INTERACCIONES FARMACOLÓGICAS

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INTERACCIONES
FARMACOLÓGICAS
1- Interacciones farmacocinéticas, ventajas e
inconvenientes
Interacciones farmacológicas
Las interacciones farmacológicas son interferencias que tienen lugar entre
dos fármacos que una persona ingiere en periodos de tiempo próximos y
que modifican su actividad (el de uno o el de los dos). Como resultado de
la interacción, se modifican tanto la duración del efecto del fármaco como
la intensidad del mismo, pero en ningún momento se ve modificada su
acción. El resultado puede ser tanto un aumento de su efecto como una
reducción del mismo.
Es necesario aclarar, que en la mayoría ocasiones, los fármacos que sufren
la interacción no se ingieren con la intención de que esto suceda, sino que
más bien se hace por error, tanto del paciente como del facultativo, ya que
la intención original al administrar ambos fármacos era que funcionasen de
forma independiente. Sin embargo, a veces sí que nos interesa que se
produzca esta interacción por motivos médicos, como por ejemplo cuando
se administran antiácidos para acelerar la eliminación de una sustancia que
puede resultar tóxica.
Por ello, es muy importante siempre tener en cuenta las interacciones al
establecer un tratamiento, ya que el no hacerlo puede tener consecuencias
como efectos secundarios, posibles efectos tóxicos por sobredosificación al
aumentar la concentración o ineficacia debido a una dosis pequeña al
producirse una reducción de la concentración, los cuales además de
problemas para la salud pueden tener consecuencias económicas, ya que a
veces se interfiere en tratamientos con fármacos muy caros y es necesario
aumentar la dosis con el consiguiente gasto económico.
Cabe destacar que no sólo un fármaco puede interactuar con otros
fármacos, pues existen algunos productos de uso cotidiano, incluso
alimentos, que pueden tener efectos similares, como por ejemplo el pomelo
o el aguacate, que influyen en la metabolización de fármacos en el hígado.
Sin embargo, en este trabajo no trataremos esto porque ya no se trata de
interacciones farmacológicas, pues lo que interactúan no son dos fármacos.
Las interacciones farmacológicas se dividen según el momento en que
ocurren en interacciones farmacéuticas, interacciones farmacocinéticas e
interacciones farmacodinámicas. En este trabajo nos centraremos en las
segundas.
Interacciones farmacocinéticas
Las interacciones farmacocinéticas son las que tienen lugar en el interior
del organismo, durante los procesos de la farmacocinética: absorción,
distribución, metabolismo y excreción. Se trata de la parte más compleja y
difícil de predecir de las interacciones farmacológicas, ya que abarca una
buena cantidad de procesos y las actividades de una considerable cantidad
de órganos y tejidos. Como consecuencia de estas interacciones, el
porcentaje de fármaco administrado que llega al organismo y al órgano
diana será mayor o menor, y por lo tanto lo será también su tiempo de
permanencia y la intensidad de su efecto.
A continuación, desgranaremos los procesos de la farmacocinética y las
interacciones que tiene lugar en cada fase.
Interacciones en la absorción
Se trata de interacciones ocurridas durante el proceso por el que los
fármacos atraviesan alguna de las barreras corporales para poder entrar en
el organismo. Como todas, las interacciones de absorción pueden tener dos
tipos de consecuencias:
-Modificación de la cantidad del fármaco que se absorbe: lo que nos
obligará a aumentar o disminuír la dosis administrada para evitar posibles
efectos adversos por exceso o para evitar que la dosis resulte insuficiente.
-Modificación de la velocidad de absorción: si la velocidad de absorción
disminuye, la consecuencia más inmediata es que se retrasa la aparición del
efecto y que el fármaco prolonga la duración del mismo. También puede
ocurrir que debido a las interacciones a este nivel, el fármaco no llegue a
alcanzar en plasma la concentración suficiente como para producir su
efecto ya que los procesos de eliminación pueden ser lo suficientemente
rápidos como para ir eliminando prácticamente todo el fármaco que se está
absorbiendo y así, aunque puedan aumentar algo las concentraciones
plasmáticas, nunca llegan a ser lo suficientemente elevadas como para
alcanzar el nivel de eficacia.
-También es posible que la interacción produzca los dos efectos al mismo
tiempo, es decir modificar la cantidad y la velocidad de la absorción.
Las interacciones de absorción más frecuentes e importantes son las que se
producen en el aparato digestivo.
La cantidad de fármaco que se absorbe a través de la mucosa del aparato
digestivo depende fundamentalmente de la forma que presente. Los
fármacos pueden presentarse bajo forma ionizada o no ionizada,
dependiendo de su pKa (pH al cual el fármaco encuentra un equilibrio entre
forma ionizada y no ionizada). Las formas no ionizadas de los fármacos
suelen ser liposolubles, lo cual facilita su absorción por difusión pasiva,
mientras que con los ionizados pasa todo lo contrario. Evidentemente, al
aumentar la absorción se aumenta la biodisponibilidad del fármaco y como
consecuencia su concentración máxima en sangre. Este conocimiento
puede ser útil ante ciertos fármacos de difícil absorción oral, pero puede
también convertirse en un factor negativo al disminuir la biodisponibilidad
de otros fármacos.
El pH del medio donde se produzca la absorción juega un papel
importante, y sus modificaciones inducidas por la administración de otro
fármaco concomitante se traducen en una alteración de la cantidad de
fármaco absorbida. Así, algunos fármacos necesitan de un pH ácido en el
estómago para su absorción, mientras que otros por ejemplo necesitan del
pH alcalino del intestino. Cualquier modificación del pH puede alterar esta
absorción. Es el caso de los antiácidos, que al aumentar el pH estomacal
pueden dificultar la absorción de otros fármacos como zalcitabina (puede
disminuir la absorción en un 25 %) tipranavir (25%) y amprenavir (hasta el
35%). Sin embargo, también puede ocurrir, aunque en menos ocasiones,
que el aumento del pH aumente también la absorción de un fármaco. Es
este el caso de la asociación de la cimetidina con didanosina (usada en el
tratamiento del VIH). En ambos casos, la separación entre la toma de los
dos fármacos unas dos a cuatro horas suele ser suficiente para evitar la
interacción.
La velocidad de vaciamiento gástrico o de la motilidad intestinal influye
en otro aspecto fundamental de la absorción, que es el tiempo que el
fármaco permanece en contacto con la mucosa donde se produce la
absorción. Las modificaciones inducidas dependerán de donde se produzca
la absorción de cada fármaco. Algunos fármacos, como los procinéticos
(metoclopramida), aumentan la velocidad del tránsito intestinal. Al estar
menos tiempo el fármaco en contacto con la zona de absorción del tubo
digestivo, ésta disminuye, lo que llevará a que la concentracion plasmatica
sea por lo tanto menor. Lo contrario puede ocurrir con fármacos que
disminuyen la motilidad intestinal, como los anticolinérgicos o los
fármacos que tienen efecto anticolinérgico (que son muchos), que reducen
la motilidad gástrica y la motilidad intestinal, al igual que los opioides.
Esto hace que los fármacos estén más tiempo en contacto con la mucosa
intestinal, y si se absorben a este nivel, se puede incrementar
considerablemente la cantidad que se absorbe.
Además de todo esto, algunas sales de metales di y trivalentes (calcio,
magnesio, aluminio, etc.) pueden formar complejos difícilmente solubles
con otros fármacos (tetraciclinas, quinolonas) que son resultan
inabsorbibles y por lo tanto reducen tanto su absorción que los convierten
en terapéuticamente ineficaces. Otro ejemplo muy claro son las resinas de
intercambio iónico, que no solamente bloquean la absorción de ácidos
biliares, a través de la que ejercen su efecto terapéutico, sino que también
bloquean otras muchas sustancias algunas de ellas de margen terapéutico
muy estrecho como es el caso de la digoxina y la warfarina.
Otra fuente de interacciones en el proceso de absorción que se lleva a cabo
en el aparato digestivo son los alimentos. La administración conjunta de
fármacos y alimentos puede dar lugar a modificaciones significativas en la
tasa de absorción. La mayor parte de las veces se produce una disminución
de la fracción absorbida pero también puede producirse lo contrario. Por
ejemplo los alimentos ricos en grasas pueden incrementar
considerablemente la absorción de medicamentos lipófilos. La
administración conjunta de alimentos ricos en calcio, como la leche, puede
dar lugar a la formación de quelantes con algunos fármacos, como las
tetraciclinas y reducir de una manera clínicamente significativa su
absorción.
Por último, está el caso de los antibióticos, que pueden modificar la flora
intestinal de manera que se reduzca sensiblemente la absorción de otros
fármacos como las sales de hierro.
Interacciones en la distribución
Son interacciones que tienen lugar durante el proceso por el que un
xenobiótico difunde o es transportado desde el espacio intravascular hasta
los tejidos y células corporales pasando a través de varias membranas
biológicas y uniéndose a diversos biopolimeros.
COMPARTOMENTOS FARMACOCINÉTICOS
Conjunto de estructuras, a las que el fármaco accede y se metaboliza de
forma similar.
El organismo se divide en distintos compartimientos. Podemos distinguir
medios acuosos y no acuosos.
El organismo se divide en distintos compartimientos:
Compartimento central: el fármaco tiene un fácil acceso a él y su
distribución es rápida. Su distribución será por la propia sangre que lo
distribuirá a los órganos bien irrigados por ella: que pueden ser: corazón,
pulmones, hígado, riñón…
Compartimento periférico superficial: el fármaco tiene un acceso más
difícil y su fijación será mejor. Se corresponde con aquellos órganos y
tejidos menos irrigados por la sangre como pueden ser la piel, grasa,
músculo, médula ósea, así como el agua intracelular poco accesible.
Compartimento periférico profundo: el fármaco se une más fuertemente a
este y por tanto su liberación será más difícil.
MODELOS COMPARTIMENTALES
Un modelo es una representación que trata de explicar el comportamiento
de algunos aspectos de un sistema físico o mecánico más complejo.
Si el fármaco se distribuye en toda el agua corporal se habla de modelo de
distribución monocompartimental. Por el contrario si el medicamento no se
distribuye instantáneamente o lo hacen de modo heterogéneo
concentrándose en determinados sectores o depósitos, más que en otros,
convendrá dividir al organismo en 2 o más compartimientos (modelos de
distribución bi o policompartimentales).
Modelo monocompartimental: Compartimento central.El fármaco tiene un
fácil acceso a él y se distribuye rápidamente.
Modelo bicompartimental: Los fármacos difunden con rapidez por el
compartimento central y con más lentitud por el periférico, al que se fija
con más intensidad y abandona con más lentitud. En este modelo, los
factores que afectan a la concentración plasmática serán, además de la
cantidad de fármaco absorbido y la eliminación, las constantes de paso
entre compartimentos. Esta cinética es biexponencial, pues tenemos que
diferenciar 2 fases:
- Fase α: la concentración plasmática decrece porque el fármaco está
pasando al compartimento periférico superficial, no porque se esté
eliminando.
- Fase β: luego de alcanzar la fase postdistributiva, en la que el
fármaco se encuentra totalmente distribuido por ambos compartimentos,
(central y periférico superficial); la concentración disminuye en función de
la eliminación.
El t ½ biológico se obtiene a partir de la pendiente de la fase β de la gráfica
concentración plasmática-tiempo.
La mayoría de los fármacos poseen una cinética bicompartimental.
VOLÚMEN DE DISTRIBUCIÓN
La unión del fármaco a proteínas y la salida del fármaco del interior
vascular condicionan un parámetro que conocemos con el nombre de
volumen de distribución Vd.
Se define como Vd el volumen de agua corporal en el que el fármaco se
encuentra realmente disuelto. Pero este parámetro de “Vd real” no es
fácilmente medible por lo que recurrimos al “Vd aparente” que
corresponde a :
Vd=Dosis/ Cp
Decimos que este volumen de distribución es aparente porque no refleja
con exactitud donde se encuentra el fármaco.
Los factores que influyen en el volumen de distribución:
Volumen real de distribución. Depende de:
Características físico-químicas: condicionan el paso a través de la
membrana y, por lo tanto, que queden confinados al plasma (unos 3l en el
adulto), que lleguen también al espacio intersticial (unos 12l), o que
accedan además al agua intracelular (unos 40l).
El peso del individuo: a mayor peso, mayor volumen real.
Proporción de agua por kg de peso: en el recién nacido es del 85%, y en el
adulto de 65%.
Unión a proteínas plasmáticas. La unión a proteínas plasmáticas aumenta la
concentración plasmática total del fármaco, la que se mide habitualmente,
dando la impresión de que el fármaco se ha distribuido en un volumen
menor del real. Por ejemplo, el flurbiprofeno, que se une en un 99,9% a
proteínas plasmáticas, tiene un volumen de distribución real de unos 40l, y
dará la impresión de distribuirse en 7l.
Las fuerzas de unión entre fármacos y proteínas plasmáticas son las
mismas que las de interacción fármaco-receptor: enlace covalente, enlace
iónico, enlace dipolo/ dipolo, enlace de hidrogeno, fuerza de Van der
Waals, combinación con los grupos sulfhidrilos (metales pesados).
La albumina es la principal de estas proteínas vehiculizadoras. Se han
caracterizado diferentes sitios o locus para la unión de fármacos; hasta
cuatro loci diferentes. Algunos ejempos son: locus I (warfarina), locus II
(diazepam), locus III (digoxina), locus IV (tamoxifeno)
Solamente el fármaco libre es activo, puesto que es el único capaz de
atravesar barreras y difundir a los tejidos.
Unión a tejidos biológicos. Por el contrario, la unión a tejidos, producirá
bajas concentraciones en plasma, dando la impresión de que el fármaco se
ha distribuido en un volumen mayor del real. Por ej. el gran volumen de
distribución de la digoxina de unos 400l se debe a su fuerte fijación a los
tejidos.
FACTORES QUE ALTERAN EL VOLUMEN DE DISTRIBUCIÓN
Los factores que alteran el volumen de distribución pueden ser fisiológicos,
patológicos y yatrogénicos.
Factores que alteran el Vreal: Peso, obesidad, ascitis, edemas, acidosis…
Factores que alteran la unión a proteínas: diferencias fisiológicas niñoanciano, hipoalbuminemia, por ej., en uremia la albúmina reduce su
concentración y aumenta la de α-glucoproteína.
Factores que alteran la unión a tejidos: al disminuir la unión a proteínas
plasmáticas y ser cte. la unión a tejidos, aumenta Vd; mientras que si
disminuimos simultáneamente unión a proteínas y tejidos, puede no haber
cambio en Vd.
BARRERAS ESPECIALES
Barrea hematoencefálica: anatómicamente, los capilares que irrigan al
cerebro son distintos de los del resto del organismo. En el endotelio apenas
hay espacios intercelulares libres, estando todas las células pegadas unas a
otras, impidiendo de esta manerra la salida a través de poros. Pero, además
el 85% de la pared vascular externa está recubierto por terminaciones
astrocíticas, que dificultan el paso de fármacos por difusión pasiva. Las
condiciones de paso de la BHE pueden alterarse en situaciones tales como
una inflamación meníngea, favoreciendo el paso de fármacos al interior
cerebral.
No obstante, existen áreas cerebrales libres de tales dificultades, como
puede ser por ejemplo el área postrema. En los plexo coroideos , en el
interior de los ventrículos se forma el líquido celfalorraquideo donde se
considera que la concentración de fármacos es muy semejante a la existente
en el espacio extracelular cerebral.
Barrera placentaria: al contrario del nivel del SNC en la placenta no
existen alteraciones morfológicas que dificulten el paso de fármacos al
interior del embrión o feto, de hecho, el paso de fármacos al feto depende
esencialmente de la liposolubilidad del fármaco y del flujo sanguíneo
placentario, también del grado de ionización, ph de la sangre materna y
fetal y gradiente de concentración. Es por ello que casi cualquier fármaco
que tome la madre se puede encontrar en tejidos fetales.
Interacciones en el metabolismo
Son las que ocurren durante el proceso de transformación del fármaco por
acción de diferentes enzimas corporales para facilitar su posterior
eliminación. Pese a ser un proceso que no afecta a todos los fármacos, ya
que algunos se excretan de forma inalterada, las interacciones por
alteraciones del metabolismo son las que con más frecuencia tienen
repercusión clínica.
Existen multitud de fármacos que son metabolizados en el hígado, el cual
es el órgano más importante en el desempeño de esta función, aunque ésta
también puede ocurrir en otros órganos. En este proceso interviene un
sistema enzimático, y si un fármaco lo induce o lo inhibe puede modificar
la constante de eliminación de un segundo fármaco. Dentro de este sistema
enzimático destaca el citocromo P450 hepático, el cual comprende una gran
familia de hemoproteínas. Debido a su acción preponderante, la mayor
parte de las interacciones se producen por interferencias en su
funcionamiento.
Inducción enzimática
Cuando un fármaco aumenta la actividad del sistema enzimático hepático,
puede incrementar la velocidad de metabolización de otro fármaco, lo que
reducirá las concentraciones plasmáticas y la vida media de eliminación de
este último, y por lo tanto también la duración e intensidad de su respuesta.
Generalmente, la duración del proceso de inducción está relacionada con la
vida media de eliminación del fármaco inductor.
Un posible ejemplo de este fenómeno lo observamos sobre la enzima
CYP1A2, que forma parte de la familia del citocromo P450, y es la enzima
hepática más abundante. Algunos fármacos que la inducen son la
venlafaxina, la ticlopidina y la cimetidina.
También cabe señalar que hay muchas sustancias no farmacológicas, como
ciertos alimentos, que tienen la capacidad de actuar como inductores o
inhibidores de la actividad enzimática. Es el caso del aguacate y las
crucíferas (brócoli, repollo…) que son inductores enzimáticos que afectan a
fármacos como la warfarina y el acenocumarol.
-Sabiendo esto, podemos aprovecharnos de este proceso para obtener
beneficios terapéuticos como los siguientes:
En algunos casos, la inducción enzimática puede desencadenar un aumento
de la respuesta farmacológica. Esto sucede cuando del metabolismo de un
fármaco se obtiene un metabolito activo, el cual es el verdadero
responsable del efecto farmacológico. Así, al inducir el metabolismo de un
fármaco, aumentará la concentración de su metabolito activo, con el
consecuente aumento de su respuesta. Esto obligaría a cambiar la dosis
inicial del fármaco, reduciéndolas, lo que en principio parece beneficioso.
Por otra banda, también en casos en que hayamos sobredosificado un
fármaco hasta niveles peligrosos, podemos buscarle solución induciendo su
metabolismo para acelerar su eliminación.
-Sin embargo, también hay que tener en cuenta estos procesos para no
cometer errores que puedan comprometer la salud del paciente, como a
continuación se ejemplifica:
Al acelerarse el metabolismo, la duración del efecto farmacológico es más
corta, y por tanto habrá que replantearse el esquema posológico, ya que se
necesitarán dosis más altas o más frecuentes del fármaco cuyo metalismo
se ve afectado por la inducción enzimática.
También hay que tener en cuenta que al retirar el fármaco inductor, las
concentraciones plasmáticas del otro fármaco aumentarán y podrá
producirse toxicidad. También podría causarse toxicidad por la producción
más rápida de metabolitos, que puede provocar la saturación del sistema
encargado de su eliminación y por lo tanto, su acumulación en plasma.
Inhibición enzimática
Cuando un fármaco inhibe el metabolismo de otro, se obtienen
concentraciones plasmáticas más altas del segundo, lo que supone que
ejerza un mayor efecto, más intenso y duradero.
Siguiendo con el ejemplo anterior, algunos inhibidores de la enzima
CYP1A2 son el fenobarbital, el omeprazol y la nicotina. Algunos alimentos
que actúan como inhibidores enzimáticos son el zumo de pomelo, que
afecta a los fármacos antagonistas de los canales de calcio, o la soja, que
afecta a la warfarina y al haloperidol.
-Así, teniendo esto en cuenta podemos obtener ventajas de dicha
inhibición:
Como permanece más tiempo en el cuerpo, se puede reducir la dosis de ese
segundo fármaco y conseguir la misma respuesta.
-Si no tenemos esto en cuenta, sin embargo, también podemos tener
problemas:
Si se mantiene el esquema posológico habitual, la concentración
plasmática puede aumentar progresivamente hasta sobrepasar la
concentración mínima tóxica, con los consecuentes efectos adversos.
En casos como el ya explicado anteriormente, en el que el verdadero
ejecutor de la respuesta farmacológica es un metabolito activo del fármaco,
cuando un segundo fármaco inhiba enzimáticamente su metabolismo, no se
obtendrá metabolito o se obtendrá en muy pocas cantidades. Por lo tanto, se
reducirá el efecto de este primer fármaco, y se tendrá que aumentar su dosis
original para conseguir la misma respuesta.
Interacciones en la excreción
Son las que tienen lugar durante el proceso de evacuación del organismo
de las sustancias farmacológicas, hayan sido o no metabolizadas.
Los fármacos se eliminan generalmente por vía urinaria, y la mayoría de
las interacciones que se producen en la excreción de fármacos ocurren a
nivel renal. El paso de moléculas del fármaco al interior renal depende de
tres procesos que pueden variar con las interacciones farmacológicas que
en ellos tengan lugar:
Filtración glomerular Secreción activa tubular Reabsorción pasiva tubular
Filtración glomerular
La filtración glomerular está íntimamente ligada a la presión arterial, de
forma que una subida de la presión aumentará en general la fracción de
filtración y viceversa. Los fármacos no son una excepción.
Además de esto, en el glomérulo la filtración de proteínas es mínima, y
como los fármacos suelen viajar en sangre fuertemente unidos a proteínas,
se dificulta la filtración de fármacos.
La interacción más frecuente sin embargo es la combinación con fármacos
nefrotóxicos, fármacos que producen patologías a nivel renal, como los
analgésicos y antiinflamatorio no esteroideos (AINEs). La ingesta de
AINEs como la aspirina en grandes dosis, puede producir patología renal.
También la ingesta de antibióticos como las tetraciclinas, causan toxicidad
renal por varios mecanismos. Entre ellos el más importante sería el
descenso del flujo sanguíneo y como consecuencia disminución de la
excreción del fármaco.
Secreción tubular
Es el proceso más importante cuantitativamente de los que tienen lugar
durante la excreción. Se trata de un paso al interior de la nefrona por medio
de transportadores, los cuales sólo pueden ser de dos tipos: para moléculas
aniónicas y para catiónicas. De esta forma, puede haber fármacos que se
secreten usando los mismos transportadores, y como su número es limitado
tendrán que competir por él, en lo que es una inhibición competitiva.
Un ejemplo muy significativo de este tipo de interacciones, es el que surge
entre el probenecid, usado en el tratamiento de hiperuricemia y gota, y las
penicilinas. El probenecid compite por la penicilina y reduce su secreción
tubular y excreción renal, incrementando y prolongando su concentración
plasmática y por consiguiente, manteniendo su efecto. También inhibe la
excreción de cefalosporinas (otro tipo de antibióticos) y metotrexato (usado
como anticancerígeno), incrementando así su toxicidad al acumularse.
También se ha visto que los antipiréticos, analgésicos y AINEs pueden
incrementar los niveles de litio.
Reabsorción tubular
En este proceso es muy importante la acción del pH y del pKa, ya que van
a condicionar la fracción de fármaco que se va a excretar y la que se va a
reabsorber.
De esta forma, en orina ácida, los fármacos ácidos como el ácido
acetilsalicílico tienden a ser reabsorbidos, mientras que los fármacos
básicos, como las anfetaminas tienden a ser excretados. En orina básica
ocurre exactamente lo contrario.
En clínica, nos puede resultar muy útil acidificar o alcalinizar la orina para
aumentar la excreción urinaria de ciertos fármacos, como sucedería por
ejemplo en una intoxicación por barbitúricos.
Teniendo todo esto en cuenta, podemos obtener ciertas ventajas a la hora
de aplicar un tratamiento:
Las ventajas estarían relacionadas siempre con el aumento o disminución
del efecto según convenga y con la posibilidad de eliminar fármacos
tóxicos de nuestro organismo. Por ejemplo, si queremos aumentar el efecto
de un fármaco, se puede hacer de tres maneras: disminuyendo el
metabolismo y excreción, aumentando la reabsorción o una combinación
de ambas.
Para eliminar de nuestro cuerpo un fármaco tóxico, se llevaría a cabo el
proceso contrario: aumento del metabolismo y excreción de dicho fármaco
o bien disminución de su reabsorción.
Es necesario tener también en cuenta que de no tener cuidado con esto
podemos tener problemas. Serían el caso contrario a lo anterior.
Por acumulación de fármaco, al aumentar su concentración plasmática
debido a disminución de su eliminación y aumento de la reabsorción, se
pueden producir efectos tóxicos que lleven consigo patologías, algunas
graves.
Si la velocidad de absorción está muy disminuida y la de eliminación
aumentada, puede ocurrer que el efecto del fármaco dure menos de lo
deseable.
Otros mecanismos de excreción
Aunque la excreción renal es la más frecuente también existen otros
mecanismos de excreción como a través de:
-La glándula mamaria: Prácticamente todas las sustancias y elementos
químicos que aparecen en la sangre materna pueden ser transferido a la
leche, pero antes pueden ser inactivados en el hígado materno y excretados
por la orina, o distribuidos y unido a proteínas de forma tal que la
concentración de fármaco libre en plasma materno es baja, si el bebé es
capaz de absorberlo sufrirá fenómeno de metabolización, excreción, unión
a proteínas y distribución de forma que el medicamento activo en el niño
será muy inferior a la dosis materna. Aún así hay casos donde madres
tratadas con opiáceos como la metadona, morfina provocan depresión del
sistema respiratorio en el lactante.
-Vía Biliar: algunos fármacos solo son eliminados a través de esta vía
unidos a ácido glucurónico. El enzima −glucuronidasa, presente en el
intestino, puede hidrolizar los conjugados liberando nuevamente el
fármaco, que puede reabsorberse y entrar en la circulación enterohepática.
Un ejemplo son la rifampicina o la hidrocortisona.
Bibliografía
-Farmacología humana, Flórez
-Farmacología, Rang
-Tratado de fisiología médica, Guyton
-Manual Merck de diagnóstico y terapéutica
-Vademecum.es
-Diapositivas de clase
-www.wikipedia.org
-www.canal-h.net
-www.elmedicointeractivo.com
-www.monografias.com
-www.scribd.com
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