fenomenología y existencialismo como base de la

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Vol. 1 Nº1 Marzo 2013
FENOMENOLOGÍA Y EXISTENCIALISMO COMO BASE DE LA
PSICOTERAPIA HUMANISTA TRANSPERSONAL
Por DIEGO CIFUENTES RUBIO, Universidad del Pacífico, psico.dcifuentesr@gmail.com.
RESUMEN
En el presente trabajo se dan a conocer las principales filosofías que forman parte del
sustento teórico y práctico de la psicología transpersonal, como lo son la fenomenología
de Husserl, y el existencialismo. En este último se destacan autores como Sören
Kierkegaard, Friedrich Nietzsche, Martín Buber y Jean Paul Sartre, y como es que la
psicología humanista toma sus conceptos de libertad, responsabilidad, el aquí y ahora, la
búsqueda del sentido y la Capacidad de Elegir, como fundamentos para la base de su
quehacer psicoterapéutico.
Para fin de un mayor entendimiento, dichas filosofías se han separado en distintos títulos,
a saber, en primer lugar la fenomenología, luego el Existencialismo y para finalizar el
humanismo, dentro del cual se abordan las temáticas anteriormente planteadas para
unificarlas y a su vez vincularlas con el sentido que aporta lo espiritual, fundamento
principal del humanismo transpersonal.
PALABRAS CLAVES: Fenomenología, Existencialismo, Humanismo, Subjetividad, Esencia.
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ABSTRACT
In the following essay, the main philosophies which are part of the practical and
theoretical sustenance of the transpersonal phsychology will be dealt, such as the
Husserl’s phenomenology and the existentialism. In this latter Soeren Kierkegaard,
Friedrich Nietzsche, Martín Buber and Jean Paul Sartre are emphasized and also how the
humanistic psychology takes its concepts as Freedom, Responsibility, the Here and Now,
the Search of Sense and the Capacity of Choosing as the fundamentals for the base of the
psychotherapeutic work.
For a better understanding, these philosophies have been classified into different
headlines: first The Phenomenology, then The Existentialism and finally the Humanism in
which the previous subject matters are tackled in order to join them and at the same time
linking them with the spiritual sense as the main basis of Transpersonal Humanism.
KEYWORDS: Phenomenology; Existentialism; Humanism; Subjectivity; Essence.
RECIBIDO:
16 de Julio de 2012.
ACEPTADO:
15 de Noviembre de 2012.
CÓMO CITAR ESTE ARTÍCULO:
Cifuentes, D. (2013). Fenomenología y existencialismo como base de la psicoterapia
humanista transpersonal. Visión Posible. Recuperado el [día] de [mes] de [año] desde
http://www.visionposible.cl.
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Introducción
Para dar inicio a este trabajo, me parece pertinente comenzar con la pregunta. ¿Es factible
hablar de las bases fenoménicas y existencialistas para un humanismo Transpersonal?
Para poder dar respuesta a esta pregunta, a continuación veremos cómo aporta cada
filosofía, desde sus principales autores y como sus postulados han sembrado las primeras
bases que más tarde darán nacimiento a una psicología humanista, de la cual a su vez se
desprenderá una corriente mayormente contemporánea que aboga por el rescate y (bien
podríamos decir) re-validación de lo espiritual en el campo de la psicología y psicoterapia
Transpersonal.
En el transcurso de los años, se ha observado un gran cambio en la forma en que el
hombre se mueve y refiere al mundo, aún mas, el ser humano ha comenzado a
comprender y a ampliar sus posibilidades, permitiéndose cuestionar cosas que en un
cierto momento no eran puestas en duda por su carácter “objetivo”. Sin embargo con el
surgimiento de epistemologías como la fenomenología esto comienza a dar un giro, donde
importantísimos teóricos en su mayoría filósofos dan a conocer una nueva posibilidad de
concebir la realidad.
Fenomenología
Uno de los manifiestos que algunos autores como Husserl formularon para poder
conectarse con la naturaleza misma de las cosas y así dar cuenta de nuestro papel a la
hora de interpretar la realidad fue la Fenomenología, una epistemología aparecida por el
siglo XX que comienza como una forma de estudio de los fenómenos. Le interesa
principalmente conocer el mundo a través de la experiencia tal y como se presenta en la
conciencia, considerando que el mundo se debe suponer en función de la realidad
subjetiva que cada sujeto posee, realidad que se ha ido construyendo en su historia de
relación con el mundo. A partir de entonces, comienza el hombre a acercarse a la
multiplicidad de experiencias dejando de lado la búsqueda de los –Por qué- característica
de la ciencia positivista, dando paso al –Cómo- de la ciencia Fenomenológica. (Porre,
2009)
Husserl (1911) considerará entonces que un fenómeno será la apariencia, una forma
particular y específica de cómo un objeto se presenta a sí mismo de modo inmediato a la
conciencia de quien observa, desde esta perspectiva, un fenómeno no tendría ninguna
“propiedad real”.
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Sin embargo, a pesar del aspecto subjetivo que el autor destacara acerca de la
particularidad de la experiencia, reitera que ésta no nos puede decir -que es o son- los
fenómenos psíquicos tal como se hace con la valides de lo físico, pero a pesar de ello lo
psíquico es experimentado de igual forma como vivencia. Desde aquí se obtiene una
nueva concepción acerca de la forma en que el ser humano estaba acostumbrado a
referirse a los objetos externos, ya que desde esta filosofía fenoménica la experiencia
inmediata es lo único que podemos llegar a conocer con seguridad y estas no pueden ser
separadas del objeto mismo que es observado.
Por lo tanto la forma de abarcar la realidad de manera fenoménica, es de considerar que
aquello que surge en la conciencia no puede ser predefinido, de manera que lo que es
percibido del mundo se debe considerar en función del marco referencial de quien
observa.
“Todo esto lleva por título “conciencia de” y tiene una significación, “apunta” a algo
“objetivo”, y el mismo puede ser descripto, desde cualquier punto de vista - ya sea como
“ficción” o “realidad” - como algo, “objetivo inmanente”, y “considerado como tal” y
considerado desde tal o cual modo del considerar.” (Husserl, 1911, p. 16)
Esto nos lleva a reflexionar si realmente se pueden describir las experiencias de la manera
más pura posible, omitiendo juicios de valor e interpretaciones del fenómeno. Solo
describiendo lo observado y abriendo el espacio a la posibilidad del error, punto de vista
fundamental para considerar en una ciencia que busca estudiar el conocimiento. Por tanto
desde esta perspectiva, si el mundo es interpretable desde cada conciencia en particular,
lo que nos invita la filosofía fenomenológica sería considerar la experiencia humana desde
el propio sentido que otorgan las múltiples experiencias, como resultado del contacto con
el mundo. Y además cabe reflexionar acerca de una multiplicidad de realidades, en otras
palabras, en cada persona se encontraría un mundo diferente, a partir de la experiencia
que ésta toma al momento de ponerse en contacto con su conciencia particular (Porre,
2009). Por esto mismo la persona que intente describir toda realidad exterior debe, al
mismo tiempo, considerar las posibilidades de interpretación de otros que se encuentran
en la misma relación fenómeno - experiencia.
Otro punto de vista que vale la pena destacar es que la fenomenología permite transitar
desde la objetividad hacia la intersubjetividad. Que si bien, desde este punto de vista la
objetividad surge como una ilusión de quien experimenta, la unión de visiones abre la
posibilidad de ponernos de acuerdo acerca de la ocurrencia de un fenómeno, en vista de
que las –experiencias- son contrastables y compartidas por una comunidad.
En tanto, Porre (2009) destaca que el surgimiento de las teorías, más que intentar explicar
a priori un fenómeno, estas se pondrían al servicio de ampliar las posibilidades de
experiencias las cuales serían tan inacabadas como posibles de perfeccionar. Por ello es
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preferible desde este marco, la utilización del método descriptivo, mas que el explicativo
de las ciencias empiristas.
Existencialismo
El humanismo surge en gran parte desde el existencialismo, por lo tanto muchos
conceptos básicos que hallamos en el humanismo encuentran su fundamento en la
filosofía existencialista.(Banderas, 2011, Porre, 2009)
Dentro de los personajes más influyentes dentro de la línea existencialista estarán Soeren
Kierkeegard, Friedrich Nietzsche, Martín buber y Jean Paul Sarte, entre otros.
A partir de ciertos momentos históricos como lo fueron las guerras mundiales, Gissi (2005)
destaca, que fueron estos momentos de crisis en que los grandes pensadores,
comenzaron a cuestionar el papel del positivismo y su verdadera contribución a la
humanidad.
“Recordemos que entonces se suponía que Europa era el continente mas racional, más
ilustrado, más lúcido, autocrítico y progresista del mundo. Cuando empieza la primera
guerra mundial, Freud y muchos otros comienzan a cuestionarse la idea de un desarrolloprogreso garantizado por la ciencia y la racionalidad propiciada por ella” (Gissi, 2005, p.
29).
Así es como alrededor de la década de 1940 y 50’ surgen como reacción a las postguerras
fuertes críticas desde distintas fuentes filosóficas a la filosofía clásica de aquel entonces,
que como ya se ha mencionado anteriormente se caracterizaba por el materialismo y un
empirismo racional. Esta nueva filosofía comienza a destacar temas existenciales como la
libertad, la nada, la autorresponsabilidad, el absurdo, entre otras vivencias propias de la
condición humana como son la búsqueda de sentido, el absurdo de la vida, el ateísmo, la
vida y la muerte (Gaarder, 1991ª,1991b). Sin embargo a pesar de que el existencialismo
surge más fuertemente en esta época, se atribuyen sus comienzos en un período mucho
más anterior. Algunos adjudican su nacimiento al cristiano Sören Kierkegaard y su
principal crítica a la religión por estar constantemente intentando revelar el misterio, y
sobre esto fueron sus mayores preocupaciones al plantear que una actitud
verdaderamente religiosa se da cuando el ser humano se enfrenta con lo desconocido,
propio de la existencia (Gaarder,1991a). Además Banderas (2009) da cuenta que
Kierkegaard hace alusión a esta misma angustia en el hombre producida por su
incertidumbre frente a una realidad incomprensible, produciéndole miedo y desamparo,
pero esta misma angustia es lo que lleva al hombre a actuar y a tomar decisiones dentro
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de su limitación, devolviéndose a sí mismo la libertad, la capacidad de elección y decisión,
a lo cual él está condenado.
Otro de los autores relevantes que surgen con el existencialismo es Friedrich Nietzsche,
del cual podemos recordar su más significativa frase “Dios ha muerto”. A este respecto lo
que Nietzsche intenta con esta afirmación es dejar de justificar nuestras acciones por una
excusa metafísica, por una esencia trascendental (Banderas, 2009, Gaarder, 1991b).
Nietzsche deja de justificarse en la esencia, y la reemplaza por nuestras elecciones, las
cuales determinan lo que hacemos y lo que somos, de esta manera la elección trae
consigo la responsabilidad y la libertad y si recordamos bien, estas cualidades son pilares
fundamentales en el humanismo.
Más tarde, surgirá otro filosofo importante para las futuras corrientes psicológicas
humanistas, Martín Buber y su filosofía del diálogo, plantea junto a la influencia reciproca
con Moreno (Espina, 1991) la filosofía del encuentro, del Yo-Tú, Yo-Ello. Donde el Yo-Ello
es la relación entre un sujeto y los objetos, con un posible fin utilitario y con posibilidad
del distanciamiento afectivo. Y por otra parte el Yo-Tú donde se da la intersubjetividad, la
autenticidad y una apertura a la relación y a un otro como totalidad (Porre, 2009).
Heidegger por su parte fue fuertemente influido por Kierkegaard y Nietzche (Gaarder,
1991b) y al ser un filósofo existencial, también enfatizó la experiencia del ser humano en
el mundo rompiendo con el paradigma científico y separatista del sujeto – objeto. Su
Dasein o Ser-en-el-mundo, puso al ser humano no solo frente a la vida, sino a su condición
y única certeza que es la muerte y que por lo tanto mientras más conciente se es que uno
es Ser-para-la-muerte, más cercano uno está a la experiencia y a la vida. (Banderas, 2009).
Otro personaje que me parece fundamental destacar por su influencia como filosofo
existencialista, sobre todo por sus aportes para el futuro humanismo, es Jean Paul Sartre,
del cual se destaca su tan célebre frase “La existencia precede a la esencia”. Sartre postula
que los seres humanos somos seres abiertos, es decir no una totalidad acabada ni
completa, sino mas bien un algo no acabado, más bien en constante movimiento, en
constante proceso de autodescubrimiento. (Banderas, 2011, 2009, Gaarder, 1991b)
“El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza
por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. Así, pues, no hay
naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla. El hombre es el único que no
sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la
existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es
otra cosa que lo que él se hace. …este es el primer principio del existencialismo. Es
también lo que se llama la subjetividad, que se nos echa en cara bajo ese nombre.”
(Sartre, 1946, p. 4)
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Es esta cualidad dirá Gaarder (1991b) y Sartre (1946) la que nos hace específicamente
humanos, pero a pesar de que la mayoría de las personas olvidan este precepto y parten
de una premisa contraria, es decir, la esencia precede a la existencia, Banderas (2009) al
respecto menciona que actuar desde esta premisa errada es lo que Sartre llamó actuar de
mala fe, en otras palabras justificar las acciones por la esencia, actuar bajo la ilusión de ser
una completitud que no puede moverse, que está determinada ya sea por la personalidad,
los roles, la sociedad. Al actuar de mala fe se pierde la capacidad de elección. Actuar de
mala fe sería identificarse con un rol y actuar solamente desde ahí, o justificarse y decir
“yo soy así”, “no puedo cambiar”.
Por consiguiente, el aceptar esta incompletitud significa para el hombre lanzarse a un
mundo en constante cambio, lleno del misterio y vacío que llena de angustia, un ser
humano lanzado al mundo a elegir y hacerse cargo de si mismo, sin Dios que determine
sus pasos y un ser humano inacabado que se va construyendo a si mismo a partir de sus
elecciones y que por consiguiente tiene que crear su propia naturaleza y esencia, mientras
va siendo. (Gaarder, 1991b).
Desde esta visión existencialista del mundo, pareciera que el hombre realmente fuera el
ser más frágil en la existencia terrena, con miedo de estar solo, de no encontrarle sentido
a lo que le sucede y a lo que decide. El existencialismo se preocupa justamente de esa
paradoja, pues si hay algo sobre lo que se preocupa es acerca de la libertad y la posibilidad
de elegir (Gaarder, 1991b, Quitman, 1989).
Sin embargo es justamente con el surgimiento del humanismo que se intenta llevar este
profundo sentido a la praxis.
Humanismo
Los 2 pilares fundamentales del humanismo, es la importancia a lo individual y a lo
subjetivo, a aquellas propiedades únicas de cada individuo y a sus potencialidades que le
permiten recobrar un sentido frente a las condiciones adversas.
Si se desea alcanzar un estado de conciencia que nos permita enfrentar de la mejor forma
nuestra vida cotidiana, entonces es necesario recalcar el papel que juega el humanismo al
enfrentar al individuo consigo mismo, con sus temores, sus vicios y descubrir sus virtudes,
todo dentro de su subjetividad. A partir de lo que Gaarder (1991b) aporta al respecto de
que “somos nosotros los que tenemos que darle ese sentido a nuestra propia vida. Existir
es crear tu propia existencia.” y además, con ello podemos destacar la unión tan cercana
entre el existencialismo junto al humanismo y la fenomenología, al respecto; “Sartre
intenta demostrar que la conciencia no es nada en sí misma antes de percibir algo. Porque
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la conciencia siempre es conciencia de algo. Y ese «algo» es tanto nuestra propia
aportación como la del entorno. También nosotros participamos en decidir lo que
percibimos, ya que seleccionamos lo que tiene importancia para nosotros.” (p. 471)
Y si quisiéramos destacar aún mas como aparece implícitamente la fenomenología en el
existencialismo, me permito citar nuevamente a Gaarder (1991b) “Dos personas pueden
estar presentes en el mismo lugar y sin embargo captarlo todo de forma completamente
diferente. Es porque cuando percibimos el entorno, contribuimos con nuestra propia
opinión, o nuestros propios intereses. […] Nuestra propia existencia contribuye a decidir
cómo percibimos las cosas en el espacio. Si algo es inesencial para mi, no lo veo. (p. 471)
El existencialismo entrega un contenido tal que le permite al hombre conocer hacia donde
van sus decisiones y que hará con ellas, esto en la vida cotidiana acercaría al hombre a su
salud en todas las áreas que le comprometen tanto corporal, emocional, psíquica y
espiritual, le ayudará a ser conciente de sus pensamientos y con una mirada más amplia
darse cuenta en donde está y en qué condiciones, y por supuesto, decidir qué hacer por él
y los otros, desde ahí, desde la epistemología fenomenológica poder observarse sin
prejuicios, simplemente viendo lo que sucede en su interior y como esto se refleja en su
pensar en su decir y en su hacer. Al respecto Gaarder (1991b) habla sobre Sartre:
“«El hombre está condenado a ser libre», dijo. «Condenado porque no se ha creado a sí
mismo y sin embargo es libre. Porque una vez que ha sido arrojado al mundo es
responsable de todo lo que hace. »” (p. 470)
Y además al respecto sobre Kierkegaard:
“La verdad es «subjetiva». Pero no quería decir con ello que da lo mismo lo que creamos u
opinemos. Quería decir que las verdades realmente importantes son personales.
Solamente esas verdades son «una verdad para mí».” (p. 396)
A partir de estas consideraciones me permito dar un salto hacia aquello que los anteriores
enfoques científicos y racionalistas habían dejado de lado y que los filósofos
existencialistas de algún modo lograron retomar y volver a poner en discusión, el papel de
lo espiritual desde sus distintos matices. Ya sea desde el existencialismo cristiano de
Kierkegaard, el existencialismo ateo de Sartre o desde el agnosticismo de Camus y
Heidegger (Gaarder, 1991b). Porque aquel plano de lo transcendente o espiritual no va
más allá de la existencia misma del ser humano. A este respecto Banderas (2011)
menciona que mientras más uno está en el dasein (ser-en-el-mundo), mientras más uno
profundiza en la experiencia, uno se da cuenta que lo transpersonal está en el presente. Es
un error buscar lo transpersonal “afuera”, buscar “experiencias transpersonales” cuando
lo transpersonal está aquí y ahora. Llegar al núcleo de la experiencia constituiría desde
este punto de vista en sí misma una experiencia transpersonal de totalidad y unidad.
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Por lo anterior, otro aporte que personalmente me parece importante incluir es que el
Humanismo Transpersonal debe poder promover la inclusión de la existencia con lo
inconsciente, ya que el ser humano debe poder reconocer la influencia de su pasado en su
presente, pero no quedar fijado en él sino ponerlo al servicio del aquí y ahora. Tomar una
actitud inadecuada al respecto sería en palabras de Sartre, actuar “de mala fe”, es decir,
justificar las acciones del presente por los hechos de su pasado, y por el contrario actuar
de “buena fe” sería revisar la actitud del yo en el presente respecto a su pasado, para así
según afirma Banderas (2009) la persona pueda llevar a terapia su propia vida, lo que
contribuiría a ir conociendo su propia esencia.
Sartre dice además que “el hombre se siente extranjero en un mundo sin sentido”
(Gaarder, 1991b) y que por ello “cuando el hombre se da cuenta de que existe y de que va
a morir, y de que no tiene nada a lo que agarrarse, entonces esto crea angustia” (p.469)
para esto Kierkegaard responderá que la importancia de lo espiritual, surge como un salto
de fé (Banderas, 2011, Gaarder, 1991ª) en que el ser humano, sea capaz de permanecer y
mas aún de obrar en el absurdo de la existencia, sin entender ni buscar un porque, ya que
solo mediante la fé se puede tener la experiencia de Dios, porque al no poder
comprenderse de forma objetiva, solo queda creer y permitirse estar en esa profunda
incertidumbre, este es el verdadero hombre religioso. Y “aunque puede ser «terrible caer
en las manos del Dios Vivo»., como expresa Kierkegaard, es cuando por fin el ser humano
encuentra la conciliación” (Gaarder, 1991ª, p. 399).
En ello también podemos encontrar la paradoja también existencial a la que se vio
sometido el mismo Buda por ejemplo, al momento de negar la existencia de Brahma,
permitiéndose estar en el vacío del nirvana. A este respecto Espina (1991) rescata que
“desde esta misma vacuidad es de donde puede partir la creación. Para llegar a este
proceso de creación no basta el acto de voluntad sino la impresión de la nada, de donde
surge el deseo creador” (p. 78).
Reflexiones finales
El existencialismo es una posibilidad que el humanismo Transpersonal a tomado por sus
aportes y su preocupación por aquello que el hombre hace en el aquí y ahora, en su
búsqueda por si hay algo permanente o no en él y que lo libre de todas sus angustias,
temores y vicios que denigran su auto imagen y amor propio. Pero en este punto es
necesario enfrentarse con la interrogante ¿es posible librarse de esta angustia, ansiedad y
soledad que los existencialistas reclaman como particular de la existencia humana? Al
parecer la invitación que hace el existencialismo, es más que la evitación de la condición
humana, es la búsqueda de sentido, de lo cual tanto hablo Victor Frank. Si podemos
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incorporar en nuestras vidas el hecho de que solo está en nuestras decisiones y elecciones
la capacidad de encontrar la libertad, y a lo cual es lo que apuntaría la frase de Sartre “...
el hombre está condenado a ser libre...” es lo que justamente el humanismo transpersonal
nos invita; a que logremos trascender cualquier estado de conciencia que nos tenga
estancados en nuestro desarrollo al permitirnos tener tales experiencias que nos permitan
trascender el estado actual y a veces ordinario en el que nos encontramos, y así expandir y
acrecentar nuestras posibilidades y elecciones. Podremos como el héroe dejar una etapa
atrás y saber que todo lo que nos pasa y que todas las crisis que nos llegan, no son más
que cambios de conciencia, oportunidades que como pieles antiguas nos invitan a elegir
como deseamos conformar nuestra esencia.
Ahora bien, tomando la fenomenología existencial y volviendo a retomar la importancia
de reflexionar sobre el valor de lo inconsciente para la psicología Transpersonal esta debe
dejar espacio para observar sus contenidos, sus imágenes psíquicas, sin negarlas, de otra
manera estaría simplemente negando su propia existencia y la fuerza que ejercen en la
personalidad; así sería campo de la psicoterapia buscar formas de como incorporarlos a la
conciencia. Ya que como vimos con anterioridad, un humanismo transpersonal fiel a sus
bases filosóficas debería tal vez mas que buscar la experiencia de imágenes y éxtasis de lo
luminoso y trascendente en lo exterior, hacer un esfuerzo por escarbar en las
profundidades de la propia psique personal, ahí donde los existencialistas avisan el
encuentro con lo abismal y temeroso de la propia existencia. Tal vez sea el mismo sentido
que encontremos en esas profundidades, lo que nos permita mayores acercamientos a la
experiencia humana, y si encontramos que aquello que nos ocurre topa con la experiencia
de muchos otros, la amplificación de estos temas colectivos tal vez nos lleven a una
sincera conciencia más amplia, lo cual implique darnos cuenta de cómo afectamos a
nuestro alrededor y desde ahí tomar responsabilidad y un hacerse cargo de nuestras
elecciones.
Recordemos en una reconocida frase de Jung, cuando este dice algo así como «aquello de
lo cual no se es conciente, acontece como destino» me parece que bien se podría tomar
como referencia para recalcar aquello que tanto se preocupan los existencialistas, y es
que si simplemente somos espectadores de lo que nos ocurre sin tomar una actitud activa
frente a lo que acontece frente a nuestros ojos, mas solo queda abandonarnos a lo que las
circunstancias externas o conflictos internos inconscientes depararán para nosotros. He
ahí la importancia de cómo cada cual decidirá que quiere para sí mismo.
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Referencias
-Banderas, F. (2009) Cátedra: Psicología de la comunicación. El existencialismo.
Universidad del Pacifico: Santiago de Chile.
-Banderas, F. (2011) Cátedra. Psicoterapia Humanista Existencial. Universidad del Pacifico:
Santiago de Chile.
-Espina, J. (1991) Psicodrama nacimiento y desarrollo, pp. 75-79. España, Salamanda: Ed.
Amarú.
-Gaarder, J. (1991a) Kierkegaard. En Gaarder, El Mundo de Sofía, pp. 393 – 400 [e-book]
Extraído
el
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de
septiembre
del
2011.
Desde
http://www.dad.uncu.edu.ar/upload/ElMundodeSofia.pdf
-Gaarder, J. (1991b) Nuestra Época. En Gaarder, El Mundo de Sofía, pp. 460 – 482 [e-book]
Extraído
el
19
de
septiembre
del
2011.
Desde
http://www.dad.uncu.edu.ar/upload/ElMundodeSofia.pdf
-Gissi, J. (2005) Las Psicologías y las psicoterapias desde el siglo XIX hasta comienzos del
siglo XXI. pp. 27- 44. En. Una visión Posible. Santiago de Chile: Universidad del Pacifico.
-Husserl, E. (1911). La Filosofía como Ciencia Estricta [e-book]. Extracto pp. 49-85, Buenos
Aires: Ed Nova. Traducción: Elsa Tabernig.
-Porre, M. (2009) Cátedra: Seminario Síntesis I. Bases filosóficas del humanismo
Transpersonal. Universidad del Pacifico: Santiago de Chile.
-Quitman, H. (1989). Psicología Humanística (pp. 45-73). Barcelona: Herder.
-Sartre, J. (1946) El existencialismo es un humanismo. Conferencia, descargada desde
http://www.uruguaypiensa.org.uy/imgnoticias/766.pdf, el 25 de junio del 2012.
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