sujeto humano del educando y al mundo que lo rodea. Así es fácil estar de acuerdo con el pensamiento de Krishnamurti cuando dice: El hombre ignorante izo es el iletrado, sino el que no se conoce a sí mismo; y el hombre instruido es ignorante cuando pone toda su confianza en los libros, en el conocimiento y en la autoridad externa paro derivar de ellos la comprensión1. El ser humano posee un cerebro, una inteligencia, que lo hacen capaz de pensar, de percibir 1 KRISHNAMURTI, J. La educación y el significado de la vida. Edit. Orion, México, 1972. Pág. 15. y memorizar. Esta capacidad cognoscente o epistémica se ejercita integralmente cuando se dirige hacia si mismo, hacia otros seres y hacia el mundo rodeante. Es válida de nuevo la crítica que sobre el modo de concebir la inteligencia hace Krishnamurti: La inteligencia no es mero información; no se deriva de los libros ni consiste en la capacidad de reaccionar hábilmente en defensa propia o de hacer afirmaciones agresivas.., Medimos la inteligencia en términos de t(tu los y exámenes y hemos desarrollado mentes astutas que esquivan los vitales problemas humanos. inteligencia es la capacidad para percibir lo esencial lo que 'es' y educación es el proceso de despertar esa capacidad en nosotros mismos y en los demás2. El estudiante como ser humano normal nace con la capacidad suficiente para afrontar con inteligencia y eficacia el desarrollo de sus potencialidades internas, la solución a las situaciones que encuentra en su interacción humana y la perfección del conocimiento del mundo presentado por las diversas asignaturas. El elemento psicoafectivo, que ha sido el gran ausente en la práctica educativa. En la actualidad se está buscando su valoración en el espacio escolar aunque no es fácil superar toda una historia de las prácticas de la violencia que allí se ejercen. Incluso hoy hay quienes añoran esa época en que se decía: La letra con sangre entra. Lo importante era instruir a toda costa aunque fuera necesario utilizar la fuerza, los golpes. Hoy en día, gracias a diversas contribuciones disciplinares! se le está dando gran importancia a la afectividad, especialmente dentro de una pedagogía de los valores humanos. Se le está quitando fuerza a la ambición, a la misma técnica para dársela al amor. El hombre que sabe desintegrar el aromo, pero no tiene amor en su corazón, se convierte en un monstruo3. La Educación Personalizada. que aparece en nuestro país desde la década del 70, ha contribuido a este rescate. Enfatiza factores educativos como la libertad, la responsabilidad, el amor, que tienen asiento en el ser mismo del educando. Así lo planteaba Nieves Pereira en sus conferencias dadas en Colombia por este tiempo: El hombre, la persona, es algo valioso y porque el valor está en las entrañas de su ser, es capaz de ser amado, de ser amable. Amar es reconocer el valor;... es reconocerlo como persona y algo que es valioso necesariamente atrae mi persona, es decir, lo amo porque 'es', por su ser personal. Sólo el amor día lógico o de relación es capaz de hacer crecer al otro4. 2 KRISHNAMURTI, J. Op. Cir. Pág. 11 KRISHNAMURTI, J. Op. Cir. Pág. 17 4 PEREIRA R., Nieves. La educación en la libertad y en la responsabilidad. Seminario Educación Personalizada, Jesuitas, Bucaramanga, Diciembre 1976, Pág. 8 3 De este modo, se da reconocimiento a la dimensión interior, psíquica, afectiva que está latente en el educando. El estudiante aprende con real gusto cuando se le tiene en cuenta lo que él siente, aprecia y valora. El elemento motriz o activo que igualmente ha ido ganando importancia dentro del proceso educativo. Frente a una instrucción eminentemente teórica y receptiva, se impone actualmente la parte activa con el principio aprender haciendo. No sólo se identifica que el hombre es acción y en ella se realiza, sino que en dicha acción está aprendiendo. Por eso, la recreación y la lúdica adquieren gran importancia aún dentro de la misma labor pedagógica del aula. Su importancia se concibe no sólo para los educandos infantes que necesitan desarrollar su sistema motriz sino para todos los estudiantes por cuanto con su participación activa están contribuyendo a su proceso de formación integral. El proceso del aula queda trunco, incompleto. si la formación adelantada allí no se dinamiza en y para la acción que a diario y permanentemente vive el educando. ¿De qué sirven los conocimientos más valiosos si no son utilizados para mejorar la acción cotidiana? En síntesis, al considerar al alumno como un sujeto integral, se llega al triángulo humano señalado por los hermanos Miguel y Julián de Zubiría, quienes afirman: El niño conoce, ama y actúa. Lo común a LOS hombres es poseer estas tres virtudes: Conocimientos, valoraciones y actuaciones5. 2. LA RELACIÓN EDUCATIVA ENTRE LOS SUJETOS PARTICIPANTES La concepción que considera al hombre como un ser – en - relación ha empezado a incidir radicalmente en la práctica educativa. El aprendizaje ya no es el resultado exclusivo de la enseñanza trasmitida por el profesor sino de la interacción o interrelación humana que se da en el aula y fuera de ella El estudiante está en permanente interacción, y al tomar consciencia de ella, aprende interrelacionándose. Dentro de la visión humanística de Buber: La educación básicamente es diálogo, siempre en proceso, para lo cual son importante la confianza y el respeto mutuos. Aprenden el uno del otro. Estamos destinados a vivir como seres sociales, en interacción dialógica de yo – usted, ambos 5 ZUBIRÍA, Miguel y Julián. Fundamentos de pedagogía conceptual. Selección Cultura Colombiana. Bogotá, 1987, Págs 125 - 126 como sujetos conectados a una realidad vivida6. ¿Qué se entiende por diálogo, en esta interacción? Paulo Freire responde con acierto a esta pregunta cuando dice que: Es una relación horizontal de A con B. Se nutre del amor de la humildad, de la esperanza, de la fe, de la confianza. Por ello sólo el diálogo comunica. Sólo así se llega a las relaciones entre los hombres que, por ser relaciones entre sujetos, no debe ser de dominación7. ¿Quiénes son los sujetos que intervienen en este diálogo en la relación pedagógica para entenderla integralmente? San tres: el estudiante; los padres y los educadores, El estudiante es el sujeto principal, centro del proceso de formación, a quien ya no es posible tratar como un objeto, un receptor o un ente vacío al cual hay que llenar de contenidos. Por el contrario, hay que considerarlo como un ser humano capaz de pensar, actuar y sentir por su propia cuenta. Capaz de hacer preguntas y dar respuestas libres, responsables, creadoras, y no únicamente repetir o memorizar. El estudiante como sujeto está dotado de potencialidades internas, aptitudes, intereses, anhelos, necesidades, destrezas las cuales va desarrollando en la medida que crece, evoluciona y se educa. Es capaz de aprender a aprender. Pero el estudiante no está solo o aislado en el aula, el colegio o el hogar. Comparte su aprender. La clase catedrática no permite la socialización o, por lo menos, es mínima; en la clase moderna adquiere gran importancia la socialización del aprendizaje a través del trabajo grupal, la investigación compartida, la confrontación de ideas, problemas y soluciones. El educando no aprende solo, ni para sí mismo sino que lo lleva a cabo en compañía y para los otros, creando una dinámica de recíproco aprendizaje - enseñanza. El hombre libre, en definitiva, tiene un planteo personalista, es aquél que se siente interrogado, que se cuestiono interiormente y responde comprometiéndose. Esta libertad no aísla sino que un e, colabora en ese proceso de socialización, de participación, de encuentro con el otro - sólo uno puede descubrir el ‘yo’, en el 'tú’, y viceversa, y de ahí dar el salto al 'nosotros'8. El maestro actual conoce el poder educador del grupo en las prácticas del aula. El es el dinamizador de ese grupo. El grupo se convierte en apoyo para sus compañeros, desarrolla aprendizajes y soluciona diversos problemas de interacción y comprensión de temas y problemas. 6 KANSY, Helga. Currículo e instrucción. 2ª Asamblea Pedagógica Distrital, Conferencia, biblioteca Luis Angel Arango, Santafé de Bogotá, Octubre, 1994. 7 FREIRE, Paulo. Educación como práctica de la libertad. Edit. América Latina, Bogotá, Págs. 112 y 138 8 PEREIRA, R. Nieves. Op Cit., Pág. 3 Los padres de familia juegan un pape! primordial en el proceso formativo de los estudiantes. Allí en el núcleo familiar nace, crece, juega y aprende. Gran cantidad de su tiempo transcurre en ese entorno. Allí el educando no sólo hace tareas escolares sino que realiza labores de colaboración, interactúa de múltiples maneras. De esta forma, consciente o inconscientemente, se fortalece o no el aprendizaje - enseñanza del colegio o escuela. La escuela tradicional reducía o reduce el papel del padre de familia a recibir información sobre los resultados periódicos o finales de los estudiantes. La escuela actual, activa y personalizante, insiste en el acercamiento e integración de la escuela y el hogar, el colegio y la familia. De este modo, un problema a solucionar es el distanciamiento hogar - colegio. Este distanciamiento, sin embargo, no se supera con planteamientos teóricos, con talleres o reuniones esporádicos sino con una acción práctica y permanente de integración. Al respecto, es fundamental que el padre no sea un objeto de la acción educativa establecida y promovida por la escuela o colegio sino que se integre a ella como un sujeto que promueve su formación y la de sus hijos que son estudiantes aún fuera de las aulas escolares. Es muy importante concientizarlo de cómo su interacción dialógica es formativa o de-formativa. Su acción no es neutra o pasiva sino influyente en el proceso de desarrollo y aprendizaje de sus hijos. La familia es parte de la comunidad educativa y está llamada a participar en el gobierno escolar. Así se establece en los artículos 142 y 143 de la Ley General de Educación y en el decreto 1860 en sus artículos 30 y 31. Si es considerada parte de la comunidad educativa, es primordial que se le dé categoría de sujeto activo en la formación integral de los educandos. El maestro es un tercer sujeto que interviene en el proceso de formación del estudiantado. Sea que se le llame o tome como docente, instructor, profesor, pedagogo o maestro que orienta, enseña o anima, es esencial su papel de sujeto que interactúa dialógicamente. Fuera de esta relación dialógica no se da una educación integral. No basta que el maestro renueve instrumentos, métodos, temas, contenidos y objetivos, es necesario que se sienta sujeto de una interacción dialógica en que se dinamiza y mediatiza el proceso de aprender – enseñar – hacer – pensar – valorar – saber. El diálogo, en sentido freiriano, es una relación de sujeto a sujeto, de persona a persona. El maestro que dialoga como sujeto no niega al estudiante su esencia de sujeto imponiéndole su saber o su experiencia. Por el contrario, se siente en un encuentro de igual a igual. En que mutuamente reconocen y respetan su dignidad humana y compartidamente se comprometen a una praxis educadora y transformadora. En síntesis, en la relación educativa participan, se conectan y comprometen entre sí tres sujetos dinamizadores del proceso de formación: los estudiantes, los padres de familia y los docentes. Entre mejor integración dialógica exista entre los tres, más se acrecienta la calidad educativa y humana. Si el maestro está realmente interesado en el niño como individuo, los padres tendrán confianza en él. En este proceso el maestro educa a los padres y se educó a sí mismo, aprendiendo de ellos a la vez. La verdadera educación es una tarea mutua, que exige paciencia, consideración y afecto9. 3. LA ADMINISTRACIÓN DEL PROCESO EDUCATIVO La administración de la acción educativa es integral considerándola en tres momentos relacionados entre sí: la planeación al inicio; la ejecución y la terminación, La planeación en la acción educativa es importante para preparar y orientar lo que se va a ejecutar. Es la forma adecuada de evitar' la improvisación y la casualidad en la labor del aula. Si se quiere, de verdad, responder a los intereses y necesidades de los estudiantes, es necesario un diagnóstico que permita conocer sus expectativas. La evaluación diagnóstica en esta etapa los hace considerar sujetos con sus gustos, sus dificultades y anhelos. Al conocerlos se tiene mejor posibilidad para decidir y escoger temas, trazar objetivos, diseñar actividades, determinar factores de evaluación. Si al estudiante, de acuerdo con su nivel, se le permiten sugerencias e, incluso, la presentación de planes o proyectos para la clase no sólo está participando en la planeación sino aprendiendo a ser organizado y a organizar una acción pedagógica. Al decidir temas, objetivos, actividades, está reflexionando y contribuyendo con su liderazgo activo a la transformación de la clase. La realización de la acción educativa preparada es el paso subsiguiente. Con el trabajo integrado de maestro - estudiantes se lleva a cabo lo planeado. Durante el tiempo de la realización de las actividades pedagógicas es importante que se esté evaluando para que el estudiante interiorice y perciba lo que está pasando en el proceso impulsado. La anto-evaluación y la co-evaluación desarrollan su capacidad de percepción 9 KRSHNAMURTI, J. Op. Cit. Pág. 118 subjetiva e intersubjetiva; posibilitan la observación, la valoración y el análisis, sin presiones de ninguna índole, de lo que está haciendo dentro y fuera del aula. Si no se evalúa está acción durante su ejecución, como se hace la mayoría de las veces, con ello se está demostrando que lo importantes el resultado y no el proceso mismo implementado desde el aula. Por el contrario, hay que dar espacio y tiempo para que el educando valore y aprecie la dinámica que a cada momento desarrolla. Sólo de esta forma considera de gran valía el trabajo pedagógico cotidiano adelantado mancomunadamente. La culminación de la acción pedagógica que se da al llegar a su término. No es difícil aceptar que se evalúen los logros alcanzados al culminar una gula, un período o un año, por cuanto eso se ha hecho permanentemente en la práctica escolar. Sin embargo, no sobra insistir en que los logros cualitativos están por encima del resultado cuantitativo o la nota. Estos logros se traducen en el aprendizaje y desarrollo de saberes, conocimientos, destrezas, integración, interacción, dificultades, aciertos y desaciertos. Los cuales son el producto obtenido no, por un esfuerzo aislado o individualizado, sino compartido, interactuado, dialógico, en que todos participan educándose unos a otros en una dinámica integral e integrada. En suma, al evaluar integralmente la acción educativa, es muy importante tomar en cuenta la planeación, su realización dada en el desarrollo de actividades y la culminación con los logros cualitativos obtenidos. 4. EL PROCESO METODOLÓGICO La metodología, entendida como la forma o manera de afrontar la acción educativa, posee gran importancia en la pedagogía actual ya que de ella depende gran parte de la eficacia o fracaso del proceso de aprender implementado en el aula. Evaluar integralmente el proceso metodológico implica armonizar tres preguntas que se relacionan con él: qué se aprende o enseña; quién aprende y enseña y cómo se aprende o enseña. ¿Qué se aprende o enseña? Cuando se hace esta pregunta se averigua por los contenidos y los temas, a través de los cuales se vehicula un conocer; aspecto que ha tenido gran importancia en la educación. Sin desconocer su trascendencia se plantea hoy la necesidad de aprender a investigar en las fuentes donde se encuentran los conocimientos y los instrumentos o herramientas para acceder a su construcción. De igual modo, es básico aproximarse a la realidad misma para percibirla, conocerla y, así, apropiársela y construir el conocimiento que conduzca a su transformación. Los contenidos temáticos aprehendidos can una mentalidad crítica tienen sentido, pues permiten que el educando conozca su realidad, la analice y se comprometa en su transformación. ¿De qué sirven unos contenidos que lo aíslan o alejan de su propia realidad? Cuando el hombre comprende su realidad, puede plantearse hipótesis frente al desafió de esa realidad y buscar las soluciones, Así puede transformarla y con su trabajo puede crear un mundo propio: Su yo y sus circunstancias.'7 ¿Quién enseña o aprende? Esta pregunta se relaciona con los sujetos que intervienen en el proceso de enseñar - aprender. Anteriormente en la relación educativa se mencionó la trilogía de sujetos que participan en ella: Padres – estudiantes - maestros. El aprendizaje se hace posible en el encuentro permanente con el mundo y con los otros sujetos, es decir, en un contexto social. Es verdad que en último término el aprendizaje y el desarrollo ocurren en cada individuo como resultado del funcionamiento de sus propios procesos internos, pero estos procesos no son sólo intrapersonales sino que se construyen mediante prácticas culturales, en el contexto de relaciones interpersonales en las que participan otros seres humanos - los padres, los adultos, los compañeros - que acompañan al niño en su proceso de crecimiento como ser individual y social al mismo tiempa10. La interacción dialogal de padres – estudiantes - maestros integra un trío de sujetos enseñantes - aprendientes. Aunque no siempre se tenga consciencia de este papel de sujetos, se está participando en este proceso. El padre de familia es quien menos logra apersonarse de esta función ya que es algo que deja en manos del maestro y el colegio. Sin embargo. los padres son los primeros maestros y los maestros los segundos padres. En este intercambio de hogar - colegio, los estudiantes van dinamizando su proceso de aprender. Es importante tomar en cuenta las condiciones, las necesidades e intereses reales de los sujetos dinamizadores del proceso formativo. Entre mayor conocimiento se posee de tos sujetos participantes, mayor posibilidad de interacción, diálogo, eficacia y calidad en el mismo. ¿Cómo se enseña - aprende? El método es una gran clave para la acción educacional. No sólo es esencial el qué pensar, el qué conocer, el qué decir sino el cómo lograrlo. El método es el modo, la forma concreta de llevar a cabo una acción de aprendizaje, una solución a un problema determinado, una tarea de clase, una investigación, un trabajo grupal, un debate, una mesa redonda. No es lo mismo hacerlo autoritariamente, que trabajar democráticamente. No es igual actuar de modo ingenuo o dogmático que realizarlo críticamente. PEÑA, Luis Bernardo. “Las tecnologías de la mente”. En: Educación y Cultura Nº 34, Santafé de Bogotá, Jul 1994. Pág. 20 10 Es distinto afrontar una acción con actitud egoísta que efectuaría con actitud cooperativa. Es diferente resolver un problema con iniciativa propia y autónoma, a repetir la solución dada por el maestro en el aula o en el libro. No es lo mismo un método dialógico a un método instructivo. Al respecto vale decir que las diversas asignaturas pueden coincidir o relacionarse en algunos aspectos metodológicos, sin embargo, por ser diferentes entre sC poseen una metodología específica, propia. En síntesis, si se desea superar concepciones reduccionistas o unilateralistas, es necesario integrar el qué, el quiénes y el cómo a la hora de evaluar, es decir, los conocimientos o contenidos, los sujetos activadores del proceso de enseñar - aprender y el método empleado en su desarrollo. Se obtiene una evaluación integral cuando se toman en cuenta y Se armonizan en interacción dialógica, por un lado, los sujetos que influyen en la práctica educativa; por otro, el desarrollo integrado de capacidades cognoscitivas, psico-afectivas y activas del educando como sujeto central del proceso dé aprender que dinamiza social y cooperativamente; y, por último, los diversos momentos y elementos de la administración y el proceso metodológico de la acción educativa.