SKINNER Y SU CONCEPTO DEL HOMBRE Y LA SOCIEDAD Por A.Antolin, Jean Pierre Massola y María Teresa Rojano Dividiremos esta pequeña descripción de la filosofía del conductismo (o del conductismo simplemente, ya que Skinner llama conductismo a la filosofía del análisis experimental de la conducta) en dos partes: su concepción de la ciencia, de la que se desprende una justificación del enfoque conductista de la psicología y su condición del hombre y la sociedad. Como enfoque de la psicología, el conductismo se justifica mediante los siguientes argumentos. Las ciencias naturales, fundadas en el método experimental imponen un concepto de lo verdadero: la verdad es algo que se establece por consenso, lo que implica que debe ser públicamente verificable. Esto lleva inmediatamente a desconfiar de introspección y de los fenómenos que son accesibles sólo a ella. Dicha desconfianza llevó al surgimiento de la psicología experimental que estudia sólo las conductas observables. Los fenómenos de la psicología clásica no sólo no son susceptibles de alguna forma de medición, sino que no es siquiera posible su existencia, de modo que los términos tradicionalmente usados en la explicación de la conducta humana pueden muy bien ser palabras vacías. La explicación en términos de lo inaccesible e inexplicable lleva la investigación al inmovilismo. Es pues, un empirismo consecuente lo que lleva a la adopción del conductismo como método1 La primera versión del conductismo basa su descripción de la conducta en la conexión de estímulos y respuestas, considerando los primeros como causas y las segundas como efectos, por lo cual fue correctamente tachado de mecanicista. El condicionamiento operante de Skinner escapa a esta crítica. Para él, el medio ambiente no causa las respuestas, sólo las selecciona. Hay un interesante paralelismo entre biología y psicología en relación al papel que dichas ciencias han asignado al medio ambiente en el curso de su desarrollo; para Lamarck, como para Watson el medio ambiente juega un papel causal; causa tanto el estiramiento del cuello de la jirafa como el miedo y el habla subvocal (pensamiento). Para Skinner como para Darwin, el ambiente no causa sino que selecciona. El énfasis no está en las causas de la conducta (o de las mutaciones) sino en sus consecuencias. Pasamos ahora a hablar de la noción que Skinner tiene de la libertad. Copiamos de un diccionario la siguiente definición: 1 A este respecto se cuenta la siguiente anécdota: en cierta ocasión en que Wertheimer y Watson compartían un compartimiento de tren, comentó el primero, por pasar el tiempo, que las ovejas que en ese instante se veían desde la ventana del tren estaban recién trasquiladas. "Sí", replicó Watson, "por lo menos de este lado". "Libertad es la posibilidad absoluta, es el acto que tiene su fundamento en sí mismo y, por ello, se opone a todo determinismo". Skinner, al aceptar que la conducta queda determinada (aunque no causada) por el medio ambiente, niega una noción de libertad como la anterior. En todas sus obras, de hecho, Skinner sostiene una polémica contra quienes mantienen tal noción (p. ej. Castle en Walden Dos). Así pues, frente a la antinomia libertad-determinismo (libertad-necesidad), la filosofía tradicional (idealista) niega la necesidad, Skinner la libertad, cosa que lo coloca grosso modo del lado del materialismo mecanicista. El ambiente que determina la conducta humana es, en su mayor parte, social. Esto nos lleva a la cuestión de las concepciones sociales de Skinner. Para él, la sociedad no es más que una colección de individuos. No hay hechos específicamente sociales: estos son la suma de los acontecimientos individuales. Esto es patente cuando dice que los hechos reales de la historia son las opiniones, emociones, actitudes, deseos, planes, esquemas, hábitos. La falta de perspectiva social de Skinner resulta evidente en su análisis de algo que visiblemente tiene un origen social y cumple una función social: los juicios de valor. Al identificar lo "bueno" con los reforzadores positivos y lo "malo" con los negativos remite los juicios de valor a características genéticas del individuo. El que sea la sociedad la encargada de administrar los refuerzos es un mero accidente derivado del hecho de que e! Homo Sapiens es un animal gregario. Los juicios de valor podrían tener carácter "social" si la sociedad fuese un todo orgánico que se desarrolla conforme a leyes propias. Pero la sociedad no pasa de ser una colección de individuos con ciertas características hereditarias. De cualquier manera, Skinner va más allá de un individualismo estrecho por el énfasis que pone en las influencias del medio ambiente, generalmente social. Esto no significa que exista para él nada específicamente social. Fuertemente ligado a su falta de concepciones sociales está su creencia en la imposibilidad de una ciencia histórica. Skinner piensa que la historia nunca se repite. Aún cuando se pudiese conocer con exactitud (y no se puede) las circunstancias en que se produjo un hecho histórico, éstas no habrán de repetirse. Sin embargo, Skinner admite que la cultura evoluciona. Aún así niega que las prácticas cultures obedezcan a algún tipo de necesidad, que surjan según alguna ley histórica; en efecto, piensa que se generan aleatoriamente, haciendo nuevamente una analogía con la teoría de la selección natural: "Una práctica surge como mutación, afecta las posibilidades de que el grupo pueda solucionar sus problemas, y si el grupo sobrevive con él sobrevive la práctica. Se la ha seleccionado por su contribución a la efectividad de quienes la practican. Aquí tenemos otro ejemplo de ese sutil proceso llamado selección, y presenta los mismos rasgos familiares. Las mutaciones pueden ser fortuitas. Las culturas no se han diseñado, y su evolución no manifiesta un propósito". Por ejemplo, la propiedad aleatoriamente en algún momento. privada es una mutación surgida El carácter histórico de la visión que Skinner tiene de la sociedad es ampliamente ejemplificado por su utopía social, a cuya descripción pasamos. Antes, hagamos notar solamente que su propuesta sobre el diseño de una sociedad no se contrapone a su afirmación de que "las culturas no se han diseñado". Esto último significa que no hay leyes históricas y no es incompatible con una concepción voluntaria de la historia según la cual los individuos pueden cambiar su curso. Walden Dos es una sociedad utópica descrita por Skinner. Una sociedad cuyo interés principal es el hacer posible y, de hecho, accesible la felicidad para todos y cada uno de sus miembros. Una sociedad en la que cada individuo puede actuar prácticamente como quiera sin crear fricciones con los demás. Por un lado, esta sociedad requiere de una planificación socioeconómica y cultural adecuada para cubrir sus intereses. Por otro, requiere de la disponibilidad de sus miembros para participar en las actividades que la hagan posible. Como se pretende una felicidad auténtica y no por una propaganda dirigida e intensiva, es la educación (con técnicas muy especiales) la que toma en sus manos esta tarea. La educación (como en casi toda sociedad) se propone formar individuos aptos para afrontar los problemas que se les presenten en su desenvolvimiento dentro de la sociedad. Ahora bien, una diferencia entre Walden Dos y el resto de las sociedades es que en W. D., la educación tiene como objetivo más específico el desarrollar en sus individuos una capacidad de autorregulación (autocontrol) de la conducta, encaminada, por un lado, a evitar las conductas (y emociones) indeseables (en una sociedad como W.D., la ira, la competencia, la envidia, son ejemplos de emociones y conductas indeseables) y por otro lado, a fomentar las deseables. Para que la educación cumpla con sus objetivos requiere, en primer lugar, de una Ciencia de la Conducta, que permita tener claro cuáles características psicológicas son innatas y cuáles no; de las innatas cuáles son modificables y de las no innatas cuáles pueden ser creadas. En segundo lugar, requiere de una Ingeniería de la Conducta, que le proporcione métodos para modificar (en caso de que sean innatos) o crear (en caso de que no lo sean) ciertas características psicológicas en sus individuos. Es en estos campos. Ciencia e Ingeniería de la Conducta en donde se requiere de una gran labor de investigación, pues de ello depende en gran parte la planificación socio-económica de la sociedad, sin dejar ésta de ser a su vez un campo de investigación. El método de investigación es el experimental. Es por eso que Walden Dos es una sociedad en constante experimentación, desde el aspecto económico, social v cultural hasta el mismo concepto de felicidad; el cual, por cierto, parece ser en un principio una especie de bienestar cotidiano, pero que después se abre a !a posibilidad de plantearse metas a más largo plazo. Ya antes se ha mencionado el papel de la educación en la formación de individuos aptos para desarrollarse en esta sociedad, desarrollarse feliz y libremente. Si la libertad de los individuos se entiende como la posibilidad de actuar en la sociedad de acuerdo a las necesidades propias sin causar fricciones con los otros miembros, entonces ciertamente la educación camina en buena dirección, ya que entrena a cada individuo a autocontrolar las llamadas conductas indeseables (innatas o no); este logro de la educación implica una interiorización de la represión de tales conductas. En cuanto a la viabilidad de realización y generalización de sociedades como W.D., el propio Skinner esboza proposiciones concretas a lo largo de todo el libro y además ubica perfectamente a esta comunidad tanto en lugar como en tiempo. En el prólogo a la edición inglesa de 1970 (22 años después de la escritura de W.D.), Skinner afirma que algunos aspectos de W.D. (como por ejemplo el educativo) cuentan ya con instrumentación adecuada para ser realizables. Se refiere concretamente al avance que ha tenido la tecnología del comportamiento y que se vierte en el campo de la tecnología de la enseñanza. La Ingeniería de la Conducta, que en W.D. no pasa de ser un nombre fue posteriormente implementada por Skinner en esta dirección, como veremos a continuación. "Tecnología de la enseñanza" es una obra polémica más de B.F. Skinner. Como en "Más allá de la libertad y la dignidad. . .", él se apoya en hechos ya comprobados para eliminar a sus oponentes potenciales y predecir el éxito de las futuras investigaciones hechas como se debe en el camino ya trazado. Para él, la educación consiste en una mezcla de: — — — un comportamiento el momento en el que se exhibe este comportamiento las consecuencias de este comportamiento Estas tres cosas definieron en su tiempo tres modos de aprender. El primero corresponde a lo que podemos definir como "aprender actuando". El segundo corresponde a “aprender de la experiencia”, y último sería el “aprendizaje por ensayos y errores”. Pero estos tres modos que a menudo se oponen pertenecen a la historia (con el valor que Skinner atribuye a esta materia). Ahora que se ha demostrado la ley del efecto y que además, se puede mantener un comportamiento durante largos periodos de tiempo, se puede hacer de la enseñanza una ciencia que sería parte de la ciencia del comportamiento. Ya se ha comprobado la eficacia de esta ciencia del comportamiento en el autocontrol de la atención. A la escuela actual, Skinner señala 3 defectos estructurales que impiden un mejoramiento necesario. — Ausencia relativa de esfuerzo positivo. En su crítica Skinner ataca violentamente a los métodos aversivos en vigor todavía en muchas escuelas. — La no-organización de las contingencias de refuerzo. — La falta de una programación bien pensada para llevar al alumno a un comportamiento complejo. La alternativa propuesta es “la máquina de enseñar”. Las cualidades de estas máquinas vienen de la participación mayor de los alumnos, de la inmediatez del refuerzo, la disponibilidad del maestro, el aprendizaje individual que significa la ausencia de competencia. El admite que la elaboración de un programa es dificilísimo pero que ya se cuenta con experiencia. Como en otros libros Skinner se defiende de críticas en contra de estas máquinas (contingencias de refuerzo artificiales, utilización de resultados comprobados solamente con animales). El va a insistir mucho más en el punto probablemente más débil de sus afirmaciones. "Cómo se puede enseñar a pensar” con su tecnología. Skinner piensa analizar todo tipo de problema. El afirma: "Sin embargo, cabe formular relevantes prácticas como técnicas idóneas para resolver el problema de la resolución de problemas y una vez formulado y programado, el recurso heurístico o procedimiento inquisitivo no podrá ya distinguirse en nada importante de la solución algorítmica del problema”. Para él, el pensar es un comportamiento como cualquier otro, solamente más complejo que muchos otros. Así que el problema consiste en analizar las componentes de este comportamiento. El no da respuestas a como se puede enseñar "la deducción", solamente afirma que se tiene que estudiar. El insiste también en la no utilización de la estadística. En los últimos capítulos del libro, él aplica sus técnicas sobre la motivación a la enseñanza y apoyándose en ella, opone al sistema de enseñanza actual al suyo propio. El estudiante tiene que actuar y tienen que ser inmediatos los refuerzos. En fin, criticando la originalidad y lo que se ha dado en llamar “el pensamiento creativo", Skinner afirma que un comportamiento ético, todas las formas de autocontrol y de disciplina, así como muchos comportamientos sociales se pueden programar. BIBLIOGRAFÍA B. F. Skinner; Más allá de la Libertad y la Dignidad. — Sobre el Conductismo. Walden Dos — Tecnología de la Enseñanza.