Justicia Comunitaria en Bolivia

JUSTICIA COMUNITARIA EN BOLIVIA.
I. INTRODUCCIÃ N.
El 14 y 15 de junio del 2004 podrá recordarse como los dÃ−as cuando todo el sistema jurÃ−dico y
polÃ−tico de Bolivia mostró con claridad sus contradicciones. BenjamÃ−n Altamirano, ex alcalde de la
población de Ayo Ayo, habÃ−a sido secuestrado en la ciudad de La Paz y quemado luego, al pie del
monumento de Tupac Katari, en la misma localidad, hecho que sorprendió a la ciudadanÃ−a, pues se
hablaba de una acción contraria a las leyes; pero también se lo denominó como Justicia Comunitaria.
Al contrario de otras opiniones, el caso no era. Ese mismo año - 26 de abril -, el alcalde peruano Cirilo
Robles sufre las mismas consecuencias en la localidad de Iláve, al sur del Departamento de Puno. Al dÃ−a
siguiente, otro alcalde, Oswaldo Peralta, es llevado atado de pies y manos para ser interrogado y conminado
por su gestión edilicia; lo mismo que Willy Flores, alcalde de Castilla Norte… En Bolivia - febrero del 2004
- en Caracollo se tapia la puerta de la AlcaldÃ−a; en Huanuni Florentino Gómez, alcalde, es agredido y
lesionado por los pobladores.
Luego de Altamirano, las repercusiones en todos los Departamentos y Provincias del paÃ−s no se dejaron
esperar, tanto asÃ− que a dÃ−as del hecho, la Federación de Asociaciones Municipales anunció:
“Exigimos una investigación rigurosa y pedimos que se castigue a los responsables - del linchamiento, lo
contrario serÃ−a dejar un crimen feroz en la impunidad y, peor aún, abrir la peligrosa puerta para que la
justicia comunitaria amenace la vida de toda autoridad Municipal, Provincial y Departamental”.
Sin embargo, existÃ−a un hilo común que explicaba, en gran manera, esa ola de agresiones a los alcaldes y
municipios. Muchas Comunidades, Municipios y Departamentos denunciaban la CORRUPCIÃ N en la que
habÃ−an incurrido sus autoridades, asÃ− como la COMPLICIDAD en la que habÃ−an caÃ−do fiscales y
jueces ocupados en la sanción de estas autoridades.
Por tal efecto Doris Alandia, Directora General de la Oficina de Fortalecimiento de la Gestión Municipal del
Ministerio de Participación Popular, lo corroboraba: “Desde enero hasta este mes - julio 2004 -, las
denuncias se han incrementado - 80 % son por corrupción -. Una explicación es la cercanÃ−a de las
elecciones municipales…”.
Los sindicatos y federaciones de sindicatos agrarios también resurgieron como parte demandante. AsÃ−
para el caso de Altamirano, cursaba una resolución que con fecha del 3 de abril del 2004, once dÃ−as antes
del linchamiento, dice: “Los compañeros que sean cómplices del Sr. BenjamÃ−n Altamirano correrán la
suerte de que sean arrebatados y quemados sus bienes, más un castigo de acuerdo a la justicia comunitaria. A
los fiscales y jueces se les tomará de rehenes y castigará por encubrir a corruptos y ladrones”. (De la
Federación de Trabajadores Agrarios de Aroma).
Lo mismo ocurrÃ−a con Felipe Quispe denominado como “El mallku”, entonces dirigente de la
Confederación Sindical à nica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), quien afirmaba: “yo
creo que si es una acción comunitaria, la CSUTCB va a defender a los comunarios, porque ellos no son los
culpables, sino los que manejan y administran las leyes (…)”.
Es decir, tanto la corrupción judicial, la Ley de Participación Popular - Ley de 1994 - en el fondo el
neoliberalismo como se expresa y sus consecuencias, crearon una especie de autodefensa en las comunidades
que reforzó tradicionales formas de derecho consuetudinario, hoy denominado Justicia Comunitaria, que
se extendió también a las ciudades erróneamente como Justicia por mano propia.
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Sin embargo, ¿puede la Justicia Comunitaria considerarse opuesta a la Ordinaria, sin embargo, que se la
considera complementaria a la misma?. Esa es la pregunta que pretendemos responder en la presente
exposición.
II. DESARROLLO.
Especialistas, entendidos en la materia, doctrinarios, teóricos e investigadores expresaron que la denominada
Justicia Comunitaria es la alternativa de los pueblos que esta enmarcada dentro de las normas jurÃ−dicas
positivas, respeto a los Derechos y Deberes Constitucionales y a normatividades jurÃ−dicas que tengan la
finalidad de establecer un marco normativo dentro de una determinada estructura jurÃ−dica vigente que posea
un determinado territorio y por ende un determinado paÃ−s.
No debe confundirse erróneamente lo que es la Justicia Comunitaria y lo que es la Justicia por mano
propia, ambas conceptualizaciones, dimensionalidades de significaciones, tesis y aplicabilidades son
completamente diferentes, únicas e irrepetibles.
Mientras que la Justicia Comunitaria pertenece a la estructura jurÃ−dica positiva de un determinado paÃ−s,
la Justicia por mano propia no pertenece a la estructura jurÃ−dica positiva de un determinado paÃ−s. Es
asÃ− que la Justicia Comunitaria se encuentra preceptuada en el artÃ−culo 171.- con respaldo del
artÃ−culo 228.- de la actual y vigente Constitución PolÃ−tica del Estado de Bolivia, el artÃ−culo 28.- del
Nuevo Código de Procedimiento Penal de Bolivia y también el Convenio 169.- sobre Pueblos IndÃ−genas
y Tribales, de la Organización Internacional del Trabajo, participa de esta reglamentación, ratificada por
Bolivia desde 1991.
Sus diferencias radican principalmente en lo siguiente:
III. CONCLUSIONES.
La Justicia IndÃ−gena, Comunitaria o Consuetudinaria tiene un amplio precedente bibliográfico, de hechos
reales, y dado que es el origen del llamado derecho positivo, su legitimidad es amplia.
En Bolivia, la profundización de la economÃ−a denominada neoliberal ha hecho surgir aún más este tipo
de “alternativas” de justicia regional, identificada hoy erróneamente como la “Justicia por mano propia”, sin
embargo, desde el punto de vista de las Comunidades, sus caracterÃ−sticas conforman todo un sistema
básico para la construcción de un Nuevo Derecho en el paÃ−s. De ahÃ− la importancia de comprender lo
INDIVIDUAL con lo COLECTIVO, lo REINTEGRADOR, y lo DINÓMICO de la justicia en las
Comunidades o Ayllus.
En éstos, la legitimidad regional o comunal se asocia con otros objetivos como son la identidad cultural;
la resistencia cultural y la legitimidad de objetivos e intereses campesinos e indÃ−genas, más allá de lo
establecido por el Estado.
La existencia de grupos étnicos con su propia identidad cultural e interés económico - tierras, etc. -,
además de una gran mayorÃ−a marginada de la protección legal, comprueba la sostenida hipótesis de que
en el paÃ−s, las reivindicaciones sociales, culturales o polÃ−ticas, rebasan las expectativas ofrecidas por la
llamada Justicia Ordinaria, donde la solución pasa además del problema legal, por la planificación de una
nueva economÃ−a, sustento real del nuevo derecho mencionado.
Es necesario asÃ− determina que lo polÃ−tico también es aquÃ− aclaratorio de ciertas “costumbres
ilegales”, como lo determina el derecho oficial. La solución, por lo tanto, a esa “insubordinación”,
caracterÃ−stica de la Justicia Comunitaria se dirige a la formación de un nuevo “Estado de Derecho” que
permita la libertad legÃ−tima de estas reivindicaciones populares e indÃ−genas; expresadas hoy por algunos
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oportunistas como la necesidad de mayor inclusión de derechos en la actual Constitución PolÃ−tica del
Estado y sus leyes mediante Asamblea Constituyente Liberal, Legal, LegÃ−tima y Debidamente
Realizada por Conducto Regular.
Es decir, que no se trata de incorporar la modalidad de Justicia Comunitaria a la Constitución PolÃ−tica del
Estado reformada sino de garantizar la participación plena de la población en la construcción de sus
normas jurÃ−dicas fuera de la actual Justicia Ordinaria. El Derecho Consuetudinario u Originario, por lo
tanto, supera los intentos de enmarcarlo dentro del sistema occidental, lo que permite analizarlos de acuerdo a
valores, normas, reglas y dinámicas regionales fuera de la estandarización u homogeneización del
Derecho Oficial. Se están creando y se crean nuevas normas, pero bajo otros objetivos mucho más masivos
que buscan ser canalizados con un objetivo común, colectivo e individual. Aquello sólo puede ser
comprendido en la diferencia existente en una real Asamblea Constituyente Legal.
En el caso de la Pena Capital sinónimo hoy de linchamiento, no es más que un indicio de la gravedad y el
grado de inseguridad ciudadana que ha creado el modo precario de vida vigente, estimulado por los efectos desocupación, desempleo, marginación, crisis de valores, crisis económica, inflación, etc. - que la
pésima administración gubernamental ha propiciado. En otras palabras, a mayor pobreza e inseguridad
ciudadana se crean mayores indicios de “soluciones desesperadas” (linchamiento) que el Estado no logra
comprender. Desde el punto de vista polÃ−tico el caso de la Pena Capital es una medida de defensa en
paÃ−ses como Cuba, por lo tanto debe ser analizado dentro de ese ámbito y los valores y normas de las
Comunidades o Ayllus, donde también podrÃ−amos hablar de medidas defensivas ante la impunidad y la
corrupción judicial existente en el paÃ−s.
Se esta implementando una errónea conceptualización, entendimiento cabal y comprensión de lo que es la
Justicia Comunitaria y lastimosamente las interpretaciones la confunden con la Justicia por mano propia,
esto también se debe a que no existe una adecuada difusión por los diversos medios de comunicación, no
hay un debido proceso enseñanza - aprendizaje de la temática y una adecuada educación de lo que
realmente y verdaderamente es la Justicia Comunitaria, que ha sido, es y quizás lo sea “satanizada” porque
lo no entendemos a cabalidad debido a una insuficiencia de conocimientos sobre el tema.
Finalmente, serÃ−a importante imitar a la República del Ecuador y asÃ− tomar las buenas experiencias de
otros medios y adecuarlo a la realidad boliviana. AllÃ− la población ecuatoriana entendió debidamente lo
que es la Justicia Comunitaria, dejando de lado innecesarios prejuicios, lo aprobaron y actualmente funciona
con una correcta fluidez legal, los usos y costumbres del Derecho Consuetudinario de las Comunidades o
Ayllus Quichuas y de otras etnias en Ecuador se compatibilizan adecuadamente. Las interpretaciones
erróneas se extinguieron en el Ecuador y ahora gozan de una adecuada interpretación sobre la Justicia
Comunitaria, serÃ−a un avance significativo y una superación en materia jurÃ−dica en nuestra realidad
boliviana.
IV. BIBLIOGRAFÃ A.
• ANGARI ALCÃ N, Pablo. “Justicia Comunitaria, la alternativa de los pueblos”. La Paz - Bolivia.
Editorial Los Andes. 2007.
• CONSTITUCIÃ N POLÃ TICA DEL ESTADO DE BOLIVIA, Ley N0 2650 de 13 de Abril de
2004. “Parte Tercera: RegÃ−menes especiales, TÃ−tulo Tercero: Régimen agrario y campesino,
Parte Cuarta: PrimacÃ−a y reforma de la constitución y TÃ−tulo Primero: PrimacÃ−a de la
constitución”. La Paz - Bolivia. Editorial U.P.S.. 2004.
• NUEVO CÃ DIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL DE BOLIVIA, Ley N0 1970 de 25 de Marzo
de 1999. “Primera Parte: Parte general, Libro Primero: Principios y disposiciones fundamentales,
TÃ−tulo II: Acciones que nacen de los delitos y CapÃ−tulo I: Acción penal”. La Paz - Bolivia.
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Editorial U.P.S.. 1999.
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- Se encuentra enmarcado dentro la - No se encuentra enmarcado dentro la
normatividad jurÃ−dica positiva de un deter - normatividad jurÃ−dica positiva de un deter minado sistema jurÃ−dico vigente de un minado sistema jurÃ−dico vigente de un
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por las normas jurÃ−dicas positivas. paÃ−s y tampoco por las normas jurÃ−dicas
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del Derecho Consuetudinario IndÃ−gena.
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de un determinado paÃ−s.
JUSTICIA COMUNITARIA. JUSTICIA POR MANO PROPIA.
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