Comparacin de variedades de olivo en condiciones inductoras de

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OLI-51
TOLERANCIA A CLOROSIS FÉRRICA Y A HELADAS EN OLIVO:
DIFERENCIAS ENTRE CULTIVARES.
*CARLOS LUCENA, *NATIVIDAD RUIZ, **MARÍA GÓMEZ-DEL CAMPO, *DIEGO BARRANCO Y
*ESTEBAN ALCÁNTARA
*Departamento de Agronomía, E.T.S.Ingenieros Agrónomos y de Montes, Apdo. 3048, 14080
Córdoba.
**Departamento de Producción Vegetal: Fitotecnia, Universidad Politécnica de Madrid, Apdo. 28040
Madrid.
OBJETIVOS
En el presente trabajo se continúan los trabajos previos de comparación de cultivares frente a
condiciones inductoras de clorosis férrica y se evalúan algunas de las condiciones que podrían
intensificar el problema. También se ha tratado de determinar si existe relación entre la resistencia de
cultivares a heladas y la conductividad eléctrica (CE) de las hojas de las plantas en condiciones de
bajas temperaturas.
La clorosis férrica es una deficiencia de hierro que afecta al crecimiento y a la productividad de las
plantas. Se da principalmente en suelos calcáreos en los que la presencia de bicarbonato y alto pH
limitan la disolución de los óxidos de Fe del suelo. El síntoma más característico es una amarillez de
las hojas jóvenes. En comparación con otras especies frutales, el olivo se considera tolerante, pero
en algunas plantaciones se pueden observar síntomas de clorosis férrica que podrían deberse a
condiciones ambientales más desfavorables o a una mayor susceptibilidad de la variedad.
Aunque el olivo es moderadamente resistente a temperaturas por debajo de los 0ºC, cuando éstas
sobrepasan los – 7ºC, las plantas sufren severos daños que pueden amenazar la vida del árbol.
Algunos de los síntomas más característicos son necrosis apicales de brotes, defoliación, roturas de
la corteza en ramas y daños en yemas y frutos. La determinación de la CE es un método simple,
efectivo, rápido y reproducible para discriminar genotipos de olivo por su resistencia a heladas pero
hasta ahora, en ninguno de los trabajos publicados, se han relacionado los resultados de este método
con el comportamiento de plantas completas en condiciones de campo.
MATERIAL Y MÉTODOS
Clorosis férrica:
El material vegetal utilizado fueron plantones de olivo de un año de edad. Los plantones se
transplantaron a macetas con suelo calizo mezclado con arena y los experimentos se desarrollaron
en condiciones de invernadero o de umbráculo. Los tratamientos experimentales se aplicaron durante
los tres o cuatro meses que duraba el periodo experimental. Cada 15 días se determinaba la
intensidad de la clorosis en hojas jóvenes mediante el medidor de clorofila SPAD. Al final de cada
periodo experimental, se determinaba el crecimiento a través del peso seco de brotes crecidos
durante el mismo. Para los experimentos de tolerancia a clorosis se utilizaron 15 cultivares:
´Arbequina’, ´Blanqueta’, ´Carolea’, ´Carrasqueño de Elvas’, ´Cornicabra’, ´Frantoio’, ´Hojiblanca’,
´Lechín de Sevilla’, ´Menya’, ´Morisca’, ´Ocal’, ´Palomillo’, ´Picual’ ´Picudo’ y ´Royal de Cazorla’. Se
aplicaron dos tratamientos de fertilización, con una frecuencia quincenal: solución nutritiva completa
con 40 µM Fe-EDDHA (tratamiento +Fe) y solución nutritiva similar pero sin Fe (tratamiento –Fe).
En los experimentos sobre condiciones agravantes de clorosis férrica se estudiaron las siguientes
factores: encharcamiento, exceso de bicarbonato, sobrefertilización y alargamiento del fotoperiodo. El
tratamiento de encharcamiento se estudió en dos cultivares: ‘Blanqueta’ y ‘Ocal’, y el resto de
condiciones en 3 cultivares: ‘Manzanilla de Sevilla’, ‘Picual’ y ‘Ocal’. El tratamiento de encharcamiento
consistió en colocar las macetas en bandejas con agua que se mantenía a un nivel de
aproximadamente 6 cm por encima del fondo de las macetas. En todos los tratamientos el abonado
se realizó cada 15 días, con solución nutritiva (-Fe).
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Tolerancia a heladas:
Ensayo de campo. En abril de 2001 se plantaron plantones de olivo de aproximadamente 80 cm de
altura, procedentes de estaquilla semileñosa, de los cultivares ‘Arbequina’, ‘Cornicabra’, ‘Frantoio’,
‘Hojiblanca’, ‘Nevadillo de Jaén’, ‘Picual’, ‘Empeltre’ y ‘Manzanilla Cacereña’, en el Centro de
Olivicultura situado en Colmenar de Oreja (Madrid, 40º 04’ N, 03º 31’O) perteneciente al Instituto
Tecnológico de Desarrollo Agrario de la Comunidad de Madrid. La parcela estaba constituida por 20
bloques con 8 variedades al azar y la unidad experimental por un árbol. Se produjeron dos heladas,
una que llegó a –6.5ºC el 11 de noviembre de 2001 y otra de –10.5ºC el 16 de diciembre de 2001. En
el mes de Mayo de 2002 se evaluó el daño de helada de la parte aérea de cada una de las plantas
del ensayo. Una vez podada toda la parte aérea, se cuantificó por separado la materia seca de la
parte helada y no helada de los brotes calculándose el porcentaje de materia seca helada tras
desecarla en estufa a 80ºC.
Ensayo de laboratorio. En Enero de 2003 se recogieron hojas del Banco de Germoplasma de Olivo
del CIFA “Alameda del Obispo” de Córdoba, de los mismos 8 cultivares del ensayo de campo. En
todos los casos, se recogió de cada cultivar una muestra de hojas completamente expandidas, de la
parte media de brotes del año, en la cara norte de árboles en descarga.
Diez discos de 7 mm de diámetro en tubos de cristal, conteniendo el nervio central, se sometieron a
temperaturas entre -2ºC y -20ºC, durante 1 h. Después de acondicionarlos durante 1 h a 4ºC, se
añadió a cada tubo 8 ml de agua desionizada y se agitaron 24 h a 120 r.p.m. en presencia de luz y
con una temperatura ambiental de 20-22ºC. En la solución de cada tubo se midió la conductividad
eléctrica inicial (CE inicial, en µS/cm), usando un conductivímetro CRISON 524, que indica de manera
indirecta la cantidad de iones liberados a cada una de las temperaturas evaluadas.
Una vez finalizado el test de temperatura, se sometieron en autoclave durante 1h a 120 ºC y 1 atm
para destruir completamente el tejido vegetal y tras 2 h de agitación a 200 r.p.m. y en presencia de
luz, se midió de nuevo la conductividad eléctrica (CE autoclave), para obtener un valor de referencia
como indicador de los iones totales del tejido. La CE relativa en cada Tª se calculó mediante la
fórmula: CEr = (CE inicial / CE autoclave) x 100.
La relación existente entre la CEr (medida de la liberación de iones del tejido dañado por
temperaturas de congelación, en relación a los iones totales) y la temperatura, se describe mediante
una curva sigmoidal que se ajusta usando la siguiente función logística:
CEr (%) =
a+d
1 + e b (Tº-c)
Siendo, CEr = Conductividad eléctrica relativa (CE inicial / CE autoclave) x 100; Tª = valor absoluto de
las temperaturas (ºC); a = intervalo de CEr desde la mínima a la máxima Tª muestreada; b =
coeficiente de pendiente (a la Tª del punto de inflexión); c = Tª en el punto de inflexión (LT50); d =
mínimo valor de CEr.
El punto de inflexión de la curva sigmoidal, parámetro c, predice la Temperatura Letal de Helada
(LT50) y se corresponde con la Tª por debajo de 0ºC a la cual se produce el 50% de la pérdida iónica
y que se propone que corresponde con daños letales e irreversibles. Se determinó la correlación
entre el porcentaje de materia seca helada y la LT50, especificando el coeficiente de correlación.
INNOVACIÓN Y RELEVANCIA DEL TRABAJO
La mayoría de las plantaciones de olivar están establecidas en suelos potencialmente inductores de
clorosis férrica. Resulta novedoso y de gran interés el desarrollo de un test de comparación de
cultivares que permita identificar aquellos que destaquen por tolerancia o por susceptibilidad a
clorosis férrica, de cara al establecimiento de nuevas plantaciones, así como estudiar el efecto de
varios factores potencialmente agravantes en las condiciones experimentales. De forma similar, la
determinación de la CE es un método simple eficaz y rápido que puede utilizarse como un método
para evaluar la resistencia a heladas tanto de los cultivares de olivo existentes como de los genotipos
obtenidos en los programas de selección.
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RESULTADOS Y CONCLUSIONES
En los experimentos de comparación de cultivares, el grado de tolerancia de un cultivar a clorosis
férrica, se ha determinado por su respuesta de clorosis y crecimiento en el tratamiento (-Fe) en
relación al tratamiento (+Fe). En los experimentos con factores agravantes los efectos más relevantes
se obtuvieron con el exceso de bicarbonato y la sobrefertilización. El tratamiento con encharcamiento
provocó una fuerte reducción del crecimiento, lo que ha impedido poner de manifiesto el efecto
potenciador de clorosis que se manifiesta en condiciones de campo.
Se puede concluir que existen diferencias entre cultivares en tolerancia a clorosis férrica, destacando
la identificación de algunos más tolerantes, como ´Blanqueta´, y de otros más susceptibles, como
´Ocal´, ´Carrasqueño de Elvas´, ´Arbequina´ y ´Menya´. El exceso de bicarbonato y la
sobrefertilización actúan como factores agravantes del problema y pueden utilizarse como
herramientas de selección de variedades con mayor grado de tolerancia.
La Temperatura Letal de Helada (LT50) obtenida a partir de la pérdida iónica de las hojas cuando son
sometidas a distintas temperaturas de helada, puede considerarse un parámetro válido para evaluar
la susceptibilidad a helada de los cultivares de olivo. Existe una correlación significativa entre el
porcentaje de brote helado de las 8 variedades de olivo y sus correspondientes LT50 de hojas.
Teniendo en cuenta los dos parámetros evaluados, se puede decir que los cultivares más tolerantes
son ‘Cornicabra’, ‘Arbequina’ y ‘Picual’, y el más susceptible ‘Empeltre’, coincidiendo este
comportamiento con el observado en campo. El cultivar ‘Hojiblanca’ ha sido considerado como
tolerante al frío, aunque en nuestros ensayos se encuadra en un grupo intermedio de tolerancia, al
igual que ‘Frantoio’. Este último ha sido considerado en la bibliografía en unos casos como tolerante y
en otros susceptible.
El porcentaje de brote helado está inversamente correlacionado con la LT50 de las hojas en los ocho
cultivares evaluados. Los cultivares más tolerantes a heladas, como ‘Cornicabra’, ‘Arbequina’ y
‘Picual’, son aquellos que presentan un menor porcentaje de materia seca de brotes helados y una
menor LT50. Por el contrario, cultivares como ‘Empeltre’, se muestran muy susceptibles a
temperaturas bajo 0ºC, ya que se congeló el 100% de la parte aérea y su valor de LT50 fue uno de
los más altos (-9,5ºC).
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