TRATANDO CON SUS TEMORES 1 Samuel 17 Mayo 15, 2007 Rev Brian Bill Leí esta semana que al menos 322 fobias exclusivas han sido identificadas. La palabra “fobia” viene de la palabra griega para el miedo, o el temor, y se refiere a un pánico que es completamente fuera de la proporción a la amenaza percibida. Los casos extremos de una fobia pueden causar ansiedad escalada y ataques de pánico. Aquí hay algunos factores mayores del miedo. #9: La Brontofobia no es el miedo de brontosaurios; esto es el terror a las tormentas. Hemos tenido muchas de tormentas esta primavera. #5: La Claustrofobia es el miedo de ser atrapado en un pequeño espacio encajonado. #1: El Arachnophobia, o el miedo a las arañas, es el miedo número uno de la gente, y afecta al 50% de todas las mujeres. Aquí hay dos fobias más. ¿Puede usted adivinar sus definiciones? Ecclesiofobia - Miedo a la iglesia Homilophobia - Miedo a sermones Si usted sufre estos dos horrores hoy, ¡tiene un problema! Todos nosotros hemos experimentado el miedo en algún momento. Una persona ha escrito que el miedo es “la emoción más vieja y más fuerte de la humanidad.” Sé que tengo aquafobia, un miedo intenso del agua, porque cuando yo tenía 18 años, vi a uno de mis amigos ahogarse. Jonathon Falwell escribe: “Muchos cristianos nunca llegan al potencial máximo de sus vidas porque nunca triunfan sobre la cosa que ellos temen más.” La nación de Israel tenía un miedo o temor intenso que podríamos llamar fee-fy-fobia, o el temor a los gigantes (¡yo inventé aquella fobia!). Me gustaría tomar prestada una frase del libro excepcional de Max Lucado Tratando con sus gigantes, y aplicarla directamente al mensaje. Si usted entiende esto, entenderá el sermón de hoy: Enfoque en gigantes = usted tropieza; enfoca en Dios = su gigantes se caen. Hoy vamos a ver ahora lo que quizás es la historia de la Biblia más conocida de todo tiempo. La desventaja de estudiarla es que se tentarán algunos de ustedes a decir, “Ay, ya conozco esa historia”. Pero vamos a aprender juntos de la Palabra de Dios. Por favor busquen en sus Biblias 1 Samuel 17 donde leemos la historia de David y Goliat. Los filisteos eran los enemigos odiosos de Israel y se habían juntado para pelear contra el pueblo de Dios. Miren el verso 3: “Y los filisteos estaban sobre un monte a un lado, e Israel estaba sobre otro monte al otro lado, y el valle entre ellos”. Ningún lado quería bajar al valle donde serían vulnerables. Al pensar en este encuentro, quiero mostrar siete estrategias para ayudarnos a bajar al valle y enfrentar nuestro temor. 1. Describa su problema. En los versos 4-7, leemos acerca de Goliat, el llamado campeón de los filisteos. La mayoría de los investigadores estiman que medía 2, 9 metros. Fue cubierto con armadura sobre su cuerpo que pesaba 57 kilos y sus armas fueron una jabalina y una lanza. También tenía un portador de escudo al frente. Este gigante desafió a los israelitas a una lucha cuando dijo blasfemias contra Dios. ¿Han notado alguna vez que el enemigo siempre está bien armado? En los versos 8-10, Goliat presenta su desafío. Miren el verso 10: “Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo”. La palabra "desafío" se usa seis veces en este pasaje y significa “despreciar; burlarse, ridiculizar y humillar.” Lo que Goliat proponía era algo completamente común en ese tiempo. Era como una competencia mano a mano, y el ganador tomaba todo. Cada lado enviaría un representante al valle y los dos lucharían. Si el filisteo ganaría, entonces los israelitas tendrían que rendirse; si el israelita ganaría, los filisteos se rendirían. El problema fue que nadie quiso enfrentar al gigante enfurecido. De hecho, según el verso 11, los israelitas “se turbaron y tuvieron gran miedo”. Estas son palabras poderosas que significan llenos del temor. Este problema grande no se resolvía fácilmente. El verso 16 nos dice que Goliat había venido y los había desafiado 80 veces – cada mañana y cada noche durante 40 días. En la Biblia, 40 días frecuentemente se conecta con períodos de pruebas y juicio. La pregunta para ellos fue: ¿huirían ellos o pondrían su fe en Dios? Según el verso 24, “Todos los varones de Israel que veían aquel hombre huían de su presencia, y tenían gran temor”. El hermano Chuck Swindoll añade, “La intimidación es nuestra batalla principal cuando enfrentamos gigantes.” Cuando estuve en la preparatoria, yo fui parte del equipo de lucha libre, y perdía más partidos de los que ganaba. De aquellos que perdí, la mayoría se decidió antes de que yo saliera a la alfombrita. Cuando yo enfrentaba mi gladiador contrario, veía músculos rizados y el gruñido en su cara, y me paralizaba antes de que el silbido soplara. ¿Amigo, qué tipo de gigante enfrenta usted en este momento? ¿En que área se siente más intimidada y abrumada? ¿Qué problema le paraliza? ¿Cuál es la primera cosa que piensa por la mañana y la última cosa que llena su mente antes de acostarse por la noche? Max Lucado escribe: “Su Goliat no lleva la espada ni el escudo; él viene con cosas diferentes como: el desempleo, el abandono, el abuso sexual, o la depresión. Su gigante no desfila de arriba abajo en las colinas de Elah, sino que viene a su oficina, a su dormitorio, a su aula. Trae cuentas que usted no puede pagar, le da tareas que piensa no poder hacer, trae gente que usted no puede complacer, alguien que no puede resistir, pornografía que no puede rechazar, una carrera que no puede evitar, un pasado que no puede sacudir, o un futuro que no puede enfrentar.” Describa su problema, pero no se quede allí. Déle un nombre, pero no siga viviendo con la culpa. David lo dijo de esta manera: “¿quién es este filisteo incircunciso?” La organización Alcohólicos Anónimos ha sido tan acertada porque los miembros tienen que poner palabras al gigante que enfrentan: “Hola, mi nombre es Sam y soy alcohólico.” Pero esto es sólo el primer paso. Vamos a movernos rápidamente al siguiente principio, porque veremos que cuando nos concentramos en nuestros gigantes, tropezaremos; pero cuando nos concentramos en Dios, nuestros gigantes caerán. 2 2. Asegúrese que está listo. A este punto en la historia, David se presenta. Él era el más chico de ocho hermanos y cuidaba las ovejas de su padre. Su papá le pidió que fuera a ver cómo estaban sus hermanos, porque los mayores estaban en el campo de batalla. Quiere un informe de cómo están y también enviarles algunas provisiones. David lleva cinco libras de grano asado, diez panes, y diez cachos del queso los 12 kilómetros de Belén al valle de Elah. David fue fiel en su tarea. Hizo cosas comunes extraordinariamente bien. Según el verso 20, dejó el cuidado de sus ovejas a otro pastor. También sabemos del capítulo 16:13, que estaba listo espiritualmente porque había sido elegido por Dios para ser el siguiente rey: “Desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David.” Brinquemos adelante un poco, pero también es importante notar que las experiencias pasadas de David lo prepararon para este presente desafío. Hablando al rey Saúl, le dice, en el verso 37, que había matado a un león y un oso: “Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo.” Amigo, confíe en la fidelidad pasada de Dios y no olvide nunca de lo que Dios está haciendo en su vida en este momento. Un comentarista lo pone así: “Este es a menudo el modelo de Dios para la preparación. Él nos llama para serle fiel en cualquier situación que estamos, y después usa nuestra fidelidad para llevar a cabo cosas más grandes para él.” Le está preparando hoy para las batallas de mañana. Esté fiel a lo que él le ha llamado y sea lleno del Espíritu de Dios. Todo lo que David llevó a cabo fue por el Espíritu de Dios. Asegúrese que usted esté totalmente fiel. Una de las maneras en las que puede expresar en público su compromiso a Cristo es por el bautismo. Otro pensamiento. Adultos, debemos asegurarnos que no despreciemos a los jóvenes de hoy. Pablo escribió estas palabras a su ayudante joven en 1 Timoteo 4:12: “Ninguno tenga en poco su juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza”. David era un adolescente y luchó contra un gigante. ¿Sabían ustedes que hace unas semanas 29 de nuestros estudiantes viajaron a Chicago para aprender cómo compartir su fe, y que muchos de ellos ahora comparten de Jesús regularmente? Oí esta semana que una de nuestras jóvenes comparte a Cristo con su jefe musulmán y que en otra ocasión se le acercó de repente alguien en K-Mart queriendo hablarle de la Palabra de Dios. David fue elegido por su carácter, no por sus credenciales; por su fe, no por su físico. Él sabía que lo siguiente es cierto: Si nos concentramos en nuestros gigantes, tropezaremos; pero cuando nos concentramos en Dios, nuestros gigantes caerán. 3. Supere la presión que llega de otros. David llega durante el día 40 y oye la amenaza y las maldiciones del gigante. En el verso 25, averigua que el rey dará gran riqueza y su hija por esposa al vencedor, y eximiría de tributos a la casa quien matare al gigante. David no puede aguantar el desafío del gigante más tiempo y en el verso 26 declara, “¿Quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente?” El hermano mayor de David se enfureció y le dijo a David que volviera a sus cuajadas de queso y a sus pequeños corderos. Miren el verso 28: “¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, 3 que para ver la batalla has venido”. ¿No pueden oír cómo desacreditó al pequeño David? Eliab era un guerrero mientras David sólo tenía el cuidado de unas ovejas. Él trivializó las tareas de David con el fin de derribarlo. David no tuvo nada de apoyo de sus hermanos. Déjenme advertirles. Ustedes serán criticados por sus familiares y amigos más cercanos cuando deciden derrotar a algunos de los gigantes en sus vidas. Espérenlo y después podrán vencerlos. Algunos de ustedes están experimentando la presión increíble de su familia en este momento. En vez de ayuda, siente que ellos le hacen daño. Si usted quiere enfrentar sus gigantes, va a enfrentar la oposición. No permita que comentarios negativos anulen lo que Dios quiere hacer en su vida. Vean cómo David respondió a su hermano en el verso 29: “¿Qué he hecho yo ahora?” ¿No suena esto como algo que el hermano más chico del hogar diría? Pero entonces él volvió a la verdad en la última parte del verso, “¿No es esto mero hablar?” Y eso es el punto: No permita que la crítica le cause a temer el enfrentamiento. Relacionado con esto, deje de culpar a otros y comience a creer en lo que Dios puede hacer. En vez de criticar a su familia, a sus amigos o a sus enemigos, ponga su fe en Dios quien es fiel. David se afligió por lo que su hermano dijo, pero no lo desalentó. Después de ser intimidado por su hermano, Saúl el rey de Israel oyó de la fuerza valerosa de David y le llamó. En el verso 32, David dijo a Saúl, “No desmaye el corazón de ninguno a causa de él.” Saúl trata de despedir la fanfarronería de David, pero David le recuerda a Saúl que él había matado a un león y un oso. Se había quedado contra la pared en otras ocasiones y había visto a Dios luchar por él. Saúl entonces dijo a David que fuera contra el gigante, y trató de darle su armadura, pero David la desechó. No trate de luchar contra sus gigantes con la solución de otra persona. Primero Eliab habló mal a su hermano y después Saúl lo despidió. Charles Spurgeon sugiere que “la batalla de palabras, en la cual él tuvo que participar con sus hermanos y con el rey Saúl, fueron batallas más difíciles de la que tenía por frente, en la cual tenía la fortaleza del Señor para vencer al presumido Goliat. Muchos hombres se encuentran con más problemas de sus amigos que de sus enemigos; y cuando han aprendido a vencer la mala influencia de sus amigos prudentes, vencen la oposición de los que declaran ser sus adversarios.” Si nos concentramos en nuestros gigantes, tropezaremos; pero cuando nos concentramos en Dios, nuestros gigantes caerán. 4. Cambie su perspectiva. El hermano Haddon Robinson una vez dijo: “En cualquier situación, lo que usted ES determina lo que ve; lo que usted VE determina lo que HACE.” Esto es similar al informe que los diez espías de Números 13:33 cuando regresaron: “También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos”. Todos los demás pensaron que Goliat, descendiente del Nephilim, era demasiado grande para vencer; David lo vio como un blanco demasiado grande para fallar. Amigo, si usted se piensa víctima, como víctima reaccionará; si usted se piensa vencedor, como vencedor responderá. En 1952, una mujer joven llamada Florencia Chadwick intentó nadar de Catalina Island a la costa de California. Cuando ella entró en el agua una niebla pesada llegó y la cegó al nadar. Desalentada y desorientada, se rindió y sus escoltas en un barco que le acompañaba la sacaron del 4 agua, pero vacilaron en decirle la verdad – que había quedado a menos de 300 pies del objetivo. Cuando ella averiguó cuán cerca había quedado, exclamó: “Todo lo que yo podía ver era desesperación.” Su visión nublada la impidió de la victoria (fuente: SermonCentral.com). Algunos de ustedes dirían, “Todo lo que puedo ver es desesperación.” Si usted está paralizado por el temor o se siente desesperado acerca del futuro, hoy es el tiempo para cambiar su perspectiva. Si nos concentramos en nuestros gigantes, tropezaremos; pero cuando nos concentramos en Dios, nuestros gigantes caerán. 5. Proclame el nombre de Dios. Cuando Goliat se acercó a David y vio que sólo era un muchacho, lo despreció y vociferó, como dice en el verso 43: “¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos?” Max Lucado captura el contraste: “el palillo contra el tornado; la minimoto que ataca el trailer de 18 ruedas; el Chihuahua que ataca el Rottweiler.” Después de burlarse de David, maldijo a David y declaró que lo alimentaría a las aves y bestias. David ahora hace algo que nadie jamás hubiera pensado – introdujo al Omnipotente en la ecuación. Él solo se preocupaba por el honor de Dios y la reputación de su pueblo. ¿Amigo, ha presentado usted a Dios en la ecuación? Cuando realmente entendemos este nombre para Dios nunca lo veremos igual. Él tiene el poder sin límite, el poder todopoderoso y la gloria sin tacha. Es imposible describir al Dios poderoso e imposible de imaginar cómo es. En contraste con Goliat, Dios es el Creador del mundo. El hombre más alto en el mundo hace el resto de nosotros parecer pequeños, pero cuando se ven de la cumbre de una torre grande, él es apenas visible. Si usted quiere minimizar a sus temores “Goliat”, entonces debe ampliar su vista de Dios. Miremos otra vez a Max Lucado, que dice: “Nadie más habla de Dios. David no habla de nadie más sino de Dios…David ve lo que los otros no pueden ver y él rechaza lo que los otros pueden ver…David se concentra en Dios. Él ve al gigante; pero él ve más a Dios.” Si usted contara las veces que David hace una declaración sobre Goliat, encontraría sólo dos. Ahora escuche cuántas veces se refiere a Dios: “los escuadrones del Dios viviente” (verso 26) “al ejército del Dios viviente” (verso 36). “Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel” (verso 45). “Jehová te entregará hoy en mi mano... y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel” (verso 46). “Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos” (verso 47). David se refiere a Dios nueve veces en este pasaje, comparado a sólo dos veces de Goliat. Experimentaríamos mucho más la victoria si nuestros pensamientos de Dios superaran cuatro a uno en número nuestros pensamientos de Goliat. Esta semana trate de pensar en Dios cuatro veces más de lo que piensa en sus problemas. Concéntrase en la fidelidad de Dios en vez de en 5 sus temores. En la película “Tratando con los Gigantes,” el entrenador de fútbol americano, después de pasar algún tiempo en la Palabra del Dios y orar, tiene una idea. Concluye: “Nuestro objetivo no debe ser el ganar juegos; debe ser el honrar a Dios.” Amigo, si quiere dejar sus temores, recuerde que Dios lucha por usted. El único modo de enfrentar sus gigantes es con fe en Dios. Usted no lucha solo. David declaró muy claramente en el verso 26 que Dios es “Dios viviente”. Como aquella canción que dice, “La batalla pertenece al Señor.” Exprese con palabras su confianza en Dios. Diga su nombre en voz alta. Esto ayudará que las palabras le sean reales en su vida. Mida los gigantes que usted enfrenta contra la grandeza de Dios. Para David, el gigante era una oportunidad de conocer mejor a Dios, no un obstáculo a su fe. Si nos concentramos en nuestros gigantes, tropezaremos; pero cuando nos concentramos en Dios, nuestros gigantes caerán. 6. Tome la iniciativa. No demore. Como aprendimos la semana pasada, cuando uno decide demorar, está decidiendo negar. David decidió que él tenía que hacer algo sobre el problema en el mismo momento y entonces él recogió lo que para él era familiar – su cayado y su honda, y luego buscó cinco piedras lisas y se marchó en busca del gigante. Las piedras eran lisas porque así volarían por el aire mejor. Algunos se han preguntado que por qué escogió cinco piedras. Quizás era porque tenía cuatro hermanos. Pienso que era porque él guardó unos en reserva por si acaso fallara. Cuando yo era más joven, solía ir a cazar venado con mi papá. Él solía decir siempre que él sólo necesitaba una bala para matar a su venado. Cuando crecí, me dí cuenta que mientras esto era a menudo el caso, él siempre llenaba sus armas con cuatro o cinco balas más. El principio aquí es que uno debe usar lo que tiene a la mano. A propósito, sólo ayer miré un especial en el Canal de Historia que demostró la exactitud de esta historia. Después de demostrar que una piedra de una honda puede viajar hasta 160 kilómetros por hora y matar a un hombre, el narrador añadió estas palabras: “Encontramos entonces que la historia bíblica es verídica.” David tenía tanta confianza en Jehová Sabaot como el comandante de los ejércitos de cielo, que la Biblia dice que “corrió a la línea de batalla contra el filisteo”. Amigo, si usted quiere ser victorioso, debe ganar la lucha al enemigo. Usted no puede recostarse y sólo esperar que todo se mejorará solo. Y con una piedra de su honda, David mató al gigante. Lucado escribe: “¿Cuándo ha corrido usted hacia su desafío? Tendemos a retirarnos, esconder detrás de un escritorio o en un club nocturno de distracción o en una cama del amor prohibido. Durante un momento, un día, o un año, nos sentimos seguros, cómodos, tranquilos, pero entonces el trabajo no produce, la borrachera termina, el amante sale y sentimos al Goliat otra vez. Trate otra manera. ¡Enfrente a su gigante con un alma saturada por Dios! Por ejemplo: ‘¡Gigante del divorcio, no entrará en mi casa!’ ‘¿Gigante de depresión? Puede que dure una vida, pero usted no triunfará sobre mí’. ‘Gigante del alcohol, ya no puedes vivir’. ¿Cuánto tiempo hace que usted cargó su honda y le dio a su gigante?” Ray Pritchard hace la pregunta, “¿Cuándo murió el gigante?” ¿Fue cuando David le cortó la 6 cabeza? No, no lo creo. Entonces, cuando la piedra se clavó en la frente. No, tampoco. ¿Cuándo David buscó las cinco piedras? No. ¿Fue cuando le dijo a Goliat lo que iba a hacer? No, pero cerca. Goliat era un hombre muerto cuando, como leemos en el verso 40, “y se fue hacia el filisteo”. Amigos, la fe no habla del gigante ni aún ora contra el gigante. La fe es el primer paso. El otro día estuve hablando con alguien que me preguntó lo que ella debería hacer sobre una situación complicada. Mi respuesta era: “Sólo tome el siguiente paso. Tal vez no sabrá cuál va a ser el tercer paso, pero usted sabe el primer paso. Tómelo.” ¡Amigos, es tiempo para enfrentar sus temores! Mire a su enemigo en el ojo y ya no huya. Tome el primer paso. 7. Profese la fe en el campeón de Dios. En el verso 4 se le llama a Goliat “un paladín” o “un campeón”. La palabra en el hebreo significa “intermediario” o “mediador”. Igual como Goliat era el mediador de los filisteos, el intermediario nuestro a Dios es Jesús, quien es nuestro mediador. 1 Timoteo 2:5: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. Cuando Jesús ganó la batalla contra Satanás en la cruz, los que él representa participan en aquella victoria. Hay muchas comparaciones entre la victoria de David y la victoria de Jesús. - Los dos nacieron en Belén - Los dos pelearon cuando su enemigo podría haber dominado por medio del temor - Los dos fueron enviados al campo de batalla por sus padres - Los dos fueron rechazados y despreciados por su propia familia - Los dos pelearon la batalla donde la victoria fue segura de antemano - Los dos desarmaron al enemigo y le dejaron sin poder Escuche las palabras del himno Castillo fuerte es nuestro Dios. Castillo fuerte es nuestro Dios, defensa y buen escudo, Con su poder nos librará en este trance agudo. Con furia y con afán acósanos Satán; por armas deja ver Astucia y gran poder; cuán él no hay en la tierra. Nuestro valor es nada aquí, con él todo es perdido; Mas por nosotros pugnará de Dios el Escogido. Es nuestro Rey Jesús, el que venció en la cruz, Señor y Salvador, y siendo él solo Dios, él triunfa en la batalla. Si usted es cristiano, entonces Jesús es su campeón. Esto significa que usted está luchando batallas que ya han sido ganadas. Si Jesús triunfó sobre Satanás, ¡también usted ha triunfado 7 sobre él! 1 Pedro 5:8 dice que Satanás aún anda alrededor como león rugiente, tratando de atemorizarle, pero tenemos que recordar que “nuestro Rey Jesús, el que venció en la cruz, Señor y Salvador, y siendo él solo Dios, él triunfa en la batalla”. Levante sus ojos, asesino de gigantes. Baje al valle y use estas siete tácticas: Describa su problema Asegúrese que está listo Supere la presión que viene de otros Cambie su perspectiva Proclame el nombre de Dios Tome la iniciativa. No demore Profese la fe en el campeón de Dios ¿Amigo, a quién está escuchando? Usted puede escuchar la voz de sus gigantes o puede escuchar la voz de verdad. Esté fiel, no temeroso. Se pueden encontrar todos los sermones en inglés del hermano Brian Bill en su página web: www.pontiacbible.org. Usado con permiso. 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