Ernesto Samper propone al IGAC crear una Comisión de la verdad sobre las tierras de las víctimas Con varias recomendaciones y anuncios del ex presidente de la República y fuerte candidato a secretario general de Unasur se cerró el ‘Foro Nacional de conflictos de uso del territorio de la región Pacífico’, organizado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) en Cali. Julio 24 de 2014. El ex presidente Ernesto Samper Pizano le propuso al Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) la creación de una Comisión de la verdad sobre la propiedad de las tierras de las víctimas de la violencia en Colombia, en el cierre del ‘Foro Nacional de conflictos de uso del territorio de la región Pacífico’, realizado en Cali. En el panel final del evento, en compañía de Juan Antonio Nieto Escalante, director general del IGAC, Samper Pizano respondió preguntas de algunos de los 300 asistentes. Otra de sus recomendaciones es que Colombia debería ordenarse basado en sus cuencas hidrográficas, y no es sus límites departamentales. Samper Pizano, quien aspira al cargo de secretario general del Unasur, también se refirió a la creación de un ministerio exclusivo para los campesinos, agrodescendientes e indígenas, y al importante rol del IGAC en la política de tierras. “Que salga de este Foro una propuesta para que haya una Comisión de verdad de las tierras en Colombia, especialmente rurales, para ver qué pasó, cómo cambió, cómo se concentró y cómo se repartieron mal las tierras del país. Ese sería un valioso aporte del IGAC al posconflicto. Ustedes tienen todo: los folios, las matrículas, los valores, las transacciones, y apoyar el tema del posconflicto, con ayuda internacional, nos va a ayudar mucho a saber la verdad sobre las víctimas”, dijo Samper Pizano. El ex presidente mencionó el ejemplo del municipio de Segovia (Antioquia), que tiene el cementerio con mayor número de NN enterrados el país. Mencionó que los habitantes del pueblo han adoptado esas tumbas y le adjudican un apellido o nombre de un pariente. “Jamás sabremos quiénes está enterrado ahí. Ojalá todos adoptemos una víctima, un NN de eso que jamás sabremos qué pasó con ellos, que de golpe no aparecerá para sus familias y que están enterrados”, explicó. ‘Que Colombia se base en sus cuencas hidrográficas y no en límites departamentales’ En otras de sus intervenciones, Samper Pizano recordó que la única pieza fundamental de la Constitución Política de 1991 que no se ha podido desarrollar legalmente es establecer un nuevo régimen de ordenamiento territorial. “Esto se debe a intereses políticos que, por defender su pedazo de un territorio, han hecho imposible que el país reorganice”. Para dar un vuelvo y darle orden al país, Samper propuso cambiar la figura de los departamentos, ya que “en sí, no obedecen a nada. Los departamentos están cruzados por las cuencas hidrográficas, así que sería preferible hablar de regiones sobre la base de estas cuencas. Alcanzar el nuevo ordenamiento territorial para la paz se logrará con el fortaleciendo del concepto de las regiones”. Además, Samper aseguró que otro de los retos para el nuevo ordenamiento de Colombia es una nueva institucionalidad, relacionada principalmente con la comunidad campesina. “Hoy en día, la institucionalidad confunde lo que es la atención a los campesinos con la de los agricultores. Por esta razón es importante la creación de un Ministerio de asuntos rurales para atender a los campesinos, donde caben transversalmente los afrodescendientes y los indígenas”, expresó. “Si fructifican los acuerdos de paz, las zonas de reserva campesina, establecidas para consolidar las posibilidades de desarrollar a los campesinos, tendrán que ser los núcleos para la acción del Estado. Se debe empezar a crear la institucionalidad rural. No podemos seguir manejando a los campesinos como si fueran agricultores para defenderlos del TLC”, dijo el ex presidente. Samper le manifestó a Juan Antonio Nieto Escalante, director general del IGAC, que el Instituto tiene la función de seguir siendo un notario de tierras y ser un instrumento fundamental en la Política de Restitución de Tierras, además de apoyar una reforma tributaria territorial. “La verdadera reforma tributaria que le hace falta al país es una reforma tributaria territorial, que incluya cómo fortalecer el fisco de las regiones, cómo darles la posibilidad de que cobren impuestos locales. Es allí donde veo que el papel del IGAC puede ser muy importante, ya que toda la base del impuesto de propiedad, de la política de restitución de tierras y el tema de la valorización que se va a producir con la no violencia, tiene que ser recogida o registrada a través del IGAC”. También mencionó que “el tema es que el IGAC debe cobrar por eso y hay que establecer una manera de que todos estos servicios que presta, con un presupuesto nacional que cada vez es más escaso, los brinde a través de una contraprestación que tendrían que darle municipios dentro del programa de restitución de tierras, a los programas de avalúo catastral. El IGAC jugaría un papel muy importante como instrumento para la modernización de esta nueva institucionalidad que propongo”. En cuanto al concepto de región, Samper propuso trabajar en tres frentes: descentralización de las responsabilidades con la elección popular del alcaldes y gobernadores; descentralización de los fines (esta región debería tener la capacidad de hacer sus propios Planes de desarrollo, que los hacen en Bogotá; y planificación regional. Paz, víctimas y territorio Según Samper, Colombia vive un proceso de negociación de paz que está enmarcado en tres conceptos principales: la imagen de conflicto armado, la inclusión de las víctimas y la paz territorial. “Desde que se aprobó la Ley de Restitución de Tierras y Víctimas, se consagró oficialmente que lo que había en Colombia era un conflicto armado, no una lucha contra el terrorismo. Al aceptar este conflicto, que lleva más de 50 año, se abre la posibilidad de que esos conflictos se negocien y sobretodo que se lleve dentro de las normas que establece el derecho internacional humanitario para defender a la población civil inocente de la guerra”, agregó. Samper aseguró que el referente de este proceso son las víctimas, que suman más de 7 millones de personas en los últimos 50 años. “El propósito de un proceso de paz es esencialmente reparar a las víctimas, y eso se hace económica y moralmente. El proceso de más inmediata negociación en La Habana debe ser la protección, la defensa, el reconocimiento de las víctimas; de lo contrario no va a ver paz en este país”. En cuanto al territorio, Samper fue enfático en que la paz de Colombia es territorial. “Si el conflicto es nacional, el posconflicto tiene que ser local. La paz se puede pactar en La Habana y así habremos conseguido la paz negativa, es decir la ausencia del enfrentamiento de los fusiles. Pero ahí no habremos conseguido aun la paz positiva, un edificio en el que quepamos todos, el edificio del posconflicto”. Apuntes de la región Pacífico ¿Cuál puede ser el futuro de la región pacifica? Según Samper, es una paradoja que se esté integrando la zona con el Pacífico asiático, cuando no estamos integrados en el Pacífico colombiano. “Primero se debe trabajar en el de Colombia y después si integrarlo con la China. La política de posconflicto tiene que llegar a los sitios donde estuvo la violencia con las víctimas, donde tendrán que concentrarse los mayores esfuerzos del posconflicto. La región del Pacífico tendrá que ser una región clave en esta política de postconflicto”. En su gobierno trató el proyecto Atrato, una vieja aspiración de construir una vía interoceánica que atraviesa el Chocó y conecte el Atlántico con el Pacífico. “Es una obra que hay que revaluarla a la luz de la ampliación del Canal de Panamá a ver si tendría tráfico. Independientemente de eso, lo que necesitan zonas como las selvas chocoanas y el norte del Valle, es una política de infraestructura y de modernización”. Mayores informes Oficina de Comunicaciones Externas y Prensa del IGAC Tel (1): 3694000 Ext. 4253 Cel: 3112236970