El erotismo y el Kama Sutra El Kama Sutra a modo de introducción, es el mas antiguo tratado del arte de amar o del amor sexual, que antiguas civilizaciones decidieron escribir y pasarlo de generación en generación. En él se encuentran recopilados los atributos que para los hindúes (cultura creadora del Kama Sutra) fueron, son y serán tan necesarios como los alimentos y el agua. Las técnicas del Kama Sutra fueron reunidas por el año 500 d.C. gracias al científico − doctrinal Vatsyayana, quien reunió los 1000 capítulos originales y los adapto a las costumbres occidentales. Aunque la lectura por momentos parezca morbosa según nuestra visión occidental, hay que comprender que dentro del contexto hindú el sexo era considerado sagrado y ellos no interpretaban las palabras como obscenas, sino que simplemente expresaban las cosas por su nombre; además sostenían que un buen entendimiento de las técnicas apuntaba a una mejor calidad de vida tanto física como espiritual. Le daban y le dan mucha importancia a la satisfacción de sus deseos sexuales, cosa que no se dio en nuestras culturas hasta la llegada de la revolución sexual y el desenfreno de este en las décadas de los sesenta y setentas; hasta ese momento el sexo traía consigo una serie de prejuicios que tenían que ver directamente con el cumplimiento de las normas establecidas y estas fijaban los límites y las permiciones; no es el caso de la cultura hindú, pues tiene reglas a seguir pero estas apuntan especialmente a la satisfacción de los deseos sexuales, tanto del varón como de la mujer y no tienen más limitaciones que las de las castas o las especificadas en el capítulo IV de la primera parte, De las categorías de mujeres frecuentadas por los ciudadanos, de los amigos y mensajeros; de aquí podemos resumir que es válido que un hombre se una a mujeres de castas inferiores, con vírgenes o con doncellas de su propia casta. Pero también señala que el hombre puede gozar de otras mujeres sólo para conseguir placer y estas pueden ser mujeres públicas o Nayikas y mujeres casadas dos veces y esta unión no significa para ellos la transgresión de ninguna regla y por consiguiente no es pecado; también existe otro tipo de mujer, a la que los hombres se dirigen en ocasiones especiales, ya sea porque estas lo desean ardientemente, sus esposos son poderosos y eso puede significar beneficios para el amante o porque tienen algún bien que el hombre desee, si el acercamiento obedece a los razonamientos descritos en el Kama Sutra, tampoco significan pecado para el varón. De aquí podemos ver que hay aceptación y respeto por las mujeres públicas, puesto que no son consideradas portadoras del pecado o del adulterio, sino por el contrario son consideradas medios para la obtención del placer y en el transcurso del libro se ve que son muy apreciadas por sus conocimientos del Kama y muchas veces sirven como guías o maestras de este arte a las mujeres jóvenes. En nuestra sociedad las mujeres públicas no están bien vistas, pues se las tiene por vendedoras de sexo y no necesariamente poseedoras de sabiduría para el placer; los hindúes por el contrario las tenían muy en alto y eran parte de su vida cotidiana. Para ambas culturas el hecho de que una mujer sea virgen y llegue como tal al matrimonio las hacía mujeres mucho más codiciadas para pasar el resto de sus vidas junto a su esposo; claro que, los hindúes eran poligámicos y por lo tanto, tenían muchas esposas y el hecho de que una de ellas haya perdido su virginidad con el marido la ponía en un lugar preferencial a los ojos de este; pero debía aprender o seguir con el aprendizaje de las 64 artes estipuladas por el Kama Sutra. Estas 64 artes son: • El canto 1 • La música instrumental • La danza. • La asociación entre danza, canto y música instrumental. • La escritura y el dibujo • El tatuaje • La indumentaria y el adorno de un ídolo, con arroz y flores. • La disposición y arreglo de los lechos de flores, o de flores en el suelo. • El colorido de los dientes, de los vestidos, de los cabellos, de las uñas y del cuerpo: es decir su teñido, su colorido y su pintura. • La coloración de vidrios de color en el suelo. • El arte de hacer las camas y de extender los tapices y almohadas para descansar. • El juego de copas de cristal musicales llenas de agua • El almacenaje y acumulación de agua en los acueductos, cisternas y depósitos. • La pintura, el aderezo y la decoración. • La confección de rosarios, collares, guirnaldas y coronas. • La elaboración de turbantes, de rosarios de tembleques y de lazos de flores. • Las representaciones escénicas. Los ejercicios teatrales. • La confección de ornamentos para las orejas. • La preparación de perfumes y aromas. • La habilidad en combinar joyas y adornos, y el aderezo en el vestir. • La magia o hechicería. • La agilidad o destreza de la mano. • El arte culinario. • La preparación de limonadas, sorbetes, bebidas aciduladas y extractos espiritosos con perfumes y coloridos adecuados. • El arte del corte y la costura. • La confección de papagayos, flores, tembleques, borlas, ramilletes, pelotas, lazos, etc. de lana o hilo. • La solución de enigmas, logogrifos, medias palabras, juegos de palabras y preguntas enigmáticas. • Un juego que consiste en repetir versos: una vez ha terminado una persona, otra persona debe empezar inmediatamente recitando otro verso cuya primera letra debe ser igual a la última del verso con que ha terminado el recitador anterior; quien deja de proseguir, es considerado perdedor y obligado a pagar una prenda o a abandonar el juego. • El arte de la mímica o imitación. • La lectura, incluidos el canto y la entonación. • El estudio de las frases de difícil pronunciación. Es un ejercicio que sirve de diversión, sobre todos a las mujeres y a los niños: en una frase difícil, que hay que repetir rápidamente, a menudo las palabras son trastocadas o mal pronunciadas. • El ejercicio de la espada, el bastón simple, el bastón de defensa, el arco y las flechas. • El arte de sacar inferencias, de razonar o inferir. • La carpintería o el arte del carpintero. • La arquitectura o el arte de la construcción. • El conocimiento de las monedas de oro y plata, de las joyas y piedras preciosas y perlas. • La química y la mineralogía. • El colorido de joyas, piedras preciosas y perlas. • El conocimiento de minas y canteras. • La jardinería: el arte de tratar las enfermedades de los árboles y las plantas, de cuidarlas y de determinar su edad. • La dirección de las peleas de gallos, codornices y carneros. • El arte de enseñar a hablar a los papagayos y a los estorninos. • El arte de aplicar ungüentos perfumados al cuerpo, de impregnar los cabellos con pomadas y perfumes, y de trenzarlos. • La comprensión de escrituras cifradas y la escritura de palabras de diferentes, maneras. 2 • El arte de hablar cambiando la forma de las palabras. Esto se hace de diversas maneras. Unos cambian el principio y el fin de las palabras; otros intercalan letras parásitas en cada sílaba de una palabra, etc. • El dominio de lenguas y dialectos provincianos. • El arte de adornar los carros de flores. • El arte de trazar diagramas místicos, o de preparar encantos y hechizos, y de enlazar brazaletes. • Los ejercicios de ingenio, tales como contemplar estrofas o versos de los que sólo se tiene una parte; o de suplir una, dos o tres líneas, en tanto que las demás líneas han sido tomadas al azar de diferentes versos, de forma que complete un verso entero que tenga sentido; o de componer las palabras de un verso escrito de forma irregular, separando las vocales de las consonantes u omitiéndolos representadas por signos o símbolos. Existe una gran variedad de ejercicios de este género. • La composición de poemas. • El conocimiento de diccionarios y vocabularios. • El arte de cambiar y disfrazar la apariencia de las personas. • El arte de cambiar la apariencia de las cosas, como sería hacer pasar algodón por seda, objetos groseros y comunes por objetos finos y raros. • Las diferentes clases de juego. • El arte de conquistar la propiedad de otro, mediante muntras (engaños, mentiras) o hechizos. • La destreza en los ejercicios juveniles. • El conocimiento de las costumbres sociales, y el arte de presentar a los demás los respetos y cumplimientos. • La ciencia de la guerra, de las armas, de los ejércitos, etc. • El arte de la gimnasia. • El arte de adivinar el carácter de una hombre por los rasgos de su cara. • El arte de versificar • Las diversiones aritméticas. • La confección de flores artificiales. • La confección de figuras e imágenes con arcilla. De estas 64 escuetas pero directas artes, podemos deducir que una mujer bien considerada en esa sociedad debía no sólo dominar artes que le sean útiles para complacer sexualmente a su esposo o amante, sino que debía dominar artes para poder complacerle y complacerse a si misma en el arreglo del recinto en el que vive, así como saber jugar, razonar y poder hablar con él de cosas que le interesen, como pueden ser la guerra, la arquitectura o los razonamientos lingüísticos y matemáticos, debía ser en otras palabras, una mujer culta con la cual se podía hablar, jugar y gozar sexualmente. Para Alberoni muchas de estas artes pueden tender claramente a la satisfacción propia de la mujer, pues según el autor, la mujer siente placer erótico al preparar el lecho, la habitación o el nido en el que va a conpenetrarse con su amante, además también el maquillarse tiene una carga erótica muy fuerte y sobre todo el arte de conseguir que el amante se quede a su lado después de haber alcanzado el orgasmo, rompiendo así la discontinuidad innata de los hombres y compensando la continuidad erótica que necesita la mujer. Entonces, el Kama Sutra no tiende como se podría pensar en un primer momento, a la satisfacción sexual o erótica sólo del hombre, sino que busca el equilibrio entre el erotismo continuo de la mujer y el erotismo discontinuo del hombre generando así el proceso dialéctico (al que hace referencia Alberoni) entre estos dos erotismos y encontrando un punto de equilibrio en el que ambos amantes pueden llegar al orgasmo. Esto lo podemos ver claramente en el capítulo IX de la segunda parte del Kama Sutra De las mujeres que desempeñan el papel de hombre, y también del trabajo de los hombres con respecto a ellas; donde hace referencia al caso específico en el que si el hombre llega al orgasmo y la mujer no, ella puede volver a exitarlo y continuar así la relación sexual hasta que ella consiga llegar al orgasmo; claro que aquí ella debe pedir permiso al hombre para hacerlo y así proseguir con el juego sexual. Pero nos hace referencia a la naturaleza sexual de ambos y en otras palabras describe la secuencia física que estos tienen; dejando en claro que no son iguales, pero que se pueden llegar a conseguir ambos mediante las prácticas del Kama. 3 No tiende pues, sólo al placer del hombre y es por ello también que divide a los hombres y mujeres de acuerdo al tamaño físico de sus genitales y señala que muchas de esas uniones pueden no ser placenteras de acuerdo a la igualdad o desigualdad de las proporciones físicas. El hombre se divide en tres clases, a saber: el hombre liebre, el hombre toro y el hombre caballo, según el tamaño de su lingam (pene). La mujer, según la profundidad de su yoni (vagina) es una cierva, una yegua o un elefante hembra. De ello se desprende que existen tres uniones iguales entre personas de dimensiones que se corresponden y seis uniones desiguales, cuando las dimensiones no se corresponden; es decir, nueve en total, como se puede ver en el cuadro siguiente: IGUALES Liebre−Toro Toro−Yegua Caballo−Elefante DESIGUALES Liebre−Yegua Liebre−Elefante Toro−Cierva Toro−Elefante Caballo−Cierva Caballo−Yegua Busca pues también versar a los lectores y seguidores del Kama, acerca de las proporciones de sus órganos genitales y a tratar de encontrar el equilibrio con los de su pareja para poder llegar a una unión más satisfactoria. También existen nueve clases de unión según la fuerza de la pasión o deseo carnal, a saber: HOMBRES Pequeña Pequeña Mediana Mediana Intensa Intensa MUJERES Mediana Intensa Pequeña Intensa Pequeña Mediana Se dice que es un hombre de pequeña pasión cuando su deseo en el momento sexual no es vivo, que su esperma es poco abundante y que no puede soportar los cálidos abrazos de la mujer. Los de mejor temperamento son llamados hombres de pasión mediana; y los que están llenos de deseo, hombres de pasión intensa. Corresponde lo mismo para las mujeres. En cuanto a las características de las uniones sexuales, Auddalika, un respetado maestro del amor, sostenía que las mujeres no emiten o eyaculan como los hombres. Los hombres simplemente sacian su deseo, mientras que las mujeres, durante su conciencia del prurito, experimentan una especie de placer que les resulta agradable, pero les es imposible decir qué clase de placer experimentan. Un hecho que pone esto en evidencia, es que en el coito, los hombres se detienen por si solos después de la emisión, y quedan satisfechos, pero no ocurre así en las mujeres. También opinaba que al principio del coito, la pasión de la mujer es mediana y tiene dificultades en aguantar los vigorosos empujes de su amante; pero su pasión crece gradualmente hasta que ya no es consciente de su propio cuerpo, y entonces experimenta el deseo de cesar el coito. 4 La primera vez que se produce la unión sexual, la pasión del hombre es intensa, y corto el tiempo que emplea; pero en las uniones subsiguientes del mismo día, ocurre lo contrario. Sucede exactamente lo contrario en la mujer, ya que, la primera vez, su pasión es débil y el tiempo empleado, largo; pero en las repeticiones del mismo día, su pasión es intensa y el tiempo, corto hasta que queda plenamente satisfecha. Aquí nuevamente se nos hace referencia con diferentes términos pero con igual esencia a la discontinuidad del erotismo del hombre y la continuidad del erotismo femenino; pero a diferencia de nuestra cultura, los hindúes se dedicaban o al menos eso pretendían, a tener una gran actividad sexual durante todo el día, hasta que ambos erotismos llegaban a ser satisfechos. Podemos entonces pensar que el Kama Sutra y sus enseñanzas tanto sexuales como eróticas con algunos cambios y adaptaciones a nuestra cultura y a nuestros tiempo, pues han pasado ya más de 15 siglos desde la recopilación de estas artes; todavía siguen teniendo vigencia sus planteamientos y forma de entender el erotismo tanto femenino como masculino. Esto nos lleva a pensar que el planteamiento de Alberoni en El erotismo dista mucho de ser original y reciente y es por el contrario el resurgimiento adaptado de el Kama Sutra, expresado en términos actuales y con nustra forma de ver y comprender el mundo; por lo tanto, sis se hace una fusión entre ambas lecturas podemos llegar a un tratado mucho más específico, directo y útil para poder llegar a la satisfacción tanto sexual como erótica de ambos sexos. Ya que si bien es cierto, el hombre es discontinuo y por ello tiende a huir y a buscar el placer por el medio (mujer)y la mujer busca una continuidad tierna y amorosa; el Kama muestra la forma de hacer que estas dos formas de erotismo se complemente y dejen de ser tan opuestas y lleguen a el proceso dialéctico sin que esto implique renuncia o postergación de ninguna de ellas. El Kama y el Erotismo, son pues herramientas muy útiles para comprender y aprender sobre los procesos eróticos de ambos sexos y tratar de llegar a un punto de equilibrio en el cual las discrepancias y las carencias sean sobrellevas de modo que el orgasmo sea de dos y no sólo de uno de los amantes; por lo tanto, no pretendo que las 64 artes del Kama resurjan como tales y sean impuestas a las mujeres occidentales que ya con la liberación femenina dejaron detrás la necesidad de aprender labores domésticas para satisfacer a sus maridos; pero si propongo que ambos, tanto los hombres como las mujeres tengan por lo menos una vaga idea de lo que significan y lo que traen consigo. Por decirlo de alguna manera, sería mucho más productivo para las mujeres poseer el arte de hablar, de jugar y de comportarse y dominar temas que le interesen al hombre y así lograr que este permanezca a su lado, así como el hombre debería tener más cuidado en las mismas artes, tratar de tener puntos en común que logren mantener unida a la pareja aún después del orgasmo masculino y así lograr que la mujer llegue al propio orgasmo o satisfacción erótica. En cuanto a la práctica de las artes señaladas, es casi imposible pedir hoy en día que alguien llegue a dominar por lo menos la mitad de las mismas, pero o es descabellado el pedir que las personas de ambos sexos se preocupen un poco más por darle color, olor y matices lúdicos a las relaciones sexuales, practicando sus propias artes, ya que las dictadas por el Kama están fuera de contexto en nuestros tiempos. El planteamiento de las artes del Kama debe ser tomado pues, como el planteamiento de los matices y los juegos sexuales, de las herramientas que posibilitan a los amantes a llegar al juego dialéctico entre sus erotismos y así, salvar las diferencias y las necesidades insatisfechas de la mujer. Por otro lado, en el Kama, también se pone en evidencia la necesidad del hombre de tener su espacio privado, que no puede ser compartido ni transgredido; a este mismo espacio hace referencia Alberoni; pero yo creo que este espacio ya no es sólo masculino, sino que también las mujeres necesitan de un espacio en el cual 5 desarrollarse y crecer y la transgresión de estos puede llevar a la ruptura de la relación, por ello, me parece que el respeto de los espacios es también un punto al que apunta el Kama, no sólo los espacios temporales sino también los de lugar; destinando recintos a las prácticas sexuales, o salones de juego; tiempo para las amantes y para las Nayikas. Claro que hoy en día y en nuestra sociedad, las mujeres públicas no son muy bien vistas y las uniones matrimoniales son bígamas, el sexo es consumido masivamente y la fidelidad es más una cuestión personal; pero saltando por sobre todas esas diferencias culturales, podemos apreciar que el sexo sigue siendo sexo con diferente atuendo pero con las mismas necesidades. Kama Sutra, Capítulo II de la primera parte. Kama sutra, Capítulo II de la Primera parte. El erotismo, Alberoni Francesco. P. 33 1 6