“CULPA IN EDUCANDO” Joaquin Chavarri Publicado en Escuela 10 junio 2010 Desde esta columna hemos defendido, en alguna ocasión, la importancia de no judicializar las relaciones escolares cuando se producen situaciones agresivas que se han de corregir desde el ámbito educativo y con la colaboración de la comunidad escolar, particularmente de los padres. No obstante, comentaremos una sentencia que nos puede hacer meditar sobre los ámbitos de responsabilidad y su alcance. Se trata de la responsabilidad de padres y tutores por las lesiones causadas por un menor a su profesor durante una actividad extraescolar, a pesar de estar bajo la guardia y custodia del Centro educativo. Los hechos se pueden resumir: En una excursión un profesor recibe un puñetazo de un alumno cuando éste es advertido y finalmente empujado por el profesor para evitar un enfrentamiento con alumnos de otro centro. El profesor reclama a los padres del menor una indemnización por los 18 días de baja y por la rotura de sus gafas. Se plantea en este pleito la responsabilidad derivada de las obligaciones que nacen de culpa o negligencia, arts. 1902 y 1903 del Código Civil (CC). La responsabilidad no solamente es exigible por acciones propias sino también por las realizadas por aquellas personas de las que se debe responder. Así los padres son responsables de los daños causados por sus hijos; los tutores de los causados por menores o incapacitados que estén bajo su autoridad; los dueños o directores de establecimientos; las personas o entidades titulares de los Centros docentes… Esta responsabilidad cesará cuando se pruebe que emplearon toda la diligencia necesaria para prevenir el daño, dice textualmente: “…la diligencia de un buen padre de familia…”. Planteada la reclamación, en la primera instancia el juzgador desestimó la pretensión señalando que no cabía atribuir a los padres del menor la responsabilidad reclamada, al encontrarse el menor bajo la tutela del propio Colegio, y concretamente del reclamante. Recurrida, la Audiencia Provincial declara, a la vista de las pruebas practicadas que opera el último párrafo del art. 1903 CC al haber empleado la diligencia exigible para evitar el daño y por ello tiene plena eficacia el apartado que recoge la responsabilidad de los padres, que deberían haber instruido a su hijo al respecto, haciéndole ver la obligación de acatar las órdenes razonables de sus cuidadores y no responder a ellas mediante una agresión, “culpa in educando”.