El Acueducto de Segovia 1 Segovia. El Acueducto Cuestión romana “Quienes tengan algún contacto con la disciplina arqueológica habrán oído en más de una ocasión que no existen vacíos en las secuencias culturales sino, simplemente, falta o escasez de investigación. La ciudad de Segovia se ha encargado de hacer válida de nuevo esta afirmación en distintos aspectos de su evolución histórica pero, de forma muy especial, en lo que se refiere a su etapa de desarrollo bajo dominación romana, cuyos elementos definitorios están poniéndose día a día a la vista, a disposición de la investigación de nuestro pasado. Segovia se ha presentado durante años, en las obras históricas que sobre ella se han escrito, como una gran paradoja entre la presencia abrumadora del Acueducto, símbolo de la ciudad por antonomasia, y la ausencia casi absoluta de información sobre la ciudad romana a la que esta monumental obra de ingeniería debía necesariamente servir.” (Municio, L.J. 2000, p.73) En este estudio sobre la Romanización en Castilla y León nos detenemos en el estudio del Acueducto Romano, sabedores de los avances que en los últimos años se han producido en cuanto al descubrimiento de huellas romanas que nos hablan de una Segovia romana: la obra de la calle de Melitón Martín, las termas (?) de la Calle Real, los materiales constructivos de la Iglesia de la Santísima Trinidad, edificaciones de la Plaza Guevara, nº 4 o de la Plaza de la Reina Doña Juana, el edificio romano de la Judería. ¿Por qué no aparecen anfiteatros, templos ni grandes restos de edificaciones públicas? En la ciudad vivían celtibéricos, como nos consta en las lápidas empotradas en la muralla y, ya en el s. I a.C., pacificada la zona y avanzado el proceso de romanización, familias romanas de cierta posición social estaban asentadas en la parte más alta de la ciudad. Las murallas han podido servir de escombreras que ocultaran construcciones importantes, como un anfiteatro, que necesitan espacios de terreno abrupto. El acueducto Sistemas de construcción El trazado se hizo con niveles de agua y alineaciones ópticas, manteniendo una pendiente casi constante con quiebros en la alineación. Usaron chorobates y groma o escuadra de la que penden hilos con plomadas: sistema eficaz usado también en el planeamiento de las ciudades. Las canteras debieron ser varias: son distintos tipos de granito usado en la construcción de 7.5000 m3 de volumen. Las cimentaciones son simples: ensanchamientos de los pilares en forma de cubos, introducidos en pequeñas fosas sobre las calizas donde asientan bien. Sobre el gneiss no se hicieron zanjas: sólo pequeños rebajes para ajustar los primeros bloques tallados a medida. “Las dovelas de los arcos y sillares de granito se apoyan unos en otros sin el empleo de ningún tipo de argamasa [...] Se dice que este sistema ha otorgado a la construcción una muy notable facilidad para acoplarse a las deformaciones causadas por las dilataciones o las contracciones térmicas, y al viento. La verdad es que la argamasa habría sido como una almohadilla, esencial para repartir las cargas, y que la disposición “a hueso”, o “en seco” ha provocado numerosas roturas en muchos sillares que, de otro modo, podrían estar enteros.” (Zamora, 1995, p.22) José Fernando Pablos Navazo. Romanización en Castilla y León El Acueducto de Segovia 2 Con la erosión se hace irregular la forma de los bloques que, al reasentarse, se rompen, sobre todo encima o debajo de alguna junta. La erosión ha hecho desaparecer en algunos sillares hasta 5 cm y ha borrado numerosas huellas de factura: -En algunas de las aristas de los sillares han debido verse, en su día, las huellas de las cuñas de madera usadas en la extracción que, al dilatarse con el agua, rompen en la alineación deseada y también metálicas. Se han borrado para que los sillares asentasen correctamente. -Los sillares se terminan de trabajar en la obra. Las caras externas con la técnica de “almohadillado”, rehundiendo las juntas para que la parte central sobresalga, y con un picado llamado anathyrosis, talla vertical que remarca las líneas verticales del edificio. Esta técnica era más rápida que el pulimento de las caras internas. El picado llegó a hacerse una vez colocado el sillar. -“Las piezas se levantaron del suelo mediante el uso de unas pinzas o ganchos metálicos, las ferrei forfices o fórceps” (Zamora, 1995, p.33). Se cierran con el peso de la piedra. Para ello se tallan a pie de obra unos pequeños rehundimientos en los que introducir los ganchos. Se ven en el centro y en la parte alta de casi todos los sillares y era el propio peso el que los hacía bascular. En los sillares más bajos no aparecen y, si lo hacen, se debe a que el primitivo suelo era inferior al actual. -Se izaban con diversos tipos de poleas y se empleaban obreros y animales para subir los 2.500 Kg. que pesaban los sillares mayores. -Se aprecian unos pequeños alveolos rectangulares en las zonas visibles de las caras superiores de casi todos los sillares. Son superficies de espera en los que se apoyaban las vectis o cuñas de las palancas para ajustar los nuevos bloques. El conjunto recibe el nombre de opus quadratum, a soga y a tizón -lados largos y cortos-. Son sillares de sección cuadrada o rectangular cuyos lados se disponen siempre verticalmente. Descripción del trazado Las primitivas tomas de agua se encontraban en Río Frío, aguas arriba del Embalse de Revenga. Las captaciones que allí se ven son obra de sucesivas restauraciones. Desde 13 Km el canal romano hubo de ser de mampostería, bien recubierta de hormigón de cal y ladrillo molido (opus signinum), pero ningún resto del canal es ya romano. Conocemos un desarenador o piscina limaria cerca de la Plaza de Toros, donde el agua pierde velocidad y es limpiada de impurezas. La construcción de la carretera ha deformado toda la conducción y la zona elevada ha sufrido profundas reformas, algunas muy burdas y otras no romanas. Corresponden a la primera zona de una sola arcada. En la Plaza de Día Sanz y en la del Azoguejo la construcción requiere dos arquerías superpuestas para que la pendiente del canal pueda llevar el agua hasta la muralla. En la Plaza del Azoguejo alcanza 28’10 m. La mampostería superior no corresponde a época romana. Falta toda otra línea de cornisa sobre el primer orden de arcos, por lo que se ha resentido en cuanto a su impermeabilidad. Intramuros continúa con un orden de arcos y se interrumpe. Continuando hasta el Alcázar, “ha sido la cacera la que ha originado las calles, y las ha mantenido básicamente, José Fernando Pablos Navazo. Romanización en Castilla y León El Acueducto de Segovia 3 a lo largo de los siglos, hasta su estado actual. Se pone de relieve, una vez más, que es el canal principal, la “madre del agua” lo que explica en gran parte la pasada importancia de la ciudad y su supervivencia” (Zamora, 1995, p.67-68). Fechas de Construcción “Conscientes de que la zona más alta era la más monumental del conjunto, los romanos le concedieron un diseño específico: en el centro del Azoguejo y sobre el primer orden de arcos, puede verse una bancada, con ensanchamiento o “sotabanco”. Destaca muy notablemente del conjunto” (Zamora, 1995, p.69). En sus dos caras figuran unas perforaciones rectangulares en las que se introducían las patillas de las letras de una cartela monumental, letras de latón o bronce dorado de 35/40 cm. La tarea de identificación del nombre es compleja pues muchos agujeros han desaparecido por la erosión y ni tan siquiera las mismas letras se sostenían siempre con el mismo número de patillas. Pudo haber dos o tres líneas de texto. Según Alonso Zamora, la construcción comenzó a levantarse hacia el año 50 de nuestra Era y entre los emperadores que pudieron intervenir en las obras, del 50 al 150 d.C. estarían Claudio (41-54), Vespasiano (69-79), Domiciano (81-96), Nerva (96-98) y Trajano (98-117). La inscripción, según el profesor Géza Alföldy, en 1997, presenta el mismo texto en ambas caras, tan sólo cambiando la palabra AQVAM de la tercera a la segunda línea en la cartela del lado Este. Su interpretación sería la siguiente: “1ª Línea: IMP . (eratoris) NERVAE . TRAIANI . CAES . (aris) AVG . (usti) GERM . (anici), P . (ontificis) M . (aximi), TR . (ibunicia) P . (otestate) II CO(n)S . (ulis) II . PATRIS . PATRIAE . IVSSV 2ª Línea: P. (ublius) MVMMIVS . MVMMIANVS . ET . P . (ublius) FABIVS . TAVRVS . IIVIRI . MVNIC . (ipii) FL . (avii) SEGOVIENSIVM 3ª Línea: AQVAM . RESTITVERVNT Es decir: 1ª Línea: El Emperador Nerva Trajano, César Augusto Germánico, Pontífice Máximo, (durante su) Poder Tribunicio II (por segunda vez) Cónsul II (por segunda vez), Padre de la Patria, ordenó (por orden del) 2ª Línea: Publio Mummio Mummiano y Publio Fabio Tauro, Duumviros del Municipio Flavio de los Segovianos, 3ª Línea: Restituyeron el agua. (O la conducción). José Fernando Pablos Navazo. Romanización en Castilla y León El Acueducto de Segovia 4 En primer lugar figuraría el nombre del Emperador, (Trajano, hijo de Nerva), seguido de su “titulatura”, es decir, de sus cargos y honores oficiales, (César Augusto Germánico, Pontífice Máximo). Luego aparecen los periodos en los que detenta el poder, (Tribuno por segunda vez, y Cónsul también por segunda vez), para terminar con el epíteto de Padre de la Patria, y con la indicación de “por orden”, o de “ordenó”. La segunda línea hace referencia a los magistrados, a las autoridades locales: Publio Mummio Mummiano y Publio Fabio Tauro. De ellos se dice que eran “Duoviros” del Municipio Flavio de los Segovianos. Finalmente, (tercera línea), se indica que estos magistrados restituyeron el agua. El término “AQVAM” puede entenderse no sólo como el líquido, estrictamente, sino también como el canal. Incluso como su soporte, es decir: toda la obra. En resumen, que los magistrados locales citados, por orden del Emperador Trajano, reconstruyeron la traída de aguas.” (Zamora, 2000, p66-67) Restauraciones Han sido numerosas y, si ha llegado hasta nosotros, ha sido por permanecer en uso y requerir reparaciones. Es posible que la cartela del sotabanco aluda a la restauración y no a la construcción: AQVAM RESTITVERVNT. La primera reparación se hace en 1.071, atribuida a la destrucción de muchos arcos a manos de los musulmanes, aunque es más probable que se debiera a un deterioro progresivo. En la segunda, Fray Juan de Escovedo, un monje de El Parral, a requerimiento de los Reyes Católicos, acomete las reparaciones en canal y arcos: nueva toma en el Río Frío, nuevo canal de granito -ya no de madera- con juntas machihembradas y embetunadas, que ha perdurado hasta hoy. De la tercera reparación de 1.614 son unos nuevos y extensos trabajos en los canales, en los desarenadores y en las zonas de mampostería. La primera restauración se lleva a cabo en 1.868, según consta en la talla en piedra. La segunda se realiza en 1.974 para conservación del patrimonio histórico-artístico, no para mantener la conducción en uso, afectando a la eliminación de parte del ático de mampostería, costura de piedras y dovelas con barras metálicas pegadas con resinas (¡!) y limpieza y calzado de sillares. En la tercera restauración de 1.994-95 se siguen usando resinas para coser sillares y chorro de arena para limpiar algunas zonas, se eliminan detritus y graffiti, se documenta cada sillar y se corta el tráfico bajo sus arcos. José Fernando Pablos Navazo. Romanización en Castilla y León