TEMA 4: CONDICIONAMIENTO INSTRUMENTAL: EVITACION Y CASTIGO 4.1. Evitación y escape En general, en cualquier procedimiento de condicionamiento en el que se manejen estímulos aversivos (escape, evitación, castigo) hay que tener presente que éstos, por sí solos, están frecuentemente relacionados con complejos y poderosos sistemas de respuesta, total o parcialmente innatos. Por ejemplo, un mismo estímulo aversivo puede provocar respuesta de "petrificación", de ataque, de lucha, etc., dependiendo de la especie y de la situación. Por otra parte, las respuestas incondicionadas a los estímulos aversivos intensos no son simétricas a las que producen estímulos apetitivos En los procedimientos de evitación y escape, el reforzador es, respectivamente, la noaparición y la interrupción de un estímulo aversivo (típicamente, una descarga eléctrica). Como ya se ha visto, el hecho de que el organismo pueda llegar a evitar el estímulo aversivo o, por el contrario, la respuesta sirva sólo para interrumpirlo (escape), introduce una diferencia muy importante entre ambos procedimientos. De hecho, el condicionamiento de escape se parece mucho en sus resultados al de recompensa, mientras que el de evitación presenta más aspectos particulares. 4.1.1. Evitación discriminada La situación típica de evitación, que actualmente se denomina a veces evitación discriminada, se caracteriza por lo siguiente: Incluye un estímulo discriminativo (ED), que es contingente con la aparición del E aversivo. Si el organismo responde al primero, impide la aparición del segundo. Al principio de la fase de adquisición suele haber un periodo en el que el organismo no ha aprendido todavía a evitar el EI, pero se produce ya una contingencia de escape. Un problema que se observó ya en los primeros análisis de laboratorio de las contingencias de evitación es que el organismo puede llegar en muchos casos a altos niveles de eficacia en la evitación del E aversivo. Cuando esto ocurre, no está claro qué es lo que mantiene la respuesta, ya que pasa largos periodos sin recibir estímulos aversivos e incluso puede llegar a no recibirlos en absoluto. Existen distintas teorías que tratan de explicar esta persistencia. Existen procedimientos de laboratorio que permiten establecer una situación de evitación sin estímulo discriminativo (“evitación no-discriminada” o “evitación Sidman”) 1 Condicionamiento 4.1.2. Tema 4 Eliminación de respuestas de evitación Como ya se ha comentado, el entrenamiento de evitación produce a veces respuestas muy difíciles de eliminar. La extinción pura (es decir, la mera ruptura de la contingencia) no suele ser eficaz, ya que el organismo que ha adquirido una alta eficacia en la R de evitación no llega a experimentar casi nunca, gracias a ello, la estimulación aversiva, y no tiene por tanto forma de “distinguir” la situación de extinción. Se han probado distintos métodos para eliminar las Rs de evitación; por ejemplo: Castigo de la R de evitación: resulta a veces moderadamente eficaz, aunque puede en ocasiones provocar el efecto contrario. En todos los casos produce niveles muy altos de ansiedad. Por tanto, no suele ser un procedimiento recomendable. Inundación o exposición con prevención de respuesta: Forzar al organismo a permanecer en presencia de las claves de miedo (ED), impidiéndole realizar la R de evitación y sin administrar el E. aversivo. Es decir, demostrarle que "no pasa nada". Es en general un método más eficaz, y constituye la base de algunas técnicas terapéuticas (técnicas de exposición, desensibilización sistemática, etc.). La eficacia de la inundación es mayor cuando, durante la misma, se obliga al organismo a realizar alguna conducta motora alternativa. Por otra parte, se han constatado respuestas residuales de miedo en sujetos sometidos a inundación: aunque la R de evitación se haya eliminado, siguen manteniéndose a distancia de los dispositivos involucrados, y se observan indicadores fisiológicos de ansiedad cuando se les fuerza a permanecer cerca de ellos). 4.2. Castigo El castigo no es precisamente el procedimiento psicológico más popular. Para ello, hay varias razones: Socialmente, es un método de control del comportamiento que resulta antipático, y entra en conflicto con concepciones morales y prejuicios educativos. Numerosas personas (incluyendo algunos psicólogos con conocimientos poco actualizados) relacionan la idea del castigo con concepciones míticas, como el "trauma" freudiano. Algunas investigaciones indican que el castigo es un mecanismo ineficaz de aprendizaje, en comparación con el entrenamiento de recompensa o la extinción. Su aplicación práctica con garantías de éxito resulta técnicamente complicada. En realidad, desde un punto de vista objetivo, hay dos cuestiones muy claras: a) El castigo presenta una eficacia y una aplicabilidad más limitada que otros procedimientos, como el entrenamiento de recompensa. b) Sin embargo, dadas las condiciones oportunas, se trata de un tipo de entrenamiento perfectamente eficaz, que no representa peligro para el sujeto si el psicólogo que lo aplica es un buen técnico y sabe hacer su trabajo. 2 Condicionamiento Tema 4 El procedimiento básico de castigo consiste en establecer una contingencia positiva entre una respuesta que el organismo da con una frecuencia no nula, y un suceso aversivo. El efecto característico es la disminución de la fuerza de R y, eventualmente, su supresión completa. 4.2.1. Evidencias sobre la ineficiencia del castigo Hasta los años 50, se consideraba el castigo como un procedimiento de aprendizaje muy poco eficaz. Algunos experimentos lo corroboraban: 4.2.2. En algunos estudios, las respuestas recompensadas aumentaban en frecuencia, pero las castigadas no disminuían de forma equivalente. Skinner, 1938: castigando a una rata con el "retroceso" de la palanca, la cual estaba además sometida a una contingencia de refuerzo positivo, se conseguía sólo una disminución débil y transitoria de la R. Factores de la eficacia del castigo A la luz de un gran número de trabajos posteriores, hay que concluir que el entrenamiento de castigo no tiene una eficacia tan regular y uniforme como el de recompensa. En algunos casos, como los anteriores, resulta poco efectivo. En otros, presenta efectos irregulares e incluso paradójicos. Sin embargo, en determinadas situaciones, el castigo es muy eficaz para la supresión de una R. Buena parte de la investigación posterior ha ido orientada, por consiguiente, a especificar las variables que determinan la efectividad del castigo. Se ha hallado que es fundamental tener presentes los siguientes aspectos : 1. El estímulo aversivo debe ser intenso, 2. El estímulo aversivo debe ser inmediato a la R que se quiere castigar, es decir, la demora debe ser muy baja. 3. La contingencia de castigo debe mantenerse hasta la desaparición de la R. Si la R. deja de ser castigada antes de haber desaparecido por completo, se producirá una recuperación a bastante corto plazo y muy rápida. La tasa de respuestas puede incluso alcanzar transitoriamente valores superiores a los que tenía antes del entrenamiento de castigo. 4. El historial de experiencia estimular del organismo influye en la eficacia del castigo. Concretamente, un estímulo aversivo aplicado como castigo, si es novedoso para el organismo tiene un efecto mucho más acusado que si es familiar. El caso más extremo de ineficacia se obtiene con el mismo estímulo aplicado a organismos que lo hayan experimentado de forma creciente, a partir de bajas intensidades: la R apenas se debilita si sigue siendo recompensada. (Miller, 1960). Merece la pena observar que, pese a ello, esta forma de aplicar el castigo (con intensidad creciente) es muy común entre padres, educadores, entrenadores de animales, etc. 3 Condicionamiento Tema 4 4.3. Efectos patológicos de la estimulación aversiva. Algunas maneras particulares de aplicar estimulación aversiva producen la implantación de conductas disfuncionales o patológicas. Por ejemplo: El castigo de la enuresis en niños produce a menudo un empeoramiento (más micción no controlada). Contingencias “contradictorias”: Por ejemplo, Maier (1949) enseñó a dos grupos de ratas a saltar desde una plataforma a una de dos cajas meta. En la caja correcta, se administraba comida. En la caja incorrecta, se bloqueaba la puerta, de forma que la rata caía. Para algunas ratas, la caja correcta era siempre la misma (p.ej. la izquierda), mientras para otras ratas la caja correcta era al azar cualquiera de las dos en cada ensayo. Estos sujetos, a los pocos ensayos, se negaban a saltar. Cuando se les obligaba a ello mediante una descarga en la plataforma, desarrollaron una R estereotipada ("fijación") consistente en saltar siempre hacia el mismo lado. Esta R, una vez adquirida, resultó ser extremadamente resistente a la modificación. Se mantenía incluso cuando se dejaba al sujeto ver en qué caja estaba la comida y se le hacía el salto más fácil acercando caja y plataforma. Evidentemente, los animales habían desarrollado un trastorno psicológico. Es importante notar que en estos casos, los efectos disfuncionales de la estimulación aversiva se deben a circunstancias ajenas al procedimiento de castigo propiamente dicho; más bien tienen que ver con usos forzados o extremos de la estimulación aversiva (fuertes cambios de contingencias, castigo de RIs, etc.) 4