El abogado que gana duerme tranquilo, aunque sepa que su cliente

03/11/2013
Tirada:
15.931
13.259
Difusión:
Audiencia: 46.049
AREA (cm2): 1014,1
ENTREVISTA
Categoría: Castilla y León
Edición:
Palencia
Página:
10
OCUPACIÓN: 91,4%
V.PUB.: 2.085
COLEGIOS DE ABOGADOS
Daniel Ibáñez Espeso • Ex decano del Colegio de Abogados de Palencia
«El abogado que gana duerme
tranquilo, aunque sepa que su cliente
es culpable. Su labor es defenderlo»
ESTHER MARÍN | PALENCIA
dp_local@diariopalentino.es
C
FOTOS: EVA GARRIDO
Por la puerta grande. Abogado, maestro y músico. Este palentino
amante de su tierra deja la profesión con la cabeza muy alta y el orgullo
del trabajo bien hecho. Tres medallas son el reconocimiento material a
toda una vida dedicado al Derecho
on 53 años de ejercicio en su
haber -25 de ellos como decano del Colegio de Abogados de Palencia- cierra una de las etapas
más «bonitas y comprometidas»
de su vida. Para completar su currículum y salir por la puerta grande, ha recibido la Cruz Distinguida de Primera Clase de la Orden
de San Raimundo de Peñafort.
Como decano más antiguo de
España, ¿qué recuerdos tiene de
sus principios y qué legado deja a
sus sucesores?
En Madrid, con mucho respeto, me llamaban el decano de los
decanos. Cuando comencé teníamos el Colegio en dos habitaciones de la Audiencia Provincial y,
como apenas cabíamos, comenzamos las gestiones para adquirir
un espacio más amplio y compramos el actual local, en el que estamos muy cómodos y con los medios necesarios para nuestro trabajo.
Para mí ha sido un gran hito.
Incluso muchas veces se nos queda hasta pequeño, ya que queremos atender bien a todo el mundo y que tengan su espacio.
¿Qué momento recuerda de
forma especial?
Cuando celebramos los 125
años de la creación del Colegio se
acercó a Palencia, por primera vez
en su historia, el presidente del Tribunal Supremo y del Poder Judicial. Ofreció una conferencia y
apadrinó a quienes ese año se colegiaron. Fue todo un honor.
¿En qué han avanzado los abogados este largo tiempo?
Tienen mucha más técnica que
hace años, lo que facilita mucho la
labor. Pasar del papel de calco a
los ordenadores es todo un mundo. Para buscar sentencias en el
Aranzadi tenías que ir leyendo una
a una, mientras que ahora das un
botón y te aparecen todas las sentencias que precises.
Respecto a la preparación, no
se si antes estábamos más preparados, ya que estábamos durante
años en despachos de abogados.
Ahora la gente termina en junio y
se matricula en la facultad en
agosto. Preparación académica seguramente tengan mucha, pero
luego sentarse ante un tribunal y
saber defender un caso no es fácil.
Aquí hay mucha diferencia.
Además de este aspecto, la
abogacía tiene otras muchas salidas. ¿Qué puede plantearse en
estos momentos un licenciado en
Derecho?
Las mayores salidas son las
oposiciones o ser asesor de empresas.
Un licenciado puede optar por
ser abogado del Estado, notario,
fiscal, juez, registrador de la propiedad o trabajar en aduanas, entre otras posibilidades. Pero son
oposiciones muy difíciles, hay que
trabajar mucho.
¿Están bien vistos los abogados?
Socialmente hemos mejorado
mucho. Somos muy estrictos en lo
que a la ética se refiere. Por encima de todo el abogado tiene que
ser honesto y honrado. Debe ser
responsable con el trabajo que está llevando y, la mayoría, así son.
Desde el Colegio de Palencia cuidamos mucho este aspecto.
Uno de los aspectos que en los
últimos años ha supuesto una estocada a la profesión ha sido la
Ley de Tasas. ¿Qué opinión le merece?
Cuando solo era un anteproyecto de ley ya manifestamos
«Por encima
de todo, un
abogado
tiene que ser
responsable,
honesto y
honrado»
nuestra disconformidad. Es un
gran perjuicio para todos. El ciudadano de a pie que se enfrenta a
un juicio y lo pierde se enfrenta a
las costas de abogado, procurador,
si hay perito, etc. Como en un recurso tengo muy pocas posibilidades de lograr algo y encima para empezar tengo que poner una
cantidad inicial, al final se abandona. Esto es puro afán recaudatorio.
Cómo le explicas a una persona que ha perdido un pleito que,
en caso de poder recurrir, tiene
que comenzar poniendo una cantidad importante de dinero.
Respecto al turno de oficio,
¿cree que está bien valorado?
En Palencia, todos los abogados que lo están llevando son muy
buenos. Prácticamente todos pertenecemos a él. La diferencia es
que en estos casos la gente puede
ser más exigente que cuando se
trata de un cliente particular. En el
turno de oficio tienes que aceptar
el caso que sea y en las condiciones que tenga. Hay casos que no
tienen defensa alguna.
Por ejemplo, cuando se trata de
desahucios por falta de pago, no
puedes hacer nada, ya que la úni-
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ca defensa es que el cliente pague.
El profesional tiene que buscar
donde sea e inventarse algo para
defender a su cliente: decir que es
muy cara la renta, que el contrato
tiene una errata... Algún detalle al
que intentar agarrarse.
Socialmente está muy bien valorado, aunque haya personas que
no se sientan contentas. Tenemos
casos de personas que tienen ocho
y diez turnos de oficio abiertos. A
veces se abusa mucho.
La actualidad de las últimas
semanas ha venido marcada por
la doctrina Parot. ¿El dictamen
de Estrasburgo hace pensar que
se debería haber cambiado hace
tiempo el Código Penal? ¿Cómo
explica o justifica esta decisión
un profesional a una víctima de
ETA o a los padres de una menor
violada?
Visto lo visto hubiéramos tenido que modificarlo hace mucho
tiempo. En cuanto a la ejecución
de las penas, yo creo que el Tribunal de Estrasburgo se ha metido
un poco donde nadie le llamaba.
Una cosa es enjuiciar el delito en
sí y otra, una vez que ya está enjuiciado, indicar cómo se debe aplicar la pena.
¿Cómo explicas determinadas
situaciones? No puedes decirle a
un cliente que los legisladores anteriores no tuvieron en cuenta
ciertos detalles, que se les pasó y
en lugar de decir que las penas se
cumplían de una determinada
manera no lo hicieron. El Tribunal
de Estrasburgo se ha agarrado al
hecho de que las leyes penales no
tengan efecto retroactivo -sí las
que benefician, no las que perjudican- y nadie puede hacer nada.
No comparto para nada esta
sentencia. Me parece una barbaridad explicar a una madre a la que
han matado o violado a su niña
que ese señor va a salir de la cárcel. ¿Por qué? Porque al legislador
se le olvidaron unos pequeños detalles.
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Con este tipo de cuestiones, la
Justicia queda en entredicho desde el punto de vista social. ¿Está
condicionada a nivel político?
Afortunadamente en pequeñas
provincias como Palencia no, pero
a gran escala sí. Es una completa
injusticia, pero está ahí.
¿Cree que en este país se es
más legalista para los presuntos
delincuentes que para el resto de
ciudadanos?
Totalmente. Nuestras leyes penales son muy defensoras de la
presunción. Somos demasiado garantistas.
¿El que hace la ley hace la
trampa?
Sí. Aquí entra muchas veces en
juego la habilidad del abogado: en
lugar de aplicar un artículo, aplicar el de al lado o darle un poco la
vuelta.
Recuerdo un caso en Vitoria,
donde había que pasar una maquinaria que pagaba mucho en la
aduana. Se trajo en dos partes y así
el precio fue menor. Ahí es donde
hay que saber hacer la trampa.
Un abogado tiene que estar
alerta en todo momento y saber
qué hacer ante situaciones muy
variopintas. ¿Qué cualidades tiene que tener?
Ser despierto, inteligente y estudioso. Esto no se improvisa. Se
puede improvisar si se hace una
pregunta capciosa y el testigo cae,
pero esos son momentos contados. Un abogado se hace a base de
estudiar, estar muy atento y no dar
ningún caso por perdido. Hay veces que te llegan casos que no sabes por donde cogerlos y tienes
claro que son indefendibles.
Una mujer que pasa por un paso de cebra con el semáforo en verde y es atropellada por un coche
que se salta el semáforo. Hay que
buscar el argumento que sea para
lograr que sea absuelto ese conductor.
Muchas veces se gana sabiendo que no se tiene razón.
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«Es una
barbaridad
explicar a la
madre de una
menor a la
que han
violado que
ese señor va
a salir de la
cárcel porque
al legislador
se le
olvidaron
unos
‘pequeños’
detalles»
«El turno de
oficio está
muy valorado,
pero a veces
se hace un
uso abusivo»
«La Ley de
Tasas es un
perjuicio para
todos, tanto
profesionales
como
clientes»
¿Y uno puede dormir tranquilo ?
El abogado que gana duerme
tranquilo, aunque sepa que su
cliente es culpable. Por delante de
todo está la profesión y cuando
aceptas a un cliente tienes que tirar para adelante y defenderlo.
Las cosas han cambiado. Antes
tenías que defender todo, ahora es
distinto porque se puede llegar a
un acuerdo con el fiscal. A mí estos pactos, que son legales, no me
gustan mucho. Parece que quieren quitarse los asuntos de encima.
¿Cómo se ve la ética profesional desde dentro?
Con mucho orgullo. En mis
años de decano me molestaba tremendamente cuando se me presentaba una queja o una denuncia contra un profesional. En el colegio de Abogados de Palencia se
lleva con mucho rigor, no se consiente una equivocación a sabiendas.
Algunas provincias apuestan
por la eliminación de partidos judiciales. ¿Cree que en Palencia sería aplicable?
Los que se encuentran cerca de
las capitales podrían suprimirse.
No estamos como en el siglo XIX
que para desplazarse había que
coger un carro o una bicicleta.
Ahora en poco tiempo puedes acceder a cualquier localidad e, incluso, hay juicios que se celebran
por videoconferencia.
En esto pasa como con los trenes. Ahora mismo se están suprimiendo muchos porque hay estaciones en las que suben uno o dos
viajeros. Eso no compensa.
¿Qué consejo daría a los nuevos licenciados?
Acaba de entrar en vigor -31 de
octubre- la Ley 34/2006, que modifica el sistema de acceso a la profesión de abogado y exige la realización de un máster específico de
abogacía –de un año de duración–
y una prueba nacional (un test) de
COLEGIOS DE ABOGADOS
acceso, como paso previo a la colegiación y al ejercicio profesional.
No se sabe muy bien qué pasará, porque se necesita una Escuela
de Práctica Jurídica que aquí no
tenemos. Tendrían que irse a Valladolid.
Mi consejo es que quien quiera
ser abogado lo sea, pero sin prisa.
Que estudie, tenga formación y
mucha paciencia.
Como culmen a su carrera,
acaba de recibir la Cruz Distinguida de Primera Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort.
Es la mejor forma de terminar
mi carrera en la profesión. Se suman a la Cruz y Gran Cruz al Mérito en el Servicio de la Abogacía
que me otorgó el Consejo General
de la Abogacía.
La Orden de San Raimundo de
Peñafort se entrega a quien se ha
distinguido en la profesión y me
parece un reconocimiento que me
merezco. No me arrepiento de nada en todo este tiempo.
Más de una vez he dicho que
no tengo enemigos, puede que algunos sean menos amigos, pero
ningún enemigo. Me voy con la cabeza alta y contento de todo lo que
he realizado en mi profesión.
¿Qué va a hacer a partir de
ahora?
Llevo meses preparando la
huida. Paseando por Suances este
verano decidí que era el momento. Ahora me dedicaré más a mi
gran pasión: la música. Logré sacar el Premio Extraordinario en el
Conservatorio de Valladolid y
siempre he sido un amante de la
música. Los dos últimos años de
Derecho los saqué por libre porque tocaba el piano en una orquesta y no me daba tiempo a ir a
clase. También cursé Magisterio y
seguí con la música por bandera.
He compuesto varios temas, como una sonata y una canción de
cuna, entre otras. Ahora descansaré y disfrutaré de mis aficiones.