INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO QUE PRESENTA LA SENADORA MARÍA ELENA ORANTES LÓPEZ, INTEGRANTE DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL EN LA LXI LEGISLATURA DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN, POR EL QUE SE ADICIONA UN TERCER PÁRRAFO AL ARTÍCULO 26 DE LA LEY DE ADQUISICIONES, ARRENDAMIENTOS Y SERVICIOS DEL SECTOR PÚBLICO. La que suscribe, Senadora María Elena Orantes López, integrante del Grupo Parlamentario del Partido Institucional en la LXI Legislatura del H. Congreso de la Unión, ejerciendo la facultad consagrada en el Artículo 71, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como por el Artículo 55, fracción II, del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, someto a la consideración de esta Honorable Asamblea, la presente: INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE ADICIONA UN TERCER PÁRRAFO AL ARTÍCULO 26 DE LA LEY DE ADQUISICIONES, ARRENDAMIENTOS Y SERVICIOS DEL SECTOR PÚBLICO. Exposición de Motivos La farmacoeconomía es la disciplina científica que evalúa el valor total de los productos farmacéuticos, servicios y programas. Necesariamente hace referencia a los aspectos clínicos, económicos y humanísticos de las intervenciones en salud ya sean preventivas, diagnósticas o de tratamiento. Los estudios farmacoeconómicos permiten dilucidar cuál es la relación beneficios de las alternativas terapéuticas farmacológicas existentes en el distintas enfermedades, lo que facilita la toma de decisiones al momento de deberían ser empleados de forma rutinaria en la práctica médica diaria, en públicas y del sector salud en su conjunto. entre los costos y los mercado para tratar las elegir qué medicamentos beneficio de las finanzas Es así que podemos definir a la farmacoeconomía, como la ciencia que permite la identificación, medición y comparación de los costos y consecuencias (clínicas y económicas) de los productos farmacéuticos. Como vemos, los estudios farmacoeconómicos son una herramienta muy útil para facilitar el proceso de adquisición de medicamentos, establecer criterios objetivos para su compra y promover la transparencia del proceso de toma de decisiones. Después de la II Guerra Mundial, la atención de la salud se consideraba un gasto. A partir de los años sesenta se empezó a operar un cambio en el concepto del desarrollo y se habló de inversión en salud. En consecuencia, se empezaron a aplicar programas de ajuste estructural que llevaron a la introducción de criterios económicos en la organización de los servicios de salud. El discurso económico en el área de la salud tiene más de tres décadas. La mayoría de los países incluyen la discusión de las implicaciones o condicionamientos de orden económico y financiero como parte de los temas médicos o técnicos en el ámbito sanitario. Desafortunadamente, aunque la descripción y el análisis contribuyen a crear conciencia sobre la necesidad urgente de que el sector de la salud se administre y organice con criterios de racionalidad económica, no siempre se llegan a formular estrategias y modelos que respondan al nuevo contexto internacional. Además, hay que tener presente que el verdadero objeto de la economía de la salud no es describir y manejar las cuentas y gastos del sector, sino garantizar el acceso equitativo al cuidado y mantenimiento de la salud. En este sentido, los servicios de salud cumplen un doble papel: Por un lado, son un factor de bienestar y, por el otro, representan un elemento importante de la economía. El nuevo contexto internacional, el aumento exagerado de los costos de muchas tecnologías de salud y las crecientes presiones por disminuir los presupuestos de salud en la mayoría de los países, han llevado a plantear la necesidad de una evaluación económica de las intervenciones en salud, incluida el área de los medicamentos. La farmacoeconomía es un término relativamente reciente que se refiere a la aplicación de la teoría económica a la farmacoterapia. Actualmente, esta nueva disciplina se ejerce principalmente en Australia, Canadá y Gran Bretaña y la mayoría de los estudios de farmacoeconomía realizados en esos países corresponden a tres objetivos: a).- Evaluaciones económicas para determinar si se continúa la búsqueda de un nuevo producto, ya sea en la fase inicial de investigación o en la de desarrollo; b).- Evaluaciones económicas para justificar el precio del producto, identificando elementos para la fijación de precios, como los costos de producción y las características del mercado, y c).- Estudios económicos para calcular el reembolso del producto. Asimismo, existen diversos métodos de análisis para la aplicación efectiva de la farmacoeconomía: El método de análisis del costo-beneficio es tal vez el más conocido; pretende expresar, en términos monetarios, los beneficios reales y potenciales (individuales y colectivos) del uso de un medicamento o tratamiento. El análisis del costo-efectividad pretende evaluar el impacto de diferentes alternativas terapéuticas. El costo puede expresarse en términos monetarios (como el número de salarios mínimos por los días de incapacidad que se logren reducir), pero los resultados de efectividad se expresan en unidades físicas, como el número de vidas que se logren salvar. Más complejo todavía es el análisis del costo utilidad, que compara diferentes tratamientos en función de los índices de utilidad, midiendo el impacto en la supervivencia o en la calidad de vida de los individuos. Existen varios elementos fundamentales que deben considerarse al definir el tipo de compras gubernamentales que deben tomar en cuenta el tipo de análisis económico que debe realizarse para incluir un producto en el cuadro básico de medicamentos, así como métodos que se deben usar en las evaluaciones económicas tales como la calidad de vida, el impacto social o las economías indirectas logradas gracias al uso de un producto farmacéutico determinado, además de los criterios éticos que deben orientar la evaluación económica de los medicamentos. Cuando hablamos de farmacoeconomía, no debe prevalecer el enfoque de la rentabilidad económica por encima de los principios sociales de la salud pública como la equidad, la solidaridad y el uso racional de los recursos financieros. Los criterios farmacoeconómicos deben alejarse de los aspectos puramente comerciales, al tiempo de centrarse en la selección de fármacos a partir de la evaluación económica para promover lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llamado el uso racional del medicamento. Es por todo ello, que esta iniciativa con proyecto de Decreto busca que la farmacoeconomía forme parte de un requisito indispensable en las licitaciones públicas, al tiempo de convertirse en un instrumento de análisis que permita al Estado mexicano evaluar científicamente las compras de medicamentos en el sector salud más allá de la promoción comercial. De aprobarse este Decreto, el sector público será capaz de regular y controlar con mayor prestancia los costos de la producción de bienes de salud y ayudar a mejorar la toma de decisiones clínicas, sobre todo, cuando se debe escoger entre varios tratamientos similares. Todo este ejercicio, sin embargo, debe estar enfocado en la perspectiva no solo de controlar costos sino de mejorar la eficiencia Es importante que en México, donde una parte importante de la población no tiene acceso a medicamentos y donde muchas personas mueren a causa de enfermedades para las cuales existen medicamentos preventivos, la farmacoeconomía tenga mayor relevancia en las adquisiciones del sector salud, al permitir racionalizar los recursos existentes, de tal forma, que se garantice la extensión de la cobertura a toda la población. Por lo anteriormente expuesto y fundado, me permito someter a la consideración de esta Honorable Asamblea la siguiente INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE ADICIONA UN TERCER PÁRRAFO AL ARTÍCULO 26 DE LA LEY DE ADQUISICIONES, ARRENDAMIENTOS Y SERVICIOS DEL SECTOR PÚBLICO. Artículo único.- Se adiciona un tercer párrafo al Artículo 26 de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, para quedar como sigue: Artículo 26. … I a III. … … Cuando se trate de medicamentos, deberán requerirse estudios de farmacoeconomía que reflejen los costos y beneficios de las alternativas terapéuticas farmacológicas existentes en el mercado para tratar las distintas enfermedades, con el propósito de identificar, medir y comparar las consecuencias clínicas y económicas de los productos farmacéuticos y fortalecer la política farmacéutica nacional, optimizar la utilización de los medicamentos y asegurar la calidad de los mismos, en beneficio de las finanzas públicas y del sector salud en su conjunto. … … … … … … … … … Transitorios Único.- Las reformas del presente Decreto entrarán en vigor el día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. S u s c r i b e, Sen. María Elena Orantes López Dado en el salón de sesiones del Senado de la República, a los 2 días del mes de marzo de 2010.