PRESENTACIÓN AL 2do. FORO ACADÉMICO. Roberto Obando Blanco Abogado y Magíster por la UNMSM. Profesor del Post Grado de la UNMSM, PUCP, USMP y AMAG. Miembro del Instituto Iberoamericano de Derecho Procesal. Juez Superior Titular del Callao. Jefe de la Oficina Desconcentrada de Control de la Magistratura del Callao. Damos la bienvenida a los participantes al 2do. Foro Académico impulsado por la Oficina Desconcentrada de Control de la Magistratura del Callao, actividad estratégica que forma parte del Plan de Gestión 2015-2016, y que tiene como propósito generar un espacio de reflexión que permita reforzar el tema de la valoración de la prueba y los estándares de prueba, tema transversal a las distintas especialidades, el mismo que cuenta con la acreditación por parte de la Academia de la Magistratura (2 horas lectivas). Debemos resaltar que el contenido del Plan de Gestión de ODECMA Callao tiene una visión integral de la labor jurisdiccional, focalizando los problemas sensibles y humanos en la gestión judicial, adoptando políticas jurisdiccionales (labor normativa y control preventivo), como han sido los temas de prescripción de los procesos de adolescentes infractores, la 1 prescripción de los procesos por faltas, la observancia del derecho al plazo razonable en los procesos de familia: alimentos, tenencia y régimen de visitas; en los procesos laborales: pagos de remuneraciones y pensiones (derechos alimentarios); en el proceso penal sobre el delito de violación sexual, tomando como base la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y Tribunal Constitucional; el derecho a la debida motivación en el dictado de medidas cautelares en los procesos constitucionales, contenciosos administrativos y civiles, donde se detecta falta de motivación y motivación aparente, etc. En esta oportunidad, quiero agradecer la presencia de nuestro expositor invitado el maestro Juan Monroy Gálvez, a quien considero mi formador en el área del derecho procesal, contando doblemente con el honor de haberme prologado dos libros de tesis, el primero que contiene la tesis para optar el título de abogado, y el segundo para optar el grado de magíster en derecho. En el prólogo de ésta última, que corresponde al año 2011, el maestro Juan Monroy recuerda que deben ser más de veinte años que empezó este diálogo continuo e 2 ininterrumpido sobre nuestro tema favorito, y además de nuestra amistad. En el 2do. Foro Académico el expositor desarrollará dos temas, el primero (central y de actualidad): “Análisis del Sétimo Pleno Casatorio Civil sobre la propiedad no inscrita y el embargo inscrito”, llevado a cabo en la Audiencia Pública realizada el día 17 de julio del presente año, que contó con la presencia de seis Amicus Curiae convocados por las Salas Civiles de la Corte Suprema de Justicia, entre los cuales se encontró nuestro distinguido invitado, jurista, procesalista y maestro universitario Juan Monroy Gálvez; y como segundo tema el propuesto en el programa: “Veromisilitud y verdad en el proceso civil”. En cuanto al primer tema, la Constitución protege el derecho de propiedad como derecho fundamental. Respecto a la interpretación del artículo 2022 segundo párrafo del Código Civil, se exige una interpretación sistemática con las normas del propio ordenamiento civil, partiendo de la premisa que el sistema de transferencia de propiedad inmobiliaria no es constitutivo de derechos sino declarativo, siguiendo la regla del artículo 949° del Código Civil que 3 establece que el derecho de propiedad inmueble se perfecciona con el consentimiento, por lo que se es propietario aun cuando no haya inscrito su derecho. Además, es importante, al momento de resolver en materia de proceso de tercería de propiedad, tener presente lo dispuesto por el artículo 245° del Código Procesal Civil, que regula diversos supuestos sobre la fecha cierta en el documento privado, señalando que: “Un documento adquiere fecha cierta y produce eficacia jurídica como tal en el proceso desde: (…) 2. La presentación del documento ante funcionario público; 3. La presentación del documento ante notario público para que certifique la fecha o legalice firmas (…); y, 5. Otros casos análogos. Excepcionalmente, el Juez puede considerar como fecha cierta la que haya sido determinada por medios técnicos que le produzca convicción”. En tal sentido, podemos apreciar que este artículo contiene un numerus apertus de supuestos para que un documento adquiera condición de fecha cierta, más si se tiene en cuenta que señala “otros casos análogos” o que “excepcionalmente, el Juez puede considerar 4 como fecha cierta la que haya sido determinada por medios técnicos que le produzca convicción”. Debe tenerse presente que cuando una tercería se opone a un embargo inscrito, la jurisprudencia nacional mayoritaria otorga preferencia a la propiedad no inscrita: “El derecho de un acreedor embargante no es equiparable a un derecho real de propiedad, a efectos de la oponibilidad establecida por el artículo 2022° para los derechos reales sobre inmuebles, puesto que el primero se sustenta en un derecho de crédito, cuyo objeto es una prestación, ya sea de dar, de hacer o de no hacer; a diferencia del derecho real cuyo objeto es un bien. Es decir, se trata de derechos de distinta naturaleza a los cuales les serán aplicables las reglas del derecho común” (Casación No. 3800-2002-Arequipa, publicada en el diario oficial El Peruano 30/10/2003). Por otro lado, la Resolución Casatoria N° 2103-2006-Lima de fecha veintidós de agosto de dos mil seis, expedida por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, establece que al haberse concluido que los derechos contrapuestos son de distinta naturaleza, debe resolverse conforme a lo dispuesto en 5 el segundo párrafo del artículo 2022° del Código Civil, esto es, se debe aplicar las disposiciones del derecho común en las que la preferencia se determina solo por la certeza y la fecha en que se constituyeron los derechos, sin referencia a la fecha de la inscripción registral (Fundamento jurídico sétimo). En esta línea de ideas, la Casación N° 5323-2008-Lima de fecha dos de julio del dos mil nueve, expedida por la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República, señala que: “Este Supremo Tribunal, debe destacar como ya lo ha hecho en casaciones anteriores, que el segundo párrafo del artículo 2022° del Código Civil prescribe una excepción al principio de prioridad previsto en el artículo 2016° del referido Código, pues señala que al oponer derechos de diferente naturaleza se deben aplicar las disposiciones del Derecho común. En este sentido a de señalarse que la inscripción de un derecho personal en los Registros Públicos no convierte a este en real, sino que conserva su carácter, de tal modo que ante la concurrencia de un derecho real (como es el de propiedad) con otro de distinta naturaleza, prevalece el primero, ello por aplicación del 6 Derecho común que por mandato del referido artículo se impone al derecho registral (…)” (Fundamento jurídico tercero). Lo previamente expuesto se encuentra ratificado por la Exposición de motivos oficial del Código Civil, que respecto del artículo 2022° del Código Civil expresa en su parte pertinente que debe otorgarse preferencia al titular del derecho real: “No hay duda que si se enfrentan dos titulares de derechos reales, quien tendrá preferencia en virtud del principio de prioridad será aquel que inscribió primero; esto es conformado por la primera parte de este artículo. Pero si se tratara de un enfrentamiento entre un derecho personal y uno real, y a esto alude la segunda parte del artículo, tendrá preferencia el titular del derecho real, por que goza de la oponibilidad erga omnes, que no tiene el derecho personal y además porque el real goza de lo que se llama energía persecutoria, de la que también carece el derecho personal. Tomando en cuenta esto, la última parte del artículo indica que cuando se produce un enfrentamiento entre un derecho real y otro personal la preferencia será otorgada a quien la tenga conforme a las disposiciones del Derecho común, como si el derecho registral para estos efectos no existiera. Así, por ejemplo, quien embarga un 7 inmueble, no convierte su derecho de crédito que es personal, derivado de la falta de cumplimiento de la obligación de pago, en un derecho real, porque la inscripción no cambia la naturaleza de los derechos. El crédito seguirá siendo, a pesar de la inscripción, un derecho personal. Puede ser que se haya embargado un inmueble que en el registro aparezca como propiedad del demandado; sin embargo, no podrá hacer valer su derecho de embargante, contra quien al momento del embargo era el verdadero propietario, a pesar de que este inscriba su derecho con posterioridad. El embargante no podrá hacer uso de su derecho porque es la solución que nos otorga el Derecho común cuando nos dice que los bienes que deben ser materia de un embargo son aquellos de propiedad del demandado. Este es un caso de enfrentamiento entre el titular de un derecho real y uno de un derecho personal, en que por aplicación del derecho común, resulta victorioso el del derecho real” (Comisión Revisora del Código Civil. Exposición Oficial de Motivos del Código Civil de 1984 – Registros Públicos, separata especial publicada en el diario oficial el 19 de noviembre de 1990, página 21). 8 Esta interpretación establecida por reiteradas ejecutorias del Supremo Tribunal, es concordante con la sostenida por el maestro sanmarquino doctor Jorge Eugenio Castañeda, quien señala que: "el embargo anotado en el registro, sobre un inmueble vendido con anterioridad, no puede prevalecer frente a la venta no inscrita, por lo que debe declararse fundada la tercería excluyente de dominio promovida por el nuevo dueño, porque el embargo no puede oponerse, por razones de jerarquía al derecho real de propiedad que ha nacido con la venta" (Instituciones de derecho Civil, Los derechos reales de garantía, Tomo III, Lima, 1967, página 174). De ese modo, es evidente que el inmueble afectado mediante embargo, por tener el demandante un derecho de naturaleza real, prevalece sobre uno de menor jerarquía de naturaleza personal (embargo). Señala el profesor de Derecho Civil Gunther Gonzáles Barrón, que la fórmula “derechos de diferente naturaleza”, al que se refiere el artículo 2022° del Código Civil, solo puede aludir a los derechos reales y los obligacionales, con la lógica primacía de los primeros, no solo por consideraciones doctrinarias (erga omnes), sino por la voluntad expresa del legislador (exposición de motivos oficial y, 9 fundamentalmente, por el artículo 70° de la Constitución: “la propiedad es inviolable”. Incluso el Tribunal Constitucional ha reconocido que los tribunales ordinarios actúan correctamente cuando sancionan el criterio favorable al propietario (STC N° 03118-2011-PA/TC, de 05/10/2011). En esta línea de ideas se encuentra la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso “Tibi vs. Ecuador”, sentencia de fondo del 07/09/2004, cuya doctrina establece que el título de propiedad no necesita la inscripción (Suplemento “Jurídica” del Diario Oficial “El Peruano”, 11/08/2015, páginas 2 y 3). En otro comentario afirma que la nueva regulación del artículo 533° del Código Procesal Civil, producto de la modificación efectuada por el Decreto Legislativo N° 1069, calza perfectamente con el artículo 2022°, segundo párrafo del Código Civil, tutelando la propiedad no inscrita y pone fin a un debate que siempre fue innecesario. Señala ahora que la tercería solo puede fundarse en la propiedad de los bienes afectados judicialmente por medida cautelar o para la ejecución, es decir, por un embargo preventivo o definitivo, según la antigua terminología. La norma agrega algo más: en el caso de garantías reales, la tercería solo procede cuando el derecho del 10 tercerista se encuentre inscrito con anterioridad (“Propiedad no inscrita vs. Embargo inscrito: El legislador acaba de ratificar la solución dada por el Código Civil”, Revista Actualidad Jurídica, N° 179, Gaceta Jurídica, octubre 2008, página 73). En cuanto al segundo tema, conforme enseña la doctrina procesal expuesta por el maestro español Jordi Ferrer Beltrán: “(…) La prueba como actividad tendría la función de comprobar la producción de los hechos condicionantes a los que el derecho vincula consecuencias jurídicas o, lo que es lo mismo, determinar el valor de verdad de las proposiciones que describen la ocurrencia de esos hechos condicionantes” (La valoración racional de la prueba. Madrid, 2007, Marcial Pons, página 30). Finalmente, el maestro Michele Taruffo señala que la valoración de la prueba habrá permitido otorgar a cada una de las hipótesis en conflicto un determinado grado de confirmación que nunca será igual a la certeza absoluta. Habrá que entender que la finalidad de la prueba es la verdad relativa. Y, ya que no existe la verdad absoluta, señala el profesor Juan Monroy Gálvez, intentemos que en las decisiones se obtenga la verdad judicial, entendida como el fin supremo del sistema 11 judicial, en cuanto esté compuesta por los valores presentes en el pueblo en nombre del cual se imparte justicia. Quiero agradecer la asistencia a esta convocatoria y, estando atentos de escuchar a nuestro distinguido expositor, reiteramos nuestro agradecimiento por su disposición de asistir a este evento y recibir sus importantes aportes. Muchas gracias. 12