MÚSICA CLÁSICA EN EL CORAZÓN DE SIERRA CABRERA JUAN GRIMA «Torre Cabrera» es uno de los paradisíacos oásis que se pueden encontrar en sierra Cabrera. Agua, vegetación y construcciones, guardan un equilibrio con el entorno que lo rodea que hace de este emplazamiento un edén en la tierra. Su creación se debe a la imaginación de Ignacio Martín Poyo que, enamorado de esta sierra, fundó en ella el «Reino de Babia», un lugar de retiro, refugio de artistas y místicos, cuyo lema era «Ser, Crear y Amar». Ciertos problemas personales hicieron que Ignacio cediera la dirección de «Babia», aunque su sueño se ha cumplido en parte, pues su obra, rebautizada como «Torre Cabrera» y orientada al turismo rural, ha venido acogiendo algunas manifestaciones culturales, sobre todo pintura y música, uniendo a su embrujo natural el que emana de estas actividades. Su relación con la música comienza casi por casualidad: un concierto del ciclo de Diputación que venía a Turre es llevado a «Torre Cabrera», al no haber en ese momento otro sitio disponible en la localidad; gusta tanto este recital que Margarita y Juan, los nuevos encargados del complejo, deciden aceptar la mediación que Federico Torres les ofrece con los músicos que quieran tocar en su sala. De esta forma se organiza durante el curso 95-96 un primer concierto en el que actúan: Pierre-Marie Van Caenegem (piano), Justo Andújar (violín) y Rolando Medina (violonchelo). Desde este momento, y a pesar de la escasa publicidad que se da a estos actos, empiezan a sucederse conciertos, talleres y cursos con relativa asiduidad, prácticamente uno o dos por mes, lo que hace las delicias de los aficionados a la música clásica en la comarca, en su mayoría extranjeros, aunque el grupo nacional cada vez es más numeroso. Recuerdo con especial agrado el recital de Pierre-Marie Van Caenegem (profesor de piano en el Conservatorio Profesional de Música de Almería) y Jesús Gutiérrez Pastor (profesor de violín en el Real Conservatorio de Música de Granada); un quinteto con tres violines, un saxo y un violonchelo; al pianista Pedro Valero (profesor en el conservatorio elemental de Música de Lorca); a Miguel y Tatiana Gershwin (violín y piano, primeros premios del Conservatorio principal «Tchaïkovski» de Moscú); y a Anna Rapoport (soprano). Esta última Semana Santa, Joan, una inglesa que tiene casa en Bédar, ha organizado un taller de música que acabó con cuatro conciertos a cargo de los participantes en dicho taller; entre ellos convine destacar a Peter Thomas, primer violinista de la filarmónica de Birmingham. En el mes de junio también está prevista la celebración de un curso internacional de viola. Para los que no se han acercado a «Torre Cabrera» en un día de concierto les aconsejaría que lo hagan, la música en directo y el paisaje serrano los convertirán en adictos a estos espectáculos.