ENCABEZAMIENTO Las cadenas fisiológicas representan una lectura anatómica y fisiológica del cuerpo humano, no es una teoría, no es una filosofía. Kinesiterapeuta desde 1968, Osteópata desde 1979 he impartido cursos en el Collège d’Ostéopathie Sutherland hasta 1992. En esa fecha sentí la necesidad de dar un paso atrás para dedicarme por completo a un trabajo de integración, síntesis y de coherencia de todo lo que había aprendido. La descodificación del cuerpo que funciona en todos los niveles en un sistema de cadenas se ha evidenciado y ha sido el hilo conductor desde hace varios decenios. La medicina moderna evoluciona en el sentido de la especialización. Constituye una fuente de progreso, pero también de parcelación del paciente. El método de las cadenas permite evidenciar las interrelaciones entre todas las partes del cuerpo, unificarlo con un examen manual lo más completo posible y un tratamiento de finalidad global. El proyecto del método de las cadenas no es tratar enfermedades que son competencia de la medicina, sino también tratar disfunciones para devolver al paciente a un equilibrio funcional necesario para recrear una dinámica de salud. PRESENTACIÓN DE LAS CADENAS El cuerpo es una organización genéticamente programada. Su programa se basa en la anatomía y la fisiología Las cadenas fisiológicas representan los circuitos anatómicos que gestionan la estática, la dinámica y las compensaciones. Hay dos tipos de cadena: Las cadenas estáticas: conjuntivas • La cadena estática músculo-esquelética, • La cadena estática neurovascular, • La cadena estática visceral. Las cadenas dinámicas: musculares • Las cadenas musculares de flexión, • Las cadenas musculares de extensión, • Las cadenas musculares cruce de apertura, • Las cadenas musculares cruce de cierre. Sobre este esquema anatómico metódico, la organización se realiza por el programa de la fisiología combinado con sistema automáticos de regulación y requilibrio : • la propioceptividad: reequilibración músculo-esquelética, • la homeostasia: reequilibración orgánica. El programa de base se parametriza genéticamente para garantizar un buen funcionamiento, y una buena salud. OBJETIVOS DEL MÉTODO DE LAS CADENAS: tratar las disfunciones Las disfunciones aparecen cuando el equilibrio de la sicología, normalmente autónomo, está perturbado por tensiones. Las tensiones se expresan a nivel de una o varias cadenas y desajustan el funcionamiento armónico. El tratamiento tiene la finalidad de relajar las tensiones de las diferentes cadenas para permitir al organismo recuperar su funcionamiento natural. Este tratamiento respeta la sicología de cada edad, desde el bebé al adulto, del deportista al sedentario y la persona mayor. El método de las cadenas s trata disfunciones. No trata patologías. En el caso de problemas hereditarios, traumatismos importantes, patologías, el objetivo del método es simplemente aliviar, mejorar el funcionamiento del paciente en los límites de su potencial. Historial del método de cadenas 1968 Diplomado en kinesioterapia, al no disponer mis estudios de la calidad de la formación actual, tomo conciencia de la necesidad imperativa de completar mis conocimientos. Desde los primeros años de ejercicio como profesional liberal, conocí el mundo del deporte, que exige un diagnóstico preciso y resultados rápidos. 1975 Inicio del estudio osteopático: Collège Ostéopathique Sutherland 1977 Formación Mézières con Françoise Mézières y Philippe Souchard. Estas dos formaciones, osteopatía y Mézières, realizadas de manera simultánea, revelaron dos polaridades distintas. A modo de caricatura, Mézières era «todo para el músculo» y la osteopatía en ese periodo era «todo para la articulación». Aunque los profesores de ambos lados eran excelentes, no había una convergencia en sus propuestas. Mézières no soportaba que se hablara de otros problemas que no fueran de músculo y los osteópatas tenían una visión «condescendiente» con los músculos. Pero el lado positivo de estas actitudes sectarias era que los profesores de estas formaciones buscaban llegar al extremo de su lógica y su práctica. Hagamos balance de las formaciones que hablan de la cadena muscular en este periodo. • La cadena posterior. Mézières Históricamente, Françoise Mézières fue la primera fisioterapeuta en valorizar el trabajo en cadena. Su propuesta fue determinante. Es la «madre» de varios métodos que nacieron de sus enseñanzas. Mézières proponía solo una cadena posterior que iba de la cabeza a los pies. Esta cadena posterior incluía únicamente los músculos de extensión. Los demás músculos eran olvidados en su presentación, y en sus escritos. Pero cuando la veíamos trabajar, nos dábamos cuenta de que intuitivamente iba más allá al tratar también los músculos del plano anterior. Pionera en esta vía de tratamiento, su propuesta teórica iba por detrás de su práctica. • Las cadenas musculares y articulares. Struyf-Denys Posteriormente, una colega, Godelieve Struyf-Denys, propuso una organización más completa con varias cadenas que denominó cadenas musculares y articulares. Los meridianos de la medicina china le sirvieron de soporte. Seleccionó los músculos de sus cadenas en función del trayecto de los meridianos. Esta propuesta tuvo el gran mérito de amplificar el análisis de las cadenas proponiendo por primera vez cadenas posteriores y anteriores. Pero analizando atentamente su propuesta, no pude apropiarme completamente de sus ideas por motivos de coherencia anatómica y fisiológica. • Reeducación postural global RPG. Souchard En esta misma época, Philippe Souchard tiene la obligación de desmarcarse del método Mézières. Propone su propio método que denomina RPG. Como los demás métodos citados, resulta interesante pero la coherencia global no me pareció evidente. 1979 Diplomado en osteopatía, los directores del Collège Sutherland me piden participar como profesor. Elijo hacer cursos: • Sobre la organización y el tratamiento de las cadenas musculares que denomino en primer momento Ejes miotensivos, • Sobre la organización y el tratamiento del cráneo. Esta elección llamó la atención del director pedagógico, la relación entre los músculos y el cráneo no era evidente. Pero esta elección procedía de la certeza que había adquirido: el cráneo forma parte integral del cuerpo y la dinámica de las cadenas debe estar en estrecha relación. En 1979, no podía explicar cómo, pero formaba parte del desafío que me había planteado para los próximos años: • evidenciar la organización muscular en un sistema de cadenas, • evidenciar la relación entre las cadenas musculares y el cráneo. Para comprender esta iniciativa, hay que tener en cuenta las siguientes observaciones: Gracias a mi formación, el funcionamiento del cuerpo humano gestionado por un sistema de cadenas musculares se evidencia. Al no estar satisfecho con las propuestas de mis colegas, no podía quedarme con una propuesta que fuera solo crítica, debía buscar y proponer otro modelo. Cuando se decide comenzar un trabajo así, hay una etapa muy destacable, y muy temible que todos los autores de libros conocen: encontrarse solo delante de un bloc de hojas en blanco. Una hoja en blanco da la libertad de escribir todo y cualquier cosa. Posteriormente, me di cuenta de que había que evitar perderse en un trabajo intelectual. La finalidad no era realizar una nueva propuesta personalizada. El proyecto era el siguiente: «las cadenas existen realmente solo si se lee con máximo respeto la anatomía cuya existencia debe quedar evidenciada». Solo era necesario hacer una «lectura de anatomía». La propuesta de las cadenas que vamos a realizar debe ser, en última instancia: «el pleonasmo de la anatomía funcional». Para descubrir las cadenas también era necesario disponer de «un código de acceso», «una brújula» para no perderse. Esta brújula me llegó con la lectura de un libro «La coordinación motriz» (Ed Masson) de las Sras. Piret y Bézier (fisioterapeutas belgas). En el libro, las autoras hablan de una organización muscular a partir de un sistema recto y un sistema cruzado. Inmediatamente esta propuesta supuso un detonador e intenté comprobar si la organización muscular se inscribía de forma natural en estas líneas rectas (longitudinales) y oblicuas (cruzadas). Fue un descubrimiento real, una maravilla constatar que los músculos se encadenan en unos circuitos en perfecta continuidad de dirección y plano. Los detalles, las originalidades de la anatomía encuentran una justificación sencilla en «el encadenamiento funcional» de los músculos. Algunos músculos revelan así su verdadero rol. Otra experiencia divertida: cuando me encontraba delante de una hoja en blanco, siempre preocupado de no imponer una hipótesis intelectual, optaba por «provocar la anatomía» prolongando la dirección de la cadena en las zonas que no habían sido analizadas aún. Me decía: «si el sistema de cadena existe, la anatomía debe confirmar la continuidad del trayecto disponiendo de músculos que aseguren exactamente la prolongación». Y cada vez tenía una nueva confirmación. De la cabeza a los pies, nunca me traicionó «esta brújula». Incluso los músculos de los ojos, los músculos de la articulación temporo-mandibular se integran perfectamente en estos circuitos. Durante este periodo de búsqueda, el «azar de la vida» hizo que tratara a una serie de deportistas de alto nivel con diagnósticos médicos pesimistas. Estos distintos desafíos me obligaron a sumergirme en el análisis y en el tratamiento de las cadenas para poder demostrar las diferentes problemáticas planteadas por estos jugadores internacionales. Mi clínica se convirtió en un auténtico laboratorio para probar mis ideas. De manera simultánea, la preparación de los cursos me obligaba a poner en claro mi saber hacer. Desde este periodo, me doy cuenta de que se instaló una sinergia constante entre la práctica de la clínica y la enseñanza, una nutriendo a la otra y a la inversa. La enseñanza obliga a ser más claro y preciso, lo más justo posible. El curso debe sostenerse con un soporte que, a su vez, impone un rigor de construcción, práctica y escritura. En la lógica de esta evolución, rápidamente se hizo necesario perennizar estas ideas con la escritura de libros para que las nuevas propuestas no quedaran deformadas o incomprendidas. La escritura de un libro es una nueva etapa de verdad y honestidad. Se exponen todas las facetas de nuestra propuesta y se entregan a la crítica de nuestros colegas. Se trata de una etapa necesaria para ver si la obra va en «el sentido correcto», si «merece ser vivida» en el tiempo. Escribo estas líneas en 2011 y, tras la opinión de profesionales, las ocho obras escritas sobre las cadenas han pasado excelentemente esta prueba. 1982 El esbozo de las cadenas musculares se hace cada vez más legible. Es el periodo en el que se edita el primer libro sobre las cadenas musculares del Tronco. No obstante, en mi clínica, el tratamiento de algunos pacientes me mostraba programaciones de cadenas muy aberrantes, por ejemplo en el caso de : escoliosis, deformaciones torácicas, actitudes antálgicas, periartritis escapulo-humerales, desviación de rodillas, subluxaciones de rótulas, pies invertidos, arcos de pies modificados, etc. ¿Dónde estaba la lógica de estas deformaciones? ¿Dónde estaba la lógica de esta aparente anarquía de tensiones musculares? ¿Era necesario contentarse con querer reajustar deformaciones que solían resistirse? Los casos traumáticos se veían fáciles de comprender. Pero los demás, todos los casos crónicos eran más oscuros. Querer «reajustar a un paciente» se inscribe en un enfoque autoritario y relativamente «ciego». Las posturas que se desprenden de esta estrategia recurren a la elongación y el estiramiento. Se trata de posturas poderosas que deben «relajar» los músculos. Antes de querer reajustar y equilibrar una estática hay que plantearse la pregunta más importante: «¿Por qué el sujeto no dispone de una buena estática»? Siempre hay una razón. Entendí que no podíamos decir a un paciente «tiene mal la columna vertebral porque se sostiene mal. Voy a reajustarle», porque un paciente con una estática muy perturbada en realidad ha adoptado la estática más ingeniosa e inteligente para asegurar sus problemas internos. «Tenemos la estática que podemos, no la estática que deseamos» (Dr. Patrick TEPE). De ahí el trabajo realizado para encontrar el «deal», las relaciones existentes entre las cadenas musculares y la organización visceral. Se hacía evidente a mis ojos que el plano visceral, intracavitario, podía gobernar cualquier cadena cuando albergaba tensiones y sufrimiento. Esta nueva etapa me llevó a comprender las cavidades. La relación «continente-contenido» se hizo clara y evidente. Fue el soporte del desarrollo en profundidad del método de las cadenas. «Continente musculoesquelético– contenido visceral». Por extensión, la relación «continente-contenido» se aplica a la relación sicosomática que es en realidad una relación sico-víscero-somática. Las tensiones procedentes del nivel sicológico penetran en el cuerpo por el plano visceral para somatizarse finalmente en el plano músculoesquelético. No nos equivoquemos de sentido. Nuestra competencia se sitúa solo a nivel del tratamiento manual de las tensiones estructurales somáticas. La relajación de las cadenas músculo-esqueléticas y visceral tendrá lógicamente una repercusión en el plano sicológico. Liberada así de las tensiones somáticas, el tratamiento de análisis y restructuración del sicólogo o siquiatra será integrado mejor por el paciente. 1986 Etapa importante para la formación. Como director del Colegio de Osteopatía, me doy cuenta de la necesidad de dispensar una enseñanza sobre la formación de las cadenas en un marco independiente donde pudiera poner en práctica todas las condiciones necesarias para el desarrollo del Método. En ese periodo, invito a un amigo, Bernard Pionner a unirse a mi proyecto. Teníamos una carrera paralela al haber estudiado osteopatía en la misma promoción y haber seguido la formación Mézières en casi el mismo periodo. Tras haberle expuesto las novedades y evoluciones del método, en seguida se unió a este proyecto de formación. Desde entonces formamos un equipo. A lo largo de los años, cuarenta profesores se han unido a nosotros. 1990 Aplicación de la cadena visceral. Las relaciones entre el sistema musculoesqueléticoy el sistema visceral estaban bien definidas. Pero era necesario estructurar la práctica visceral para que tuviera la misma lógica y la misma coherencia que el Método de las cadenas. El mérito de este gran desarrollo del Método se atribuye a Michèle BusquetVanderheyden que afinó la descripción, el examen y el tratamiento de la cadena visceral. En un primer momento a nivel de las cavidades: abdomino-pélvica (tomo 6-2004). En un segundo momento a nivel de las cavidades: tórax-garganta-boca (tomo 7-2008). Nuestros intercambios diarios en el marco de nuestra clínica y tratamientos, en el marco de nuestros cursos, y de nuestros libros suponen la base de nuestras observaciones y nuestras síntesis necesarias para nutrir y gestionar la evolución del método valorizando el «sentido común». 1994 La integración íntima de la cadena visceral en el funcionamiento de las cadenas permite redescubrir la «base» de la mecánica músculo-esquelética. La biomecánica articular no puede comprenderse en sus diferentes compensaciones si no es integrando las influencias exigentes de la cadena visceral. Las propuestas puramente articulares a nivel de la pelvis, la columna y el miembro inferior parecen actualmente obsoletas. Este cuestionamiento que propone el Método, concretiza la integración de la cadena visceral en la organización músculo-esquelética. 1999 Integración de la cadena neurovascular. Se inscribe de forma natural en el concepto de cadenas con exigencias funcionales que le son propias. He tomado conciencia de que los trabajos notables de nuestro colega australiano Buttler abordaban sobre todo el tratamiento de la neuromeninge periférica pero que no había desarrollado partes principales de esta cadena: la neuromeninge intracavitar visceral y la neuromeninge central a nivel del cráneo. Las evoluciones del Método sobre la cadena visceral y el cráneo permitían abordar primero de manera pragmática estos niveles principales. La estructura meníngea iba siempre acompañada de la estructura vascular (paquete vasculo-nervioso) esta cadena neuromeníngea fue denominada cadena neurovascular. 2004 Finalizo un trabajo de varios años sobre las cadenas a nivel del cráneo. Efectivamente, las cadenas no se detienen a nivel del cráneo, sino que continúan en trayectos anatómicos evidentes en la cavidad craneal. Habiendo escrito dos libros sobre Osteopatía del cráneo y sobre Oftalmología y Osteopatía, sentía que era necesario, para seguir avanzando, cambiar el análisis y la práctica tradicional propuesta por la osteopatía. Escritura del tomo 5 en 2004. 2008-2010 El nombre del Método evoluciona. Las cadenas musculares se convierten en cadenas fisiológicas para responder mejor a la organización de las cadenas que incluye además cadenas dinámicas musculares, cadenas estática, visceral y neurovascular. Un método para «evolucionar» no debe «diluirse». Un método evoluciona hacia una mejor síntesis, desde el momento en que respeta escrupulosamente la anatomía y la fisiología. El tratamiento del bebé Fueron necesarios numerosos años de maduración para poder abordar la pediatría. Un trabajo notable fue publicado por Michèle Busquet-Vanderheyden. Las bases se exponen en el tomo 8 para que todo práctico pueda disponer de «las claves de acceso» a la lógica del tratamiento del bebé. El autor propone una formación con la presencia del pediatra y de un sicólogo. En los siguientes años se convertirá en el motor de progreso de este ámbito, donde el bebé no permite que nos equivoquemos de sentido. Impone la excelencia del práctico.