La cabaña del tío Tom Emilia (Sra. Shelby): Emilia era una mujer blanca, cuyo esposo era el Sr. Shelby, dueño de Tom. Su posición social era elevada, aunque no excesiva. Tenía muy buen trato con sus esclavos los cuales le tenían un gran aprecio, pues tenía un gran corazón, era humanitaria y los trataba como a personas, no como a animales. Los instruía en la fe cristiana, y se hacía parte tanto en sus penas como alegrías. Poseía una gran inteligencia, la cual la ayudaba en cuanto a convencer del bien. Aborrecía a quienes trataban mal a los esclavos y estaba en contra de la esclavitud. Sus características más destacables eran su gigantesca bondad y compasión hacia los negros. Clotilde: Era una de las esclavas del Sr. Shelby. Su puesto en la plantación, era la de cocinera jefe. Estaba casada con Tom, la mano derecha de su amo. Tenía varios hijos. Era de piel color azabache, De resplandeciente rostro redondo. Amaba cocinar, pues era la mejor cocinera de toda la comarca. Era muy cariñosa, de principios cristianos y no sentía recelo por sus amos por tenerla como a una esclava, todo lo contrario, era muy alegre y le gustaba estar allí, pues tenía todo lo necesario para su felicidad. No era materialista y le era fiel a sus amos, jamas pensaría en abandonarlos o en huir. Su mayor característica era, sin duda, la felicidad que irradiaba, da la sensación de que nada le preocupa, de que todo en su vida era felicidad, y quizás así era, hasta que su esposo fue llevado lejos de ella. Ofelia: Era prima de Santa Clara, segundo amo de Tom, Vivía en vermont, al Norte de Estados Unidos, en donde se sabía se trataba muy mal a los negros. Era de piel clara, de personalidad enérgica, de carácter recto y rígido, y un sentido del deber muy exigente, casi exagerado. Sentía una gran repulsión hacia los negros, pero a la vez no le agradaba que estos fueran tratados mal. Trataba de que todo en la casa de su primo funcionara como a ella le agradaba, todo pulcro, en orden. Trataba de educar a Evangelina a su manera, la cual nada tenía que ver a la manera que santa Clara quería educala. El rasgo más característico de su personalidad era su rigidez y su sentido de la perfección, el cual no le permitía disfrutar de la vida. Topsy: Era una niña de ocho o nueve años de edad, de piel obscura, de ojos vivos y brillantes. Poseía una dentadura completa de dientes blancos. Era una esclava que desde pequeña había sido criada a fuerza de golpes y látigos, por lo cual no sabía la diferencia entre el bien y el mal. Fue comprada por Santa Clara para su prima Ofelia para que esta la educara a su parecer. Y así probara si su forma de educar funcionaba. Era maliciosa, y al no conocer el bien y el mal, se dedicaba a robar y a hacer maldades. Parecía un pequeño diablillo, pues todos en la casa le tenían gran respeto, pues si hacían algo desagradable para Topsy, esta les devolvía el mal rato de maneras muy desagradables. Era inquieta, pues aunque Ofelia le logró enseñar a coser, al poco rato se aburría y se iba a hacer maldades. Su mayor característica era sin duda su malicia, pues aunque hacia maldades, no lo hacía por maldad, sino por 1 diversión burlona. Cassy: Era una mujer alta, de cuerpo esbelto y bien formado. Poseía manos y pies delicados. En tiempos pasados fue una mujer de gran hermosura, de modales cultos. Cassy era hija de un hombre libre y una esclava. El primero le brindo una muy buena educación. Pero le estaba por dar su libertad, cuando este murió repentinamente. Cassy fue comprada por un amigo de la familia con el cual tuvo dos hijos, Elisa y Enrique. Pero un primo de su esposo se fue a vivir con ellos y comenzó a ejercer una mala influencia sobre él. Su esposo se arruinó en el juego y fue vendida al primo, el cual vendió a sus hijos, por lo cual, ella trató de matarlo, por lo que fue llevada a un manicomio y luego vendida, pasando de mano en mano, hasta que un hombre llamado Stuart, con el cual tuvo otro hijo, al cual ella mató para que este no fuera vendido. Stuart murió luego de cólera. Luego fue vendida nuevamente y volvió a pasar de mano hasta que Legree la compró. Debido a estos acontecimientos, Cassy apenas creía en Dios y se sentía como un alma perdida y endurecida. Ayudaba a los heridos por Legree, pero no era como Tom, prefería ver sufrir a otros que a ella misma. Aunque ya no era la dama de Legree, aún lograba influenciarlo y estaba un paso más arriba que el resto de los esclavos. Tom: Era alto, robusto, de tez negra, amplio pecho. En su rostro lustroso se destacaban sus rasgos africanos y su mirada grave y serena. Era un hombre bueno, formal, sensible y piadoso. Era un Cristiano devoto ferviente en el cual era posible confiar. Daba toda su vida por Dios, al cual le entregaba todo. Era bondadoso, el cual prefería morir antes de poner su alma en manos de alguien que no fuera Dios. No era un hombre influenciable, siempre obraba con el bien y trataba de convencer a aquellos desesperanzados que recobraran la confianza en Dios. Estaba casado con Clotilde y era la mano derecha del Sr. Shelby, el cual le confiaba todo, pues con sólo mirarlo, cualquiera lo sensible suficiente para mirar estas cualidades, se entregaría enteramente a él. Sr. Shelby: Era de raza blanca, dueño de una plantación. Estaba casado con Emilia y tenían un hijo, (al menos eso sale en el libro,) llamado Jorge, el cual tenía trece años y era el vivo reflejo de su madre. Era un hombre muy distinguido, culto y refinado. Era sumamente humanitario y bondadoso, aunque no sumamente religioso como su esposa. Siempre estaba dispuesto a tratar con consideración a los hombres que le servían. Jamas alzaría su mano contra un esclavo y nunca dejó de hacer todo lo posible para que estos estuvieran lo más cómodos posibles. Él pensaba que tanto negros como blancos tenían los mismos sentimientos y no los veía como a seres inferiores o a los cuales se podía maltratar debido a su condición racial. Rechazaba a quienes maltrataban a los negros, pues encontraba en esto, un acto de gran maldad. Socialmente era un hombre refinado, que en tiempos pasados tuvo grandes cantidades de dinero, pero ahora, había perdido grandes sumas, por lo cual estaba pasando por un mal tiempo económico. Agustín Santa Clara: era hijo de un acaudalado plantador de Luisiana. Tenía una hija, y una esposa blanca, María. Era de carácter sumamente sensible, apasionado e inflamable. Era un hombre blanco, talentoso y tenía más interés en la parte práctica de la vida que de los negocios. Era frívolo, poco puntual, descuidado y no muy práctico, pero a la vez, un ser al cual, con sólo al verlo, se sentía un gran cariño por él. 2 Su mayor amor, era el que le tenía a su hija Evangelina, pues su verdadero amor, lo había perdido hace bastante tiempo. Era un hombre sumamente humano, pues hallaba en la discriminación hacia los negros, un hecho sumamente repugnante. No era sumamente religioso, pero respetaba las creencias del resto, era una persona muy tolerante. Legree: Un hombre de color blanco, de músculos embrutecidos de tanto golpear a los esclavos de su plantación. Era dueño de una plantación a las orillas del río rojo, la cual, esta estaba rodeada de pantanos, de la cual era imposible escapar. Era de naturaleza inhumana y sentía gran odio hacia los negros, a los cuales veía como a seres inferiores, de los cuales lo único importante era sacar la mayor cantidad de dinero posible de estos. Trataba a estos con inmensa brutalidad y asco, como si se trataran de negras arañas, no de hombres. Su única preocupación era la de tener mucho dinero, sin importar cuantas vidas pudiera esto costar. Sambo: Era un esclavo de tez negra, que trabajaba junto a Quimbo de capataz en la plantación de Legree. Su trabajo era el de mantener el orden y de sacar el mayor provecho de los esclavos que allí trabajaban y el de golpearlos brutalmente si no cumplían con sus deberes. Originalmente, su naturaleza no era esta, pero al paso de los años, se fue embruteciendo gracias a los reiterados golpes que su amo le propinaba y de las brutalidades que allí veía. Fue convertido en un verdadero salvaje insensible que disfrutaba al golpear a sus víctimas. Era un verdadero tirano. Sólo Tom logró ablandar su endurecido corazón y antes de que este muriera, le demostró que los esfuerzos que este hiciera antes de morir, lo habían cambiado tanto a él como a su compañero de brutalidades: Quimbo. 3