Investigaciones Fenomenológicas, n. 12, 2015, 305-309. e-ISSN: 1885-1088 CLAUDIA RAZZA DALL’ANALITICA ALL’ESTETICA Metafora e metodo fenomenologico come alternativa alla svolta linguistica PISA, EDIZIONI ETS, 2014, 354 PP. por Javier San Martín Sala Después de publicar una inter- dan en ese campo ciertas caren- pretación fenomenológica de Ro- cias, posiblemente por la dificultad bert Musil (Musil fenomenologo. que ese trabajo conlleva, aunque Dal giovane Törleß all’uomo inten- no quiero dejar de citar en este zionale), la doctora Claudia Razza contexto el Handbook of Pheno- nos regala, a los años, este nuevo menological Aesthetics (Embree, libro, ahora sobre la estética. En él L. y Sepp, H. R., 2010), que en concentra su esfuerzo en eviden- parte suple ese déficit. En todo ciar las contradicciones de un en- caso, no hay que olvidar que el foque que podríamos calificar de “gusto estético” no es una deno- antifenomenológico, fundamental- minación tan antigua. En opinión mente el analítico-lingüístico. El del profesor Simón Marchán, solo objetivo es mostrar de qué mane- en el siglo XVIII se hace presente, ra y por qué razones la visión fe- al pasar del gusto estrictamente nomenológica (filosófico-sintética) gastronómico al gusto estético. Si no puede ni debe considerarse su- no era algo a primera vista evi- perada. Ya el esfuerzo de trabajar dente, la descripción fenomenoló- la estética desde la fenomenología gica del gusto estético tampoco es de por sí un mérito, porque se aparece como una prioridad. Pues 306 JAVIER SAN MARTÍN bien, la doctora Razza había dedi- experto y teórico de la metáfora, cado el libro que he señalado al en este caso considerado fenome- principio a ahondar en esa misma nólogo, Paul Ricœur. dirección a través de una interpretación fenomenológica de la experiencia estética originaria en Musil (a partir de su primera novela). En ambos libros se puede encontrar una suerte de insistencia en un tipo de reflexión que, habiendo quedado más abierta, se ofrece como ocasión para seguir desarrollando la visión husserliana. sobre el tema de la metáfora, el texto termina subrayando en Heidegger los aspectos de continuidad con Husserl (en vez de los de ruptura, como se ha venido haciendo a partir de Derrida). Para esto resulta crucial el trabajo de Grassi —otro miembro de esa tradición italiana— a partir de su propia Ahora bien, tal vez sea Italia el reivindicación del valor fenomeno- país en el que no exista ese déficit lógico, aunque termine mostrando de trabajos de estética desde la una paradoja ulterior. Después de fenomenología porque hay ya toda todo, y a pesar de la torsión meta- una tradición consolidada, en la forológica del módulo intencional que se enmarca este trabajo de primordial crítica fenomenológico-metaforoló- heterodoxa), lo que emerge en gica; de hecho se inscribe en la realidad es una concepción orto- línea (estética, precisamente) que doxa de la fenomenología, en vir- en Italia ha desarrollado especial- tud de la cual termina resultando mente Enzo Paci y que fuera con- evidente tinuada por Stefano Zecchi, que ha que la autora, argentina de origen, escrito un conciso y claro prólogo mantiene con la formación recibi- a la obra de la doctora Razza que da, en su país, del profesor Rober- reseño. to Walton. Todo ello hace que en De todos modos, el ensayo sigue un diseño no convencional y nada conformista, pues toma dis- 306 Por otra parte, aun centrándose (solo la aparentemente deuda fundamental el contexto italiano la posición de la autora resulte algo insólita y un tanto aislada. tancia tanto del clásico metaforó- Valorando el “giro estético” de logo Blumenberg como del otro la fenomenología como una alter- Investigaciones Fenomenológicas, n. 12, 2015. RESEÑAS 307 nativa al “giro lingüístico” propug- angloamericana se pliega, y que nado y practicado por la filosofía pone en primer término al lengua- analítica y, en el ámbito “continen- je en su dimensión pública, formal tal”, por la corriente deconstruc- o convencional (y por ende literal). cionista desde una presunta post- Sin embargo, en cuanto se intenta fenomenología, el texto subraya el tomar en cuenta la metáfora, la principio husserliano de que la filo- peculiaridad del sentido metafórico sofía debe dirigirse “a las cosas termina por insertar el supuesto mismas” antes que a su expresión de la síntesis de manera acrítica en un lenguaje. Y por esta línea la también dentro del análisis, lle- reflexión llega a una interpretación vándolo por lo tanto a una auto- ontológico-existencial (en vez que contradicción, para lo cual se toma meramente poético-lingüística) de el trabajo de Davidson desde la la metáfora también en Heidegger. descripción El camino no es lineal sino dialéc- Rorty. tico (avanza fenomenológicamente a través de una serie de tomas de distancia), e intercala los sucesivos módulos de crítica en una argumentación que se va consolidando a medida que se va afirmando como alternativa. un tanto osada de El segundo concepto es el de estética fundamental, que surge de una lectura fenomenológica (husserliana) de la prioridad trascendental de la estética a partir de Kant (aisthesis como primer escalón constitutivo, que en Husserl es El texto propone dos conceptos: la percepción), y confluye en la el de ascenso gnoseológico, que ontología fundamental de Heideg- evidencia la oposición entre el mé- ger a partir de la analítica existen- todo fenomenológico (fundado en cial, llegando por esta línea hasta la intencionalidad de una concien- Gadamer. cia en última instancia privada) y En todo este recorrido, una me- ese principio que Quine llamó del táfora con valor ontológico —como semantic ascent, que define el pa- Ernesto Grassi recuerda, y que saje de un hablar acerca de obje- debe ser distinguida de la metáfo- tos, al hablar simplemente de pa- ra como mero “tropo” lingüístico—, labras, al que la tradición analítica es tema e hilo conductor, hasta Investigaciones Fenomenológicas, n. 12, 2015. 307 308 JAVIER SAN MARTÍN volverse tanto elemento del méto- en la tapa (y que en japonés tiene do fenomenológico (noein es me- el significado de pensar, represen- tapherein; las categorías mismas tarse algo en la conciencia, dar se constituyen a partir de la intui- sentido, cierto sentido), no incluye ción precategorial), como instru- en ninguno de sus trazos referen- mento de análisis y criterio discriminador: la manera en que cada teoría considera y trata la anomalía metafórica permite distinguir las posiciones que privilegian el lenguaje (ya sea en su forma o en na, la unidad y el corazón, y bien podría ser interpretado como un individuo que piensa, que piensa sintiendo, o yo pienso (lo cual de el significado) de las que, como en paso también evoca, de modo me- el caso de Husserl, privilegian el ditativo, el inicio cartesiano). Ese sentido y la experiencia, y por en- ideograma de la presencia ineludible de un contrapunto respecto del símbolo sujeto que da sentido, y que lo con que apareció en edición italia- hace en tanto sujeto intencional, na La metáfora viva de Ricœur, un siempre de nuevo a partir de su símbolo también ideográfico de un condición de ser finito: una con- idioma siberiano que quiere decir ciencia, un individuo. Y por eso “él dice”. En este cambio de pers- adquiere tanto peso, sobre todo en este tiempo en que domina la tendencia hacia lo que se llama virtualización del hombre y de la realidad, asunto que asoma aunque sea brevemente al final del libro, la insistencia, tan fuerte y representa un buen pectiva tal vez pueda considerarse resumida la peculiaridad de una teoría fenomenológica de la metáfora: un paso que tal vez aún quedaba por dar después de la magna obra de Ricœur. propia de la filosofia de habla his- El libro consta de una introduc- pana, en la necesidad de rehuma- ción, con el significativo título “Sin nizar la filosofia, tema en el que se síntesis, ¿hay filosofía?”, donde se hace eco de José Gaos, autor con plantea de inicio la oposición con la cierta presencia a lo largo del en- filosofía analítica como una filosofía sayo. meramente del lenguaje. A la intro- Un último pero significativo apunte: el ideograma que aparece 308 cia al lenguaje. Incluye a la perso- Investigaciones Fenomenológicas, n. 12, 2015. ducción siguen dos partes, la primera “La metáfora como problema”, que ocupa algo más de un tercio del RESEÑAS 309 libro. La parte segunda, con el título que la doctora Razza cita tanto a “La metáfora como respuesta”, un Unamuno poco más corta que la anterior, ex- deseable que estudiara la metáfora pone en quince apartados el grueso en Ortega —lo que seguro, como de la concepción de la doctora Raz- alguna vez me ha dicho, exigiría za. Si en la primera parte los autores más citados son Rorty y Davidson, los fenomenólogos, que ya estaban presentes en la primera, lo hacen masivamente en la segunda, sobre todo Husserl y Heidegger, así como a Ortega, sería todo un libro—, porque en él la metáfora tiene un alcance tanto poético como científico. Y por supuesto, sería muy interesante que explorara las aproximaciones a la fenomeno- como los dos autores frente a los logía en España, donde hace años que se sitúa la doctora Razza, Blu- que estamos en esa línea que en menberg y Ricœur. Italia había descubierto la escuela A estas dos partes, que equivalen ambas a más de dos tercios del libro, sigue una amplia sección a modo de conclusión con el título “Sin síntesis ni siquiera hay lenguaje”, que es una clara respuesta a la pregunta con que se iniciaba la introducción. En suma, se trata de una excelente publicación que merecería ser surgida en torno a Enzo Paci, discípulo en esto de Antonio Banfi. La posición de estos autores coincide con lo que ahora llamamos el nuevo Husserl, pero en el que en España llevamos trabajando ya varias décadas. Estoy seguro que en relación con la experiencia estética la lectura de la ya amplia obra de César Moreno le hubiera sido también de gran ayuda. consultada también en España. Ya Investigaciones Fenomenológicas, n. 12, 2015. 309