OBSERVADOR 14 NEGOCIOS | ELSÁBADO 10 DE OCTUBRE DE 2009 Una pruebita para jefes POR RAÚL LAGOMARSINO PROFESOR DEL IEEM e todas las preguntas que los directivos deberían hacerse para evaluar su desempeño como jefes, la que a mi entender es la más importante es la siguiente: ¿mi gente confía en mí? Las empresas suelen implementar sistemas y herramientas para intentar evaluar el desempeño cualitativo de sus trabajadores, y muy especialmente el de sus directivos. A pesar de lo útil de todas estas herramientas, respecto a la confianza hay una manera mucho más simple de darse cuenta si un directivo cuenta o no con la confianza de su gente, y no implica llenar evaluaciones o realizar encuestas anónimas. La prueba ácida de la confianza es muy simple. Simplemente conteste las siguientes preguntas: D Pregunta 1: ¿En el desempeño de mis tareas, hay ocasiones en las que me equivoco, tomando decisiones erróneas o haciendo supuestos que luego no se vuelven realidad? Pregunta 2: Cuando me equivoco, ¿mi equipo se da cuenta? Pregunta 3: Si se dan cuenta de que me equivoco, ¿vienen a decírmelo, para ayudarme a no errar de nuevo? Estadísticamente hablando, existe la posibilidad de que haya directivos que no cometan errores. No creo que esa posibilidad exista en el plano de la realidad, pero aceptemos la posibilidad para efectos de la discusión. La posibilidad de que un equipo no note la equivocación de un directivo ya es un poco mayor, pero sigue siendo una minoría. En la enorme mayoría de los casos, y especialmente cuando un equipo trabaja junto por un tiempo medianamente largo, los errores se vuelven más transparentes. La tercera pregunta es la dura: si me equivoqué y se dieron cuenta, ¿vienen a decírmelo? Aquí es donde se ve la confianza del equi- po en su jefe. Si el equipo toma medidas para ayudar a su jefe a no volver a equivocarse, hablando con él, ayudando a tomar mejores decisiones, a no tropezar de nuevo con las mismas piedras, es un equipo que sin duda confía en su jefe. Si por el contrario, el equipo deja que su jefe se equivoque y no hace nada al respecto, lo hace fundamentalmente por uno de los siguientes dos motivos: o el equi- Proceso para una venta eficaz. Etapa 2 La comercialización de un producto o servicio, como nos cuenta Cósimo Chiesa en su libro Fidelizando para fidelizar, consta de cuatro fases muy distintas. Plantea un nuevo enfoque para la venta que hace hincapié en atraer, vender, satisfacer y fidelizar al cliente. Presentamos la segunda fase. VENDER. En esta etapa el vendedor hace su tarea: vender. Pero, plantea el autor, el vendedor generalmente se prepara muy poco para el contacto con el potencial cliente y no está capacitado para utilizar “preguntas abiertas” con el fin de detectar las necesidades del posible cliente. De esta manera “entrará de lleno en la presentación del producto, sin haber verificado cuáles son las necesidades reales del cliente, y se convertirá, de lleno, en un vendedor producto-precio o en un presentador de catálogos o de productos en promoción”. Presentará todos los beneficios del producto y los atributos clave; en el mejor de los casos “utilizará argumentos de venta preparados por su departamento de marketing y, con suerte, podrá hasta efectuar comparaciones con los productos de la competencia, luchando como sea para conseguir el pedido”. Chiesa presenta una “desgracia” para este vendedor: tendencia natural a escuchar poco. Esto hace que se concentre en los atributos positivos de su producto, haciendo hincapié en el precio más bajo y en las buenas condiciones de pago respecto de la competencia. El vendedor debería plantearse las siguientes preguntas a la hora GLOSARIO ••• COOPERATIVAS Una organización mercantil en la que existe la doble condición de propietario-usuario, es decir que solo los clientes (en algunos casos, los suministradores) pueden ser socios y las ganancias se distribuyen en proporción a la actividad mercantil del socio con la cooperativa o a través de reducciones del precio de los productos que vende la entidad, y no de acuerdo con las inversiones realizadas por los socios en la cooperativa. ••• DIVERSIFICACIÓN Para un inversor individual, la e distribución del patrimonio invertido entre una variedad de activos diferentes. Para una empresa, la operación en varias líneas de negocio diferentes. En ambos casos la diversificación está dirigida a reducir el riesgo. ••• ESPECIALIZACIÓN 1) La división del trabajo basada en las ventajas comparativas. 2) El proceso de estrechar (y, presuntamente, profundizar) el alcance de las tareas que un individuo o una máquina pueden realizar. Milgrom y Roberts, 1993 po tiene miedo de su jefe, o al equipo no le importa su jefe. En cualquiera de los dos casos, en el fondo hay una completa falta de confianza entre el equipo y su jefe. El simple diagnóstico de este problema sería inútil si no llegamos a las causas profundas de la falta de confianza. Para ello, lo que tocaría es que el jefe se pregunte a continuación la pregunta de Almodóvar: ¿qué hice yo para merecer esto? ¿Qué he hecho yo para que mi equipo me tenga miedo? ¿Qué he hecho yo para que mi equipo no se preocupe por mí? Animo vivamente a que con espíritu honesto los jefes se hagan esta pregunta… y la contesten. La responsabilidad por crear un ambiente donde haya confianza entre el jefe y su equipo es del jefe. Así de simple. Si no hay confianza, el que tiene el deber de generarla es el jefe. Posiblemente algunos jefes sientan que este juicio es injusto, porque se estén esforzando al máximo de sus capacidades por generar un ambiente de apertura y confianza y sin embargo no logran vencer una cultura de profunda desconfianza. Acompaño en el sentimiento a esos jefes, pero lamentablemente el diagnóstico es exactamente el mismo, y el camino de salida también: ¿qué van a hacer para generar ese ambiente de confianza… a pesar de los pesares? ● de abordar a un posible cliente: “¿Qué producto está usando el cliente? ¿Desde hace cuánto? ¿A quién se lo compra? ¿Con qué condiciones y a que precio? ¿Cómo y cuándo lo necesita? ¿Con qué políticas de pago? ¿Con qué garantía posventa? ¿Por qué no le hemos convencido? ¿Qué nos ha refutado? ¿Qué fallos ha visto? ¿Qué necesita regularmente o puntualmente? ¿Con qué frecuencia?”. Si el vendedor logra concretar la venta terminó su trabajo hasta el contacto con el próximo posible cliente, deseoso de volver a plantear sus novedosos argumentos. Y si no logra concretarla se irá sin la información pertinente para presentarle ofertas más atractivas y más adaptadas a sus necesidades. ● Fidelizando para fidelizar, Cósimo Chiesa, Navarra, Eunsa, 2002, págs. 30-32. negocios@observador.com.uy