DEJEMOS FLUIR NUESTROS RÍOS - La Roca Familia Cristocentrica

Iglesia La Roca - Dejemos fluir nuestros ríos (Domingo 08-09-2013)
DEJEMOS FLUIR NUESTROS RÍOS
(Domingo, 08 de septiembre de 2013)
Pastora Silvia
El río fluye del trono de Dios y de nuestro
interior. Los ríos están en cada uno y hay por
lo menos tres ríos que fluyen de nosotros: Un
río de adoración a Dios, un río de ministerio
para edificar la Iglesia, y un río de palabra de
salvación para el mundo. Oramos que Dios
despierte el cuerpo y nos levante para que
constantemente dejemos fluir nuestros ríos en
estas direcciones.
Jesús dijo que de nuestro Interior fluirán ríos
de agua viva. Él se refirió a la escritura en
Ezequiel 47, cuando los ríos salían de la casa
por debajo de la puerta. Hoy somos nosotros
la casa de Dios, y los ríos fluyen de nosotros.
Y como dice el profeta, tus aguas pueden
llegar a los tobillos, rodillas, lomos de otras
personas, o ser un río tan caudaloso que sólo
puedan nadar en él!!!
Si llegan a los tobillos estaríamos
influenciando en su manera de caminar,
enseñándoles a caminar en el camino del
Señor; a las rodillas estaríamos afectando su
vida de comunión con Dios; a los lomos
estaríamos afectando su entendimiento en la
revelación de las Escrituras; y si nadan en
nuestro
río
diríamos
que
estamos
enseñándoles a vivir en la llenura del Espíritu
Santo.
El río de adoración a Dios
Este río fluye en nuestra intimidad con Dios,
también cada reunión de la Congregación es
una gran oportunidad de adorarle todos
juntos. Un principio que venimos repitiendo a
través de los años es que cuanto más
adoremos al Señor, más nos parecemos a ÉL
porque nos hacemos uno con ÉL y somos
transformados de gloria en gloria. Mientras
más vemos su gloria, más transformados
somos. Pesemos la calidad de nuestra
adoración. Doblemos rodillas y abramos
nuestra boca para adorar al Señor de todo
nuestro corazón.
Santiago 1:27 “La religión pura y sin mácula
delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los
huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones,
y guardarse sin mancha del mundo”. La
palabra griega para religión puede ser
traducida como adoración. Necesitamos orar
para que Dios nos levante en adoración en
espíritu complementada por adoración en
verdad que es la obediencia a Dios y como
dice en la carta de Santiago, ver las
necesidades de nuestros hermanos. Pidámosle
al Señor que despierte en nosotros Su
compasión. Esa es verdadera adoración.
Zacarías 8:23 “Así ha dicho Jehová de los
ejércitos: En aquellos días acontecerá que
diez hombres de las naciones de toda lengua
tomarán del manto a un judío, diciendo:
Iremos con vosotros, porque hemos oído que
Dios está con vosotros”. Si adoramos a Dios
cada día, vamos a irradiar Su presencia y la
gente la va a seguir. A John Wesley le
seguían multitudes y la gente le preguntaba:
¿Cómo haces? Su respuesta era: “Ardo
delante de Dios y la gente viene a verme
quemar”.
El río de ministerio para edificar la Iglesia
o familia en la fe
1 Corintios 14:26
“¿Qué hay, pues,
hermanos? Cuando os reunís, cada uno de
vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene
lengua, tiene revelación, tiene interpretación.
Hágase todo para edificación”.
1 Corintios 14:12 “Así también vosotros;
pues anheláis dones espirituales, procurad
abundar en ellos para edificación de la
Iglesia”. Este río de ministerio se refiere a
que todos nuestros dones o llamados son para
edificación de la Iglesia, a través de la
ministración a nuestra familia en la fe. Hay
ovejas perdidas, descarriadas y también
aquellas que son débiles en la fe porque
dudan. No seamos ciegos a las necesidades
espirituales y naturales de los hermano/as.
Necesitamos orar y pedir al Espíritu Santo:
“Señor, abre mis ojos para ver al hermano/a
que está débil y ayúdame para que pueda
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sostener sus brazos, muéstrame al perdido o
descarriado de esta Casa, ayúdame a ver a
aquel que está quebrantado, herido, enfermo u
oprimido, ayúdame a convencer a aquello/as
que dudan. Señor, ¡ayúdame a arrancar la
presa de los dientes del enemigo!”. Job 29:17
Todos necesitamos hacer esto porque somos
remanente de Dios y por algo estamos oyendo
esta palabra. Si algunos empiezan, los demás
van a seguir. Empieza esta semana, mira
quién no está viniendo más a la Congregación
y anda a rescatarlo. Oremos a Dios para que
nos permita arrancar de los dientes del
enemigo a alguien que está engañado.
Cuántas vidas se han salvado porque alguna
persona tomó el micrófono y leyó un
versículo para edificación. ¿Quién puede
resistir la unción del Espíritu Santo?
El río de salvación para el mundo
Debemos hablar del Evangelio del Reino a los
que no conocen al Señor todavía, salvarlos del
infierno eterno. Somos embajadores de Dios
en la tierra. Estamos en tiempo de cosecha,
miremos los campos para recoger tras los
segadores, los que ven van a cosechar.
Oración
Dios del cielo y la tierra, creador del
universo, delante de ti estamos hoy día. Padre
de las luces, ordena nuestro camino, endereza
nuestras veredas delante de ti para que fluyan
nuestros ríos en toda dirección y cumplamos
nuestro propósito aquí en la tierra. Ayúdanos
a dar a luz todo lo escondido en nosotros
para que, como dice tu Palabra, no vayamos
avergonzados en el día del juicio delante de
ti. Padre, guíanos a buscarte cada día con
desesperación como Señor de nuestra vida.
Espíritu Santo, levanta el cuerpo este día y
rompe nuestras estructuras. Permite que
como cuerpo hagamos todo para edificación.
En este día que estamos congregados, levanta
el cuerpo en adoración para edificación para
que podamos mojar con nuestro río a
nuestros hermanos. Señor, salva y transforma
a los que se congregan hoy día y nadie salga
igual de la reunión de tu Iglesia. Sea librado
el potencial de cada uno en esta reunión.
Aviva el fuego, la pasión, en cada uno para
que ardamos y nos quememos por ti. Aviva el
fuego para agradarte, satisfacerte y cumplir
tu voluntad hoy día. No nos dejes sin salvar a
este mundo, a esta ciudad. Permite que la
gente se agarre de nuestro manto y nos siga.
Señor, añade a tu Iglesia los que van a ser
salvos, trae los ordenados para vida eterna,
¡no nos dejes sin fruto! Permite que nuestros
talentos sean reproducidos a cien por uno,
sesenta por uno, treinta por uno. Oramos por
esta parte de la Iglesia en Santa Cruz que tú
nos has dado y de la cual todos somos
responsables. Ayúdanos a que cada uno mire
cómo sobreedifica.
Señor, conmuévenos para salir de nuestra
pared, conmuévenos para que la vida de Dios
no sea ahogada con las distracciones que nos
impiden ver las necesidades de los demás.
Enséñanos a dar nuestra vida y a que estemos
enfocados en el propósito, con los ojos
puestos en ti. Jesús, quita toda distracción de
nosotros y conmueve nuestro corazón para
ver la necesidad en tu voluntad para ayudar,
sostener y levantar. Alabado seas por
siempre, Señor.
¡Exaltado seas, Señor!
Salmo 57:5 “Exaltado seas sobre los cielos,
oh Dios; sobre toda la tierra sea tu gloria”.
Hacemos un alto en el camino en nuestras
vidas. ¿Qué te agobia, qué ha apagado la vida
del Espíritu en ti, qué te afana? Guiados por el
Espíritu Santo, dejamos fluir nuestro río de
adoración para exaltar al Señor con la
adoración correcta. El resultado de exaltar a
Dios es que la tierra se va a llenar de su
gloria.
¿En qué lugar está Dios en nuestra vida?
¿Después del esposo/a, hijo/as, trabajo,
entretenimiento? ¿Podemos decir: Señor, Tú
eres mi vida? Seamos humildes en reconocer
que ÉL no está en primer lugar en nuestras
vidas. El fruto depende de que Dios sea el
primero en nuestra vida y sea hecha su
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voluntad respecto al tiempo que le damos, las
decisiones que necesitamos tomar, las cosas
que tenemos que hacer. El Señor sea exaltado
en la vida de la Iglesia, sobre los cielos sea
exaltado y la tierra será llena de su gloria.
Exaltemos al Señor sobre todo en nuestra vida
para que sea lo primero y único. ¡En mi vida
yo te exalto sobre todo a ti, Señor!
Salmo 57:7-11 “Pronto está mi corazón, oh
Dios, mi corazón está dispuesto; cantaré, y
trovaré salmos. Despierta, alma mía;
despierta, salterio y arpa; me levantaré de
mañana. Te alabaré entre los pueblos, oh
Señor; cantaré de ti entre las naciones.
Porque grande es hasta los cielos tu
misericordia, y hasta las nubes tu verdad.
Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; sobre
toda la tierra sea tu gloria”. Exaltemos al
Señor no sólo con nuestra boca sino con un
corazón dispuesto. Si lo exaltamos de
corazón, va a cumplirse que el Señor va a ser
exaltado sobre todo en nuestra vida.
Isaías 25:1-8 “Jehová, tú eres mi Dios; te
exaltaré, alabaré tu nombre, porque has
hecho maravillas; tus consejos antiguos son
verdad y firmeza. Porque convertiste la
ciudad en montón, la ciudad fortificada en
ruina; el alcázar de los extraños para que no
sea ciudad, ni nunca jamás sea reedificado.
Por esto te dará gloria el pueblo fuerte, te
temerá la ciudad de gentes robustas. Porque
fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al
menesteroso en su aflicción, refugio contra el
turbión, sombra contra el calor; porque el
ímpetu de los violentos es como turbión
contra el muro. Como el calor en lugar seco,
así humillarás el orgullo de los extraños; y
como calor debajo de nube harás marchitar
el renuevo de los robustos. Y Jehová de los
ejércitos hará en este monte a todos los
pueblos banquete de manjares suculentos,
banquete de vinos refinados, de gruesos
tuétanos y de vinos purificados. Y destruirá
en este monte la cubierta con que están
cubiertos todos los pueblos, y el velo que
envuelve a todas las naciones. Destruirá a la
muerte para siempre; y enjugará Jehová el
Señor toda lágrima de todos los rostros; y
quitará la afrenta de su pueblo de toda la
tierra; porque Jehová lo ha dicho”.
Exaltamos al Señor por las maravillas y
milagros que ha hecho en nuestras vidas, por
sus consejos que permanecen de generación
en generación, por sus consejos que nos
permiten estar firmes, por sus consejos que
han
permanecido
por
sobre
toda
confabulación de naciones, por su consejo que
desde tiempos antiguos ha sido verdad y
firmeza. Exaltamos al Señor porque ÉL
convierte la ciudad fortificada en ruinas y
humilla al enaltecido. Este día le exaltamos
porque ÉL ha sido nuestra fortaleza en tiempo
de aflicción, refugio contra la tormenta,
sombra contra el calor. ÉL humilla el orgullo
de los extranjeros, destruye al que está más
enaltecido y hace marchitar la gloria del
poderoso. ¡ÉL es Jehová de los ejércitos! ÉL
destruye la muerte para siempre. ÉL quita la
afrenta de su pueblo en toda la tierra. ¡Por
todo esto le exaltamos!
Isaías 25:9 “Y se dirá en aquel día: He aquí,
éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos
salvará; éste es Jehová a quien hemos
esperado, nos gozaremos y nos alegraremos
en su salvación”. Después de que exaltamos
al Señor podemos escuchar las voces que
dicen: Este es nuestro Dios, le hemos
esperado, y nos salvará. La salvación empieza
cuando el pueblo de Dios lo exalta o enaltece.
Seamos entendidos en esto. El capítulo 25
empieza con: “Jehová, tú eres mi Dios; te
exaltaré” y el versículo 9 termina con: “…éste
es Jehová a quien hemos esperado, nos
gozaremos y nos alegraremos en su
salvación”.
Oración corporativa exaltando al Señor
Señor, toma tu lugar. Nuestro corazón está
dispuesto y decimos: despierta alma mía para
poner al Señor en primer lugar. Señor, te
exaltamos este día sobre los cielos y sea tu
gloria sobre toda la tierra. Dios, por tu gloria
¡se exaltado! Tú abates hasta el polvo al
soberbio. Con corazón humillado nosotros te
damos loor. Te exaltamos porque eres un
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Dios incomparable y digno y como Tú no hay
otro. Nuestros corazones se abren, nuestras
manos se levantan, toma en nuestras vidas el
lugar de honor, el primer lugar, el total
control. Señor, se exaltado sobre nuestras
vidas, te adoramos sólo a ti.
Iglesia, nos levantamos y confesamos que
Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Señor,
enséñanos a amarte con todo el corazón,
alma, mente y con todas nuestras fuerzas.
Enséñanos
a
exaltarte
sobre
toda
circunstancia y enfermedad porque no hay
otro mayor que Tú. Digno eres de toda
adoración y exaltación. Nos humillamos y
reconocemos nuestra condición de que no
podemos por nosotros mismos. Dios, glorifica
tu Nombre en nuestras vidas, en nuestros
cuerpos, en nuestro ser. Glorifícate en los
padres, hijos y nietos. Exáltate en medio de tu
Casa, en medio de tus hijos. Dios, de
generación en generación seas siempre
exaltado en las familias. Tu trono está
establecido por siempre, tu misericordia es de
generación en generación, tú eres el Rey de
reyes, poderoso y hacedor de maravillas.
Jehová de los ejércitos, tú sales cabalgando
en tu caballo blanco, tú estás con tus ojos de
fuego cabalgando en la tierra con tus huestes
celestiales, guiando a tus ejércitos. Señor, se
exaltado entre los perdidos, se exaltado en la
cosecha final. Echa la hoz y siega para que tu
Iglesia recoja porque tú eres Señor de la
cosecha.
Que todo oído oiga y que toda boca confiese
que Jesucristo es el Señor. Escucha tierra,
oigan pueblos de la tierra, escucha Santa
Cruz nuestra confesión: “Jesucristo es el
Señor”. Tú eres soberano y reinas y nos
entregamos a ti en este día. Tú te complaces
con tu pueblo por lo que nos rendimos a ti
con todo nuestro ser. Jesús, tu Nombre es
sobre todo nombre, es más grande que
nuestra necesidad, circunstancias o proezas.
Toda rodilla se doblará y toda boca
confesará que Jesucristo es el Señor. Tu
nombre es más grande que toda creación,
pensamiento o logro. Tú eres Dios sobre todo,
de generación en generación y por siempre y
para siempre. Confesemos cada día que
Jesucristo es el Señor, que nuestra mente esté
llena de Jesucristo porque nada ni nadie más
puede llenar nuestra vida.
En este día oramos: A nuestra vida, a Bolivia,
¡avivamiento! Santo Espíritu, te pedimos
avivamiento. Por tu nombre, oh Dios,
¡avívanos! Señor, por tu gran amor se haga
tu voluntad en nosotros. Como el sol que
brilla en cada nuevo amanecer, oímos tu voz
y éste es nuestro despertar. Señor, sólo Tú
eres el que nos da vida, ¡avívanos!
Perdamos nuestra identidad natural para
fluir y mojarnos en el río como cuerpo
Pastor Yamil Ismael
En la reunión de la Congregación, hoy día se
ha originado un río de adoración a Dios.
Quiero preguntarte: ¿Has conocido el río, has
compartido el río, te has mojado con el río?
¿Te ha mojado tus tobillos, te ha llegado a la
rodilla o has podido nadar en él? Quiero
animarles a entrar al río porque somos un
cuerpo.
1 Corintios 12:12-20 “Porque así como el
cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero
todos los miembros del cuerpo, siendo
muchos, son un solo cuerpo, así también
Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos
todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o
griegos, sean esclavos o libres; y a todos se
nos dio a beber de un mismo Espíritu.
Además, el cuerpo no es un solo miembro,
sino muchos. Si dijere el pie: Porque no soy
mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del
cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy
ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del
cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde
estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde
estaría el olfato? Mas ahora Dios ha
colocado los miembros cada uno de ellos en
el cuerpo, como ÉL quiso. Porque si todos
fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el
cuerpo? Pero ahora son muchos los
miembros, pero el cuerpo es uno solo”.
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Hoy día somos un cuerpo y todos somos
miembros pero no por nuestra intención o
voluntad. ¡Dios es el que nos ha colocado en
un cuerpo! Quiero animarles a buscar
revelación de estos versículos. No importa
nuestra condición, seamos hombres o
mujeres, seamos mayores o menores, seamos
casados o solteros, seamos judíos o griegos,
seamos de oriente u occidente, seamos
esclavos o libres, ¡todos, por un solo Espíritu
hemos sido bautizados en un cuerpo! ¡No hay
otra opción!
Necesitamos perder nuestra identidad natural
(nombre, reputación) ya que si no lo hacemos
no podemos originar un río, ni ser parte de un
río, porque hay una identidad natural que nos
oprime y que es un obstáculo para que el río
fluya. Busquemos la revelación de que Dios
ya ha quitado nuestra identidad natural y que
hemos sido bautizados en un solo Espíritu.
Estamos juntos no por ser buenas personas,
sino porque hemos sido bautizados en un solo
Espíritu. Esto es lo único que nos une pues en
lo demás no tenemos más unión. Perdamos
nuestra unión en lo natural, no somos judíos
ni griegos, mayores o menores, casados o
solteros, adolescentes o adultos. Todos hemos
sido bautizados en un mismo Espíritu, por lo
que en el río todos tenemos que fluir y
mojarnos. Quiero animarlos a sentirse parte
del cuerpo, a perder su identidad en lo natural
y a adquirir su identidad en lo espiritual.
Señor, danos la revelación y ayúdanos para
que hoy día perdamos nuestra identidad en lo
natural y adquiramos identidad en lo
espiritual. Permite que nuestra alma sea
acallada totalmente y que gobierne tu
Espíritu. Revélanos que todos somos
miembros de tu cuerpo y que para ti todos
somos importantes. ¿De qué sirve que un
cuerpo tenga sólo unos miembros y los otros
no se sientan parte del cuerpo? Señor,
gracias por tu revelación sobre el cuerpo,
gracias por el río de adoración que has
formado hoy día porque Tú mismo
proporcionas la adoración. ¡Todo sea hecho
en tu nombre! Gracias, Señor.
EN
INTIMIDAD
Y
ORACIÓN
BUSQUEMOS LO QUE DIOS PROVEE
PARA SU ADORACIÓN (Domingo, 08 de
septiembre de 2013)
Pastora Silvia Nanetti
Quiero animarles a que antes de venir a la
reunión de la Congregación el sábado y
domingo, obtengamos en oración y ayuno lo
que Dios mismo nos habla, enseña y provee
para la Iglesia. La adoración corporativa del
fin de semana es un fruto de la búsqueda
previa de Dios y de separarnos para ÉL
durante toda la semana por parte de cada uno
de nosotros. No tenemos ni idea de todo lo
que Dios puede proveernos durante nuestros
tiempos de intimidad y oración personal.
Durante esta semana hemos tenido tiempos de
oración intensa y ayuno, y hoy por el Espíritu
ardía en mi corazón lo que dice el Salmo 57:
“Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios;
sobre toda la tierra sea tu gloria….pronto
está mi corazón, oh Dios, mi corazón está
dispuesto; cantaré y trovaré salmos.
Despierta, alma mía; despierta, salterio y
arpa; me levantaré de mañana. Te alabaré
entre los pueblos, oh Señor, cantaré de ti
entre las naciones. Porque grande es hasta
los cielos tu misericordia, y hasta las nubes tu
verdad. Exaltado seas sobre los cielos, oh
Dios; sobre toda la tierra sea tu gloria”. El
Espíritu ha guiado nuestra adoración
corporativa del día de hoy.
Preguntas para meditar
¿Es nuestra adoración con poder y convicción
o emitimos un sonido débil e incierto que no
conduce a ningún lugar? La meditación sobre
esta pregunta nos va a ayudar a dejar fluir
nuestro río de adoración cada vez que
adoremos corporativamente en la Casa de
Dios o en nuestras casas.
¿Hemos caído en una relación de actores? En
la edad media, sólo los sacerdotes celebraban
la adoración y la gente era la audiencia a la
que se consideraba indigna de participar. Hoy
en día ocurre algo similar en la Iglesia ya que
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la separación es entre “profesionales” y
audiencia. No permitamos que esta separación
suceda porque somos un cuerpo. Necesitamos
perder nuestra identidad natural y ser un solo
cuerpo. Iglesia, si no cumplimos nuestro
propósito de adorar de manera corporativa, no
vamos a satisfacer a Dios. Nuestro propósito
es ofrecer a Dios una adoración corporativa,
una participación significativa de todos. No
queremos una reunión bien elaborada y
pulida; preferimos sacrificar esto para tener la
plenitud de Dios.
¿Es nuestra adoración creativa? ¿Refleja las
riquezas y diversidad de un Dios creador?
¿Inspira y motiva a ir más allá o es rutinaria y
predecible? ¿Ofrecemos la misma oración y
canciones semana tras semana? Si hacemos
así, la vitalidad y la vida de Dios en nosotros
se desvanecerán rápidamente. Como ha
sucedido durante la adoración hoy día,
busquemos que Dios tome control y que nos
mueva. Debemos asegurarnos que nuestra
creatividad esté dirigida por la guía del
Espíritu Santo, por lo que cada reunión debe
ser diferente. ¡Dios nos da la adoración del
cielo!
¿Nos permite nuestra adoración ser
espontáneos? Debemos analizar y meditar en
esta pregunta. Dejemos que la presencia
dinámica y emocionante del Espíritu Santo se
haga palpable durante nuestra adoración.
¿Cuánto tiempo de oración pasamos antes de
la adoración? ¿Confiamos solamente en
nuestra planificación o nos inclinamos
humildemente ante Dios pidiéndole su
voluntad, guía y bendición? Debemos buscar
a Dios en oración antes de la reunión de su
Casa y necesitamos tomar esta instrucción
con seriedad porque cada uno de nosotros
somos participantes significativos durante la
adoración. La oración es vital y sin ella nos
arriesgamos a ir delante de Dios con un
espíritu de presunción y autosuficiencia para
adorar y alabar. Todos nosotros somos el
coro, y si pasamos tiempos de oración y
búsqueda de Dios durante la semana, nuestro
coro corporativo del fin de semana cantará
intensamente y con sensibilidad divina.
¿Tenemos la relación correcta con Jesús y con
el Espíritu Santo para dejar fluir nuestro río
de adoración? Con Jesús tenemos el acceso a
Dios para la adoración y con el Espíritu Santo
tenemos la guía para la adoración. Nuestra
relación con Jesús y el Espíritu Santo tiene
que estar correcta para que el río corporativo
fluya.
¿Busca tu adoración glorificar a Dios o que tú
seas bendecido? La motivación es muy
importante ya que si es la que agrada a Dios,
nuestro perfume llenará la Casa. Si nuestra
motivación es la correcta, liberaremos el río
que va a mojar a la gente que está seca. Si
nuestro río llega a los tobillos, van a querer
cambiar su caminar, del mundo al de Dios; si
nuestro río les llega hasta las rodillas, van a
aprender a orar; si nuestro río les llega a los
lomos, van a entender revelación; si nuestro
río es caudaloso, van a nadar y moverse en el
Espíritu.
¿Queremos glorificar a Dios con nuestra
adoración? Nuestra intención debe ser
glorificar a Dios para que ÉL salga satisfecho,
sin importar cómo salimos nosotros. Es tan
hermoso dejar que el viento del Espíritu nos
lleve, edifique y llene, de manera que haya
otra vida moviéndose dentro de nosotros.
¿Nos edifica nuestra adoración? Aunque no
venimos en búsqueda de edificación, ésta
resulta de una adoración con un motivo puro.
La gente puede ver que cuando adoramos hay
amor, fuerza y poder que se desatan porque
Dios está en control en medio de este mundo
tan turbulento.
¿Nos equipa nuestra adoración para enfrentar
todo lo que trae la semana? ¿Ministra nuestra
adoración fuerza y proclamación de la
naturaleza de Dios y su reino? ¿Lleva fruto,
trae cambios y manifestación? ¿Son
quebrantados los altivos? ¿Son profundizados
los arroyos y saltan las fuentes? ¿Estamos
profundizando nuestro compromiso con Dios
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y está Cristo siendo formado en nuestras
vidas?
¿Nos deja nuestra adoración brillando con la
luz de Dios, así como fue con Moisés?
Debemos
salir
con
nuestro
rostro
resplandeciente por haber estado con Dios.
Apartémonos de las distracciones que
apagan la vida de Dios en la Iglesia
¿Cómo podemos salir en busca de nuestro
“uno” en medio de todas las distracciones y
afanes que apagan la vida de Dios en la
Iglesia? De todo nuestro corazón, debemos
exaltar a Dios en su primer lugar y ninguna de
las cosas que hacemos puede tomar ese lugar.
Pongamos orden en las prioridades de nuestra
vida para no apagar la vida de Dios en
nosotros. Por ejemplo, la distracción con la
televisión es tan fuerte que nos quita el
tiempo que deberíamos consagrarlo al Señor y
envenena nuestra mente. La trampa del
enemigo en este siglo es muy sutil a través del
internet, televisión y otros medios de
comunicación. Debemos cuidar nuestro
corazón y pagar el precio que implica apagar
las distracciones para primero estar con Dios.
El Señor nos va a dar el tiempo para disfrutar
y recrearnos en algo puro y sano.
¿Cómo puede ser que la gente del mundo esté
perdiéndose y nosotros estemos pasando
tiempo mirando televisión en lugar de orar?
Paguemos el precio porque el llamado del
Señor es mucho más alto y nada se compara
con la hermosura del Señor. Si todavía
preferimos otras actividades en lugar de pasar
tiempo con Dios, si no podemos apagar las
distracciones que están inundando nuestras
vidas y apagando la vida de Dios en nosotros,
sólo necesitamos orar de todo nuestro
corazón: “Señor, quiero verte”. La oración es
el arma más poderosa con que cuenta la
Iglesia en la tierra. Cristo es el resplandor de
la gloria de Dios, que va a suplir todo lo que
podemos necesitar. Requerimos darnos cuenta
que sólo Dios llena todas nuestras
necesidades. Aquella persona que ve al Señor
cara a cara, como lo hizo Moisés, no puede
querer nada ni nadie más porque ÉL lo llena
todo con su gloria. Moisés subió al monte y
estuvo allí por cuarenta días y cuarenta
noches, y con seguridad que ya no quería
bajar del monte porque ha debido ser tan
hermoso ver Su rostro y su dedo escribiendo
con fuego sobre la piedra.
La persona que no oye a Dios va a oír al
mundo. El que oye a Dios, no puede oír otra
cosa sino a Dios. La Palabra nos dice: “Si
oyes mi voz, no tendrás otro dios.". Salmo
81:8. Si vemos Su rostro, no vamos a querer
ver otra cosa. Cuidemos nuestro corazón
porque de él sale la vida. No apaguemos la
vida de Dios en nuestro corazón por afanes,
distracciones, placeres ni búsqueda de
riquezas. No podemos servir a Dios y al
mundo, así como nos dice la Palabra que “no
podemos servir a dos señores” (Lucas 16:13).
Oremos para que el Señor nos enfoque en su
propósito teniendo la revelación de que si
tenemos que cumplir ese propósito, entonces
no podemos hacer lo que nos place o distrae,
y que si hacemos esto, no podremos correr
hacia el cumplimiento de nuestro propósito.
El Señor tiene el control de todas las cosas
Pastor Carlos Nanetti
Salmo 24:1-2 “De Jehová es la tierra y su
plenitud; el mundo, y los que en él habitan.
Porque ÉL la fundó sobre los mares, y la
afirmó sobre los ríos”. ¿Quién es el dueño de
esta tierra? El Señor que es un Dios
infinitamente poderoso, maravilloso y
grandioso. El vecindario de Dios es el
universo. ÉL ha creado ¡todo el universo! por
lo que conoce el nombre de cada estrella. Por
la perfección con que Dios ha creado el
universo, las incontables galaxias que ha
creado se mueven en diferentes direcciones y
ninguna colisiona con la otra.
Si nos vemos nosotros que somos su creación,
quedamos impactados por la perfección con
que ha creado nuestro cuerpo. Nuestro Dios
sabe lo que está pensando cada ser humano,
así como lo que ha pensado cada persona
durante toda la humanidad. Él conoce las
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intenciones de nuestro corazón, ÉL sabe
cuántos cabellos tenemos cada uno de
nosotros. Ni siquiera un pajarito cae a tierra si
no es con permiso del Señor. ÉL conoce, ve y
sabe todas las cosas, Él conoce nuestra
entrada y salida. Para Dios no existe ningún
límite de tiempo ni espacio.
Entendiendo lo anterior, ¿oramos con una
mentalidad de incertidumbre sobre lo que nos
va a pasar? ¡Necesitamos orar con fe!,
convencidos de que Dios está en control de
todas las cosas. Las circunstancias que nos
suceden son para que Dios sea glorificado en
nuestras vidas y para que veamos su
grandeza. Juan 9 nos relata cómo Jesús sanó a
un ciego de nacimiento, y sabemos que ésta
era una señal de que ÉL era el Mesías.
Cuando sus discípulos le preguntaron por qué
pecado había nacido ciego, Jesús les
respondió: “No es que pecó éste, ni sus
padres, sino para que las obras de Dios se
manifiesten en él” (Lucas 9:2-3). Es decir, el
hombre nació ciego para que Jesús lo sanase y
la gloria de Dios sea vista ante los incrédulos.
Sabiendo que la tierra y su plenitud son del
Señor, que ÉL es más que vencedor, oramos
por Bolivia confiando que ÉL está en control
de todas las cosas.
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